sábado, febrero 01, 2025

El legado de Pablito Mirabal sigue oculto, nadie lo promueve: Ni el día de la juventud.


La lista de niños guerrilleros en el mundo debe ser muy reducida, por el peligro que encierra esa actividad, ella hace que los hombres de una conciencia política probada reflexionen con detenimiento antes de iniciar una empresa de esa naturaleza. En todos los tiempos la confrontación armada significó y sigue siendo tarea peligrosa, quizás la afirmación grafica del tema sea la que ofrece el general Máximo Gómez: ´´ …si no caigo en lo que falta de lucha, cuando me vea tranquilo en un rincón de mi patria, pediré siempre para Cuba la bendición del cielo.´´ La cita hace pensar que la R.D ha sido insolidaria con el legado de Pablito Mirabal, el niño cubano que vino con los expedicionarios que pisaron el suelo patrio en 1959, orientados por los comandantes Jiménez Moya y Delio Gómez Ochoa, con el propósito de tumbar a Rafael Leónidas Trujillo Molina, considerado por la doctrina histórica, un dictador atípico en la región, por los niveles de violencia que usó en perjuicio de la población. Se estacionó en el cuerpo de la nación por más de tres décadas, se caracterizó por matar, exiliar, encarcelar, perseguir a sus adversarios: el sátrapa fue sinónimo tormentos.
Ocurre que Pablito, una criatura que merecía estar bajo la protección de sus padres, vino a liberarnos de la humillación que sufría la totalidad de sus habitantes, pues hasta los adictos al régimen tenían problemas sino adulaban al ´´jefe´´. Creemos que la República ha sido indolente con Pablito, porque no se resalta su legado, pese a que llegó a dar su vida por nosotros, y aunque Mirabal aportó tanto, aquí no existe obra alguna que lleve su nombre, para que la presente y futuras generaciones se enteren de la proeza del niño guerrillero, que desembarcó en quisqueya, buscando el bienestar de los dominicanos.
´´La Victoria de los Caídos, Constanza, Maimón y Estero Hondo´´, del excombatiente Gómez Ochoa, refiere varios episodios protagónico: ´´Pablito, Frank y yo decidimos subirnos en un árbol a mirar hacia el valle, pues desde el suelo no veía bien por la frondosa vegetación que teníamos encima. Creíamos que iba a menguar el volumen del fuego aéreo. Por debajo de nosotros estaba volando el helicóptero en que iba el general Mélido Marte, cosa que no sabíamos entonces y Pablito me planteo la posibilidad de dispararle. Se veían perfectamente los dos tripulantes de la nave. Si le hubiéramos disparado al piloto, el alto oficial no habría escapado con vida…´´
´´…los tiros llovían sobre nosotros…´´
Delio narra el impacto que tuvo cuando él y Pablito fueron presentados a Trujillo, ante dictador, recuerda que la conversación se inicio como sigue, ´´Así que usted es el comandante Ochoa-dijo Trujillo, y preguntó- ¿Usted a qué vino aquí´´? ´´Le afirmé:´´ ´´Bueno, yo vine a pelear´´.
´´A lo que dijo:´´ ´´a usted lo que hay es que castrarlo y mandárselo para allá a Fidel Castro´´. Miró a Pablito y le dijo:´´ ´´ ¿Y la cagarruta esta a qué vino aquí?
´´Entonces Pablito le contesto con su hablar atropellado:´´ ´´Yo vine a Pelear´´.
´´Usted está bueno –le señaló Trujillo-para dárselo a Ramfis para criar gallinas´´ y seguidamente añadió:´´ ´´¿Usted sabe quién soy yo?´´
´´Pablito le señaló:´´ ´´sí, usted es Chapita´´, ´´que era como le decían burlonamente a Trujillo por la cantidad de medallas y condecoraciones que usaba, muchas de las cuales se las confirió el mismo. La repuesta de Pablito fue para mí una sentencia de muerte definitiva. ´´De esa no nos salva nadie´´ ´´-pensé-´´
´´No conozco si alguien alguna vez le dijo a Trujillo algo así en su propia cara, pero Ramfis no pudo disimular la risa, entonces el padre también sonrió, aunque más bien le salió una mueca. ´´El Generalísimo´´ preguntó seguidamente a sus acompañantes que quien nos iba a interrogar.´´
Antonio Zaglul en ´´Mis 500 Locos´´, aporta datos importantes en la historia del adolescente guerrillero, como se sabe los golpes, las torturas que recibieron los prisioneros de guerra por la gesta de 1959, hicieron que Pablito entrara en crisis, fue llevado al ´´manicomio de Nigua´´, indica el autor: ´´una cosa curiosa la relación de todo el personal con Pablito. Cerca de dos horas duró el desfile por mí oficina. Le ofrecían cigarrillos y dulces. Le traían comida y, sobre todo, lo contemplaban con admiración. Era una explosión de afecto lógico, pero atrevida. Llegó un momento en que tuve que cerrar las puertas de la oficina para que no entraran más personas.´´
´´Solicité entre los enfermos dos voluntarios para la vigilancia de Pablito. Todos querían el cargo. Escogí a dos de los mejores…´´
´´La vida de Pablito en el sanatorio se desenvolvía más o menos bien.
´´Un lunes me informó el mayordomo que el domingo había ido al manicomio una gran cantidad de militares, ellos también quisieron ver a Pablito, y conversaron largamente con él.´´
´´Llamé a Pablito y le pregunté el tema de la conversación de los militares. Me dijo que eran soldados que habían peleados en la zona de Constanza. Todos alegaban haberlo hecho prisionero, pero la realidad era otra: el grupo de Gómez Ochoa se había entregado a un sacerdote.´´
´´La realidad era otra: no sólo los civiles iban a admirarlo, sino también los militares. Todos le llevaban algún regalo y le colmaban de lisonjas. El se sentía feliz, muy feliz…´´
´´La presión internacional obligó a Trujillo a devolverle su libertad…´´
Los parros que anteceden tienen la misión de mostrar el yerro de las generaciones que han venido después de los días que Pablito concitó la atención del pueblo dominicano, y de la región que reclamó al dictador que preservara su vida, y a partir de lo visto podemos preguntar: ¿Qué motivos tienen las autoridades de las últimas seis décadas para ignorar a Pablito Mirabal? Ningún callejón lleva su nombre, ni edificio. Ahora que los jóvenes cada vez están más desorientados, él puede ser un referente, junto a grandes dominicanos que han dado lo mejor de sí por esta patria.



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