No solo los misiles, los tanques y los aviones hacen que los Ejércitos modernos sean eficaces, sino también equipos y aparatos de tamaño más modesto. Les presentamos las novedades tecnológicas que el Ejército ruso estrenó en Siria en combates reales.
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Son muchos los equipos sin los cuales es imposible imaginar un Ejército del siglo XXI, y solo una pequeña parte de ellos son grandes armas letales como tanques, piezas de artillería o aviones de combate.
Según el presidente del Comité Científico-Militar de las Fuerzas Armadas rusas, teniente general Igor Mákushev, Rusia probó más de 200 armas y equipos no letales en el conflicto sirio. Algunas de ellas las recoge un artículo del periódico Rossiyskaya Gazeta.
Sistema de combate radioelectrónico Zoopark
Desplegado en Siria en marzo de 2016, este 'Zoológico' es mortal para la artillería enemiga. Puede detectar hasta 70 posiciones de fuego de morteros y artillería en un minuto, y seguir los movimientos de 12 objetivos. El sistema incluye dos estaciones de radar Zoopark-1 —en servicio de las tropas de tierra rusas desde 2007— y tres sistemas dotados de drones de reconocimiento.
Este sistema de radar está destinado detectar las posiciones enemigas mediante el cálculo de trayectorias balísticas de proyectiles disparados por la artillería enemiga, así como para corregir el fuego de sus propias unidades de artillería. También es capaz de rastrear el espacio aéreo y monitorear drones.
Montado sobre una chasis de orugas y con una dotación de tres personas, ese sistema es completamente autónomo y puede ser desplegado en aproximadamente cinco minutos.
Los equipos de Zoopark son capaces de localizar desde una distancia de 17 kilómetros las posiciones de morteros de calibres de entre 82 y 120 milímetros, las de cañones de 105-155 milímetros a una distancia de hasta 12 kilómetros, los sistemas de lanzacohetes múltiples a 22 kilómetros, y los lanzamisiles tácticos superficie-superficie desde 45 kilómetros.
Robots de desminado Skarabéi y Sfera
Durante el desminado de la parte histórica de Palmira, los zapadores rusos usaron por primera vez los robots Skarabéi ('Escarabajo') y Sfera, ágiles y capaces de operar en zonas de difícil acceso para los humanos, como pozos y túneles subterráneos.
El sistema robótico de reconocimiento Skarabéi consiste en una pequeña plataforma sobre ruedas en la que se instalan cámaras de video de alta resolución, un micrófono y una cámara térmica.
El robot es controlado por radio digital desde una consola dotada de una pantalla de video. El robot puede obtener imágenes y ser controlable de manera fiable desde hasta 250 metros, incluso en condiciones difíciles para la propagación de las ondas, de manera que este ágil 'escarabajo' puede moverse fácilmente entre escombros de edificios.
La altura del robot es de solo 15 centímetros, lo que lo hace casi invisible ante las miradas indiscretas, mientras que su motor eléctrico le proporciona un funcionamiento silencioso.
El dispositivo Sfera es una pequeña bola resistente a los golpes equipada con cuatro cámaras de video e iluminación LED, y así como con un micrófono y un transmisor. Permite la transmisión simultánea de imágenes desde todas las cámaras, proporcionando a los operadores un panorama de 360º. La gran robustez del dispositivo le permite resistir caídas desde una altura de hasta cinco metros, y el sistema de posicionamiento incorporado hace que adopte la posición correcta al caer al suelo tras ser lanzado desde una altura.
Detectores de minas Kórshun
Los radares no lineales Kórshun ('Halcón) están diseñados para detectar minas con control electrónico mediante pulsos de radioondas. A una distancia de hasta 30 metros, los Kórshun detectan cualquier dispositivo semiconductor en estado activo o desactivado.
Estos aparatos son capaces de encontrar cualquier mina de control electrónico o dispositivo electrónico, aunque estén enterrados o cubiertos de hormigón o asfalto.
Trajes protectores de zapadores Dospeji-KP y OVR-2-02
Por su grosor y su peso, estos trajes dan la impresión de que fueron diseñados para hacer sufrir a los zapadores que trabajen incluso en climas incluso más frescos que el de los desiertos de Siria. Sin embargo, ninguno de los zapadores rusos que los probaron en condiciones de combate en Siria perdió el conocimiento.
Se recomienda el uso de esos trajes junto con exoesqueletos que ayudan a proteger a los militares de las ondas de choque generadas por las posibles explosiones de minas.
El traje universal para el desminado OVR-2-02 (tipo ligero) está equipado con una cámara montada en el casco que permite que el comandante y otros profesionales brinden apoyo y control al zapador que lleva el traje, pero el principal mérito de este blindaje es que lleva incorporado un sistema portátil de enfriamiento por agua que permite trabajar en todos los climas, incluso con un calor de 40 grados.
El traje pesado Dospeji-KP, de 38 kilos, consta de placas de blindaje y protege a los zapadores no solo de los fragmentos de artefactos explosivos, sino también de la onda de choque, de la presión excesiva y del fuego. Sus paneles blindados resisten el impacto de fragmentos metálicos que se desplazan a una velocidad de hasta 2.000 metros por segundo, mientras que la protección dorsal impide que el zapador se rompa la columna vertebral.
Además, al igual que el OVR-2-02, el traje Dospeji también está equipado con un sistema de refrigeración.
Chaleco blindado del 'kit' del soldado del futuro Rátnik
Sometido a duras pruebas en combates en Siria, el chaleco antibalas del equipamiento del soldado del futuro ruso Rátnik no fue perforado ni una sola vez.
"Tenemos información sobre el impacto en este equipo durante su uso en condiciones reales [de combate]: no se han registrado casos de perforación de su blindaje individual, ni de los cascos, ni de los chalecos antibalas", informó en una reciente entrevista el director general de la compañía fabricante de este equipamiento táctico militar.
El chaleco blindado 6B43, que forma parte del 'kit' de equipos y armas Rátnik, dispone, además de placas de blindaje, de una tela antibalas de fibra de armida, cinco veces más resistente que el acero.
El peso de la armadura corporal es de 7,5 kilos, y en la versión de asalto, de hasta 15 kilogramos. En la configuración máxima protege del impacto de las balas en el pecho, la espalda y la parte lateral del cuerpo, así como del impacto de fragmentos de proyectiles en las ingles y en los hombros.
RT EN ESPAÑOL.