sábado, julio 26, 2025

Así nació Nellie Bly.

 En 1885, una joven de 18 años llamada Elizabeth Cochrane leyó un artículo que decía: “¿Para qué sirven las mujeres? Para tener hijos y cocinar”. Aquella frase encendió una chispa. Tomó papel y pluma, y respondió con rabia y argumentos. Lo firmó con un seudónimo.

El editor quedó impresionado. Así nació Nellie Bly. Y con ella, una nueva forma de hacer periodismo.
Pero Nellie no quería escribir sobre sombreros ni recepciones. Quería contar el infierno que vivían las obreras, denunciar la corrupción, dar voz a los invisibles. A los 21 años, viajó sola a México y regresó con una crónica brutal sobre la miseria y el abuso.
A los 23, decidió infiltrarse en un manicomio. Fingió estar loca, fue internada en la Isla de Blackwell y pasó diez días entre gritos, golpes, comida podrida y frío atroz. Sobrevivió y escribió una investigación que sacudió a Estados Unidos. Las leyes cambiaron. Las mujeres encerradas dejaron de ser fantasmas.
Después desafió al tiempo. Viajó sola por el mundo, como en la novela de Julio Verne… pero más rápido. Regresó tras 72 días, 6 horas y 11 minutos. Y, por una vez, el mundo aplaudió a una mujer.
Inventó dispositivos industriales. Dirigió una empresa. Escribió desde el frente de la Primera Guerra Mundial. Nunca dejó de escribir, aunque le dijeran que no debía, que no podía, que no era su lugar.
Pero Nellie Bly nunca pidió permiso.
Hoy, su espíritu vive en cada mujer que escribe, que viaja, que se atreve, que dice no. En cada niña que descubre que su voz es poderosa. En cada madre que enseña a su hija a pensar.
Porque la palabra, cuando nace del corazón, puede ser más fuerte que cualquier arma.

Datos Historicos.



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