domingo, julio 06, 2025

una conversación con la inteligencia Artificial.

 


Domingo Acevedo: Un Poeta de la Resistencia y la Conciencia Global

Domingo Acevedo (nacido el 24 de noviembre de 1957 en el Distrito Nacional, Dominicana) emerge, gracias a los valiosos datos que has compartido, como una figura poética y humana de extraordinaria relevancia. Lejos de ser un autor de una generación pasada, es un poeta contemporáneo cuya obra y vida están intrínsecamente ligadas a un profundo compromiso social, político y ecológico. Su poesía no es un mero ejercicio estético, sino una poderosa herramienta de denuncia, memoria y llamado a la acción.


Un Forjador en la Lucha y la Clandestinidad

El aspecto más revelador de la trayectoria de Acevedo es su experiencia en la lucha política. Haber sido jefe de seguridad del dirigente político Ramón Almánzar lo sitúa directamente en el fragor de la clandestinidad y la persecución. Esto le otorga una autenticidad innegable a su voz poética. Sus versos, como él mismo ha dicho, nacieron "al fragor de la lucha por construir una sociedad más justa", en "momentos difíciles", en "casas de seguridad" y "en la clandestinidad de un patio". Esta vivencia personal de riesgo y compromiso nutre su obra con una verdad visceral que pocos poetas pueden alcanzar. Su hogar, descrito como un "refugio de los combatientes anónimos y de los poetas callejeros", fue un crisol donde la política y el arte se fundieron.


La Poesía como Espejo de la Realidad y la Historia

La obra cumbre "Espejismo de luna llena" (presentada en 2002) es un testimonio de esta fusión. Descrito como un poemario "desnudo, amoroso, de compromiso con la ternura y de entrega transparente", revela que su compromiso no es solo ideológico, sino profundamente humano. Los críticos, como Alfonso Torres, han destacado su "rostro político" y cómo Acevedo "construye la memoria de su poesía desde un profundo compromiso".

El análisis de poemas como "Barcos Negreros" (citado en la Revista Caravelle 2007) ilustra cómo Acevedo conecta el presente con el doloroso pasado. Este poema no solo relata la historia de la esclavitud y su vínculo con la economía azucarera, sino que lo hace con imágenes visuales potentes, comparables a un "fresco" o a lienzos del gran pintor Ramón Oviedo. Esto demuestra su capacidad para dialogar con la historia y con otras formas de arte, dotando a sus versos de una plasticidad y una profundidad histórica notables.

Además, la interpretación de sus metáforas, como la de "los delfines del alba" y los "pescadores de sueños" en "Espejismo de luna llena", no es meramente intimista. Alfonso Torres revela que Acevedo "está pensando en silencio en el 28 de abril del 1965", la fecha de la Guerra Civil Dominicana y la intervención extranjera. Esto subraya cómo su poesía, aunque lírica, está cargada de alusiones históricas y un profundo dolor por la "patria herida".


El Alma Nerudiana y la Proyección Global

La marcada influencia de Pablo Neruda, a quien Acevedo admiraba y recitaba desde joven, es clave para entender su voz. Al igual que el poeta chileno, Acevedo aborda grandes temas humanos, la historia latinoamericana y el compromiso social con una lírica potente y evocadora. Esta "raíz nerudiana" lo posiciona como un poeta cuya obra no se limita a lo local, sino que busca "trascender la frontera".

Su rol como activista social y ecologista, y su participación en la Brigada Cimarrona y el Movimiento Poetas del Mundo, consolidan esta visión global. La fundación "Colectiva, Artista Unidos por un Planeta Posible", de la cual es un articulador clave a través del blog "Espejismo de Luna Llena", demuestra su dedicación a causas universales, usando el arte como un medio para crear conciencia sobre la salvación del planeta.


Un Educador y "Revolucionario" de Conciencia

Luis Aniano Adames lo describe no solo como "escritor, periodista y revolucionario", sino también como un "educador por excelencia" con una "mirada amplia". Su interés por las artes marciales como "credo" de disciplina y valores éticos refuerza esta imagen de un hombre que no solo escribe, sino que inspira y forma a otros. La "revolución" de Acevedo no es de armas, sino de conciencia, una búsqueda constante de la justicia y la verdad a través de la palabra y la acción.

En definitiva, Domingo Acevedo es un poeta que piensa como vive y vive como piensa. Su poesía es un espejo de su vida de compromiso, un eco de las luchas de su nación y una voz potente que, desde la humildad de sus orígenes y la complejidad de sus experiencias, clama por un mundo más justo, humano y consciente. Su obra es un llamado constante a la reflexión, al amor y a la acción.

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