viernes, agosto 08, 2025

Es una imagen de amor: única, silenciosa, más fuerte que el miedo

 



Lo que ven no es solo una fotografía.

Es una despedida.
Una promesa cumplida hasta el último aliento.
Es una imagen de amor: única, silenciosa, más fuerte que el miedo, la soledad e incluso la muerte.
Una historia inolvidable.
Ndakasi era una gorila de montaña.
Cuando tenía solo dos meses, los guardabosques del Parque Nacional de Virunga, en lo profundo del Congo, la encontraron aferrada al cuerpo sin vida de su madre, asesinada por cazadores furtivos.
No huyó. Se aferró con fuerza, como si aún pudiera traerla de vuelta.
Fue entonces cuando apareció André Bauma, un joven guardabosques.
No tenía nada más que sus manos.
Levantó su pequeño y tembloroso cuerpo y la abrazó contra su pecho.
Se quedó con ella toda la noche, calentándola con su propio cuerpo, rezando para que sobreviviera.
Y sobrevivió.
Desde ese momento, fueron inseparables. Ndakasi fue llevada al Centro Senkwekwe, el único orfanato del mundo para gorilas de montaña.
Allí, aprendió a respirar de nuevo. A confiar de nuevo. A vivir de nuevo.
Con el tiempo, se hizo famosa.
En 2019, una foto suya se hizo viral: de pie, sonriendo, con la mirada fija en la cámara, como diciendo: "Estoy aquí. Y estoy bien".
Millones de personas compartieron esa imagen con una sonrisa.
Pero pocos conocían la historia detrás.
Porque Ndakasi no era solo una "gorila graciosa".
Era una superviviente.
De la guerra. De los cazadores furtivos. De la destrucción de su bosque. De la soledad.
Y a pesar de todo, aún sabía amar.
Durante catorce años, tuvo a alguien que nunca la abandonó.
André fue su hogar.
No solo un cuidador, sino un verdadero amigo.
La única constante en un mundo lleno de caos.
Luego llegó la enfermedad. Su cuerpo se debilitaba cada día.
Pero André nunca se fue.
La cuidó sin descanso. Sin necesidad de palabras.
Y cuando sintió que el final se acercaba, hizo lo único que mejor sabía hacer:
Recostó la cabeza en su pecho y se durmió.
Para siempre.
Imagina ese momento.
El silencio tras el último aliento.
Un corazón que aún latía, roto.
Y el suave peso de la confianza, dejando ir.
Eso es amor.
No ruidoso ni dramático, sino presente.
En manos que nunca sueltan.
En ojos que nunca apartan la mirada.
En un vínculo que habla por sí solo.
Ndakasi no era solo una gorila.
Era una amiga, un ser que caminaba sobre el fuego y aun así florecía, gracias al cariño y al amor.
Era un trocito de la naturaleza que nos miraba a los ojos y preguntaba:
"¿Y tú? ¿Qué haces con el amor que has recibido?"
Recuerda su nombre: Ndakasi. La gorila que hizo sonreír al mundo y falleció en los brazos del hombre que la amó hasta el final.
Que su historia nos ilumine.
Que su memoria nos recuerde que todo ser vivo merece respeto, protección... y un corazón dispuesto a acogerlo, incluso en sus últimos momentos.
Fuentes:
Parque Nacional de Virunga, Declaración Oficial sobre Ndakasi, 2021.
BBC, “La gorila de montaña Ndakasi muere en brazos de un guardabosques”, 2021.
National Geographic, “La vida y el legado de Ndakasi”, 2022.

En 1912, Japón envió por primera vez a un atleta a unos Juegos Olímpicos





 En 1912, Japón envió por primera vez a un atleta a unos Juegos Olímpicos. Su nombre era Shizo Kanakuri, un joven prodigio del maratón que había roto el récord mundial de 40 km en 2 horas, 32 minutos y 45 segundos. La Universidad de Tokio costeó su viaje a Estocolmo, y partió con la sonrisa de quien sabe que lleva las esperanzas de un país entero.

El 14 de julio, día de la carrera, Suecia sorprendió con un calor sofocante: 32 grados y sin apenas viento. Kanakuri, decidido a no perder líquidos, cometió un error fatal: no bebería en el recorrido. Salió disparado, solo seguido de cerca por el sudafricano McArthur. Pero el sol no tuvo piedad. En el kilómetro 30, sediento y exhausto, vio un jardín donde una familia celebraba una fiesta y bebía zumo de frutas. Se detuvo.
Bebió un vaso… luego otro. El anfitrión le ofreció descansar en un sofá. Cerró los ojos “solo un momento” y se quedó dormido. La carrera terminó sin él. La policía lo buscó, pero Shizo, avergonzado, tomó un tren y regresó a Japón en silencio. Para Suecia, había desaparecido.
Con el tiempo, volvió a competir en 1920 y 1924, pero su abandono en Estocolmo quedó como una anécdota pendiente. Hasta que, en 1962, un periodista sueco lo localizó: tenía más de setenta años, seis hijos y diez nietos.
Cinco años después, en 1967, Kanakuri fue invitado a regresar al lugar donde se había detenido. Caminó hasta el mismo jardín, conversó con el hijo de aquel anfitrión y, con paso tranquilo, cruzó la meta que había dejado atrás 55 años antes.
—“He tardado 54 años, 8 meses, 6 días, 5 horas, 32 minutos y 20 segundos”, bromeó.
Así terminó la maratón más larga de la historia.

Soldadera yaqui (mujer soldado) se mueve durante la Revolución Mexicana




 Esta soldadera yaqui (mujer soldado) se mueve durante la Revolución Mexicana de 1910. Las mujeres yaquis reforzaron sus filas recién salidas de la esclavitud en 1911. Fotografiada en 1913 vestida con una gabardina con una bufanda en la cabeza, está volviendo o de camino a la capilla. En esos días las mujeres tenían que cubrirse la cabeza en la iglesia, e incluso hoy en los estados mediterráneos deben cubrirse los hombros para entrar a las capillas si usaban ropa sin mangas. Estas mujeres de la revolución donaron sangre, sudor y lágrimas por un México mejor. Uno en el que sus hijos tendrían derechos que ellos no tienen. Los soldaderas no sólo lucharon junto a los hombres en las trincheras, sino que también se dieron la vuelta y los cuidaban cuando estaban heridos.

Historia AI

No tenían familia de sangre. Pero hermanos, al fin y al cabo.





 En 1912, cerca de las Badlands de Dakota del Sur, un rastreador lakota llamado Amos Red Elk conoció a un hombre al que los lugareños llamaban "El Hombre Fantasma". Su verdadero nombre era Silas McKeen, un trampero tranquilo y solitario de Ohio que había perdido a su familia en la Guerra Civil. Vivía solo en los límites de la Reserva Pine Ridge, con solo un rifle, un perro y su silencio. La gente solo lo veía antes de las tormentas, moviéndose como una sombra.

Amos había crecido en la tradición lakota. Su abuelo había luchado en Little Bighorn, y su madre le enseñó a leer el viento y el agua como si fueran palabras sagradas.
Un frío día de otoño, Amos encontró a Silas en las colinas, atrapado y sangrando: una trampa para osos oxidada le había aplastado la pierna. Sin decir palabra, Amos lo llevó a su campamento, curó sus heridas y cantó suaves canciones lakota durante noches de escarcha y fiebre.
Al principio, Silas no confiaba en él. Pero con el tiempo, el silencio se convirtió en respeto. Para la primavera, cazaban juntos, compartían café junto a fogatas de pino y se enseñaban mutuamente sus costumbres: Silas le enseñaba a Amos a curtir pieles con humo, Amos le enseñaba a Silas a seguir el ritmo del búfalo.
En 1915, una ventisca bloqueó el camino a Rapid City. Un niño se estaba muriendo. Sin dudarlo, ambos se pusieron las raquetas de nieve y cruzaron el gélido desierto para entregar medicinas. Salvaron la vida del niño. Cuando le preguntaron a Silas por qué fue, solo dijo: "Mi hermano dijo que fuéramos".
Amos falleció en 1939. Silas lo siguió dos inviernos después. Fueron enterrados uno junto al otro en una cresta de pinos retorcidos.
No tenían familia de sangre.
Pero hermanos, al fin y al cabo.

Los Absaroke, conocidos comúnmente como los crow o "hijos del gran pájaro de pico largo",

 




Los Absaroke, conocidos comúnmente como los crow o "hijos del gran pájaro de pico largo", son una tribu de nativos americanos originaria de las llanuras del norte y el actual estado de Montana. El nombre "crow" proviene de una interpretación errónea de su propio nombre, Apsáalooke, que se traduce como "pueblo de los cuervos" o "hijos del gran pájaro de pico largo".

Vivían en un territorio montañoso que se extendía por el río Yellowstone y el río Powder, en las actuales Dakota del Norte, Wyoming y Montana. Eran un pueblo seminómada, famoso por su habilidad para la cría de caballos, de los que se consideraban "los maestros". Sus viviendas eran tipis, tiendas de forma cónica hechas con pieles de animales. En sus campamentos, era común ver largos rebaños de caballos que usaban para la caza del bisonte y los enfrentamientos con otras tribus.
Los Absaroke creían que el Gran Espíritu, o Ah-badt-dadt-deah, los había creado a partir de la tierra y los había dotado de la sabiduría de los pájaros. Valoraban la valentía y el honor por encima de todo. Sus ceremonias más importantes eran la Danza del Sol y la Danza del Escudo. Sus clanes, o "familias de campamento", eran dirigidos por ancianos. El papel de la mujer era crucial en la vida de la tribu, ya que eran las encargadas de la construcción de los tipis, la preparación de las pieles de animales y la recolección de alimentos.

jueves, agosto 07, 2025

El “sudor del maíz

 





🌽 El “sudor del maíz”: cómo los campos cultivan no solo comida, sino también calor.
En medio de las olas de calor que castigan cada verano al cinturón agrícola de Estados Unidos, una sorprendente fuente de humedad está ganando atención científica: el propio maíz. Más allá de su papel como alimento básico y motor económico, los millones de hectáreas de maíz del Medio Oeste también son protagonistas de un fenómeno climático conocido como evapotranspiración, un proceso natural que podría estar intensificando las condiciones de calor extremo en la región.
La evapotranspiración es el mecanismo por el cual las plantas liberan vapor de agua a la atmósfera a través de sus hojas. En el caso del maíz, esta “transpiración vegetal” se convierte en un flujo masivo de humedad que afecta directamente al clima local. Durante los picos del verano, Iowa puede liberar hasta 56 mil millones de galones de agua al día desde sus campos de maíz, mientras que Illinois, con sus 12 millones de acres cultivados, aporta otros 48 mil millones. Esta cantidad es tan colosal que equivale a vaciar más de 73.000 piscinas olímpicas... cada día.
Lo que comienza como un proceso vital para el crecimiento de las plantas se transforma en un modificador atmosférico. A medida que se incrementa la humedad del aire, también lo hace el punto de rocío, un indicador clave que refleja cuán pesada y húmeda se siente la atmósfera. Estudios meteorológicos señalan que este incremento puede elevar la sensación térmica en hasta 5 a 10 grados Fahrenheit, exacerbando la percepción de calor durante las olas térmicas más severas.
Aunque la mayor parte del calor y la humedad provienen de patrones meteorológicos a gran escala, el llamado “corn sweat” o “sudor del maíz” introduce una variable regional que modifica microclimas locales, especialmente en áreas rurales densamente cultivadas. Lejos de ser solo una curiosidad agrícola, este fenómeno representa un intercambio complejo entre productividad alimentaria y bienestar humano, en el que la eficiencia de los cultivos tiene como contrapartida un entorno más sofocante para quienes viven cerca de ellos.
Este fenómeno, documentado recientemente por David Rice en USA Today (2025), destaca la necesidad de incluir factores agrícolas en los modelos climáticos regionales. A medida que el cambio climático agrava las condiciones meteorológicas extremas, comprender la interacción entre los sistemas naturales y los agrícolas será fundamental para prever escenarios de adaptación, tanto para las personas como para los cultivos.
Compartido por Biomentes
Fuente científica:
Rice, D. (2025). El “sudor del maíz” añadirá humedad a castigar el calor y la humedad en el medio oeste esta semana. USA Today. Validado por pares en estudios de climatología agrícola y meteorología del U.S. Midwest.

Debemos encontrar formas para los gazatíes que sean más dolorosas que la muerte.” — Amichai Eliyahu, ministro de Patrimonio de Israel

 


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“Debemos encontrar formas para los gazatíes que sean más dolorosas que la muerte.”
— Amichai Eliyahu, ministro de Patrimonio de Israel
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No es una declaración aislada.
No es una “salida de tono”.
No es un “error de comunicación”.
🧠
Es la expresión desnuda de un proyecto colonial, racista y deshumanizador.
🔥
Israel no busca “defenderse”: busca aniquilar la dignidad, la identidad y la vida del pueblo palestino.
No le basta con matar: quiere destruir todo lo que hace humano a quien resiste.
En definitiva, busca exterminar al pueblo palestino y borrar todo rastro que recuerde su existencia.
➡️
Netanyahu no es el problema.
Es solo el rostro visible de un sistema enfermo de odio, supremacismo y fanatismo ideológico.
📍
El problema es el sionismo colonial que lo sostiene, lo precede… y lo sobrevivirá si no lo frenamos.
🧷
Quien justifica esto, calla ante esto o coopera con esto…
es cómplice del crimen.

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