sábado, septiembre 02, 2017

HOY ME ACORDE DE TI Jose Luis Perales

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Científicos chinos crean un motor 'imposible' capaz de funcionar sin combustible

EmDrive

Científicos chinos crean un motor 'imposible' capaz de funcionar sin combustible

© Foto: Youtube / Area51Canal
TECNOLOGÍA
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Los científicos chinos han creado un prototipo de motor 'imposible’ capaz de funcionar sin combustible. El aparato es conocido como EmDrive y fue probado a bordo del laboratorio espacial Tiangong-2, lanzado a órbita el 15 de septiembre de 2016.
En una conferencia de prensa celebrada en Pekín, los investigadores de la Academia China de Tecnología Espacial confirmaron que el gobierno chino viene financiando este proyecto desde 2010. Según los científicos, han podido fabricar varias versiones de prueba del dispositivo para ser probadas en condiciones de ingravidez.
En un artículo previo a la conferencia, publicado en la revista 'Journal of Propulsion and Power', los científicos de la NASA confirmaron que el EmDrive funciona y es capaz de desarrollar una fuerza de propulsión de 1,2 mN (milinewtons) por kilovatio.
El EmDrive luce como un cubo acostado y está compuesto por un magnetrón que genera microondas y un resonador que acumula la energía de sus vibraciones. Este diseño permite, según los ingenieros, convertir la radiación magnética en fuerza de propulsión.
Resonador experimental de la NASA
Resonador experimental de la NASA
Según informa el diario Daily Mail, los ingenieros planean emplear este tipo de propulsores para controlar los satélites en órbita. Además, se estima que una planta de energía sobre la base del EmDrive permitiría alcanzar los límites del sistema solar no en décadas, como hasta ahora, sino en tan solo unos meses.
sputnik Mundo 

El extraño moái que es diferente a todos los demás


Tuku Turi / foto Mbz1 en Wikipedia Commons
Los famosos moáis de Rapa Nui, la Isla de Pascua, son de sobra conocidos y se cuentan entre los monumentos más singulares de la historia de la Humanidad.
Hace poco se extendió por internet la hilarante noticia viral de que los moáis no eran solo cabezas, sino que bajo la tierra tenían cuerpo, algo que en realidad ya se sabía desde hace décadas.
Se conocen en torno a unos 900, repartidos por toda la isla, e incluso más de 400 que quedaron inconclusos en torno a la cantera principal, el volcán Rano Raraku. Se construyeron entre los años 700 y 1600 d.C., aunque muchos fueron derribados posteriormente por los nativos, siendo restaurados los que hoy se pueden contemplar erguidos a partir de 1956.
Fueron investigados por primera vez en 1914 por Katherine Routledge, quien a pesar de entrevistar a los nativos y recopilar algunas de sus leyendas, no fue capaz de discernir ni su función ni su significado. También estudió la singular escritura de la isla, el Rongorongo. Ambos elementos continúan hoy en día siendo un misterio para los especialistas.
Lo único que hay son teorías, la más aceptada de las cuales establece que los moái debieron ser representaciones de antepasados difuntos.
Si todo esto no fuera poco para alimentar la imaginación y fomentar hipótesis, resulta que de los casi 900 moáis que se conservan hay uno que es diferente a los demás en un detalle. Todos los moáis están erguidos, de pie, aunque muchos permanecen hundidos en la tierra hasta los hombros. Pero éste se encuentra claramente arrodillado.
Perfil de Tuku Turi / foto Dominio público en Wikimedia Commons
Se le conoce como Tuku Turi (a veces escrito junto como Tukuturi) y es uno de los que permanecen en las cercanías de Rano Raraku. El nombre deriva de la palabra tuku que es como llamaban a esa postura, y que se relaciona con un festival tradicional denominado riu en el que los miembros del coro cantaban adoptando esa posición.
En un primer momento se pensó que podía representar a una mujer, pero la realidad es que tanto los rasgos del cuerpo como la prominente barba que muestra descartan esta posibilidad.
Curiosamente Tuku Turi está hecho de escoria roja, un tipo de piedra procedente de Puna Pau, otra cantera en el sudoeste de la isla, y no de toba como los moáis extraídos de Rano Raraku. Es más pequeño que los demás, alcanzando solo unos 3,70 metros de altura y un peso de 10 toneladas. Fue descubierto por la expedición de Thor Heyerdahl entre noviembre de 1955 y abril de 1956.
La cantera de Rano Raraku / foto Bjorn Christian Torrissen en Wikimedia Commons
En lo que no parecen ponerse de acuerdo los arqueólogos es en su cronología. Algunos opinan que puede ser uno de los moáis más antiguos (Don Schorn lo situa en el siglo I o incluso antes), mientros que otros creen que por el contrario es muy posible que sea el último de los creados, en un momento en que la producción de los clásicos ya se había detenido.
Este último caso cobra fuerza si damos crédito a su relación con el tangata manu, la competición tradicional anual que consistía en alcanzar el primer huevo de la estación manu tara en el cercano islote de Motu Nui. Se trataba de una ceremonia que señalaba el comienzo de la primavera, dentro del culto de Make-Make, el hombre pájaro y principal dios de los isleños.

Sólo el amor.

Tomada de la red.

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