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miércoles, julio 02, 2025
Película de guerra 2025: Tropas voluntarias luchan al límite, destruyen ...
Gregorio Urbano Gilbert: Héroe Nacional
Por Juan Ventura
Hoy sábado 25 de mayo del año 2019, cumple 120 años de haber nacido en la ciudad de Puerto Plata, el valiente y adalid patriota Gregorio Urbano Gilbert Suero.
Gilbert Suero se enfrentó a las tropas interventoras norteamericanas en 1916 y, nuevamente, en 1965. Estuvo junto al general César Sandino en Nicaragua y allí se destacó en la guerra que libraba dicho país. Por sus titánicas luchas a favor del pueblo dominicano, se ha ganado el merecido título de Héroe Nacional.
Se opuso a la férrea dictadura de Trujillo y jamás le aceptó cargo alguno.
Esa figura egregia, como lo fue Gilbert en su ciudad natal de Puerto Plata, no ha recibido el verdadero homenaje del pueblo que lo vio nacer. Una calle y mucho menos una avenida no lleva su nombre.
Gregorio Urbano Gilbert Suero, nació en la villa de Puerto Plata, el 25 de mayo de 1899, hijo de los señores Benjamin Gilbert (oriundo de las Islas Bahama) y Narcisa Suero.
Cuando apenas era un jovencito se trasladó a vivir en San Pedro de Macorís. Allí hizo parte de los estudios primarios y los secundarios. En aquella ciudad trabajó como tipógrafo y así como también de dependiente en una pequeña tienda de previsiones.
Se opuso rotundamente a la Intervención Norteamericana de 1916. Disparó varios tiros contra los marines que desembarcaron en San Pedro de Macorís.
Después de este hecho se fue a vivir a Montecristi, residiendo por algunos años. Fue delatado por Rafael Nolasco y hecho preso. Se le condenó a ser colgado vivo hasta que muera, en Santo Domingo. Distintos sectores dominicanos clamaron para que la pena de muerte fuera conmutada, entre los cuales estaban sus compueblanos Padre Rafael Castellanos y José del Carmen Ariza. Y la misma fue cambiada de muerte por la prisión perpetúa.
El 2 de octubre de 1922 fue libertado Gilbert, después de haber sido indultado por el Gobierno Interventor. A partir de ahí viajó por diferentes países, como fueron Curazao, Cuba y otros.
Al quedar fundada la Sociedad Cultural Renovacion de Puerto Plata, el 7 de mayo de 1928, sus fundadores se preocuparon en instalar una biblioteca que contribuyera a elevar el acervo cultural del pueblo de Puerto Plata. De la misma, fue encargado José Gilbert Suero (hermano de Gregorio Urbano Gilbert Suero, combatiente de las dos intervenciones Norteamericanas de 1916 y 1965 y quien luchó junto a César Sandino en Nicaragua), permaneció dirigiendo dicha biblioteca hasta el año 1966, por motivo de salud tuvo que abandonar su puesto de allí. Don José Gilbert fue un hombre amable y sencillo y siempre dispuesto a servir en favor de la cultura. Se ha olvidado, una calle de Puerto Plata debiera de llevar su nombre, en recordación a su preocupación por el desarrollo de la cultura y la educación.
En 1928 partió hacia Nicaragua y estando allí se une al Ejército Libertador de general Augusto César Sandino, alcanzando el rango de Capitán y la designación como cuarto Ayudante del Comando Supremo del Ejército Sandinista. En aquel país se le recuerda y admira con devoción.
Regresó nuevamente a Santo Domingo, donde para subsistir desempeñó varios oficios, como fue linotipista cajita en varias imprentas, dependiente de panadería y vendedor ambulante de cigarrillos y caramelos.
Se matriculó en la Universidad de Santo Domingo, obteniendo en 1954 su título de Licenciado en Filosofía y, posteriormente, en 1956 se recibió de Doctor en Filosofía en dicha Universidad.
En 1965, nuevamente enfrentó la segunda intervención norteamericana y fue él uno de los dominicanos que se integró a la Revolución del 24 de Abril de ese año, al lado de los Constitucionalistas, encabezado por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, en donde tuvo una participación activa y de primer orden.
Gilbert publicó tres libros:
1) Ramas de mi árbol,
2) Mi lucha contra el Invasor Yanqui de 1916
Y, 3) Junto a Sandino.
Los dos últimos son sus memorias de aquellos acontecimientos en qué participó, publicado ambos por la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Estos libros fueron corregidos por el reconocido historiador y escritor Dr. Emilio Cordero Michel.
Gregorio Urbano Gilbert Suero, murió en Santo Domingo, el 20 de noviembre de 1970.
¡Loor eterno al héroe nacional Gregorio Urbano Gilbert Suero!
Gregorio Urbano Gilbert Héroe de dos pueblos, Nicaragua y República Dominicana

Nació el 25 de Mayo de 1898 en Puerto Plata, República Dominicana.
Falleció el 29 de Noviembre de 1970 en República Dominicana.
El Movimiento Latinoamericano “Manos fuera de Nicaragua” fue creado para rechazar la ocupación yanqui en Nicaragua a raíz de la lucha por la soberanía y dignidad de nuestro País iniciado en 1927 por el Gral. Augusto C. Sandino – General de Mujeres y Hombres Libres.
Ese Movimiento que desde México lideró DIEGO RIVERA, FRIDA KAHLO, GABRIELA MISTRAL, TINA MODOTTI, JULIO ANTONIO MELLA, JACOBO HURWITZ, despertó el entusiasmo y solidaridad de los jóvenes revolucionarios de América y el Mundo.
Nuestro Héroe Nacional AUGUSTO. C SANDINO despertó esa conciencia patriótica que reafirmaba el Amor por nuestra Tierra, nuestro Pueblo, nuestra Lucha y nuestras Banderas Dignas y Soberanas.
Pablo Neruda, fué también admirador y parte de ese Movimiento Continental que rechazaba las injerencias del yanqui en nuestras tierras.
GREGORIO URBANO GILBERT, con solo 17 años de edad en el Puerto de San Pedro de Macorís, disparó a un capitán norteamericano en la primera invasión a República Dominicana en 1916. Los invasores norteamericanos lo trasladaron a la fortaleza OZAMA donde fue torturado y golpeado, pero recibió el perdón gracias al apoyo del Padre Castellanos de Puerto Plata, quien sirvió como verdadero mediador junto a medios de comunicación, logrando que saliera de la cárcel, tras 4 años, 8 meses y 28 días de encarcelamiento.
El 25 de Agosto de 1928, a sus 28 años de edad, Gilbert sale para Nicaragua a apoyar la causa de Sandino.
El 13 de Octubre de 1928 en el Chipote –Cuartel General en Las Segovias, montañas nicaragüenses- se encontró por primera vez con el Gral. Augusto C. Sandino y selló su compromiso de luchar en contra de la intervención norteamericana y por la Soberanía de nuestro País.
Fue integrante del Estado mayor del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua junto a otros jóvenes internacionalistas revolucionarios:
- Esteban Pavletich (Perú)
- Farabundo Martí (El Salvador)
- Rubén Ardila Gómez (Colombia)
- Froylán Turcios (Honduras)
- Gregorio Urbano Gilbert (República Dominicana)
Escribió un Libro titulado “JUNTO A SANDINO” que narra desde su colecta publica para viajar a Nicaragua a unirse a la lucha del General Sandino y recuerda la experiencia vivida como un revolucionario por la dignidad de los Pueblos de Latinoamérica.
CITA DE LOS TEXTOS DEL LIBRO “JUNTO A SANDINO”
“En un rincón de los países de la América Central, hay un grupo de varones encabezados por el admirado General Augusto César Sandino luchando por una causa tan grande y noble como es la liberación de su tierra y yo he resuelto a contribuir a esa causa con la suma recolectada para mí, dando además a Nicaragua la contribución de mi esfuerzo personal que me asignará sitio entre Hombres y no entre los Eunucos que alimenta nuestra Patria.
Al hacer la declaración que antecede, no me mueve el afán de pueril exhibicionismo puesto que todos han de saber que no soy a él aficionado sino al deseo de poner al buen entendimiento de los señores que de una manera u otra han contribuido a la realización del propósito original, que el dinero dado por ellos contribuirá al triunfo de la causa más santa y brava de que se tenga noticia la historia contemporánea. Y por eso, señor director, suplico cabida para estas líneas en las columnas de su leído diario, mientras queda de usted, su obsecuente, seguro servidor y amigo. G. U. Gilbert.
Nota del Diario “La Opinión”: -Considerando nuestra alta sagrada devoción por la causa de la libertad de Nicaragua, el heroico G. U. Gilbert nos dirigió esta carta desde San Pedro de Macorís, cuando resolvió partir para Nicaragua. Más tarde, a invitación de agente vino a nuestras oficinas, y le entregamos entonces dos cartas de recomendación, una para el señor Froilán Turcios y otra para el General Augusto César Sandino, con quienes sostenemos habitual correspondencia en favor de la causa nicaragüense. Además, hicimos al¡ héroe alguna ayuda material para su viaje y le obviamos dificultades. No queríamos revelar nada de esto al público para no crearle al héroe dificultades en su viaje, con las autoridades que encontrare en su ruta, parcializadas en favor de los invasores de Nicaragua, pero hemos tenido que romper nuestra consigna de silencio, debido a que toda la prensa de la ciudad ha publicado la noticia del viaje y el objeto que persigue el joven héroe. Si Gilbert logra incorporarse a
las tropas de Sandino, la República Dominicana tendrá al fin su representación en aquellas gloriosas huestes libertadoras, y, de acuerdo con cartas nuestras que lleva actuará además como corresponsal especial de La Opinión para enviarnos frecuentes notas de la campaña.
¡Roguemos a Dios por el triunfo de nuestro joven héroe y por la santa causa de Nicaragua que con tanto ardor y patriotismo defiende el glorioso Sandino ...!
Sandino rodeado de sus lugartenientes en Mérida, Yucatán, en julio de 1929, de izquierda a derecha: Esteban Pavletich, Sócrates Sandino, General Sandino y Capitán José de Paredes (de pie al extremo derecho). Detrás: Tranquilino Jarquin (La Careadora), ayudante personal del General Sandino; y Gregorio Urbano Gilbert, de República Dominicana.
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martes, julio 01, 2025
Profecía
Perdí tu amor hace siglos
entre la soledad muda de los libros
y las cenizas ensangrentadas
y calientes
de las batallas inacabables
de imposibles victorias
que en el fragor de las noches inciertas
azotadas por un viento lúgubre
siempre torturaron mi alma
de soldado vencido
pero a pesar de mi soledad profética
no puedo renunciar a ti
aun sabiendo que soy un hombre
marcado por la tristeza milenaria
de los milicianos que fueron a la guerra
a morir por un extraño idealismo
que los fanatizó de tal manera
que nunca alcanzaron a entender
que en esa vorágine eterna
de sangre y metralla
perdían su humanidad
y se morían lejos
en la soledad de su crueldad
consumidos por el fuego helado
de un invierno eterno
que aún guarda congelado
el rostro de miedo
de los soldados muertos
en la última batalla
de la guerra del fin del mundo
y yo que sobrevivo a los designios
no me resisto a perderte
y te busco más allá de la profecía
entre los espejos rotos
de los aposentos imaginarios
donde mi infancia
diluida entre la sangre
y los laureles
agoniza tras la ambarina
levedad de tus ojos
que me miran desde el olvido
más puro de tu alma
Domingo Acevedo.
Foto tomada de la red.
Acerca del Padre Gaspar Garcia Laviana
Gaspar García Laviana, fue un Misionero, hijo de mineros Asturianos, nacido en 1941 en Les Roces, un lugar del Concejo de San Martin del Rey Aurelio; fue coadjutor de una parroquia de un barrio de Madrid, donde colaboró con la JOC y la HOAC y además trabajó como obrero; después se marchó voluntario a Nicaragua y le encargaron de la Parroquia de Tola ( Rivas ) y más tarde de la de San Juan del Sur (Nicaragua).Durante la Revolución Sandinista Nicaragüense se marchó a la montaña con los jóvenes de su Comunidad (1975 a 1978). Murió el 11 de diciembre de 1978, en la guerra de Nicaragua.
Hijo de un minero asturiano, nace en 1941 en Les Roces, un pueblo de El Entrego, si bien a muy temprana edad se trasladó con su familia a vivir a Tuilla. Se ordena sacerdote en la orden del Sagrado Corazón en 1966. Fue cura obrero en una carpintería de barrio en Madrid y cuando su congregación pidió voluntarios para ir a Nicaragua, fue el primero en ofrecerse como voluntario, por lo que le destinaron a San Juan del Sur, hoy bella ciudad costera pero entonces bien pobre “… todos analfabetos, sin escuela, sin casas, sin comida, y sin nada…” usando sus propias palabras. Allí trabajó sin descanso hasta haciendo escuelas y queriendo enseñar, pero, después de 4 años pidiendo maestros y ayudas para los campesinos no sólo nunca la obtuvo, sino que antes al contrario se ganó el calificativo de “rojo”.
Cuenta Ernesto Cardenal, que llevaba tiempo reflexionando y lamentándose de llevar “4 años de mentiras atontando a la gente, dándole ilusiones efímeras y ficticias…” hasta que un día –confiesa- “… me di cuenta que yo era un servidor más de la tiranía somocista, un lacayo más de aquel régimen corrupto, puesto que mi misión consistía simplemente en que la gente no siguiera dormida”. Dicen que fue entonces cuando planeo matar a Somoza. Y dicen que el padre Gaspar y unos amigos descubrieron en San Juan del Sur que la casa de Somoza, tenía una alcantarilla por la cual se podía llegar hasta ella y poner una bomba y qué hasta tenían el contacto para obtener la bomba pero que llegaron a la conclusión de que la muerte del tirano no solucionaría el problema y que había que acabar, no solo con el dictador sino con toda la dictadura, y por eso fue que decidió entrar al Frente Sandinista.
En 1977 el padre Gaspar ya estaba en la guerrilla y escribió a sus feligreses el siguiente mensaje que leí en el prólogo que el ministro de cultura humillado por el Papa, Ernesto Cardenal, le dedica en su libro de poemas “Cantos de amor y guerra”:
“En estas fiestas de Navidad, cuándo celebramos el nacimiento de Jesús, que vino al mundo para anunciarnos el reino de la justicia, he decidido dirigirme a ustedes para participarles mi resolución de pasar a la lucha clandestina como un soldado del Señor y como un soldado del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Vine a Nicaragua desde España, mi tierra natal, a ejercer el sacerdocio, hará de eso ya 10 años; me entregué con pasión a mí labor de apostolado y pronto fui descubriendo que el hambre y sed de justicia del pueblo oprimido y humillado que yo he servido como sacerdote, reclamaba más que el consuelo de las palabras, el consuelo de la acción. La corrupción y la represión inmisericorde -continuaba el padre Gaspar- han estado sordas a las palabras y seguirán estando sordas mientras el pueblo gime en la noche cerrada de las bayonetas y mis hermanos parecen torturas y cárcel por reclamar lo que es suyo: un país libre y justo del que el robo y el asesinato desaparezcan para siempre. Y como nuestros jóvenes -los mejores hijos de Nicaragua- están en guerra contra la tiranía opresora, yo he resuelto sumarme como el más humilde de los soldados del Frente Sandinista a esa guerra. El somocismo es pecado -terminaba diciendo el padre Gaspar- el somocismo es pecado y librarnos de la opresión es librarnos del pecado. Por eso, con el fusil en la mano, lleno de fe y de amor por mi pueblo nicaragüense, he de combatir, hasta mi último aliento, por el advenimiento del reino de la justicia en nuestra patria, ése Reino que el Mesías nos anunció bajo la luz de la estrella de Belén. Su hermano en Cristo. ¡Patria libre o morir!”
Con apenas 37 años, siendo el 11 de diciembre de 1978 (pronto ya los 40 años) caía en un “encuentro armado” según anunciaba la Guardia Nacional, un cura vestido de verde Olivo. Era el comandante Martín –uno de sus nombres de guerra- miembro del Estado Mayor del Frente Sur. Y tal como era su voluntad, allá en Tola (Nicaragua), reposan sus restos.
Premonitoriamente, como también sabía Monseñor Romero en El Salvador, Gaspar García Laviana escribió muy poco antes de morir claros versos como éstos:
Para ser guerrillero, tienes que poner tu vida ahí encima de la mesa