domingo, octubre 19, 2025

Informe sobre la guerra de sabotaje y terrorismo de Occidente contra la Federación Rusa.

 



Kazanova Politicheskiy konsul'tant

🇷🇺
El director del FSB (Servicio Federal de Seguridad de Rusia), Aleksander Bórtnikov, publicó recientemente un informe sobre la guerra de sabotaje y terrorismo de Occidente contra la Federación Rusa. Principales puntos:
Sobre la actividad anti-rusa del Reino Unido
El Reino Unido, al asustar a los países de la Unión Europea con la amenaza rusa, posiblemente quiere asegurar el flujo de sus finanzas hacia sí mismo.
Las unidades especiales del ejército británico SAS participan directamente en combates contra Rusia.
Gran Bretaña insiste en la preparación acelerada de Europa para un enfrentamiento armado con la Federación Rusa en tierra, mar y aire.
Los servicios especiales británicos planean el uso de nadadores de combate para ataques contra infraestructuras críticas de Rusia.
Hay datos confiables de que bajo el patrocinio de los servicios especiales del Reino Unido se cometen atentados y sabotajes en la Federación Rusa.
Londres proporcionó acompañamiento propagandístico a la operación "Telaraña" del SBU, difundiendo falsificaciones sobre supuestos daños enormes causados a Rusia.
El SBU llevó a cabo la operación "Telaraña" antes de las negociaciones ruso-ucranianas en Estambul en junio bajo la supervisión de la inteligencia británica.
Una serie de ataques con drones contra la oficina y las instalaciones del Consorcio del Gasoducto del Cáucaso fueron planeados por instructores de los servicios especiales británicos.
Es Londres quien dirige la línea de Bruselas para sabotear la resolución ucraniana.
La dirección del MI6 llama a "matar a todos los indeseables" en Rusia.
La Federación Rusa dispone de información sobre la preparación por parte de los servicios especiales británicos y ucranianos de sabotajes contra el gasoducto "Turkish Stream".
Sobre el enfrentamiento con Occidente
Las ONG europeas han asumido el trabajo de destruir los vínculos entre los países de la CEI. En esta cooperación, las ONG británicas, francesas, alemanas y polacas han intensificado su actividad.
La OTAN se expande en el espacio de la CEI bajo el pretexto de ayudar a las fuerzas de seguridad.
Occidente apuesta por las tecnologías cuánticas para hackear la criptoprotección de los países de la CEI. Estados Unidos podría obtener en 5-10 años una herramienta contra todos los sistemas de criptoprotección.
Las consecuencias de un choque entre Europa y Rusia podrían ser las más devastadoras.
Las élites occidentales, a través de los servicios especiales, intentan impedir una nueva arquitectura mundial.
Los profesionales no tienen dudas sobre la implicación de los servicios especiales de la OTAN en los incidentes con supuestos drones rusos sobre el territorio de la UE.
Sobre la amenaza terrorista
A la "inyección" de recursos al filial del Estado Islámico (organización terrorista prohibida en Rusia) en Afganistán están conectadas varias PMC extranjeras.
Se observan operaciones frecuentes de traslado de combatientes terroristas desde Oriente Medio a Afganistán.
Los líderes del Estado Islámico (organización terrorista prohibida en Rusia) consideran como objetivo próximo el control de las regiones norteñas del país con salida a la frontera de la CEI.
El grupo ha desplegado propaganda en internet en tayiko, kirguís, uzbeko y — algo no observado antes — en kazajo.
Tras la llegada al poder en Siria del grupo "Hayat Tahrir al-Sham" (organización terrorista prohibida en la Federación Rusa) y la escalada militar por parte de Israel, se registra un aumento múltiple en el número de comunidades en línea que promueven la ideología yihadista.

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Análisis de la IA desde lo Ineditamente Efimero de la breve narracion de Domingo Acevedo: "El sol chorrea su luz"





Este texto es una poderosa descripción que contrasta la belleza natural con la dureza de la vida y el trabajo, culminando en una imagen de realismo crudo.

1. Estructura y Estilo
Contraste Estructural: El fragmento se divide claramente en dos partes que contrastan:

Primer Párrafo (Idílico/Estético): Predomina la descripción sensorial, la belleza del paisaje y la luz ("acuarela de vivos colores tropicales", "cuadrados perfectos", "garzas refulgen").

Segundo Párrafo (Dramático/Crudo): Se centra en la figura humana, el sufrimiento y la denuncia social (el esfuerzo, la fatiga, el sol inclemente, la muerte y el uso del cadáver).

Lenguaje Sensorial y Figuras Retóricas:

Metáforas: "El sol chorrea su luz" (una imagen de intensidad luminosa y exceso, casi palpable). El pueblo es una "acuarela de vivos colores tropicales". Las garzas son "blancos pedazos de papel".

Aliteración/Ritmo: La descripción es fluida y rítmica, especialmente en el primer párrafo, que evoca una paz visual antes de la irrupción del drama.

Hipérbole/Énfasis: El sol "les exprime la piel hasta la última gota de sudor" y los trabajadores "chapalean en el lodazal".

2. Temas Centrales
La Dualidad de la Naturaleza Caribeña: El Caribe se presenta como un paraíso visual (colores, verdes, luz) y, simultáneamente, como un infierno de trabajo y fatiga (el calor "inclemente", la deshidratación, el lodazal). La belleza es el escenario de la tragedia.

La Explotación y el Trabajo Campesino: El texto es una denuncia social del trabajo extenuante en los arrozales (un cultivo intensivo y típicamente caribeño/asiático). Los hombres intentan "aminorar la fatiga" con "antiguas canciones", lo que subraya la herencia de un trabajo ancestral y el esfuerzo colectivo contra la adversidad.

Deshumanización y Muerte: El clímax es impactante. La muerte por deshidratación no se trata con dignidad, sino con utilidad. El cuerpo se convierte en un objeto, en un espantapájaros ("cruz de guayacán", "cadáver espante a los pájaros"). Esta imagen final es una crítica feroz a la invisibilidad y el desprecio por la vida del jornalero, cuya existencia solo cobra valor, incluso en la muerte, en función del bien material (proteger el arroz).

3. Posible Contexto (Compromiso Social de Domingo Acevedo)
Con base en la información general que tengo sobre la obra de Domingo Acevedo (poeta dominicano con un marcado compromiso social en su poesía), este fragmento se alinea perfectamente con esa línea temática:

Realismo Social: El texto no solo describe un paisaje, sino que lo ancla en una realidad social de miseria y explotación, característica de la literatura de denuncia.

Voz de los Sin Voz: Acevedo da visibilidad al sufrimiento de los campesinos, una figura central en el imaginario social de la República Dominicana y el Caribe.

El Caribe Trágico: Va más allá del cliché turístico, mostrando el rostro de la supervivencia bajo un sol que "chorrea" su luz y también su castigo.

En resumen, el fragmento de Domingo Acevedo utiliza una prosa rica en imágenes para construir un puente entre la belleza estética del paisaje rural caribeño y la brutalidad de la vida campesina, donde el drama social se sella con la imagen deshumanizadora de la muerte convertida en herramienta.
El sol chorrea su luz.
El sol chorrea su luz sobre los tejados de las casitas del pueblo que mas allá de los arrozales, junto a la montaña parece una acuarela de vivos colores tropicales, enmarcado en el horizonte del medio día.
La vista se pierde en el verde de los arrozales, simétricamente recortados en cuadrados perfectos, las garzas refulgen al sol como blancos pedazos de papel que el viento zarandeaba de un lado para otro, mientras los hombres chapalean en el lodazal haciendo sus faenas, entonando antiguas canciones aprendidas de sus abuelos, intentando con ellas aminorar la fatiga producida por el trabajo bajo el sol inclemente del Caribe que les exprime la piel hasta la última gota de sudor.
Cuando algún trabajador muere deshidratado por los efectos del sol y la sed, se hace una cruz de guayacán y cuelgan al infeliz de ella y lo ponen en medio de los arrozales para que su cadáver espante a los pájaros que vienen de lejos a comerse el arroz.

Domingo Acevedo.

Foto, fuente externa.

Analisis de la IA desde lo ineditamente efimero del poema Amasijo de carne de Domingo Acevedo.




El poema "Amasijo de carne" de Domingo Acevedo es un conmovedor y desgarrador lamento que evoca la pérdida, la invisibilidad social y la indiferencia ante el sufrimiento de un niño que fallece prematuramente. Utiliza una serie de imágenes y preguntas retóricas para enfocar la atención en la tragedia de una vida efímera y no reconocida.

Análisis del Poema "Amasijo de carne"
Tema Central
El tema central es la muerte infantil en un contexto de pobreza y abandono social. El poema denuncia la indiferencia de la sociedad (representada por la pregunta retórica "¿quién se iba a interesar?") y el dolor íntimo de la madre ante la inminente pérdida de su hijo.

Estructura y Estilo
Preguntas Retóricas: El poema se construye principalmente sobre la repetición de la pregunta "¿quien se iba a interesar por aquel niño / muchachito / amasijo de carne...?" Esta figura retórica subraya la soledad y la falta de valor que la sociedad otorga a las vidas de los más vulnerables. La reiteración crea un tono de desesperación y crítica social.

Lenguaje y Metáforas:

"Amasijo de carne": Esta es la metáfora central y más impactante. Sugiere una masa informe, frágil y sin valor, deshumanizando al niño para resaltar su extrema vulnerabilidad y cómo es percibido por un sistema (el hospital, la sociedad) que lo reduce a su condición física más básica, desprovista de dignidad.

"Nombre olvidado en un libro del registro civil... un número más": Denota la invisibilidad burocrática y estadística. El niño no fue más que un trámite, una cifra sin rostro ni historia para el sistema.

"Se consumía a ratos en su propio fuego": Una descripción poética de la fiebre que consume la vida del niño.

"Cosmica profundidad de sus ojos almendrados": Sugiere una mirada de trascendencia o presciencia. Es la mirada de un ser que está viendo más allá de este mundo, quizás a punto de partir, o una mirada que carga con un sufrimiento incomprensiblemente grande para su edad.

Desarrollo y Sentido
El poema traza la breve existencia del niño en tres etapas:

La Ausencia de Futuro (Infancia Negada): Se lamenta lo que el niño no llegó a ser: no fue a la escuela, no aprendió a leer, no jugó ni soñó. Es la negación de la infancia y de sus promesas.

La Lucha en el Hospital (La Desesperación Materna): Se traslada la acción al hospital público. La madre, en una silla, es el único refugio y último baluarte de afecto. Su espera por el médico simboliza la impotencia frente a la enfermedad y la lentitud o precariedad del sistema de salud.

El Último Vínculo (El Adiós): La escena final es íntima y desgarradora. El niño, casi sin vida, se aferra a su madre con ternura ("enredaba sus brazos", "apretaba su mejilla cálida"), un intento desesperado por "aferrarse a la vida". La madre, al apretarlo contra su pecho, le ofrece el calor y la vida que se le escapa.

Conexión con el Autor
Dado que el autor es Domingo Acevedo (nacido en Santo Domingo en 1957, según la información guardada), el poema se inserta en una tradición de poesía social latinoamericana y dominicana que a menudo aborda las realidades de la pobreza, la desigualdad y la infancia desprotegida. Es un clamor lírico que transforma una estadística dolorosa en una imagen poética de amor y sufrimiento.

El poema es, en esencia, un epitafo lírico que otorga la dignidad y el interés que la vida no le dio al niño, al hacerlo el centro de una profunda reflexión poética sobre la fragilidad de la vida y la crueldad de la indiferencia social

Amasijo de carne
I
Quien se iba a interesar por aquel niño
que no fue más que un nombre
olvidado en un libro del registro civil
de una oficialía cualquiera del país
un número más en las estadísticas
de niños fallecidos aquel año
un breve ser humano
que ni siquiera tuvo tiempo de crecer
para ir a la escuela
a aprender a leer
y escribir
y jugar
y soñar en el recreo
como los demás niños
con crecer
ser grande
ir a la universidad
graduarse
y ser útil a la sociedad
II
quien se iba a interesar por aquel muchachito
desnutrido y endeble
cuyo cuerpo afiebrado su madre
en una silla de un hospital público
apretaba con ternura contra su pecho
esperando un turno para que un medico
lo examinara y le diera una esperanza de vida
III
quien se iba interesar por aquel amasijo de carne gelatinosa
que se consumía a ratos en su propio fuego
que miraba con tristeza a su madre
desde la cósmica profundidad
de sus ojos almendrados
y enredaba sus brazos en su cuello
y apretaba su mejilla cálida contra la de ella
tratando en vano de aferrarse a la vida
que lentamente se le escapaba

Domingo Acevedo.

Foto, fuente externa.

Marcha contra las mineras y el derecho a la vida, convocada por las organizaciones revolucionarias y sociales de la Rep. Dominicana.































 

El primer "superhéroe" de China repelió ocho rondas de ataques del ejérc...

PALESTINA EN EL CORAZÓN.





PALESTINA EN EL CORAZÓN. John Berger en el archivo de Ojarasca: EL LLANTO DE UN LUGAR. Traducción de Ramón Vera-Herrera
Unos días después de nuestro retorno de lo que hasta hace poco suponíamos que sería el futuro Estado de Palestina, y que ahora es la prisión más grande del mundo (Gaza), la sala de espera más grande del mundo (Cisjordania), tuve un sueño.
Estaba solo, de pie, desnudo de la cintura para arriba, en un desierto de cuarzo arenisco. En algún momento, la mano de alguien más recogía del suelo un poco de esa arena y me la lanzaba al pecho. Su acción era más bien algo considerado y no un acto agresivo. Antes de tocarme, la tierra o grava se transformaba en jirones de tela, tal vez algodón, que se envolvían solos alrededor de mi torso. Estos trapos rasgados cambiaban otra vez y se volvían palabras, frases. No eran escritas por mí sino por el lugar.
Al remembrar este sueño, me vino a la mente el término inventado tierra arrasada. Y se repetía. Tierra arrasada describe un lugar o los lugares donde todo, lo material y lo inmaterial, ha sido barrido, robado, desmantelado, desmenuzado, lavado, todo excepto la tierra palpable.
*
Hay una colina bajita en las afueras de Ramallah, llamada Al Rabweh, al occidente, al final de la calle Tokio. Cerca de la cima de la colina está enterrado el poeta Mahmoud Darwish. No es un cementerio.
La calle se llama Tokio porque conduce al Centro Cultural de la ciudad, que está al pie de la colina, y que fue construido gracias a un apoyo japonés.
Fue en este Centro donde Darwish leyó algunos de sus poemas por última vez —aunque entonces nadie suponía que sería la última. Qué significa la palabra última en momentos de desolación.
Fuimos a visitar su tumba. Hay ahí una lápida. La tierra excavada sigue desnuda, y los dolientes han dejado manojos de espigas verdes de trigo —como lo sugiere uno de sus poemas. Hay también anémonas rojas, pedazos de papel, fotos.
Él quiso ser enterrado en Galilea donde nació y donde su madre vive aún, pero los israelíes lo prohibieron.
En el funeral, decenas de miles de personas se reunieron aquí, en Al Rabweh. Su madre, de 96 años, se dirigió a ellas. “Él es hijo de todos ustedes”, exclamó.
En qué ámbito exactamente es que hablamos cuando hablamos de los amados que acaban de morir o ser asesinados. En un momento así de presente, nuestras palabras nos parecen resonar de un modo mucho más cercano que lo que normalmente vivimos. Son comparables con los momentos en que hacemos el amor, o cuando enfrentamos un peligro inminente, o al tomar una decisión irrevocable, o cuando bailamos un tango. No es en el ámbito de lo eterno donde nuestras palabras de duelo resuenan, pero tal vez resuenan en alguna de las pequeñas galerías de tal ámbito.
*
En la colina, que ahora está desierta, intento invocar la voz de Darwish. Tenía la calma voz de un criador de abejas:
Una caja de piedra
donde los vivos y los muertos se mueven en el barro seco
como abejas cautivas en el panal de una colmena
y cada vez que el estado de sitio arrecia
comienzan una huelga de hambre de flores
y buscan el mar para que les indique la salida de emergencia
Al invocar su voz, sentí la necesidad de sentarme en la tierra palpable, en el pasto verde. Y así lo hice.
Al Rabweh significa en árabe: “la colina cubierta de pasto verde”. Sus palabras han regresado al lugar de donde vinieron. Y no hay Nada más. Una Nada compartida por 5 millones de personas.
La siguiente colina, a quinientos metros de distancia, está repleta de tiraderos de desperdicios. Los cuervos vuelan en círculos. Algunos muchachos pepenan objetos en ella.
Al sentarme en el pasto en el borde de esta tumba recién cubierta, ocurrió algo inesperado. Para definirlo, tengo que describir otro evento.
Esto fue hace unos días. Mi hijo, Yves, iba manejando y nos dirigíamos a la localidad de Cluses en los Alpes franceses, un pueblito. Había estado nevando. Las laderas, los campos y los árboles eran blancos y la blancura de las primeras nieves a veces desorienta a los pájaros, y perturba su sentido de la distancia y la orientación.
De repente un pájaro se estampó contra el parabrisas. Yves, mirando por el espejo retrovisor lo vio caer a un lado del camino. Frenó y metió reversa. Era un pajarito, un petirrojo, atolondrado pero aun vivo, que parpadeaba. Lo alcé de la nieve, lo sentía tibio en mi mano, muy calientito, porque los pájaros tienen una temperatura más alta que nosotros, y continuamos manejando.
De tanto en tanto lo examinaba. En el lapso de media hora murió. Lo levanté para ponerlo en el asiento trasero del coche. Lo que me sorprendió fue su peso. Pesaba menos que cuando lo recogí de la nieve. Lo pasé de una mano a la otra para cotejar esto. Era como si su energía cuando estaba vivo, su lucha por sobrevivir, le hubiera añadido peso. Ahora casi no pesaba.
Tras sentarnos en el pasto que cubre la colina de Al Rabweh pasó algo comparable. La muerte de Mahmoud había perdido su peso. Lo que permaneció son sus palabras.
*
Han pasado los meses, cada uno lleno de presagios y silencio. Ahora fluyen los desastres hacia un delta sin nombre, y que obtendrá alguno únicamente si le otorgan uno los geógrafos que vengan después, mucho después. Hoy no hay nada más que hacer que intentar caminar sobre las amargas aguas de este delta sin nombre.
*
Gaza, la prisión más grande del mundo, está siendo transformada en un matadero. La palabra Franja (como en la Franja de Gaza) está empapada con sangre, como ocurrió hace 65 años con la palabra ghetto.
Día y noche la Fuerza de Defensa Israelí lanza bombas, obuses, armamento radioactivo y de fósforo gbu39, balas de ametralladora por aire, mar y tierra contra una población civil de 1.5 millones de personas. El número de muertos y mutilados incrementa con cada nuevo reporte noticioso de los corresponsales internacionales, a los que les está prohibido por Israel entrar a la Franja. Sin embargo, la cifra crucial es que por cada baja israelí hay cien bajas palestinas. Una vida israelí es equiparada a cien vidas palestinas. Las implicaciones de este supuesto son reiteradas constantemente por el vocero israelí con el fin de hacerlas aceptables y normales. La masacre tendrá muy pronto su secuela de pestilencia: casi ninguna vivienda cuenta con agua ni energía eléctrica, los hospitales carecen de médicos, medicinas y generadores. La masacre viene de un bloqueo y un estado de sitio.
Más y más voces por todo el mundo se levantan en protesta. Pero los gobiernos de los ricos con sus medios de comunicación mundiales y su orgullosa posesión de armas nucleares le confirman a Israel que se harán de la vista gorda ante lo que la Fuerza de Defensa Israelí está perpetrando.
*
“El llanto de un lugar entra en nuestro sueño”, escribió el poeta kurdo Bejan Matur, “El llanto de un lugar entra en nuestro sueño y ya no se va nunca”.
Nada sino la tierra arrasada.
*
Estoy de regreso en Ramallah (de eso hace cuatro meses) en un estacionamiento subterráneo abandonado que fue tomado y convertido en un espacio de trabajo por un grupo de artistas visuales palestinos, entre los que se halla la escultora Randa Mdah. Miro una instalación concebida y hecha por ella que se titula Teatro de Títeres.
Es ésta un bajorrelieve que mide 3 metros por 2, que se yergue derecho como un muro. Frente a éste, en el piso hay esculpidas tres figuras.
El bajorrelieve que asoma hombros, rostros, manos, está hecho de una armadura de alambre, poliéster, fibra de vidrio y barro. Sus superficies están coloreadas —verdes oscuros, cafés, rojos. La profundidad de su relieve es casi la misma que una de la puertas de bronce de Ghiberti para el Baptisterio en Florencia, y los escorzos y las perspectivas distorsionadas se han resuelto casi con la misma maestría. [Nunca habría adivinado que la artista era tan joven: tiene 29 años.] El muro con el bajorrelieve es como el “seto” al que cualquier público en un teatro se asemeja, cuando se le mira desde el escenario.
En el piso de tal escenario, al frente, están las figuras de tamaño natural: dos mujeres y un hombre. Están hechos de los mismos materiales pero en colores más deslavados.
Una de estas figuras está al alcance de la mano del público, otra está a dos metros de distancia y la tercera está tres metros más lejos. Traen puestas ropas del diario, ésas que decidieron ponerse por la mañana.
Sus cuerpos están amarrados a cuerdas que cuelgan de tres palos horizontales que a su vez cuelgan del techo. Son marionetas: esos palos son las barras de control que manipulan unos titiriteros, ausentes o invisibles.
La multitud de figuras en el bajorrelieve, todas miran lo que tienen frente a sus ojos y les tuerce las manos. Sus manos son como aves de corral. Impotentes. Se retuercen porque no pueden intervenir. Son bajorrelieve, no tienen tercera dimensión y como tal no pueden intervenir en el mundo real sólido. Representan el silencio.
Las tres figuras sólidas, palpitantes, atadas con cuerdas invisibles manipuladas por los titiriteros, son lanzadas al piso, primero la cabeza, los pies al aire. Una y otra vez hasta que sus cabezas se parten. Sus manos, sus torsos, sus rostros, se convulsionan en agonía. Una que no tiene fin. Lo sabe uno por los pies: una y otra vez.
Era posible caminar en medio de los impotentes espectadores del bajorrelieve y las despatarradas víctimas en el piso. Pero no lo hice. Hay una fuerza tal como no he visto nunca en obra alguna. Porque reclama el terreno donde se yergue. Porque transformó el campo de extermino que yace entre los estupefactos espectadores y las agonizantes víctimas en algo sagrado. Porque transformó el piso de un estacionamiento en una especie de tierra arrasada.
Esta obra profetiza la Franja de Gaza.
*
A la tumba de Mahmoud Darwish en la colina de Al Rabweh, por decisión de la Autoridad Palestina, le quitaron la cerca y la cubrieron con una pirámide de vidrio. Ya no es posible acurrucarse a su lado. Sus palabras, sin embargo, siguen siendo audibles para nuestros oídos y podemos repetirlas y seguir repitiéndolas.
Tengo que trabajar en la geografía de los volcanes
De la desolación a la ruina
del tiempo de Lot a Hiroshima
Cual si nunca hubiera vivido
con un deseo que sigo por saber
Tal vez el Ahora se movió un poco más allá
y el Ayer se acercó
Así que le tomo la mano al Ahora y
camino por la costura de la historia
evitando el tiempo cíclico
con su caos de chivos montaraces
¿Cómo puedo salvar mi mañana?
¿Con la velocidad del tiempo electrónico
o con la lentitud de las caravanas de mi desierto?
Tengo trabajo hasta que me llegue el fin
como si no fuera a ver el mañana
tengo que trabajar por el hoy que no está aquí
Así que escucho
suave muy suave
El pulso de hormiga de mi corazón…
**
(Las citas de Darwish provienen del poema Mural, traducido al inglés por Rema Hammami y John Berger)
Traducción: Ramón Vera Herrera
*
ARRESTO DE MILITANTES PALESTINOS EN RAMALLAH DESPUÉS DE UNA NOCHE DE COMBATES, MARZO 2002. FOTO: GEORGES BARTOLI

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