1-Detrás de lo
espejos de tu alma 
un fantasma en su
eternidad agoniza
2010
2-De tus labios enredados
en el viento
un relámpago de
mariposas 
perfuma de colores la
distancia
2010
3-Es una mariposa
perdida en tu voz
el otoño
2010
3-Ebria de soledad y
ausencia
hace surcos de agua
en tu ombligo
la luna
2010
4-Trébol de agua 
el sonido de la
sangre 
se ahueca en la
mirada del viento 
2010
5-Son tus senos
dos tibias paloma que
anidan en mis manos
2010
Desnudo la soledad
beso el silencio 
abrazo la ausencia
hago el amor a la
quimera
tan distante
tú
2010
6-Canta el viento con
su voz mineral
la quimera del tiempo
2010
7-Es un espejo donde
el viento se mira y rejuvenece 
la distancia 
2010
8-Un pájaro herido
por la ausencia
el horizonte
2010 
9-También sueñan como
los Ángeles 
las nubes
2010
10-En la mirada de la
ausencia palpita el olvido
11-Con su voz desnuda
en el hondo silencio
del tiempo
canta la tambora 
su origen2010
Caracol perdido en
los latidos del viento
en su lentitud el
tiempo no tiene prisa 
y en el pulso del
agua 
la luz de la luna
tritura las sombras de la tarde
cuando por el sendero
la noche lo arropa en
sus sábana de terciopelo
y en el sueño 
el silencio roba la
claridad al día 
para ponerla en sus
ojos 
2010
QUIMERA DISTANTE.
Habitas en mis sueños
corres desnuda por
los pasillos de mi alma 
hasta las imaginarias
habitaciones del alba
en donde te quedas
para siempre en mi voz
mi voz que construye
para ti un mundo de fantasía
quimera distante
flor de los Andes
ángel de tentación
mujer que traspasa el
tiempo y la distancia 
y se pierde entre las
luces y la fantasía de la ciudad 
busca entre los
túneles de la noche un poco de amor
2010
ÁRBOL DE SOMBRAS
Hace tiempo te
esperaba
llegaste dormida en
la luz de un relámpago 
arropada en los
sueños
vestida de silencio
descalza sobre la
transparencia de mi voz
dejando tus huellas
entre mis ojos
que te tocan
que te desnudan
que te acarician el
pubis 
que trepan hasta la
cúspide imaginaria del placer 
que se ahondan hasta
el orgasmo en tu sexo
mis ojos que tejen en
tu piel un vestido de música y flores 
donde el alba es una
luz que se desgrana en los latidos de la pasión
 tu piel que deja entre mis manos el dulce
sonido de tu aroma 
que en la ausencia se
deshoja en la tentación de lo prohibido 
tu cuerpo desnudo lo
dibujo en el nocturno lienzo del insomnio
y pongo dos alas en
tu espalda 
cierro los ojos 
y estás a mi lado 
aunque hace tiempo te
alejas entre las brumas de la ausencia y el olvido
es allá
en los ignotos paraje
de los recuerdos
donde esta amor como
un árbol de sombras 
germina 
crece
2010  
ESPEJISMO DE LUNA
LLENA.
En mi voz 
tus senos
resplandecen como el agua 
bajo la luz de la
luna
dos alas crecen en tu
espalda
la noche es una flor
que en tu piel renueva sus pétalos minerales
y en la vaguedad
infinita de tus ojos 
el mar pinta de
pájaros azulmarinos  el horizonte
temblor del viento
detrás de los espejos aterciopelado de la alborada
libélula de cristal
atrapada en los contornos luminosos de tus fantasías
y en la voz del deseo
dos tatuajes de sal
se desnudan a la pasión
templos de leche
colinas de nata
pirámides de
azúcar    
amanece en tu mirada
un sol ebrio de eternidad 
y la luz 
como un ángel  de cristal líquido 
danza  en  los
límite de tu desnudez y se aleja 
y junto a un camino
de estrellas 
en su génesis de
humedad 
el rocío se desvanece
y entre tus piernas 
en noches de olvido y
hastío 
el fuego consume
sueños  placeres 
tentación de lo
infinito  es el pecado de amar lo
prohibido
torres de algodón 
hondura de la nada es
la distancia 
que naufraga en la
pesadumbre de la ausencia 
canto de sirena 
tibios pezones de
miel 
tu desnudez
ondula en mis
recuerdos 
como un espejismo de
luna llena
2010
PENSARTE TAN
DISTANTE.
Pensarte tan distante
sentada en un trono
de ámbar
mujer que habitas en
mis sueños
equidistante de la
ternura y la pasión
retenida entre las
brumas del alba
diosa de jade
enredadera luminosa
que trepa por las paredes de mi voz
canto de amor
unicornio de cristal
bajo las lunas de abril
estrella de azúcar
derretida en la frente del horizonte
largo suspiro del mar
que salpica de salitre las ciudades
atrapadas en la
fantasía del neon 
por sus calles de
hastío 
un fantasma herido
por el tiempo
pregunta tu nombre a
pálidos transeúntes 
atrapado entre los
espejos del olvido
2010
Haití 
Grito que desgarra la
inocencia rota por el dolor
voces atrapadas bajos
los escombro del llanto
ciudades incineradas 
cuerpos mutilados 
cadáveres atrapados
en las enredaderas del viento
y detrás de los
parpados heridos de la noche 
la multitud azorada
no despierta del horror
escarba entre los
escombros  
busca entre las
cenizas un suspiro 
halito de vida 
luz que palpita en la
oscuridad de los días pasajeros 
en la esperanza
atrapada bajo los escombros
en las manos
solidarias que remueven las piedras  
buscando encontrar
bajo las ruinas de la sangre
el corazón herido de
la luz
2010
PERGAMINO DE LÁGRIMAS
Mi voz dibuja en un
pergamino de lágrimas 
un lejano horizonte
de caña y sangre 
en donde el tiempo
acumula 
en un rincón de mi
alma 
voces quebradas por
el látigo
2010
BARCOS NEGREROS 
En su itinerario de
horror 
barcos negreros
vomitan cadáveres en una mar de topacio
anidan  en el viento voces quebradas por el látigo
trapiche oxidado por
un dolor ancestral 
areito fúnebre
batey desolado
aluvión sangriento
sudor que al tocar la
tierra se convierte en sangre
miradas de sal
derretidas por el sol
cadenas que atan a la
quimera al canto de las luciérnagas
luna que todas las
noches llora sobre las ceibas
caminos de luto y
gloria
cruces clavadas en el
útero de la inocencia
corazas plateadas en
donde se enseñorea la muerte
pasos que se pierden
entre las sombras en donde se cobijan los sueños
pechos reventados por
un rayo carnívoro 
grito diluido en la
memoria de una raza que se extinguió  en
su heroísmo
llora el tiempo en el
pecho de la noche  que el viento enlutece
isla perdida en la
ruta del sol
antigua y ambigua 
ubicada en un cateto
de azúcar y sangre
puerta de jade por
donde penetraron los caballos apocalípticos
a perforar con sus
arcabuces la tierna inocencia de los tainos
2010
12-Mis manos dibujan
lirios de agua en los murales 
imaginarios de tu alma
y en la profundidad
de los sueños se desnudan las palabras en la voz del deseo
2010
Hace tiempo la sueño 
vestida de luna en su
desnudez 
dejando sus huellas
sobre las alfombras nocturnas del tiempo
alejándose  para siempre entre las luces y las sombras 
de la ciudad
agrietada por la ausencia 
hacia los antiguos
suburbios del alba
2010
Una gota de sombra en la distancia
es la tarde
2010
Atardece
mayo agoniza
llovizna 
Los flamboyanes sueñan
Julio 2010
TRAMPA ANCESTRAL
Pedazos de luna
derritiendo entre los espejos de las madrugadas
espada vencida por la
gloria 
relámpago anfibio
torbellino de  luz
tres naves carnívoras
navegando entre la bruma  de agosto
hacia las luces y las
sombras de octubre 
boca llena de una luz
mineral 
trampa ancestral 
junto al sendero del
ocaso un lirio resplandece
sonidos de tamboras
en la voz destemplada del viento
trapiche desolado
cañaveral
ensangrentado por un sonido de cadenas rotas 
danza victoriosa
litoral de cenizas 
lagrimas de cera en
los ojos de la quimera 
y más allá del
resplandor amarillo de las olas que iluminan el amanecer
cadáveres mutilados
chorrean sangre sobre los pergaminos de la historia
2010
Hay mariposas
flotando  en mi voz
un ángel asoma a la
ventana 
y mira a través de
mis ojos
como los barcos
anclados en el mar 
se van esfumando en
la noche 
2010
Esos truenos lejanos y sombríos
anuncian que mayo está cerca 
que las lluvias cubrirán de sombras la tierra  
que los caminos entre mis ojos 
se llenarán de lirios y espejos
2010 
Nací un día de otoño, 
cuando los soles eclipsados de noviembre 
emergían  despacio en las aguas
cenagosas 
del amanecer. 
2010
Esta tarde de invierno pájaros de oro 
migran hacia los oscuros rincones del agua
2010
Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos 
evidencia que el hambre ronda los días
2010
Un ángel herido por un rayo de eternidad
solloza en brazos de
la quimera
2010
SUSURRO IMAGINARIO
Copos de sombras
manchan de ausencia el olvido
la voz empañada por
el  limo verde del ocio 
es apenas un susurro
imaginario 
que se pierde en la
noche
ANAQUELES DEL ALMA
Mis padres en un éxodo interminable 
poblaron las lluviosas regiones del sur 
de ellos conservo en los anaqueles de mi alma
las cadenas que ataron su origen 
al olvido
los recuerdo en las tardes mirando el horizonte 
buscando entre las sombras de la tarde 
el sonido de alguna tambora lejana
nunca fueron felices 
toda mi alegría es la tristeza que de ellos heredé
y en algún rincón de mi alma 
la abuela  mamá tita todavía
recolecta 
los residuos perdido de su pasado 
la lluvia como siempre 
va dejando huellas de sal sobre las paredes del silencio 
teje  mantos de sombras con los
que se arropa la soledad 
y aprisiona en las claras habitaciones del agua 
la alegría de ese niño 
que detrás de los espejos de mis ojos 
no deja de llorar 
DETRÁS DEL ESPEJO 
Detrás del espejo
duerme un fantasma 
en sus ojos la luz
pelea contra las sombras 
por eso es que  la habitación se ilumina  de mariposas 
que traspasan las
paredes de la noche 
hasta diluirse en la
distancia
que va de los
sueños  al amanecer 
CON ALAS EN LA ESPALDA
Ese niño con alas en
la espalda 
y el cielo en la
mirada
que todas las tardes
como testimonio de su breve edad
me trae en su voz de
pájaro 
un ramillete de
flores silvestres 
tiene en la sonrisa 
alegre la mirada
y un corazón de
azúcar derretido en mis palabras  
tierna la azucena en
sus manos
como un relámpago
perfuma el sendero
por donde sus pasos
se alejan del ocaso a la aurora
a iluminar  de ternura mi alma 
A Guaroa Acevedo mi
hijo.
Sobre  Palestina 
pájaros fúnebres 
danza la muerte 
ESPECTADORES DEL ALBA
Me abruma la terca agonía 
de los indigentes de la zona colonial
residentes permanentes de las 
sombras 
efímeros inquilinos de las frías madrugadas de enero
invisibles espectadores del alba 
van dejando por donde pasan 
el aroma inconfundible del 
hambre
pasajeros de un tren sin destino 
son victimas de una sociedad 
que en grandes vasijas de plata 
lava con sangre sus manos
ignorados transeúntes de calles heridas 
por  cinco mil años ausencia
cómplices de las prostitutas del conde peatonal
bohemios del rocío  y el salitre
aventureros insomnes de la miseria 
lunáticos mutantes de la desdicha
que en la Duarte
frente al parque de las palomas  
se desnudan y danzan hasta morir 
ARBOL SIN MEMORIA
Manuel
no fue más que un niño endeble y solitario
que tenía la piel del color del camino real 
la mirada llena de pájaros azules que
picoteaban el alma de la ninfas del bosque
que defecaba flores en los huecos de las
carboneras que hacia con sus manos escuálidas
que corría 
por los caminos grises del 
invierno 
tratando de encontrar en los sueños 
los parajes imposibles de la fantasía
su voz tierna como el canto de los ruiseñores 
pintaba de mariposas las paredes de las tardes
primaverales  
y su desnudez la ondeaba el viento más allá de
los días lluviosos de mayo
en que la alegría sucumbía al hambre
a veces lo encontraba solitario en las lejanas
regiones del rocío
navegando a la deriva en un océano de celias
tatuadas en el viento frío del amanecer
lo llamaba 
volteaba el  
rostro 
y me arropaba en el lienzo azul triste   de
su  mirada
corría hacia mis brazos 
y me abrazaba por largo rato 
sentía como su piel afiebrada se derretía en mi
piel
luego nos íbamos a los potreros del tío
Alberto  
atravesábamos los conucos del abuelo Ismael 
jugábamos con el viento
hablamos con los pájaros
corríamos felices  por las praderas infinitas del medio día
hasta terminar exhaustos debajo de un árbol sin
memoria  
a veces en el azul más limpio de su inocencia
se quedaba dormido
lo veía moverse inquieto
temblar
sonreír
cuando despertaba me contaba que había estado
en un hermoso lugar 
donde seres luminosos con alas en la espalda
jugaban con él
que les dijeron 
que pronto estaría con ellos 
y que ya nunca más sentiría hambre
ni frío
ni soledad 
Manuel
No tuvo más escuela que su corta vida
Sus nueve años sin historia y sin ninguna
procedencia     
hoy que lo encontré dormido en una carbonera 
arropado en su soledad
acurrucado en la nada
me deslumbró su recuerdo
descalzo
semidesnudo
sonriendo siempre
con su tristeza a cuesta
solitario
buscando entre los cubicuelos del hambre 
un poco de agua
una fruta de lastima
un pedazo de pan
en las noches cuando se le hacia tarde 
le suplicaba que se quedara con nosotros
no aceptaba
me miraba con toda su ternura acumulada entre
sus manos
y se despedía de mí con un abrazo de eternidad 
y se alejaba entre las sombras hacia ninguna
parte 
me quedaba junto al camino abrumado 
por una inexplicable sensación de soledad 
hasta que él se desvanecía en la distancia 
con Manuel compartí la sed 
el hambre
la pobreza 
el frío
y la desnudez
y sobre todo la alegría infantil de correr 
por los bosques memorables de la fantasía y los
sueños
Manuel
nunca me dijo donde vivía  
cuando le preguntaba 
me señalaba con insistencia un lugar perdido en
su memoria infantil
el cual yo no vería 
ni encontraría 
porque ese lugar sólo existía en el deseo que
él tenía de tener un hogar
cuando le decía que quería ir a su casa 
conocer a sus padres
me miraba azorado
y se alejaba huyendo 
ondeando su desnudez en el viento
escurriéndose en los latidos del bosque
ahora que Manuel está muerto
hemos buscado por todas partes su hogar
y sólo hemos encontrado debajo de un gran árbol
sin memoria 
un lecho de flores y cenizas 
donde Manuel todas las noches en su soledad
moría de frío y ausencia 
Domingo Acevedo
Abril 2010
JUNCOS AZULES 
Ríos coagulados en las mejillas del
viento
lámparas heridas por el sol 
prostitutas dormidas en las efímeras
 habitaciones del viento
pupilas rotas  por el dolor 
juncos azules bajo la lluvia helada
de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del  hambre
un niño  
La vieja Belén
Este domingo  de tristes soles escondiéndose 
bajo las piedras
amarillas del camino
la lluvia trajo en su
vientre 
el olor sombrío del
musgo que crece entre las grietas  
de mis palabras 
bosque de almácigos y
ceibas 
anacahuita de cristal
galope de pájaros
fosforescentes  en la noche 
aviadores imposibles
haciendo piruetas 
en un cielo crispado
de ángeles 
y por entre  la espinas y las luces
de enero  
Isabel 
la mamá de Antonio 
encarna a la vieja
Belén
Esa es
mi voz
esa es
mi voz 
eco
lejano de tamboras ahogándose 
en la
mirada ausente de la eternidad 
madreselva que se
enreda en la brisa 
árbol nocturno de
sonidos 
barco de humo
derritiéndose en la alborada
luna de papel
hundiéndose en el mar
densa atmósfera de
clorofila 
caballo de azúcar
cabalgando 
sobre la arena
luminosa del verano 
estampa de sangre en
las paredes del futuro 
mi voz
eco de lágrimas
salpicando las ciudades 
heridas por la guerra
aroma desolado 
campanas de agua 
racimo de luz en el
pozo de la muerte 
grito  de guerra 
canto de amor 
esa es mi voz
Nudo de lágrimas 
Ya nadie podrá desatar
el nudo de lágrimas 
que me ata a tu
recuerdo  
aquí estoy 
perdido entre los
oscuros espacios que dejan los sueños 
en los resquicios de
la nada
goteras de sal caen
sobre las sábanas blancas del insomnio 
y de luto se han ido
vistiendo todos los árboles del camino 
que lleva hasta mi
casa
desnuda y triste la
quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras
anidan en los sonidos oxidados de mi voz 
y hace siglos que los
ojos de la ausencia lloran  mi vida
sobre las grandes
capitales del mundo 
el humo de las
chimeneas bosteza su veneno 
es la luz 
un espejo donde el
horizonte se mira y envejece
y en las íntimas
habitaciones del agua 
una sirena llora
desconsolada su eternidad
y desde la ventana
principal de la alborada 
alguien que no conozco
me dice adiós
Testimonio
de mayo 
He
vivido atado a los recuerdos
a los
momentos irrecuperables  de mi infancia
que se
perdieron en el largo camino de la ausencia 
a las
mañanitas  memorables del rocío,
a  los días inolvidables de la primavera
a las
noches esplendorosas de luna llena
aún
tengo pegado en la piel
el
claroscuro resplandor 
de  los días interminables de mayo 
el olor
de los potreros guía mis pasos 
 por el camino de los conucos
 hacia 
la soledad inmensa de la lluvia 
 y el perfume de la clorofila colorea mi voz
de
mariposas 
 aún los duendes invisibles del invierno
 rondan mi memoria
 y más allá 
del horizonte de mis ojos 
 un niño descalzo llora su hambre
Ola de
sal 
El
tiempo se ha roto con tu ausencia 
dejando
un rastro de eternidad en mi voz 
a veces
la sensación de tu partida 
levanta
en mis ojos una ola de sal 
que
destruye las habitaciones del olvido
y todas
las noches 
la luz 
va
dejando espejos de luna
en las
paredes de la alborada  
donde
los niños 
con los
dedos tiznados de ternura  
escriben
tu nombre 
Miguel 
A Miguel
Ángel Acevedo
Árbol de pájaros
azules
Árbol de pájaros
azules 
atrapados en los
cubículos de las sombras 
tres ruiseñores de
sal 
estampan en las
paredes del olvido 
tu nombre
SUSURRO IMAGINARIO
Copos de sombras
manchan de ausencia el olvido
la voz empañada del
limo verde del ocio 
es apenas un susurro
imaginario 
que se pierde en la
noche
ANAQUELES DEL ALMA
Mis padres en un éxodo interminable 
poblaron las lluviosas regiones del sur 
de ellos conservo en los anaqueles de mi alma
las cadenas que ataron su origen 
al olvido
los recuerdo en las tardes mirando el horizonte 
buscando entre las sombras de la tarde 
el sonido de alguna tambora lejana
nunca fueron felices 
toda mi alegría es la tristeza que de ellos heredé
y en algún rincón de mi alma 
la abuela  mamá tita todavía
recolecta 
los residuos perdido de su pasado 
la lluvia como siempre 
va dejando huellas de sal sobre las paredes del silencio 
teje  mantos de sombras con los
que se arropa la soledad 
y aprisiona en las claras habitaciones del agua 
la alegría de ese niño 
que detrás de los espejos de mis ojos 
no deja de llorar 
                               Mano
invisibles            
                                             I
Manos invisibles van taponando las
heridas del horizonte 
por donde se derrama la sangre
luminosa de un cíclope herido
                                            II
La tarde lentamente va sepultando en
un cementerio de sombras
los últimos residuos del sol 
                                           III
En el preámbulo de la noche un niño
llora
Hijos póstumos del
rocío  
Mis padres 
hijos póstumos del
rocío
crecieron bajo el
sombrío reflejo 
del relámpago y la
lluvia 
cuando el trueno
iluminaba de misterios 
los ignotos rincones
de los recuerdos
que se perdieron
entre la sangre y las flores 
de una primavera
truncada por el peso 
de las cadenas y los
arcabuces  
allá
muy lejos en la
memoria 
una embarcación
encalla entre los arrecifes 
de los sueños 
y bajo el resplandor
de una luna de cal 
melancólicas  tamboras 
atan mi vida 
a la nostalgia 
es aquí donde mis
padres 
un hombre 
y una mujer
ignorados leñadores 
perdidos en el confín
del monte  
diseñaron este traje
de carne y hueso 
que he llevado puesto
por tanto tiempo 
A mis padres Sergio
Bautista
y Cosuelo Acevedo
RAYO DE ETERNIDAD
Nací junto al  resplandor azul
naranja de los sueños 
en brazos de la quimera 
cuando el sonido ancestral de los tambores 
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea 
en la telaraña de la utopía y la nostalgia 
nací herido por un rayo de eternidad 
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido 
lejos del mar y la primavera 
en el preámbulo de las mariposas 
un día de otoño
cuando los soles  eclipsados  noviembre 
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer
pájaros de oro
Esta tarde de de mayo 
pájaros de oro Petrificados en el viento 
migran hacia los oscuros rincones del agua 
la quimera
La quimera 
herida por un rayo de eternidad 
agoniza en brazos de un ángel 
el sol 
El sol 
con sus dedos perfumados de clorofila y rocío 
golpea las puertas en penumbra del amanecer
SIRENAS DE SAL 
Malecón de eternidad
que el mármol salobre de las olas oxida
mar perdido en el
horizonte nebuloso de la historia 
puertos abandonados
en los angares del olvido
barcos hundidos en un
archipiélago de sangre 
sirenas de sal 
piratas tuertos del
corazón
fantasmas devorados
por el tiempo 
látigo de azúcar en
la espalda mutilada del futuro 
murallas de arena
ciudad atrapada entre
las luces y la nostalgia 
siluetas aprisionadas
en la telaraña de sus miedos
edificios de humo
calles que se pierden
en los oscuros laberintos de las noches 
y más allá de los
sueños tres puertas siempre abiertas 
ESPECTADORES
DEL ALBA
Me abruma la terca agonía 
de los indigentes de la zona colonial
residentes permanentes de las 
sombras 
efímeros inquilinos de las frías madrugadas de enero
invisibles espectadores del alba 
van dejando por donde pasan 
el aroma inconfundible del 
hambre
pasajeros de un tren sin destino 
son victimas de una sociedad 
que en grandes vasijas de plata 
lava con sangre sus manos
ignorados transeúntes de calles heridas 
por  cinco mil años ausencia
cómplices de las prostitutas del conde peatonal
bohemios del rocío  y el salitre
aventureros insomnes de la miseria 
lunáticos mutantes de la desdicha
que en la Duarte
frente al parque de las palomas  
se desnudan y danzan hasta morir 
LIRIOS Y ESPEJOS
Relámpagos sombríos
nubarrones oscuros y
fugaces
truenos lejanos
mayo está cerca
las lluvias llenarán
de sombras la tierra
los caminos se
llenarán de lirios y espejos 
y el sol dejará en mi
piel un rastro de eternidad
MAYO 1961
Mayo va dejando en un
portafolio de eternidad
su olor a olvido 
PLATAFORMA DE SANGRE
Plataforma de sangre 
una enredadera de
pájaros sombríos 
trepan por las
paredes del miedo 
EBRIOS
ARLEQUINES
Calles de insomnio 
malecón de ceniza 
puerto de sal 
río que abraza el mar
mar que besa el cielo
cielo que se traga la
ciudad
ciudad amurallada en
sus raíces  
por sus avenidas de
luto
antiguos  transeúntes 
se pierden en un pantano de luces y sombras
y en los balcones del
verano 
hermosas prostitutas
de porcelana 
la noche
acorrala  
en el conde peatonal
ebrios arlequines danzan bajo las lunas de otoño 
y los mendigos
atrapados en la telaraña incierta de su destino 
todas las noches se
pierden en los cubículos del hambre 
y en la soledad
absoluta de la indiferencia 
niños que agonizan
escondiéndose detrás de sus sueños
y atrapados en las
catedrales del olvido 
antiguos fantasmas
lloran desconsolados su condena de eternidad
CROA EL SAPO
Croa el sapo 
las estrellas clavan
en el corazón de la noche
 sus cuchillos de sal 
el viento se enreda
entre los árboles
y cae a un abismo de
sombras
el mar en la
distancia se confunde con el cielo 
en un abrazo de
eternidad
y la ciudad no es más
que un espejismo 
que se desvanece en
la mirada agónica de  los mendigos 
TRAJE DE AUSENCIA
La nada me atrapó en
medio de la noche
vistió mi alma con el
traje de la ausencia 
y me llevó a través
de los sueños 
A los brazos de la
muerte  
LA SANGRE
 ES UNA FLOR
Todavía fresca la
sangre en el asfalto 
es una flor que el
viento deshoja en la memoria 
RETAZOS DE SOL 
Retazos de un sol que
agoniza 
se escapan por las
rendijas 
de los árboles en el
horizonte 
un tropel de
mariposas a la deriva 
se pierden entre los
pergaminos 
distantes de la tarde
la luna como un
anillo perdido en el  mar
resplandece y
desaparece al compás
de las olas del
tiempo 
que la oxida y la
entierra en la arena azul 
del universo
Bajo la luna
cara de ceniza
una lechuza
CANTO POR LA PAZ
Multitud de sueños en
la voz del viento
banderas multicolores
en la mirada de sol
voces de amor
arrullan el sueño de los niños 
que en Afganistán o
Colombia
en Irak o Somalia
en Palestina o
Etiopia 
son heridos en su
inocencia por la guerra 
huellas de esperanza
se alejan de los
oscuros laberintos del odio 
hacia las amplias
planicies iluminadas del amor
en donde la humanidad
en un canto solidario
por la paz
se abraza
DOMINGO  ACEVEDO
ALBORADA DE MARIPOSAS
AZULES
No fui más que un niño que siempre anduvo perdido en sí mismo 
en los conucos lejanos del abuelo Ismael
aprendí de la vida todo lo que sé hoy
fueron los potreros del tío Juan mi escuela 
y en las lejanas regiones del rocío era donde podía mirarme al espejo 
y encontrarme tal cual era
un niño hecho de ceniza y barro 
con la mirada torva perdida en el infinito
un niño que escribía todas las tardes en los pergaminos del viento 
su historia envejecida en su dolor vegetal
fue toda mi alegría poder correr por el bosque 
hasta cansarme y terminar de bruces 
entre los arbustos mágicos de las tardes 
hablar con los animales y los árboles
pasear en el viento más allá del horizonte  
y regresar en las nubes al lugar de donde nunca partí 
y encontrarme como siempre arrullado entre los brazos de mis padres
que me cubrían de la lluvia que con su corazón de azucena 
iba dejando pedazos de cielo dormidos en mi piel.
todas las tardes 
mi madre y yo nos sentábamos bajo la sombra del gran árbol azul de la
vida
a mirar como los pájaros ebrios de clorofila 
se escondían detrás de las murallas del horizonte 
mientras una peregrinación de mariposas 
ancladas en los ventanales del ocaso 
agonizaban en la mirada quimérica de un ángel
hoy no hay más alegría  que este canto
bajo esta luna de jade 
por el camino del alba las huellas del rocío se evaporan  
entre los pies descalzos de un sol precoz 
que siempre en noviembre pasa de largo a esconderse entre los
matorrales atardecidos de la distancia
alborada de mariposas azules 
heridas por los puñales del 
otoño 
todas la mañanas  en el  fogón 
doña Lola hierve jengibre que ofrece al paladar
para ahuyentar a los duendes del frío 
y en algún lugar perdido en la memoria 
Cató todavía elabora con sus manos de ternura 
los colores del amanecer 
y en un rincón de mi alma  
la abuela Mamá Tita recolecta los residuos perdidos de nuestro
pasado  
muchas veces 
ella y yo imaginábamos escuchar en la voz destemplada del viento 
el lejano sonido de nostálgicas tamboras 
grito de guerra 
canto de amor 
danza que en las noches aun nos libera del peso de una historia amarga 
que escribieron con su sangre nuestros abuelos 
para que mi voz 
quinientos años después 
pudiera abrir las puertas que el tiempo creyó haber cerrado para
siempre
nací en esta tierra que tiene el color del olor del topacio 
donde los colores vegetales de la primavera se levantan como una ola 
que inunda todos los rincones del bosque de mariposas 
que al morir van dejando un rastro efímero de luz 
en la mirada azul de la distancia
arco iris coagulado en una lágrima 
por el camino real 
el tío Alberto regresa 
parece flotar sobre la tenue oscuridad 
del atardecer 
la tía Agustina en la ventana  lo
ve llegar 
espera como siempre que él lleve las vacas a los corrales 
se dé un baño 
vaya a la ventana 
le dé un beso 
y luego se sienten todos en la mesa a cenar  
todavía en las noches 
mi padre como un fantasma 
se pierde entre las sombras hacia las carboneras 
a vigilar los hornos 
para que el fuego no consuma los sueños 
y así poder derrotar el hambre que acecha entre los resquicios de las
horas más largas del verano.
primavera insular
caserío perdido junto al bosque del olvido
flamboyán amarillo
anacahuita de cristal
bajo los limoncillos florecidos 
la tía Tatín con su escoba arrincona contra los espejos de la tarde
las cenizas que deja el otoño en la mirada de la tía Aurora
que aún busca en su interior 
el camino de regreso al paraíso que nos robó la modernidad 
ignora ella 
que morirá arrinconada contra sus sueños 
sin volver a ver el sol 
desde los ventanales primaverales del alba
Copos de niebla
sobre los arrozales
el amanecer
Salta un gato
La noche es oscura
La luna brilla
DOMINGO ANTONIO ACEVEDO.