miércoles, febrero 03, 2021

Poesía indigenista.


 América


I


América

a veces quiero pensarte

en retrospectiva

imaginarte cómo habrías sido hoy

si Colón hubiera errado el rumbo

y sus naos imperiales

hubieran naufragado

En las noches sin memoria del olvido

sin alcanzar tus costas

y así sus tripulantes

no hubieran podido

realizar la hazaña terrible

de la conquista

y los hombres del viejo continente

no hubieran entonces enlodado de sangre

con su odio el aborigen encanto

de tu geografía inocente


II


América

a veces quiero pensarte

en retrospectiva

imaginarte cómo habrías sido hoy

si tus habitantes

no hubieran quedado deslumbrados

por el brillo metálico

de las armaduras

de los conquistadores

si Quetzalcoalt

hubiera prevenido a los Aztecas

y Viracocha a los Incas

de que por la misma ruta

otros hombres

en otras naves

con otras intenciones llegarían

como hordas de lobos infernales

a sembrar el terror y la muerte

entre tus habitantes que creyeron

que ellos los recién llegados

eran los dioses bondadosos y sabios

que un día se marcharon

prometiéndoles volver

por eso los recibieron

con su festiva inocencia

entre sus manos repletas

de frutas tropicales

flores exóticas

y regalos de amor

era su única intención

agradar a los dioses

pero no leyeron  en los ojos de los extraños

la codicia sin límites

de los guerreros plateados

que llegaron del mar

ahogando en sangre la hospitalidad brindada

ante la sorpresa de tus habitantes

que creyeron que ellos poseían el poder

del trueno

y qué caballo y jinete

eran una sola bestia

y en su inocencia

no pudieron sobreponerse al asombro

ante la crueldad inusitada

de los hombres pálidos

que intentaron en vano doblegar

la inquebrantable actitud de los aborígenes

que prefirieron morir mil veces

antes que ser esclavos


            III


América

a veces quiero pensarte

en retrospectiva

imaginarte cómo habrías sido hoy

si en nombre de Dios

los conquistadores

no se hubieran posesionado

de ti

de tus valles

de tus montañas

de tus planicies

de tus búfalos

del manatí

del cóndor

del Jaguar

del águila

del quetzal

de tus hombres y tus mujeres

del oro y del níquel

de la plata y del hierro

y si después de ser dueños

de todas las cosas

no hubieran usado el sano pretexto

de la evangelización para exterminar

a tus habitantes

que nunca quisieron aceptar

al dios bueno de los hombres malos

que los obligaron al trabajo forzado

que violaron sus mujeres

y se adueñaron de la vida y los sueños

e hicieron un testamento

donde los reyes católicos de España

eran los dueños de la tierra más hermosa

y rica que ojos humanos jamás habían visto

y cuyos habitantes

eran muy hermosos mansos y sencillos

y vivían semidesnudos

e ignoraban el valor

de las piedras preciosas

y los metales

y no conocían la rueda

ni el caballo

ni la pólvora

ni la viruela

ni el sarampión

ni la sífilis

y sin embargo

tenían grandes conocimientos

sobre matemáticas

astronomía

e ingeniería

y ya habían inventado el valor del cero

y habían construido

hermosas ciudades

con grandes edificios

en forma de pirámides

y cultivaban maíz

yuca

cacao

algodón

y coca

y eran felices

recorriendo en sus canoas

las islas dispersas

a todo lo ancho y largo

del mar Caribe

viajando a través de los ríos Lempa

Amazonas y de la Plata

hacia el corazón palpitante de la selva

pescando en los ríos Ozama y Yukón

cazando búfalos

en los territorios de los sioux

los kiowa y los apaches

poblando y repoblando el continente

desde las planicies heladas de Alaska

hasta la edad eterna

de las remotas soledades

de la tierra del fuego

donde la vida parecía

haberse detenido para siempre


            IV


América

a veces quiero pensarte

en retrospectiva

imaginarte como habrías sido hoy

si los vencedores hubieran sido tus habitantes

si el valor  y la dignidad

hubieran triunfado sobre la violencia de la fuerza

y la sin razón

de los centuriones europeos

a quienes ni el oro ni la sangre

lograron saciar su feroz opulencia

y siguieron la ruta

que les trazó su codicia

como demonios ciegos de ira

sembrando la muerte a diestra y siniestra

en una danza macabra

de violencia y lujuria

llenando de espanto y locura

la claridad de los días

y como respuesta al genocidio

y a la crueldad inusitada

la resistencia no se hizo esperar

y los guerreros huyeron en las noches

hacia las altas montañas

desde donde acechan

a quienes en busca de ellos

se aventuran en la manigua

y las madres indefensas

en un acto de Rebeldía

ahogaban a sus hijos en los ríos

o los mataban a palos

y después se suicidaban ellas

y las embarazadas de la yuca amarga

bebían el jugo

para envenenar en el vientre al feto

para librarlo de nacer bajo el horror de la conquista



            V


América

jazmines morados florecen

en la tierra abonada

de las noches lejanas

de los últimos aborígenes muertos

en cuya sangre se ahogaron las piedras del camino

que emprendieron

los que nunca admitieron ser esclavos

y lucharon heroica y tenazmente

hasta el fin de la raza

 y hoy a quinientos años

del exterminio

lejanas hogueras

crepitan en las noches frías

de los Andes y la selva lacandona

donde nuevamente

suenan los tambores de la guerra

que anuncian el fin de una paz

que nunca existió

ya que nunca cesó el exterminio

contra los indígenas

y del camino que viene de los siglos

un tropel de fantasmas regresan y se agolpan

junto a la mágica claridad del alba

Caonabo

Enriquillo

Hatuey

Caupolicán

Lautaro

Urraca

Tupac Amarú

Lempira

Caballo Loco

Cochise

Gerónimo

Nube Roja

como una utopías

regresan de la vía láctea

para encender con su ira el fuego

que iluminará el camino de los elegidos

que guiarán a nuestra América hacia un nuevo amanecer




América II




América

razas mezcladas

en la sangre y en el llanto

Quena dulce y triste

danza ancestral

ritmo frenético

de tamboras milenarias

bailes

esperanzas

alegría

oxidadas cadenas de siglos

arrastran un pasado

de llanto y  luto

América

indígena

negra

mulata

caribeña

latina

austral

insular

continental

América

violada

ensangrentada

subversiva

levantada

presentida

pero jamás sometida

osada

digna

valerosa

tierna

solidaria

amorosa

América

Una y otra vez América

mil veces América

en la sangre y en la flor

América

en la vida y en la esperanza

América

siempre América



V quinto centenario I


           


Ay si tantos muertos

pudieran levantarse

con la aurora

para reivindicar la historia

para poner cada cosa

en su justo lugar

entonces

la opulenta celebración

del V Centenario se iría

a la mierda




V centenario II


Hoy me he puesto a llorar

sobre las tumbas milenarias de los muertos

sobre la breve dulzura de sus huesos

sobre su silencio de siglos

sobre la historia de este continente

que los jinetes apocalípticos

bautizaron fatídicamente América

hoy me he puesto a llorar

sobre cerradas sepulturas

que guardan el secreto rumor

de un viejo motivo

y cada lágrima corre como un río

donde se desborda la noche

y me obstino en mi pretensión

de recoger las estrellas diseminadas

por el suelo amarillo del universo

que hoy alcanzaron

la breve estatura de las piedras

hoy me he puesto a llorar

sobre las tumbas olvidadas

de los aborígenes asesinados

y sobre estas viejas tumbas

maldigo a los argonautas

que hicieron de la espada y la cruz

argumentos perennes de opresión y muerte

y del miedo una prisión

donde encadenaron el amor y la ternura

para que las gaviotas

perdieran la órbita celular del mar

de cuyas espumas

vienen desde siempre las mariposas

a llenar de colores

el horizonte circular de la primavera

hoy me he puesto a llorar

sobre esas tumbas abandonadas

en el tiempo

y sobre ellas

maldigo a los que profanaron

el sexo de los sueños

y subyugaron la inocencia

y arrojaron la alegría  al vacío

enlutando de espejos oscuros


las soledades del futuro

y después poblaron las profundas cavidades

de la tierra de cadáveres y profetas

para que los oráculos divinos

guardaran en su silencio

el horror de la profecía

mudos desde entonces

los perros invisibles de la noche

miran con melancolía

la luna creciente del olvido

hoy me he puesto a llorar

sobre cerradas sepulturas

que guardan el secreto rumor

de un viejo motivo

y sobre estas viejas tumbas maldigo

a los conquistadores

y los evangelizadores

y a todos los que al cumplirse

quinientos años

pretenden detener

el avance de la primavera

para que en nuestros corazones

no germine la esperanza



1492


La noche es oscura

desde entonces

aunque está repleta

de estrellas lunas

y hogueras ancestrales

alimentadas

todo este tiempo

gota

a

gota

por la sangre

que derramaron

los indígenas asesinados

por la espada genocida

de los invasores

que a su paso

por la historia

trituraron los lirios sagrados

y sembraron de cruces amargas

los caminos por donde se escaparon

los negros cimarrones

hacia los manieles

donde encendieron con su ira

la llama imperecedera

del amor por la libertad


Herencia fatal


El dolor descendió

hasta las profundas

soledades de la sangre

encontrando eco

en el llanto hueco

y amargo de los siglos

y las sonrisas

se ahogaron en las lágrimas

de los que hemos heredado

estos quinientos años

de horror

y

hoy

aquí

nosotros

en América

aportamos nuestras vidas

para que la libertad

sea un canto en la voz

de todo el pueblo


Dedicado a Roseli Caldart

Y a Teresinha Toledo

Brasil  



Evidencia



Charrúas


Cuando en su redondez la luna descienda sobre el horizonte

y se pose en tu mirada

nosotros los Charrúas

regresaremos de la sangre

a poblar con nuestro heroísmo el olvido

a rescatar del exterminio

 los sueños perdidos aquel 11 de abril del 1831

y reivindicar con la sangre de los  malditos

en yacaré Cururú

el honor Charrúa

regresaremos en el viento a poblar nuevamente las regiones del río Hum

bajaremos de la  cuchilla de Haedo

y en silencio

nos  perderemos para siempre en lo tupido del bosque

para renacer cada día

en los sueños de quienes quieren ser como nosotros

indomables




Guerreros invencibles del Aconcagua.


Esta noche

solitarios guerreros danzan en los pergaminos del tiempo

alrededor de una luna de plata

parecen mariposas danzando en el viento

tratando de alcanzar un sueño

una luz perdida en los lejanos suburbios de la alborada

fantasmas que recorren los Andes

atravesando senderos amazónicos

buscando entre los residuos de la historia

los restos incinerados de la utopía

encendiendo hogueras apagadas por el llanto

para que nuevamente iluminen de esperanza

las aldeas remotas de los Mapuches

hechos de amor y ternura

de un sentimiento tan profundo

que los ata por siempre a la tierra

por la viven y mueren

guerreros invencibles del Aconcagua

hechos de barro y agua

habitantes de más allá del río Maule

araucanos bravíos

eternizándose en el tiempo

raza que emigra desde el dolor y el sacrificio a la gloria

hoy por un sendero de sangre  que viene del pasado

un centauro herido se aleja a morir en mi voz



Areito fúnebre


ojos repletos de eternidad

anacahuita perenne que crece en los límites de mi voz

flamboyanes que esconden bajo sus sombras la quimera

flor sagrada de la yuca

guayiga que conjura el hambre de los días eternos en la manigua

guaraguao prisionero en el  viento gris del invierno

behique que deambula dando tumbos en las noches efímeras de las profecías

indígenas que habitan con  los Manatíes en las grutas submarinas del río Maguaca

areito fúnebre

galipote que protege la tumba donde descansa preñada de sueños Anacaona

Lirio de agua dormido junto al camino de la tarde

galopar incesante de guerreros en la llanura del tiempo

camino

sangre

cadenas rotas

trapiche incinerado por la ira

maniel de esperanzas

tambora que llora todas las noches bajo las ceibas

marimba herida por el olvido

ciguapa que huye en el lomo de un unicornio de su destino

sus huellas ambiguas en el césped no van a ninguna parte


Domingo Acevedo.
































Tomadas de la red.

 

lunes, febrero 01, 2021

Gloria eterna comandante.

 Febrero era gris entonces


Playa lejana

silencio de olas y espumas

silencio de polvo y arena

silencio de Caracoles

Barcarola de sueños y de ternura

uniformes

botas y fusiles

mochilas cargadas de ilusiones

guerrilleros que se alejan de la playa

rumbo a las montañas

donde el frío muerde la noche

y la muerte cabalga en el viento

y se esconde entre los árboles trémulos

y acecha uniformada

y sigue el rastro húmedo

de sus pasos sobre la hierba mojada

febrero era gris entonces

y los días 

se trasnocharon borrachos

en el silencio de los cobardes

que tenían las manos temblorosas

y la boca llena de baba

y en la sangre la angustia

y la desesperación

por haber anidado en el alma la traición

ellos Coronel

inexplicablemente callaron

la presencia de ustedes en Caracoles

pero hoy después de tantos años

hacen de tus sueños un afiche

y de febrero un escenario de flores y aplausos

cobardes

que todas sus vidas han hablado

de revolución

pero nunca han tenido el valor de empuñar un fusil

y hacer patria

seudo revolucionarios

que menstruaron de temor

blasfemos

que hacen delirar a la multitud

con sus discursos enérgicos

efímeros astros

que brillan un opaco 

firmamento de sangre

frívolos camaleones

hiedras venenosas

que van dejando tras de sí

las huellas indelebles

de la muerte y el luto

ellos te vendieron Coronel

a los vampiros

que ahogan en sangre

las más mínimas aspiraciones de libertad

de los pueblos que como el nuestro 

luchan por alcanzar la luz 

a los monstruos pálidos y crueles

que habitan en el norte de la tierra nueva

y quienes se creen con el derecho

de regir el destino del mundo 

febrero era gris entonces 

y tu piel un rastro en la arena

que se alejaba de la playa

rumbo a las montañas

donde tu voz de fusil

aún truena lejana

y hace temblar

a esos generales indecentes

que se cagaron en los pantalones

cuando supieron de tu presencia

en Caracoles

porque ellos

nunca tuvieron tu estatura

ni tu valor

ni tu heroísmo

por eso llamaron

a sus amigos del Pentágono

quienes precisaron

la necesidad de tu muerte

y ordenaron

que enviaran la jauría tras de ti

que ávida y sedienta de tu sangre

temerosa

te buscaba incesante

entre el hambre y la fatiga de los días

eternos de febrero

donde la muerte

se escondía entre los árboles trémulos

y acechaba uniformada

la muerte

hacía su ronda cotidiana

febrero era gris entonces

y la tarde entristecida

mezcla de pólvora y sangre

se despedía furiosa

entre el ruido de los fusiles

y los gritos de los hombres

que no podían concebir

la ternura de las flores

porque menos que las bestias

no tenían noción del amor

ellos nacieron para matar

y disparaban ráfagas interminables

contra el tiempo y los árboles

contra el viento y las flores

contra la aves y las piedras

cautelosos seguían tus huellas

que ya no iban a ninguna parte

sabían que en algún lugar

te encontrarían vencido

y te arrancarían del pecho la ternura

para entregársela al tirano

como trofeo por la hazaña

de tu crimen inútil

al tirano sumiso y leal

ante los que lejos

de nuestras fronteras

propiciaron tu muerte

hoy

los encuentro en cualquier lugar

mostrando sus medallas y ascensos

e inventándose historias fantásticas

sobre tu muerte

hay hasta quienes han escrito libros

pero ellos ignoran

que tienen una deuda de sangre

que más temprano que tarde

la historia les cobrará con creces

porque yo sé Comandante Román

que tu crimen no quedará impune

rumor de plenilunio

en un aserradero abandonado

quedó el coronel herido

cuidando de su amigo moribundo 

- seguid vosotros

romped el cerco tendido

venced la muerte

que airada nos busca

la muerte que no descansará

hasta encontrarnos 

y destrozar con su odio nuestra carne

nuestros sueños

y no les importe el hambre

ni la fatiga

ni el frío

ni lo largo del camino

ni que la noche sea oscura

seguid inexorables

hacia la aurora

y construid sobre las cenizas 

de nuestros huesos la esperanza

andad seguid sin mí

y sed cautos

que la muerte está ahí

escondida entre los dientes afilados

de las piedras

entre las hojas pálidas

la muerte 

mecánica

absurda

fría

ciega

uniformada

la muerte

mezcla de sangre y lodo

vomitando su pus nauseabundo

su pus amarillento y hediondo

vomitando cuajarones de odio

la muerte está ahí violenta

amarga

real

febrero era gris entonces

y entre sueños

y promesas inútiles

te hicieron prisionero

y te ataron

eran hombres crueles

asesinos por convicción

y te llevaron ante los generales

que complacidos te observaron

y gozaron impotentes

torturando tu carne

y después trituraron tus huesos

y un general

con su odio repugnante

te disparó cobarde

y la bala ciega

cumplió la orden de muerte

de aquel canalla

y después 

quemaron tu cadáver pero tu carne

resistió el odio y el fuego

y te enterraron 

en un valle lejano y sombrío

donde la angustia irrevocable

de tus huesos

dejó un rastro amargo de sangre

sobre la tierra

boquiabierta y sedienta

y

hoy 

después de tantos años

ellos les temen 

al silencio retorcido de tus huesos

a tu nombre 

porque ellos saben que un día

el pueblo se levantará

con tu ejemplo

y hará justicia

y entonces

necesariamente

no habrá lugar en esta tierra

ni para los canallas que vendieron tus sueños

ni para los criminales

que cobardemente te asesinaron



Al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, 

y a los que junto a él murieron en las frías montañas 

de la Cordillera Central, tratando de alcanzar una estrella.


Domingo Acevedo.


















Fotos tomadas de la red.




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