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El Increíble Descubrimiento del Cero: Los Mayas, Pioneros de las Matemáticas Antiguas
Cuando pensamos en grandes descubrimientos matemáticos, solemos mirar hacia Europa, hacia nombres como Fibonacci o Descartes. Pero mucho antes de que el conocimiento se escribiera en latín o se imprimiera en papel, del otro lado del mundo, una civilización ya había dado con uno de los conceptos más revolucionarios de todos: el cero.
Sí. Fueron los mayas —habitantes de las densas selvas y de majestuosas ciudades de piedra— quienes se atrevieron a darle forma al vacío, al “nada”, al punto de partida de los números. Mientras en Europa aún se contaba sin símbolo alguno para representar la ausencia, los mayas ya llevaban siglos usando una concha estilizada como signo del cero para calcular los ciclos del tiempo y alinear templos con el movimiento de las estrellas.
¿Quiénes eran los mayas?
La civilización maya floreció durante más de dos mil años en lo que hoy es México, Guatemala, Belice y Honduras. Fueron astrónomos brillantes, arquitectos visionarios y guardianes de una sabiduría profunda. Su sistema numérico, basado en el número 20 (vigesimal), les permitió contar con precisión enormes cantidades… pero fue el cero el que lo hizo todo posible.
El nacimiento del cero maya
A diferencia de otras culturas antiguas, como los babilonios que usaban espacios vacíos para representar el “nada”, los mayas dieron un paso más: crearon un símbolo claro, elegante y cargado de sentido. Una concha, símbolo de origen y vacío al mismo tiempo. Lo usaban ya desde el siglo IV d.C., sobre todo en sus calendarios solares y rituales, donde el tiempo era medido con una exactitud que aún hoy sorprende.
Mientras tanto, en Europa…
El cero no llegó a Europa sino hasta varios siglos después, traído por matemáticos árabes como Al-Juarismi, quienes a su vez lo recibieron del pensamiento indio. No fue sino hasta el siglo XII que empezó a usarse, y no sin polémica: muchos lo veían con desconfianza, incluso como un símbolo peligroso o herético. Pero mientras tanto, en lo profundo de la selva mesoamericana, los mayas ya llevaban más de 700 años usándolo con total naturalidad.
Un legado que merece recordarse
El descubrimiento del cero por parte de los mayas es una de esas historias que nos obligan a replantear lo que sabemos sobre el desarrollo del conocimiento humano. Nos recuerda que la ciencia no es propiedad de una sola civilización, sino un viaje compartido, lleno de caminos paralelos, encuentros y olvidos.