El 15% de los dominicanos en la actualidad tiene genes taínos que no se encuentran en ningún otro lugar, según las conclusiones de una investigación iniciada en el 2006 que determinó también que otro 15% conserva rasgos genéticos euroasiáticos y que el grueso de la población dominicana, el 70% restante, tiene ADN de origen africano.
“El estudio demuestra que existe ADN mitocondrial indígena en la sociedad dominicana actual, que ese ADN es único y que deben existir variantes genéticas exclusivamente dominicanas”, dijo ayer a LISTÍN DIARIO el principal responsable de la investigación, el doctor Juan Carlos Martínez-Cruzado, encargado del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, recinto Mayagüez.
Los resultados de “Orígenes continentales de las primeras poblaciones de las islas del Caribe y los movimientos migratorios que los formaron. ADNmt en República Dominicana” fueron presentados anoche por Martínez-Cruzado y por el doctor Fermín Mercedes de la Cruz, de la Universidad Central del Este, contraparte del estudio en el país.
Por línea materna
El ADNmt (ácido desoxirribonucleico mitocondrial) sólo se hereda por línea materna. El equipo tomó muestras de fluido oral de 1,200 voluntarios dominicanos según un patrón de búsqueda (registros históricos, investigación bibliográfica) orientada hacia grupos poblacionales en los que las evidencias sugerían la presencia de reductos con ascendencia taína.
El método fue cuestionado hace dos años por expertos que lo consideraron arbitrario, pero Mercedes respondió en ese momento que el estudio se fundamentaba en el rigor de la investigación y en la “evidencia clara” de que 60,000 indígenas se refugiaron en las montañas para evitar su exterminio.
“Lo importante es saber que existe en la actualidad presencia de gente de ascendencia directa taína”, dijo ayer Mercedes a LISTÍN DIARIO.
El investigador explicó que, según la población estudiada, la mayor frecuencia de dominicanos que conservan ADN taíno se encontró en la región del Cibao. El equipo pretende iniciar otra fase en la investigación para determinar también la descendencia genética por línea paterna.
En el estudio presentado ayer también participó el Museo Arqueológico Regional Altos de Chavón, a cargo de la doctora Arlene Álvarez.
“Los resultados de la investigación también demostraron que existen diferencias entre el ADN mitocondrial de República Dominicana y entre el de Puerto Rico, y además entre regiones geográficas dominicanas: la del Cibao es diferente a la del Sureste y ambas son diferentes a la del Suroeste”, dijo Martínez-Cruzado al LISTÍN antes de la presentación del estudio.
Antecedentes
La investigación de la Universidad de Puerto Rico y de la UCE no es la primera que intenta determinar la composición genética de los dominicanos. Actualmente, expertos del Museo del Hombre Dominicano (MHD) y del Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) llevan a cabo un estudio sobre “Estructura genética de poblaciones precolombinas de República Dominicana y su incidencia en la población dominicana actual mediante el uso de técnicas aplicadas en genómica”.
En el 2001 se publicaron dos trabajos relativos al ADN mitocondrial en el país, también a cargo de Martínez-Cruzado y la colaboración del antropólogo dominicano Fernando Luna Calderón, fallecido en el 2005.
HA HABIDO TRABAJOS PARECIDOS DESDE 1948
Uno de los pioneros en el estudio de la composición genética dominicana fue el doctor José de Jesús Álvarez Perelló, quien en 1948 planteó que al menos el 17% de la población actual, dependiendo de las diferentes regiones del país, conserva genes indígenas.
El estudio de Perelló, reproducido en 1973 en la revista EME y EME Estudios Dominicanos, se basó en factores sanguíneos y en la teoría de que “los conquistadores españoles se mezclaron en proporciones que ignoramos al indio primitivo, dando lugar a una raza mestiza que se unió a los negros ‘importados’ de África, formando así una mezcla de tres razas: la blanca, la negra y la india”.
Otro experto dominicano, el doctor Norman de Castro, fallecido hace varios años, realizó un estudio que confirmó el que llevó a cabo Álvarez Perelló, con nuevas técnicas y procedimientos, pero hay muy pocos rastros de sus investigaciones.