viernes, enero 10, 2014

A esta hora el camino real.

A esta hora el camino real.

El camino real a esta hora esta desierto, una brisa caliente levanta nubes de polvo que se pierden entre los matorrales resecos.

Es medio día, en julio el verano achicharra todo el monte y la primavera es un vestigio lejano de flores y mariposas derretido en el recuerdo de los abuelos que debajo de una mata de mango dormitan en el efímero esplendor de los sueños.



A ninguna parte he ido todo este tiempo de vivir

A ninguna parte he ido todo este tiempo de vivir. He caminado sin rumbo por los caminos de la vida, he vivido una vida que no es mía, que es ajena, que le pertenece a otros, he cargado sobre mis hombros sueños y dolores ajenos.

Hoy me he quitado la mascara que he llevado puesta por tanto tiempo y he ido al espejo a mirarme cual tal soy y no me conozco, no soy yo, mi rostro es el rostro de todos, soy el pueblo, soy la vida, la esperanza.

Soy ese niño que muere cada tres segundos de hambre, soy esa mujer crucificada en la  mas absoluta pobreza, soy ese hombre que después de un día de andar por la ciudad buscando una esperanza, vuelve a su casa con las manos vacías, soy ese anciano abandonado a su suerte, soy el mendigo de la calle, soy la muchedumbre acorralada por las guerras y el hambre, yo soy el dolor, soy la vida, soy la esperanza última.


Sinfonía de guerra.

Río de sal en el rostro de un horizonte de azufre
sangre de unicornios sobre la primavera que enero marchita
voz quebrada por el hacha homicida del verdugo
tarde de cenizas que el viento diluye a lo lejos
pergaminos rotos de una historia inconclusa
Sinfonía de guerra
canto de amor y entrega
donde la eternidad es una flor que brota de cuatro  pechos
ensangrentados en su heroísmo
y allí
solos
en medio de la nada
y sin ninguna posibilidad de romper el cerco
no les quedó más que morir
aferrados a sus sueños
Enero 2012


Amaury.

Alas de aves fantásticas llevan en la voz del viento
el nombre de Amaury
más allá de un ocaso de sangre
donde las sombras sucumben a  la  luz de una estrella
que en su frente eterniza sus sueños
en el crepúsculo más puro de su breve vida.
Enero 2012

Domingo Acevedo.

Cargo sobre los hombros de mi voz, todo el peso de una humanidad herida por las ambiciones y el egoísmo de los hombres.

Domingo Acevedo.
Oct/13

No me gustan los traidores, los vende patria, ni los oportunistas, me dan nausea  y este país nuestro está lleno de esa clase de individuos que hacen lo que sea para estar a la sombra del poder.

Como pesa la soledad cuando no se tiene a donde ir y las lagrimas atan tu destino al olvido.

Domingo Acevedo.
Dic/13


La educación es uno de los ejes fundamentales para el desarrollo de todas las naciones


La educación es uno de los ejes fundamentales para el desarrollo de todas las naciones, los gobiernos que no invierten en ella, condenan a sus pueblos a vivir en el atraso social, económico y político.

Tener una educación laica con, docentes y técnicos calificados es la clave para la creación de una sociedad crítica, capaz de forjar su propio destino al margen de la manipulación de sectores oscuros.

Domingo Acevedo.
Oct/13


Los amigos verdaderos.

Los amigos verdaderos son aquellos que saben salir airosos de las adversidades y las contradicciones que a veces ponen en peligro la amistad, ya que la comprensión, el perdón y el amor engrandecen a los seres humanos, mientras que la prepotencia y el odio los envilecen.

Amen de que una amistad no puede estar sujeta al egocentrismo de una persona que cree que el universo gira alrededor de ella y que los demás deben estar sujetos a sus caprichos.

Domingo Acevedo.
Dic/13


Muchas veces los que escribimos agonizamos frente a las páginas en blanco sin saber que escribir en ellas.

Domingo Acevedo.
Dic/13


Bienaventurados los que esta noche son felices.

Bienaventurados los que esta noche tienen un techo, pan en la mesa y una familia con quien compartirlo y son felices, por que en verdad os digo, que esta noche, muchas personas, no tiene un techo, ni pan en la mesa, ni una familia con quien compartir y no son felices, ya que por la inequidad de los que tiene el poder económico, político y militar son más los que sufren que los que son felices.

Domingo Acevedo.
Dic/13

Desde que viene a este mundo por accidente, mi corazón no ha dejado de llorar.

Domingo Acevedo.
Ic/13


Tristemente feliz.


Si me preguntan si he sido feliz
les contestaré
que he sido  tristemente feliz
que casi siempre hay lagrimas enredadas en mi sonrisa
que en mis ojos dos ruiseñores  heridos de ausencia agonizan
y que muchas veces el llanto estalla inadvertido en mi voz
lo sabe la luna
y lo murmura el viento entre los árboles
cuando la tarde en la distancia se convierte en mariposas
que vuelan sin prisa hasta alcanzar la noche


Domingo Acevedo
Julio/13

Mañana a las cinco en el parque Independencia para la conclusión del taller del cambio climático


El ministerio público en nuestros país es un funcionario del partido en el gobierno (Domínguez Brito) el PLD en estos momentos y sólo se encarga de perseguir el crimen, la corrupción y el delito en los estratos más bajos de la sociedad dominicana, convirtiéndose un en garante de la corrupción y la impunidad a gran escala.

Domingo Acevedo.
Julio/13


Hay un niño herido en mi voz


La madrugada.


La madrugada se viste de rocío
Nos dice adiós

Y se desvanece en las habitaciones azules del viento

La paz.

Quienes hablan y promuevan la paz, no dicen que en esencia quienes hacen la guerra son las naciones poderosas para imponer su voluntad sobre las naciones pequeñas e indefensas. Deben decir que la paz, no puede estar sustentada sobre la injusticia, la pobreza y el hambre creada y patrocinada ya que mientras en los países pobres la gente muere de hambre, en los países ricos, la comida sobre y se tira al zafacón, que la paz debe ser el producto de una equitativa distribución de las riquezas y del respeto a la autodeterminación de los pueblos y sus soberanías.


Domingo Acevedo.
Junio/13

Relámpago de sombras

Un relámpago de sombras anuncia la noche 
más allá de un horizonte marino
la luna como una gota de sangre
resbala por las paredes del insomnio
hasta el amanecer

La ciudad que lo ignora.

Hundido en el abismo de la noche 
un mendigo agoniza
en la ciudad que lo ignora


Como el día solloza.

Veras como la noche borra sus huellas en el día
y como le día solloza todas las tardes 
en los brazos del horizonte

La voz de la sangre.

La voz de la sangre aúlla en la conciencia
de un mundo acorralado por las guerras y el hambre

Dos garzas.

Suspendidas en la mirada 
Dos garzas atraviesan los limites de la tarde
Y se pierden en la oscuridad de la noche

En el cielo

De pronto 
En el cielo
Anochecen
Golondrinas y nubes

Puñal de jade.


Puñal de jade clavado en la voz quebrada del viento
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre 
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.


Entre las sombras y la sangre.

Es la tristeza mi alegría
la soledad mi vida
la noche mi hogar 
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre 
vivo atrapado.

La luna se viste de horizonte

Allá
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira



Domingo Acevedo.


Tu voz distante y dulce

A veces imagino tu voz extraviada en las claras habitaciones del agua
tu voz distante y dulce
tu voz estremecida en el viento
tu voz tu voz que regresa del olvido
y trepa por las paredes de la noche
y se desgrana en el trino de los pájaros al amanecer
y salpica de mariposas la distancia
abril/12


El mito de la Ciguapa.

Dulce y triste
casi invisible
en el bosque habita una ciguaya
ultimo reflejo de una raza
que muere en ella
para que nazca el mito de la ciguapa

Oct/13

Ciguapa

Temerosa
no con los pies volteados
semidesnuda y bella
se pierde en el bosque
caminando de espalda
una ciguapa


Oct/13


Más de lo mismo.

El pld
Leonel Fernández
Margarita Cedeño
Danilo Medina
el nuevo gobierno
los corporativos del comité político
los viejos y nuevos funcionarios corruptos
los 205 mil millones de pesos desaparecidos de las arcas del estado
distribuidos entre la campaña y los bolsillos de los funcionarios ladrones
el silencio y la complicidad de Danilo
el paquetazo
las visitas sorpresas
el chapulin colorado
la berborrea
el boche
más de lo mismo
el nuevo estilo  de gobernar
perdón de engañar al pueblo
de mentir
porque en definitiva Danilo
tú eres igual que Leonel
por eso es que hoy igual que ayer
en los barrios pobres
vivimos la misma inseguridad
la misma alza en los precios de los alimentos
los mismos apagones
la misma escasez de agua
mientras tú Danilo y tus funcionarios
se siguen enriqueciendo a costa de nuestra pobreza
obviando
que no hay mal que dure cien años
ni cuerpo que lo resista
por lo que yo se
estoy seguro
que un día
más temprano que tarde el pueblo romperá sus cadenas
y tomará por asalto  la aurora
Domingo Acevedo
Oct/13


Se me escapó en la mirada.


Con la inocencia de un niño
traté de atrapar el tiempo en mis palabras
y se me escapó en la mirada

Domingo Acevedo.

Agosto/13


El centauro


Recuerdo con pena, como hace ya más de quinientos años de la llegada del hombre blanco a estas tierras, que las compartíamos diversas criaturas del bosque en paz.

Ellos después de construir rústicos poblados que después se fueron convirtiendo en hermosas ciudades, en su inmenso egoísmo, no se conformaron con la tierra que tenían  y se fueron adueñando poco a poco y a la fuerza de todos los territorios de más allá del horizonte, donde habitábamos nosotros en,  no valió que resistiéramos, los caminos se fueron tiñendo con la sangre de las creaturas  de bosque, todo el que se opuso fue aniquilado.

Yo el último sobreviviente de aquellas batallas, el heroico y solitario guerrero de las sombras, el que no pudo ser vencido por la crueldad del hombre blanco, el que no cayó en sus engaños y trampas, el más temido y odiado, derrotado por el cansancio y la modernidad, no me quedó más que disfrazarme de humano para poder sobrevivir a la crueldad del hombre. Cuanto me costó adaptarme a sus defectos, y miserias, a su injusticia, a su inhumanidad.

Hoy que el tiempo ha pasado, envejecido en mi soledad casi eterna, arrastrando el dolor del extermino ya no puedo, no tengo fuerzas para seguir escondiendo por más tiempo lo que soy, es por eso que he decidido tirarme de este precipicio hacia la libertad.




Por el camino sin edad del olvido

Por el camino sin edad del olvido
un fantasma se aleja llorando
sus lagrimas dejan un rastro de lirios en la noche
y en los pergaminos del tiempo
una luna de ausencia gravita en tus ojos

Domingo Acevedo.
Abril/13


Allá
más allá de la noche que flota sobre las tibias aguas del mar Caribe
hay un horizonte de barcos anclados en la nada

Domingo Acevedo.
Abril/13


Con la inocencia de un niño
traté de atrapar el tiempo en mis palabras
y se me escapó en la mirada

Domingo Acevedo.
Agosto/13




Los alfileres de la ausencia.

Clavados en mi voz
los alfileres de la ausencia
hacen sagrar de olvido mis ojos

Domingo Acevedo
Abril/13

Guerreros invencibles del Aconcagua.

Esta noche
solitarios guerreros danzan en los pergaminos del tiempo
alrededor de una luna de plata
parecen mariposas danzando en el viento
tratando de alcanzar un sueño
una luz perdida en los lejanos suburbios de la alborada
fantasmas que recorren los Andes
atravesando senderos amazónicos
buscando entre los residuos de la historia
los restos incinerados de la utopia
encendiendo hogueras apagadas por el llanto
para que nuevamente iluminen de esperanza
las aldeas remotas de los Mapuches
hechos de amor y ternura
de un sentimiento tan profundo
que los ata por siempre a la tierra
por la viven y mueren
guerreros invencibles del Aconcagua
hechos de barro y agua
habitantes de más allá del río Maule
araucanos bravíos
eternizándose en el tiempo
raza que emigra desde el dolor y el sacrificio a la gloria
hoy por un sendero de sangre  que viene del pasado
un centauro herido se aleja a morir en mi voz


Abro las puertas del tiempo.


Abro las puertas del tiempo
y me alejo por un camino  de lirios y azucenas
a encontrarme contigo en los umbrales de la alborada
en donde tú
con el corazón repleto de ternura
sobre un unicornio del cristal
bajo el embrujo de una  luna llena
cabalgas hacia mis brazos
en busca de un sueño

Y se hace poesía

A veces tu nombre rueda por los bordes de una lagrima
y se hace poesía
una canción


Con la inocencia.

Con la inocencia de un niño
traté de atrapar el tiempo en mis palabras
y se me escapó en la mirada


Los alfileres de la ausencia.

Clavados en mi voz
los alfileres de la ausencia
hacen sagrar de olvido mis ojos


Por el camino.

Por el camino sin edad del olvido
un fantasma se aleja llorando
sus lagrimas dejan un rastro de lirios en la noche
y en los pergaminos del tiempo
una luna de ausencia gravita en tus ojos

allá, más allá.

Allá
más allá de la noche que flota sobre las tibias aguas del mar Caribe
hay un horizonte de barcos anclados en la nada





La Reforma Fiscal

El PLD
la corrupción
Felix Bautista
el déficit fiscal
el metro
las obras sobre valuadas
Víctor Díaz Rúa
el hoyo
la reforma fiscal
el paquetazo
la mentira
doscientos cinco mil millones de pesos
el FMI
el robo de los fondos públicos
el senado
Reinaldo Pared Pérez
la cámara de diputados
Abel Rodríguez
el barrilito
el hombre del maletín
la subasta
los onerosos contratos mineros
loma Miranda
el presidente nuevo
con sus funcionarios  viejos y corruptos
Leonel Fernández Reina
artífice de la falacia
Protagonista de la mentira
maestro en el arte de robar
las protestas
el juicio público
la condena
la vice
el teatro
telemicro
canal cinco
la voz oficial de la desinformación
las poses
el circo
Gómez Díaz
la clase media
los pobres
el dengue
el colera
los apagones
la falta de agua
la delincuencia
la inseguridad
el narcotráfico
el microtrafico
la DNCD
la policía
los swat
los linces
los toppos
especializados en la represión y el crimen
contra la población civil pobre e indefensa
y nuevamente los pobres
navegando a la deriva entre los sueños
y la realidad amarga  de la marginalidad
sin tener a donde ir
no nos queda más que resistir

Sueños perdidos en los conucos.

Son las seis de la tarde, detrás de la casa papá prepara su montura. Julia es una burra que nos ha acompañado en un gran trecho de nuestras vidas, ha estado ahí, en las buenas y en las malas, sobre su lomo nos ha llevado por todos los confines de esta tierra y más allá, a la ciudad en donde no hay espacio para los humildes labradores que llenos de harapos por sus calles inhóspitas venden sus sueños perdidos en los conucos y  por las que pregonan  a viva voz: verduuuras, yuuuca, aguaaaaacates, maaaaangos marchanta llevo carbooon, venga marchanta que llevo huevos criollos, para después de vender nuestros productos por miserables monedas, perdernos nuevamente en el monte con todos nuestros sueños a cuesta.

Ya la montura está lista, León juguetea entre nuestras piernas alegre, salta, ladra, mientras Julia nos mira con toda su ternura resumida en sus ojos tristes. No me acuerdo cuando llegó a casa pero la recuerdo de toda la vida, desde siempre, desde que tengo uso de razón.

Estamos detrás de la casa, bajo la mata de capá, mi madre, mi hermano Juancito, y yo, Felipe y Ñonó no se por donde andan. Ya mí padre está preparado al lado de Julia, se despide con un gesto de la mano y se monta, yo corro y me aferro con ternura a una de sus piernas y luego me alejo para ver como él, mí padre, se aleja por el camino en sombras a un lugar perdido en el monte, León  va tras él ladrando y saltando alegre, nosotros nos quedamos parados en medio de la noche hasta que ellos se pierden en la oscuridad.


Allá en un claro del monte mi padre tiene un horno hecho de troncos secos para hacer carbón vegetal, para luego venderlo en la ciudad. Tiene que cuidarlo, por eso es que amanece todas las noches vigilándolo para que no se incendie  porque sino en vez de carbón sólo encontrará cenizas.

En la carbonera, a la intemperie dormirá sobre algunos sacos de cabuya que lo cubrirán del frío de la noche y los mosquitos, acompañado de los grillos y las estrellas, las lechuzas y los murciélagos. A su lado León gruñirá a los fantasmas que rondan la soledad de la noche en el monte, él y Julia no desampararán a mi padre por nada del mundo, estarán siempre a su lado protegiéndolo de toda maldad escondida entre el silencio nocturno y la oscuridad.

Mañana tempranito, antes que salga el sol, mi madre, Juancito y yo iremos a encontrarnos con mi padre, les llevaremos un poco de café y algo de comer ya a  esa hora el carbón estará listo para llenar cuatro o cincos sacos para acomodarlos en el lomo de Julia y regresar a la casa, para de inmediato mi padre tomar el camino hacia la ciudad y venderlo a algún comerciante para traernos de comer para unos cuantos días.




Una luna de jade en un cielo cuajado de sangre.


Un lirio roto
una mariposa herida
un horizonte de pájaros agonizantes
un sol atrapado tras los cristales del tiempo
una anacahuita recostada contra la última tarde del otoño
un camino herido por el llanto
un mar de topacio
una embarcación repleta de gritos que salpican la historia de lágrimas
una hoguera congelada en la mirada del invierno
un cañaveral de sombras donde se cuece el dolor
un trapiche de látigo y sudor
una tambora que llora en las noches claras del verano
una luna de jade en un cielo cuajado de sangre
un unicornio moribundo junto al sendero de la alborada
donde un relámpago de cadenas rotas dejan en el viento
un murmullo de huellas que se alejan por el camino de la gloria y el sacrificio
hacia la eternidad




Un centauro.


Con una herida en el corazón
postrado ante el olvido
agoniza un centauro
en sus ojos anegados de eternidad
una luz se apaga






Un enjambre de perros azules

Hay pasos ahondándose en la espesura de la incertidumbre
y más allá de la inexactitud del tiempo
un enjambre de perros azules arañan la noche


La luna lo sabe

Este camino que se pierde entre mis ojos
no lleva a ninguna parte
la luna lo sabe
por eso todas las tardes se entretiene a jugar en el horizonte
con las golondrinas


Heridas de ausencia

Estas dos palomas que huyen de mis ojos
heridas por la ausencia
sin ninguna oportunidad de regresar del olvido
se diluyen en la inmensidad del tiempo

En este viaje hacia el olvido
atrapado en propia soledad
he llorado tantas veces mi vida
que no se si de verdad vivo o muero




He acumulado tanto dolor en mis recuerdos
que en mis ojos hay una herida que no cierra




Hay un niño herido en mi voz




Ya no se a donde voy
me he perdido en los laberintos
de la incertidumbre
buscando una salida para  escapar
a tantos recuerdos




Estas dos lágrimas que ruedan por mi rostro
Arrastran consigo todo espeso amargo de mi edad




Aquí
arrinconado contra los últimos vestigios del tiempo
la vida se desvanece en la nada






La tarde llegó silenciosa
enterró sus cuchillos de sal en mi memoria

y se alejo cantando


Domingo Acevedo.

jueves, enero 09, 2014

La luna se viste de horizonte

Las huellas de un centauro.


Esta noche de luna llena
he salido a buscar por toda la ciudad
las huellas de un centauro
que herido agoniza en los escombros de la ausencia.

Domingo Acevedo
Dic/13


Se nubla el horizonte de fugaces pájaros que esconden sus nidos detrás de los cristales de la tarde.
Planean en un cielo crispado de nubes y sombras, heridos por los rayos de un sol que agoniza en los brazos de la noche.
Por el camino real Ninito, con todo el peso de la noche sobre su espalda, cabalga despacio hacia donde la abuela Mamá, Tita lo espera con los brazos abiertos.
Feb. 2012

Domingo Acevedo.


Esta noche tiene el peso de toda la soledad, de esos seres que detrás del cristal, miran hambrientos como unos pocos comen con gula en el gran banquete de la cena de noche buena, indiferentes al dolor de los demás.


Horizonte de lunas derritiéndose en un mar de jade
Tumulto de flores azules en la mirada ambigua del viento
Unicornio solitario perdido en la pradera de los sueños


INCERTIDUMBRE

Que haremos con la vida que no vivimos
que haremos con los sueños que no alcanzamos
que haremos con la vida que nos queda
y que nos pesa tanto
que haremos con el futuro
sí el presente es tan incierto

Estas noches frías me acercan tanto al pasado
que dos palomas de agua se posan en mi corazón
Feb 2012

En una esquina de mi alma
Los duendes de la noche
Toca las tamboras del olvido
Feb 2012

LIRIOS Y ESPEJOS

Relámpagos sombríos
nubarrones oscuros y fugaces
truenos lejanos
mayo está cerca
las lluvias llenarán de sombras la tierra
los caminos se llenarán de lirios y espejos
el sol deja en mi piel un rastro de eternidad

En donde están mis amigos.

En donde están mis amigos
esta noche que he vuelto del olvido
lo he buscado por todo el
y no los encuentro
a donde se habrán ido todos
dejándome la soledad como recuerdo
ABRIL/12


La luna se viste de horizonte

en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
marzo/12

Relámpago de sombras

Un relámpago de sombras anuncia la noche
más allá de un horizonte marino
la luna como una gota de sangre
resbala por las paredes del insomnio
hasta el amanecer

La ciudad que lo ignora.

Hundido en el abismo de la noche
un mendigo agoniza
en la ciudad que lo ignora


Como el día solloza.

Veras como la noche borra sus huellas en el día
y como le día solloza todas las tardes
en los brazos del horizonte

La voz de la sangre.

La voz de la sangre aúlla en la conciencia
de un mundo acorralado por las guerras y el hambre

Dos garzas.

Suspendidas en la mirada
Dos garzas atraviesan los límites de la tarde
Y se pierden en la oscuridad de la noche

En el cielo

De pronto
En el cielo
Anochecen
Golondrinas y nubes

Puñal de jade.


Puñal de jade clavado en la voz quebrada del viento
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre 
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.


Entre las sombras y la sangre.

Es la tristeza mi alegría
la soledad mi vida
la noche mi hogar 
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre 
vivo atrapado.

La luna se viste de horizonte

Allá
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira

INCERTIDUMBRE

Que haremos con la vida que no vivimos
que haremos con los sueños que no alcanzamos
que haremos con la vida que nos queda
y que nos pesa tanto
que haremos con el futuro
sí el presente es tan incierto



LIRIOS Y ESPEJOS

Relámpagos sombríos
nubarrones oscuros y fugaces
truenos lejanos
mayo está cerca
las lluvias llenarán de sombras la tierra
los caminos se llenarán de lirios y espejos
el sol deja en mi piel un rastro de eternidad

Esta noche tiene el peso de toda la soledad, de esos seres que detrás del cristal, miran hambrientos como unos pocos comen con gula en el gran banquete de la cena de noche buena, indiferentes al dolor de los demás.


El canto inefable de los grillos.

Pesada es   la oscuridad de esta noche
en que el canto  inefable de los grillos 
enciende todas las estrellas de un cielo
que se apaga en mi rostro


Una gota de sangre

Todas las tardes entre mis ojos
el camino real es una gota de sangre
que en la distancia
tinta de luz y colores las alas de un ángel

La tarde es una flor

La tarde es una flor que se eterniza en los brazos
de un horizonte herido por el sol


Se hace hombre

Es en mi voz
donde una ángel esconde sus alas
se hace hombre
y pierde el último tren hacia la eternidad


Manuel, mi hijo más pequeño

Sé que Manuel
mi hijo más pequeño
un día irá tras las huellas del viento
que se pierden en el tiempo
más allá del horizonte encontrará
una estrella dormida entre mis manos



La soledad

Los días se van prolongando
más allá de la soledad
que me aprisiona entre sus manos
heridas de ausencia




Hilo de sangre

Hilo de sangre con que el tiempo teje la vida
que agoniza en los recuerdos

Hoy mi voz

Hoy mi voz quedó atrapada en una lágrima

Densa humareda

Densa humareda de sal es la noche

Un fantasma herido

Un fantasma herido huye de la eternidad
Y se esconde detrás de los espejos del tiempo

Sangre y lágrimas

Mi poesía está hecha de dolor
cada palabra en el papel
es una mezcla de sangre y lágrimas



Tu voz distante y dulce

A veces imagino tu voz extraviada en las claras habitaciones del agua
tu voz distante y dulce
tu voz estremecida en el viento
tu voz  tu voz que regresa del olvido
y trepa por las paredes de la noche
y se desgrana en el trino de los pájaros al amanecer
y salpica de mariposas la distancia
abril/12

Canta el agua del río
Por un camino de mariposas y flores
La tarde danza y se aleja
Abril/12

Cantan los gallos
El sol abre las puertas del horizonte
y bosteza
Abril/12

EL SONIDO LAPIDARIO DE LA SANGRE
I
Voy danzando en la voz del viento
más allá de la transparencia de los días por venir
hasta la unánime presencia del ocaso
donde el sol curva el agua en lumínicos destellos
donde un oleaje de sombras lo cubre todo
donde los árboles azules de la fantasía
echan raíces en los escombros perfumados de la noche
y donde el olor de las azucenas recorre los caminos sin fin del olvido
II
Voy cantando en la voz del viento
más allá de los corredores interminables de la sangre
donde los espejos repiten la imagen mutilada de mi estirpe
lirios de agua destrozados en los balcones del alba
cuelga del viento un ramillete de pájaros fantásticos
unicornios de jade recorren los valles submarinos de la memoria
hasta alcanzar la luna que amanece en los ojos de la quimera
III
En mi
sólo hay una profunda herida en mi voz
escuchen
en la conciencia de la humanidad
retumba el sonido lapidario de la sangre

Agosto 2011
Dedicado al periodista José Silvestre, asesinado recientemente en la Rep. Dom.


TU VOZ, CANTO QUE NO CESA.


Tu voz regresa de la pena en una lágrima
tu voz
que resplandece como un rayo en su breve eternidad
que de la sangre brota como un unicornio de cristal
cabalgando en la noche de tu agonía
hacia los bosques fabulosos de la esperanza
en donde tu vida herida por la ausencia
se escapa sin remedio al hastío
campanario de agua que ilumina de mariposas tu sonrisa
enredadera de luna llena en las noches mas frías del olvido
allá en las lejanas praderas de la soledad
detrás del espejo
tu cuerpo yerto
tus ojos que miran asombrado al mundo perdido
tu voz
canto que no cesa
bandera victoriosa del olvido
por siempre en el viento ondea

Poema dedicado al inmenso Miguel Hernández.

Desde donde vivo


Desde donde vivo puedo ver el mar distante levantarse más allá del muelle, lamiendo con su lengua azul el horizonte. A veces el viento del sur nos trae residuos de olas resecas por el sol, plumas de pelícanos gigantes, huesos de peces invisibles y restos de barcos hundidos por los años.


El río Haina parte el muelle en dos partes iguales, el muelle que permanece iluminado más allá de la oscuridad de los barrios haineros. De vez en cuando una bengala ilumina la noche o un disparo largo de fusil estremece el viento y ahuyenta a los polizones y a los ladrones de furtivos de mercancías barata. 

Cuando desde mi ventana veo a los barcos anclados tan lejos de los sueños, siento pena de los marineros prisioneros del salitre y la distancia, que sueñan con hermosas sirenas que les roban el corazón para esclavizarlos en su mundo submarino de calamares fantásticos, caballitos tiernos de mar y peces de colores. 


EL RASTRO DE UN LÁGRIMA.


He seguido el camino de una lágrima dibujada en el rostro del atardecer, ya oscurece, esperamos a Felipe y a Ñoñó que fueron a pescar tilapias a la laguna de Manganagua, ha sido duro el día en el largo trajinar del hambre, la sequía  destruyó toda la cosecha, el monte achicharrado por el sol de julio, resplandece con las primeras estrellas y nuestras miradas se pierden entre las sombras del anochecer, a ver si vemos aparecer a nuestros hermanos    por el camino real.
Nos preocupa su tardanza, además el hambre ya hace estragos en nuestros estómagos, en la cocina mamá mantiene el fuego encendido, papá aun no regresa del monte, anda cortando la leña para mañana preparar el horno, han sido largos todos estos días de hambre, no hay maquey, ni yambí,  el monte está desolado,  con esta prolongada sequía, hasta las aves se han ido a otros lugares.
Desde aquí puedo ver el fuego de la cocina de Popó Candela, Negra su esposa debe estar haciendo la cena. Imagino a Miguela jugando con las sombras de la noche, más allá de las anacahuitas gemelas,  bajo los limoncillos florecidos de eternidad de la tía Tatín. El orgullo nos impide ir a pedir  un poco de comida a las casas ajenas, preferimos morirnos de hambre, inmerso en nuestra soledad. Desde aquí escuchamos las canciones tristes de la vellonera del negocio de Andrés Longo, cierro los ojos y se me humedecen los ojos de estrellas.
No sabemos que horas es, pero presentimos la presencia cercana de nuestros hermanos, oteamos el horizonte, el viento nos trae su olor mezclado con el olor de los pescados, suspiramos tranquilos, ya podemos sentir sus pasos certeros en la oscuridad, silban, para decirnos que ya llegaron, viene felices, cargados de tilipias y jicoteas. En medio del patio nos abrazamos bajo el cielo infinito de estrellas, mamá sale y también los abraza, nos preparamos debajo de la mata de javey, para quitarles las escamas a los pescados, ellos apartan un poco para llevarlos a sus casas, son muchos no nos lo comeremos todos esta noche. Papá llega, sudoroso, con toda la oscuridad de la noche pegada en la piel, deja a Julia, libre, que se acerca hasta donde nosotros estamos, rebuzna y sacude la cabeza, es su manera de decirnos, yo también estoy aquí, León ladra alegre, juguetea, salta,  nos lame las piernas y luego se acomoda en el suelo junto a nosotros.
Después de limpiar los pescados, buscamos un lugar en el patio donde encender una fogata y nos sentamos alrededor de ella, ya mamá hierve los pescados, hace un cardo con sal, ajo y orégano, no hay nada más, pero será suficiente por el día de hoy. Reímos, contamos historias, entonamos canciones ancestrales, León nos mira con asombro y Julia descansa hasta que mi padre la lleve al lugar donde pasa la noche, cerca de la casa debajo de la mata de café cimarrón, ella y León son parte de la familia, después de comer, Felipe, se irá  dormir con la tía Aurora y Ñonó, se irá a donde la tía Amantina, ella  lo crió desde muy pequeño. Más allá de la alambrada los grillos cantan incesante a las estrella.
Entre mis ojos cabe todo el universo, la noche huele a bosque seco, a luna llena y caldo de pescado, busco el calor de mis dos hermanos mayores, me siento entre  los dos y los miro con orgullo, ellos son  buenos pescadores y mejores cazadores,  un día seré como ellos y podré ir por el monte y  llegar más allá de los limites ancestrales y cazar la quimera, para entregarle a mis padres la felicidad eterna.
Mamá nos llama, es hora de comer, entramos a la casa, en la sala la llama de la lamparita jumeadora danza al compás del viento, por momentos parece que se apagará, para luego renacer de sus cenizas como un ave fénix,  está sabroso el caldo, sólo que la tilapias tienen muchas espinas hay que comerlas con sumo cuidado para que no se quede una en la garganta, es una pena que no apareció un coco para cocinarla, nos quedan algunas tilapias para mañana y tres sabrosas  jicoteas, para los días siguientes, así que podremos invitar a otros vecinos  a compartir  nuestra comida.
Manuel, mí pequeño y solitario amigo hace rato se fue, tal vez con hambre, imagino que vive allá, muy lejos, donde se ve aquella lucecita distante, él nunca ha querido llevarme a su casa.
Ya comimos, es hora de dormir, Felipe y Ñonó se despiden entre abrazos y sueños y me dicen que mañana temprano me llevarán con ellos a las distantes regiones del norte, a cazar, que me prepare, que pasarán a las seis de la mañana por mí, me voy a la cama feliz, el corazón no me cabe en el pecho, mañana por fin  podré ir cazar.
Nosotros conocemos y amamos cada palmo de nuestra tierra, amamos al viento, las nubes, las aves, los árboles, los animales, las mariposas, la lluvia, la primavera que hace florecer al bosque,  cada camino tiene un  horizonte  que termina en nuestros sueños y en definitiva, nuestro amor por la madre tierra, es el amor por la vida, es el amor a Dios que lo ha creado todo tan perfecto.
Para mí lo más importante es que se acerca el día en que podré atravesar los límites ancestrales del monte y atrapar a la quimera, para entregarles a mis padres la felicidad eterna.  
Mientras cierro los ojos, escucho los tambores lejanos que invitan para mañana en la noche, a bailar en el patio de la abuela Mamá Tita, la danza de la lluvia para conjurar la sequía.




Domingo Acevedo.

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