LAGRIMA DEL
OCASO
Soy memoria
de la nada
lágrima del ocaso
gemido secreto del mar 
soy del horizonte la mano que
te aleja
soy del viento el canto que se
queda
soy de la noche la herida que
no cierra 
soy de la humanidad la sangre
que no cesa
AHÍ VA UN
FUNERAL
La luz
lleva sobre sus hombros un ataúd
llora el cielo 
una hilera de madres
petrificadas junto al camino
se tapan el rostro con las
manos 
herida de ausencia la brisa
congeló en su vientre
el vuelo mineral de los
sisontes
sonámbulos los árboles dicen
adiós a nadie
en la distancia 
los Ángeles danzan con las
sombras
y un galopar incesante de
trompetas
ilumina las habitaciones
efímeras 
que el tiempo deja en el aire
al pasar
EL MAIZ
Collar
vegetal de perlas amarillas
sobre el vestido verde 
rizos de sol 
SOBRE EL
RIO 
Mariposas
color del viento 
sobre el río la luna 
ALBORADA DE
HUMO
Escupitajo
de silencio 
alborada de humo esfumándose 
detrás de los espejos distantes
de la nada
luna devorada por los
cocodrilos amarillos 
del pantano nocturno 
luz herida por la luz
anacahuita perenne 
tamboras congeladas 
en los sonidos azules del agua 
lluvia de sal 
volcán que eructa polvo 
azufre
fuego 
sobre la ciudadela de cristal
de mis fantasmas 
y desnuda una virgen permanece
sentada
en el trono de ámbar de mi
soledad  
CRISTAL DE
AGUA 
Cristal de
agua 
la luz se ha roto 
un arco iris 
HACE TIEMPO
Parece que
aquí 
todos murieron hace tiempo 
solo queda un gran árbol 
de cadáveres suspendidos en el
aire 
ES QUE DE
PRONTO 
Es que de
pronto la sangre 
absurda
irreverente 
inoportuna 
iluminó con su temblor
repentino 
al día renovado en el odio
ESPEJO DE
AGUA 
Lluvia de
peces dorados en la memoria 
mariposas que el viento deshoja
en los día grises 
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al
mar del olvido 
espejo de agua donde una luna
moribunda habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la
luz 
la pesada luz 
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal 
una princesa de jade galopa
LAS SOMBRAS
DEL INSOMNIO
Salen de mi
corazón
y se alejan hacia las brumas
del insomnio
por donde se esfuman 
dejando una aureola de sangre 
en las manos del viento 
sus pasos concéntricos
vienen de los oscuros
laberintos 
de un mundo que los ignora 
y los arrincona contra las
noches 
salitreras del mar caribe
por donde deambulan sonámbulos
escondiéndose en su propia
miseria
bosteza el mar
parpadea el viento   
languidece el sol 
cantan los grillos 
dueños de las noches y el dolor
con su tos y su hambre 
sin mantas ni cobija 
todas las noches 
junto al mar se abrazan a la
muerte
Ciudad
de papel II
Ya es de
noche 
por  la avenida 
Duarte 
una oleada humana se
escurre 
entre los cristales de
las tiendas y la fantasía del neón 
en el parque
Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada
con los palomitos del malecón 
que huelen cemento 
atracadores y policías
se confunden entre las sombras 
y las luces de la zona
colonial   
esperan a que sus
victimas 
atraviesen los límites
de la inocencia
para atraparlos entre las
redes de la locura y el miedo  
en Villa Juana y la Ciénaga  
vendedores de crac y
marihuana 
ofertan sus productos
al mejor postor 
son las 3:00 A.M. 
los jevitos de la Lincoln  ebrios de cocaína
y velocidad 
se masturban a nombre
de la madre
de la sociedad que los
parió 
y en la  París 
con José Martí
viejas prostitutas de
algodón 
hacen el amor a la
soledad 
a esa misma hora en la
calle el Conde 
frente a la catedral
primada de América
un mendigo defeca en
la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel la Católica  
un fantasma lo observa
y se aleja llorando
es la ciudad 
en el semáforo de la Sarasota   con Jiménez Moya 
mendigos Haitianos se
suicidan con sus cuchillos de miseria 
y en la zona norte 
precisamente en
Capotillo 
último reducto de la esperanza
la policía reprime a
la población 
que protesta contra el
FMI
y Joselito muere
asesinado
mientras que en Boca
Chica 
una turista Alemana se
da un baño de sol y playa 
el sueño de Hitler es
ya historia
a su lado 
un negro criollo
duerme tranquilo 
CIUDAD DE
PAPEL 
Ciudad que todos los días mira
atónita al mar Caribe
que la fecunda de salitre
embrujo de luna llena bajo
estatuas de bronce y cal 
acantilado anfibio que muerde
el horizonte 
ciudad de papel roída por la
lluvia 
ciudad enclavada en un cateto
de azúcar y sal
ciudad antigua y ambigua
ombligo de la noche 
equidistante del sol y las
estrellas
ciudad recién nacida  en su heroísmo 
en un golfo de flechas y sangre
cuidad de asombros y mendigos 
de niños podridos por la
tuberculosis 
y la modernidad
ciudad de prostitutas que a las
11:30 p.m. 
en la Duarte  con París se
desvanecen en su hastío
y a esa misma hora en la bolita
del mundo 
un travesti hace el amor a la
soledad
ciudad con sus náufragos de las
6:00 a.m.
frente al parque independencia
atrapados en su destino de
transeúntes 
ciudad
horizonte de luna llena más
allá de la alborada
ladrido de perros azules
refugio de los niños que huelen
cemento 
y de los ancianos que beben
berrón
todas las noches 
entre la Caracas  y la Ravelo 
el parque Enriquillo los acoge
en su agonía
la ciudad 
temblor y congoja 
vida y muerte en la zona norte
mientras que en  Capotillo
en la calle 6 
los jóvenes se sublevan 
y en la Albert Thomas  con
Ovando 
un manifestante es acribillado
y detrás de las puertas del tiempo
mi voz no deja de sangrar 
en la mirada ausente del viento
a esa misma hora en el parque
Colón 
un fantasma desnudo baila
ga  ga
con la reina Isabel la Católica  de España
la   ciudad
por sus calles de lágrimas
un niño limpiabotas  no vuelve a su casa
se quedó dormido en un rincón
de la vida
su cuerpecito de azabache
tierno 
reposa tranquilo  en manos de la  eternidad
la ciudad
heroína de todas sus guerras
que amamantó en su pecho a
todos sus héroes 
y enterró en la primavera a
todos sus muertos
ciudad de espanto y fantasmas 
en la calle el Conde 
Nicolás de Ovando se jacta de
su sadismo
y a esa misma hora en Cuba 
Hatuey es
quemado en la hoguera
pero en Santo Domingo 
Enriquillo y Sebastián Lemba 
reivindican sus razas
pero por dios no digan a nadie 
que Francis Drake  defecó 
en la catedral
y usó como papel desechable 
la partida de nacimiento de
Cristóbal Colón 
por eso es que nadie sabe con
certeza
 el origen perverso de tan  intrépido navegante 
y no olviden que la ciudad no
es más 
que un espejismo de neón
líquido 
que se desparrama  en la oscuridad
LAS CENIZAS
DE MIS SUENOS 
He venido a edificar sobre las
cenizas de mis sueños 
un monumento a la muerte 
a la terrible muerte 
a la que tiene mil ojos
diseminado en el viento
la que me vigila desde mis
adentros 
la que se alimenta desde mi
silencio
la que se muta en mis
sentimientos 
la que se prostituye con el
tiempo
la humanamente inhumana muerte 
la que seduce y no da tregua
OLA
DE SAL 
El
tiempo se ha roto con tu ausencia 
dejando
un rastro de eternidad en mi voz 
a
veces la sensación de tu partida 
levanta
en mis ojos una ola de sal 
que
destruye las habitaciones del olvido
y
todas las noches 
la
luz 
va
dejando espejos de luna
en
las paredes de la alborada  
donde
los niños 
con
los dedos tiznados de ternura  
escriben
tu nombre 
Miguel
A Miguel Ángel
Acevedo 
CANTO A LA ETERNIDAD  
El día llegó agotado de pelear
contra el tiempo 
Y se dejo caer sobre la tierra 
recostó su cabeza sobre las
altas montañas 
Y sin prisa se durmió  
Despertó 
cuando la tarde besó su frente
con ternura
y se alejó cantando hacia la
eternidad 
ASPAS DE SOMBRAS 
Abatida por la metralla 
la noche se eterniza en la
mirada 
ausente de la muerte 
campanarios heridos por el
silencio oxidado 
del invierno
carne desnuda en su púrpura
inocencia 
temblor y congoja en la selva
grito desolado 
flores incineradas
aspas de sombras  
llora la sangre en  alas de la eternidad  
voz quebrada de quijote 
muerte que da vida a la vida 
vida que no termina con la
muerte
cadáveres sonámbulos girando 
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños 
la esperanza aún retoña 
en el acrisolado destello del
rocío 
A Raúl Reyes 
MADE IN ISRAEL 
un misil que debió estallar en
Gaza
a travesó mi corazón 
y se estrelló en el lado oscuro
de mi memoria
donde un niño Palestino 
jugaba con la luz de la
alborada
cada pedacito de su cuerpo
destrozado 
salpica de sangre 
la conciencia de un mundo 
que indiferente ve pasar su 
funeral
NUDO DE LAGRIMAS 
Ya nadie podrá desatar el nudo
de lágrimas 
que me ata a tu recuerdo  
aquí estoy 
perdido entre los oscuros
espacios que dejan los sueños 
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las
sábanas blancas del insomnio 
y de luto se han ido vistiendo
todos los árboles del camino 
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera
danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los
sonidos oxidados de mi voz 
y hace siglos que los ojos de la
ausencia lloran  mi vida
sobre las grandes capitales del
mundo 
el humo de las chimeneas bosteza
su veneno 
es la luz 
un espejo donde el horizonte se
mira y envejece
y en las íntimas habitaciones
del agua 
una sirena llora desconsolada su
eternidad
y desde la ventana principal de
la alborada 
alguien que no conozco me dice
adiós 
RUGE LA LUZ 
Tumulto de
colores 
la tarde se
inunda de primavera
oleaje de
mariposas amarillas 
estrellándose
contra imaginarios acantilados
en tu
mirada el viento clarea el horizonte 
con un olor
a flores fosificado en el tiempo 
en lo
infinito el sol parece una moneda 
perdida 
ágata que
se rompe en la mirada de un ángel
ruge la luz
al compás
de los tambores del silencio 
la noche
hace su llegada triunfal
VESTIDA DE AZUL I
Así
vestida toda de azul me acompañas en mis sueños, 
viajas
conmigo por los senderos del amor, 
tan
feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna 
luego
sudorosa y jadeante 
corres
hacia  mis brazos 
y
en la soledad del tiempo 
bajo
las estrellas 
arropados
por las sombras de la noche 
hacemos
el amor
VESTIDA DE AZUL II
Busco tu rostro que la noche dibuja 
en los pergaminos de la ausencia 
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer 
herida por las luces y la soledad 
en una esquina bajo la sombra de un farol 
una prostituta hace el amor a la nostalgia 
ebrios transeúntes suben la escalinatas
de los sueños 
y antes del amanecer 
ante mis ojos sin ningún rubor 
se suicidan 
la ciudad 
por sus calles de asombro te busco 
entre los fantasma de la zona colonial 
y te imagino vestida de azul 
en los balcones de la alborada 
diciéndome adiós para siempre
UN DIA DE OTOÑO
Nací junto al  resplandor azul naranja de los sueños 
en brazos de la quimera 
cuando el sonido ancestral de los
tambores 
atrapaba a los hombres y las
mujeres de la aldea 
en la telaraña de la utopía y la
nostalgia 
nací herido por un rayo de
eternidad 
en la inefable soledad de las
estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido 
lejos del mar y la primavera 
en el preámbulo de las mariposas 
un día de otoño
cuando los soles  eclipsados 
noviembre 
emergían despacio de las aguas
cenagosas del amanecer
EL ABISMO
DE LOS SUEÑOS 
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra 
la
sospechaba plana  
pensaba que
el mundo 
era tan
sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver 
por eso en
mis viajes hacia los conucos de mi padre 
siempre
tuve el cuidado 
de no
alejarme mucho de la realidad 
para no
caer en el abismo de los sueños 
HURACAN
Entre junio y Noviembre 
Los vientos
que vienen del atlántico
Se
abalanzan con furia 
Sobre todas
las islas del mar caribe  
Dejando
sobre las ciudades destruidas 
Sus huellas
de sangre y dolor
ANGEL DE
TERNURA
Ese 
ángel de ternura que en tus ojos tiembla 
busca
en  los pergaminos del tiempo 
el tibio
resplandor de las primeras tardes de abril
PIEDRA RESPLANDECIENTE
En medio de la noche 
la muerte
se riza el pelo 
sentada
sobre una piedra resplandeciente 
se mira en
el espejo del universo 
en su
infinita soledad nadie la consuela 
ni siquiera
el tiempo seca sus lagrimas 
sólo la
mira y sigue su rumbo hacia la eternidad 
NO QUIERO 
No quiero 
habitar en tus sueños 
como un
fantasma que se desnuda 
antes tus
ojos y se masturba 
quiero 
tan sólo
quiero 
quiero ser
lo que siempre he sido 
un fugitivo
que huye de  sí mismo 
y que
termina escondiéndose
en los
inhóspitos parajes de tu memoria
Amanece 
el sol
deshoja la noche en la distancia
que agoniza
a la puerta de un cementerio de luces 
el trino
sombrío de unos pájaros de luto 
iluminan el
ambiente 
un largo
camino de sangre viene de la eternidad 
es aquí
donde termina 
donde el
sol libera al rocío de la esclavitud de la noche
JUNCOS AZULES 
Ríos coagulados en las mejillas del viento
lámparas heridas por el sol 
prostitutas dormidas en las efímeras
 habitaciones del
viento
pupilas rotas  por el
dolor 
juncos azules bajo la lluvia helada de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del 
hambre
un niño  
MANOS INVISIBES 
                                             I
Manos invisibles van taponando las heridas del horizonte 
por donde se derrama la sangre luminosa de un cíclope herido
                                            II
La tarde lentamente va sepultando en un cementerio de
sombras
los últimos residuos del sol 
                                           III
En el preámbulo de la noche un niño llora
CEMENTERIO DE LUZ
El sol en la distancia  deshoja la
noche
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces 
el trino de unos pájaros de luto
ilumina  de sombras la mañana
un largo camino de sangre viene de la eternidad 
es aquí donde termina 
donde el sol libera de la esclavitud de la noche 
al rocío 
Pupilas rotas por el dolor
Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras 
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento 
pupilas rotas  por
el dolor 
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del 
hambre
un niño  
Este domingo  de tristes soles escondiéndose 
bajo las piedras amarillas del
camino
la lluvia trajo en su vientre 
el olor sombrío del musgo que
crece entre las grietas  
de mis palabras 
bosque de almácigos y ceibas 
anacahuita de cristal
galope de pájaros
fosforescentes  en la noche 
aviadores imposibles haciendo
piruetas 
en un cielo crispado de ángeles 
y por entre  la espinas y las luces
de enero  
Isabel 
la mamá de Antonio 
encarna a la vieja Belén
LOS DUENDES DEL ROCIO 
Se esconderán todas las
estrellas
despertarán los duendes
invisibles del rocío 
y  asaltarán el día 
que con su repentino temblor de
luces y sombras 
recibe al sol 
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono
a la noche 
y en un aserradero de humo 
incansables leñadores Intentan
en vano 
cercenar el corazón alegre de
las flores
RACIMO
DE  LUZ
esa
es mi voz 
eco
lejano de tamboras ahogándose 
en
la mirada ausente de la eternidad 
madreselva que se enreda en la
brisa 
árbol nocturno de sonidos 
barco de humo derritiéndose en
la alborada
luna de papel hundiéndose en el
mar
densa atmósfera de clorofila 
caballo de azúcar cabalgando 
sobre la arena luminosa del
verano 
estampa de sangre en las paredes
del futuro 
mi voz
eco de lágrimas salpicando las
ciudades 
heridas por la guerra
aroma desolado 
campanas de agua 
racimo de luz en el pozo de la
muerte 
grito  de guerra 
canto de amor 
esa es mi voz
SIN
MAS PREAMBULO 
No
quiero morirme perdido entre las luces 
de
esta ciudad que tanto amo 
prefiero
en un cementerio baldío 
arrancarme
los ojos 
y
tirárselos a los lobos
y
luego caminar por las calles dando tumbos 
ebrio
de soledad 
borracho
de tristeza 
y al
llegar a la puerta de la eternidad 
sin
más preámbulo que una lágrima 
suicidarme
LLUVIA HORINZONTAL 
Ya el verano empezó a vestir
las tardes de otoño 
En la distancia los colores
danzan con las sombras 
y huyen
impetuoso el viento galopa
sobre la nada
paraíso invisible de alegres
prostitutas
que danzan desnudas por las
calles de asombro 
de un mundo pervertido bajo el
amarillo resplandor 
del ocaso
lluvia horizontal de peces
congelados en el tiempo
mariposas mordidas por las
sombras 
la ciudad duerme 
puñales de hielo acechan en la
noche
aúllan los perros 
el otoño esta cerca
INCERTIDUMBRE
No podrán estos barrotes 
ni  las solitarias 
ni las torturas 
doblegar mi rebeldía
en mi pecho ondea la bandera
roja 
de la libertad 
pan 
fusil  
Redención 
cada golpe de muerte 
cada latigazo
cada balde de agua  fría
en mi cuerpo desnudo 
deja en el verdugo la
incertidumbre 
si con mi muerte 
el sol no volverá a salir
CASCADA DE SUEÑOS
Cascada de sueños 
arco iris de amor
días completos de lluvia
breves días de sol 
en tus ojos hacen retoñar la primavera
caballos de gloria cabalgan en   tu memoria hacia la eternidad 
en tus palabras la rabia y el olvido pelean hasta morir 
y es la rebeldía
la que desde la puerta de una lágrimas dice adiós a la
quimera
y en tu sonrisa quijotes de plata van sembrando de luz 
los páramos distantes de la esperanza
en tu mirada un ángel de ternura amasa el barro estridente
de la  vida
y es tu corazón un jardín donde la luna florece mariposas
Dedicado a Sharon 
PUPILAS ROTAS 
Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras 
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento 
pupilas rotas  por el
dolor 
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del 
hambre
un niño  
RAYO DE ETERNIDAD 
Nací junto al fuego azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera 
cuando el sonido ancestral de los tambores 
atrapaba a los hombres y la mujeres de la aldea 
en la telaraña de la utopía y la nostalgia 
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío 
bajo los escombros del olvido 
lejos del mar y la primavera 
en el preámbulo de las mariposas 
un día de otoño 
cuando los soles eclipsados de noviembre 
emergían de las aguas cenagosas del amanecer
SIRENAS DE SAL 
Malecón de eternidad que el mármol salobre de las olas oxida
mar perdido en el horizonte nebuloso de la historia 
puertos abandonados en lo angares del olvido
barcos hundidos en un archipiélago de sangre 
sirenas de sal
piratas tuertos del corazón 
fantasmas devorados por el tiempo
látigo de azúcar en la espalda mutilada del futuro
murallas de arena
ciudad atrapada entre las luces  y  la
nostalgia 
siluetas aprisionada en los oscuros laberintos de las noches
y más allá de los sueños tres puertas siempre abiertas 
HIJOS POSTUMOS DEL ROCIO 
Mis padres 
hijos póstumos del rocío
crecieron bajo el sombrío
reflejo 
del relámpago y la lluvia 
cuando el trueno iluminaba de
misterios 
los ignotos rincones de los
recuerdos
que se perdieron entre la sangre
y las flores 
de una primavera truncada por el
peso 
de las cadenas y los
arcabuces  
allá
muy lejos en la memoria 
una embarcación encalla entre
los arrecifes 
de los sueños 
y bajo el resplandor de una luna
de cal 
nostálgicas tamboras  atan mi vida 
a la nostalgia 
es aquí donde mis padres 
un hombre 
y una mujer
ignorados leñadores 
perdidos en el confín del
monte  
diseñaron este traje de carne y
hueso 
que he llevado puesto por tanto
tiempo 
A mis padres Sergio Bautista 
y Cosuelo Acevedo 
ANGEL DE TERNURA
Ese 
ángel de ternura que en tus ojos tiembla 
busca
en  los pergaminos del tiempo 
el tibio
resplandor de las primeras tardes de abril
EVIDENCIA 
Más allá del bohío 
el olor vegetal de los hornos 
evidencia que el hambre ronda 
los días 
PAJAROS DE ORO
Esta tarde de invierno 
pájaros de oro Petrificados en el
viento 
migran hacia los oscuros rincones
del agua 
La quimera 
herida por un rayo de eternidad 
agoniza en brazos de un ángel 
EL SOL 
El sol 
con sus dedos perfumados de
clorofila y rocío 
golpea las puertas en penumbra del amanecer
ANGEL DE TERNURA 
Ese 
ángel de ternura que en tus ojos tiembla 
busca
en  los pergaminos del tiempo 
el tibio
resplandor de las primeras tardes de abril
PECES LUMINOSOS
Un río de peces luminosos inundó la ciudad 
sepultada
bajos los escombros del invierno
SU NOMBRE ES EL OLVIDO 
En un cementerio su nombre es el olvido 
es el hambre que se parece tanto a ese niño 
que toda las noches deambula sin rumbo
por todas las ciudades del mundo
EVIDENCIA  
Más allá del bohío 
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda los días 
DESPEDIDA
De los ojos del viento 
caen lágrimas sobre el
horizonte
y por el camino azul infinito
de la tarde 
un ángel con las alas rotas Se
aleja
EL AROMA DE
TU VOZ
el aroma de
tu voz trepa por las paredes del viento 
hasta la
cúpula mas alta de mis tímpanos
ESA LUNA 
Amo esa luna que en  tus ojos
No deja de
cantar a la noche 
QUETZAL DE
CRISTAL
Roto por el
tiempo 
bajo el sol de la tarde 
un quetzal 
ES LA MUERTE  
Un caballo
alado 
que en mis pupilas 
huye de la lluvia 
es la muerte
Ellos izaron en sus corazones
la bandera del odio 
con sus cuchillos hirieron la
conciencia 
del mundo 
desde entonces cada gota de
sangre en mis manos 
es un niño que agoniza
VENDAVAL DE
SANGRE
Por el
camino hueco que todas las tardes 
deja la brisa en el horizonte 
un vendaval de sangre sepultó 
en el útero de la noche la luz
PERROS
ALADOS 
Una jauría
de perros invisibles 
protegen el templo donde mi voz
desnuda como una virgen 
habita
DETRÁS DE LA NOCHE 
Detrás de
la noche 
un ojo ancestral 
llora el dolor del mundo 
EXCEPTO MI
VOZ
Las llamas
en el fuego envejecen 
son cenizas disecadas en el
viento 
blanco perfil del humo 
esqueleto dormido al filo del
silencio 
todo lo consume el fuego 
todo 
excepto mi voz
ESPEJO DE LA MUERTE  
La luz
cristalizada en una lágrima 
Apuñaló la
carne
bronca la sangre al tocar la
tierra 
se levanta es sí misma  
parpada frente al espejo de la
muerte 
se ruboriza
y luego regocijada y sin prisa
se aleja
LUNA DE
OCTUBRE
Luna de
octubre en las noches de febrero 
con sus cuchillos de sal 
apuñalan los fantasmas la noche
sangre en las manos del viento 
pájaros de sombra 
picotean los ojos vidriosos del
tiempo
sí el tiempo llora
en sus lágrimas se ahoga la
eternidad
 CASI
En el
horizonte 
casi ave 
casi luna
el viento
LOS GRILLOS
Perfil
sonoro de la noche 
los grillos
LUNA
CRECIENTE
Manchas de
pecas 
en el rostro de la noche 
una sonrisa
EN EL VACIO
Duele  en la ausencia 
la mirada del tiempo 
en el vacío envejece
HAIKU
Brumas de
insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío
BAJO LOS ECOMBROS DE MI SOLEDAD
Mi sueños quedaron sepultados 
bajo los escombros de mi
soledad 
PAJAROS DE
OTOÑO
Pájaros de
otoño arrastran en su vuelo
los residuos minerales del sol
que se crispa en la distancia y
se aleja
dejando en las manos vegetales
del viento
el resplandor oscuro de la
noche 
TIERNO
CORAZON
Lluvia del
sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde 
el corazón tierno de las nubes 
anfibios sollozos perforando la
noche
piedra de sacrificio 
iluminada por la sangre de un
sol ciego
virgen descorazonada 
por los demonios de sus deseos 
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la
ausencia de la muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia
por la guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi
corazón
OJOS DE SAL
Aureola de
sangre
ojos de  sal derritiéndose en la noche 
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro
sediento  
corazón de hombre cruel 
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y
temerosa
es la humanidad
ROJO AMARILLO
Te imagino 
navegando a la deriva 
entre la nebulosa marea de la
antigua 
ciudad de Edo 
salpicada por las voces de los
noctámbulos 
transeúntes  del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan
sin fin 
alrededor  de las ultimas hogueras 
que iluminan el verano
en noviembre 
en lo más alto del monte Fuji
el sol se crispa
y envejece  
y te imagino 
bajo las sombras
congeladas  
de los rascacielos de la parte
alta de Tokio
diluyéndote a través de las
tibias vidrieras 
de las  tiendas
o mirando a través de los
recuerdos 
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando a
través
de la ventana de tu
apartamento   
en Osaka
como las sombras de la noche
aletean 
en la distancia y mueren 
abril es un cerezo que florece
en mi voz
cuando te nombro 
es la hora del té
las calles de Asakusha 
se perfuman con los colores
rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en  el ambarino reflejo del neón  
y más allá de la pena 
el sol se revuelca en sus
cenizas 
y resplandece en tu ojos  
mientras por el sendero de
bambú 
el musgo y el olvido crecen 
en el estanque 
una flor de loto ilumina la
noche
Océano púrpura
Los días finales da abril 
se fueron navegando en un
océano púrpura 
hasta naufragar en el supremo
instante de la muerte 
SOL DE VERANO 
Atardece
el sol del verano se denuda y
danza
seduce a las sombras y huye
por la ciudad perdida en la
memoria 
del tiempo 
un niño con hambre se aleja
HAIKU
Brumas de
insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío
El sol bosteza
amenaza con llover 
un arco iris 
En el estanque 
ilumina la noche 
una flor de loto
todas las tardes
un colibrí reaparece
de dónde viene
Sol tan distante
brisa de primavera
flores de abril
Prisionero de la brisa
un caballito del diablo 
va tras la tarde
EN EL VACIO
Duele  en la ausencia 
la mirada del tiempo 
en el vacío envejece
LUNA
CRECIENTE
Manchas de
pecas 
en el rostro de la noche 
una sonrisa
COLOR DEL OTOÑO
La noche es un árbol que
florece en el mar
sus ramas repentinamente
concéntricas
humedecen con sus sombras  
todos los confines del universo
sus hojas 
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la
ciudad 
que la quimera forró 
de fosforescentes mariposas 
EL TEMPLO DE JADE
Alados peces  persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas 
delfines de colores 
tiburones perdidos en un banco
de coral 
un océano de sueños 
ofrezco a la mujer que tiene su
trono 
en el templo de jade
NOCHE POSTUMA
Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la
nostalgia 
raíz de agua luminosa 
enredaderas de sombras 
noche póstuma
hoguera celestial 
enluta la primavera 
la sangre de la luna herida por
los siglos  
FLOTA LA LUZ 
Flota la luz sobre la tenue
oscuridad de la alborada
cantan los gallos 
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día 
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos
y bostezan 
en el arado 
los hombres reivindican la vida
MUDA DE SANGRE
Tan parecido a mí
un niño llora en mi conciencia 
sus lágrimas  
cuchillos de sal  hieren mi voz
mudas de sangre 
mis palabras pululan por la ciudad
iluminan de esperanza 
los escondrijos de la muerte
EN EL ESPEJO DE LA VIDA 
Ese niño 
que en el espejo de la vida 
llora su eternidad de hambre y
miseria 
tiene estampado en su mirada 
mi nombre
Haikus 
Espejo de oro
El sol tras las montañas
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte 
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido 
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras 
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte 
por la ciudad perdida 
pasos sin rumbos 
11
Teje la lluvia 
con sus hilos de plata 
la primavera
12
Llega la noche 
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche 
suspira el sol
14
Está nevando 
tiritan las estrellas 
es el invierno
15
Luz amarilla 
deslumbran la mañana 
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos 
En la noche perdido 
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas 
Canta el viento
19
Ya es invierno 
con su vestido blanco 
danza la noche
20
Luna de papel 
sobre las noches del sur 
un farol brilla
Atardece,
en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se
hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor
de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que
ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas  de las grandes capitales del mundo, las luces
montadas sobre el caballo azul  del
viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes
del  tiempo, dos ventanas en mi rostro se
abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran
alrededor de la primera luna del invierno. 
Quiero dejar testimonio de la
insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con
sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran
ciudad.
De esa tierra que en mi corazón
es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas
de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz
anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta
geografía de mi cuerpo  iluminan los
cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.
 En 
nuestra forma simple de ver la vida no 
advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras
tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre
sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de
una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía  en todo su esplendor, sus avenidas románticas
con sus ventanales que todas las tardes daban al mar,  las luces que herían el corazón de las
sombras con sus cuchillos color del oro viejo, 
sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que
vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena
atrapadas por la soledad,  sus
escuálidos  hombres vestidos con los
colores más estridendentes del arco iris, 
sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches
bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición  atrapaban a los hombres en sus tentáculos
imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte  y la Mella , donde la quimera llevaba a los
espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos  de la fantasía, el mar Caribe  con sus barcos fantasmas esfumándose en el
horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el
bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de
nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos
y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese
mundo  y de nuevo volvíamos a nuestras
tierras en donde la vida transcurría sin más 
prisa que ir  a los conucos, andar
por los montes maroteando alguna fruta de lástima,  arrear vacas hacia las distantes regiones del
rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en
las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus
hazañas remotas,  de su largo viaje sin
retorno hasta llegar  aquí,  de la crueldad del látigo en sus espaldas, de
cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad,  de sus anhelos por volver al África y  de sus raíces enterradas en estas
tierras  que abonaron con  sudor y sangre , tierra, en que a pesar de
todo, siempre serán extraños.
Al final de la jornada sin más
luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos  por los caminos que  los grillos iluminaban con su canto,  gritando a viva  voz la 
alegría de compartir en una danza la vida,  al llegar al hogar con la piel pegajosa de
oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi
hamaca,  hasta que el sol de un nuevo
siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la
modernidad.
DETRÁS DEL ESPEJO 
Detrás del espejo duerme un fantasma 
en sus ojos la luz pelea contra las sombras 
por eso es que  la
habitación se ilumina  de mariposas 
que traspasan las paredes de la noche 
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños 
al amanecer 
En el
horizonte 
casi ave 
casi luna
el viento
LOS GRILLOS
Perfil
sonoro de la noche 
los grillos
LUNA
CRECIENTE
Manchas de
pecas 
en el rostro de la noche 
una sonrisa
EN EL VACIO
Duele  en la ausencia 
la mirada del tiempo 
en el vacío envejece
HAIKU
Brumas de
insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío
BAJO LOS ECOMBROS DE MI SOLEDAD
Mi sueños quedaron sepultados 
bajo los escombros de mi
soledad 
PAJAROS DE
OTOÑO
Pájaros de
otoño arrastran en su vuelo
los residuos minerales del sol
que se crispa en la distancia y
se aleja
dejando en las manos vegetales
del viento
el resplandor oscuro de la
noche 
TIERNO
CORAZON
Lluvia del
sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde 
el corazón tierno de las nubes 
anfibios sollozos perforando la
noche
piedra de sacrificio 
iluminada por la sangre de un
sol ciego
virgen descorazonada 
por los demonios de sus deseos 
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la
ausencia de la muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia
por la guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi
corazón
OJOS DE SAL
Aureola de
sangre
ojos de  sal derritiéndose en la noche 
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro
sediento  
corazón de hombre cruel 
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y
temerosa
es la humanidad
ROJO AMARILLO
Te imagino 
navegando a la deriva 
entre la nebulosa marea de la
antigua 
ciudad de Edo 
salpicada por las voces de los
noctámbulos 
transeúntes  del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan
sin fin 
alrededor  de las ultimas hogueras 
que iluminan el verano
en noviembre 
en lo más alto del monte Fuji
el sol se crispa
y envejece  
y te imagino 
bajo las sombras
congeladas  
de los rascacielos de la parte
alta de Tokio
diluyéndote a través de las
tibias vidrieras 
de las  tiendas
o mirando a través de los
recuerdos 
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando a
través
de la ventana de tu
apartamento   
en Osaka
como las sombras de la noche
aletean 
en la distancia y mueren 
abril es un cerezo que florece
en mi voz
cuando te nombro 
es la hora del té
las calles de Asakusha 
se perfuman con los colores
rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en  el ambarino reflejo del neón  
y más allá de la pena 
el sol se revuelca en sus
cenizas 
y resplandece en tu ojos  
mientras por el sendero de
bambú 
el musgo y el olvido crecen 
en el estanque 
una flor de loto ilumina la
noche
Océano púrpura
Los días finales da abril 
se fueron navegando en un
océano púrpura 
hasta naufragar en el supremo
instante de la muerte 
SOL DE VERANO 
Atardece
el sol del verano se denuda y
danza
seduce a las sombras y huye
por la ciudad perdida en la
memoria 
del tiempo 
un niño con hambre se aleja
HAIKU
Brumas de
insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío
El sol bosteza
amenaza con llover 
un arco iris 
En el estanque 
ilumina la noche 
una flor de loto
todas las tardes
un colibrí reaparece
de dónde viene
Sol tan distante
brisa de primavera
flores de abril
Prisionero de la brisa
un caballito del diablo 
va tras la tarde
EN EL VACIO
Duele  en la ausencia 
la mirada del tiempo 
en el vacío envejece
LUNA
CRECIENTE
Manchas de
pecas 
en el rostro de la noche 
una sonrisa
COLOR DEL OTOÑO
La noche es un árbol que
florece en el mar
sus ramas repentinamente
concéntricas
humedecen con sus sombras  
todos los confines del universo
sus hojas 
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la
ciudad 
que la quimera forró 
de fosforescentes mariposas 
EL TEMPLO DE JADE
Alados peces  persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas 
delfines de colores 
tiburones perdidos en un banco
de coral 
un océano de sueños 
ofrezco a la mujer que tiene su
trono 
en el templo de jade
NOCHE POSTUMA
Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la
nostalgia 
raíz de agua luminosa 
enredaderas de sombras 
noche póstuma
hoguera celestial 
enluta la primavera 
la sangre de la luna herida por
los siglos  
FLOTA LA LUZ 
Flota la luz sobre la tenue
oscuridad de la alborada
cantan los gallos 
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día 
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos
y bostezan 
en el arado 
los hombres reivindican la vida
MUDA DE SANGRE
Tan parecido a mí
un niño llora en mi conciencia 
sus lágrimas  
cuchillos de sal  hieren mi voz
mudas de sangre 
mis palabras pululan por la ciudad
iluminan de esperanza 
los escondrijos de la muerte
EN EL ESPEJO DE LA VIDA 
Ese niño 
que en el espejo de la vida 
llora su eternidad de hambre y
miseria 
tiene estampado en su mirada 
mi nombre
Haikus 
Espejo de oro
El sol tras las montañas
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte 
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido 
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras 
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte 
por la ciudad perdida 
pasos sin rumbos 
11
Teje la lluvia 
con sus hilos de plata 
la primavera
12
Llega la noche 
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche 
suspira el sol
14
Está nevando 
tiritan las estrellas 
es el invierno
15
Luz amarilla 
deslumbran la mañana 
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos 
En la noche perdido 
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas 
Canta el viento
19
Ya es invierno 
con su vestido blanco 
danza la noche
20
Luna de papel 
sobre las noches del sur 
un farol brilla
Atardece,
en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se
hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor
de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que
ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas  de las grandes capitales del mundo, las luces
montadas sobre el caballo azul  del
viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes
del  tiempo, dos ventanas en mi rostro se
abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran
alrededor de la primera luna del invierno. 
Quiero dejar testimonio de la
insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con
sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran
ciudad.
De esa tierra que en mi corazón
es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas
de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz
anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta
geografía de mi cuerpo  iluminan los
cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.
 En 
nuestra forma simple de ver la vida no 
advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras
tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre
sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de
una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía  en todo su esplendor, sus avenidas románticas
con sus ventanales que todas las tardes daban al mar,  las luces que herían el corazón de las
sombras con sus cuchillos color del oro viejo, 
sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que
vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena
atrapadas por la soledad,  sus
escuálidos  hombres vestidos con los
colores más estridendentes del arco iris, 
sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches
bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición  atrapaban a los hombres en sus tentáculos
imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte  y la Mella , donde la quimera llevaba a los
espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos  de la fantasía, el mar Caribe  con sus barcos fantasmas esfumándose en el
horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el
bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de
nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos
y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese
mundo  y de nuevo volvíamos a nuestras
tierras en donde la vida transcurría sin más 
prisa que ir  a los conucos, andar
por los montes maroteando alguna fruta de lástima,  arrear vacas hacia las distantes regiones del
rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en
las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus
hazañas remotas,  de su largo viaje sin
retorno hasta llegar  aquí,  de la crueldad del látigo en sus espaldas, de
cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad,  de sus anhelos por volver al África y  de sus raíces enterradas en estas
tierras  que abonaron con  sudor y sangre , tierra, en que a pesar de
todo, siempre serán extraños.
Al final de la jornada sin más
luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos  por los caminos que  los grillos iluminaban con su canto,  gritando a viva  voz la 
alegría de compartir en una danza la vida,  al llegar al hogar con la piel pegajosa de
oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi
hamaca,  hasta que el sol de un nuevo
siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la
modernidad.
DETRÁS DEL ESPEJO 
Detrás del espejo duerme un fantasma 
en sus ojos la luz pelea contra las sombras 
por eso es que  la
habitación se ilumina  de mariposas 
que traspasan las paredes de la noche 
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños 
al amanecer 





























