QUIERO QUE ME RECUERDES
Quiero amor que me recuerdes
este septiembre azul de luto
en que nuestros muertos
permanecen recientes
en el tiempo de flores
de esta primavera muerta
intacta bajo las ruinas
de la historia
que bajo las cenizas aún tibias
guardan petrificado el olor
a sangre de la pólvora
quiero amor que me recuerdes
precisamente esta tarde
en que después de la lluvia
por las calles húmedas y frías
ondean las banderas fúnebres
por los que se han ido
por los que ya no volverán
esta tarde en que después de la lluvia
amordazamos nuestra ira
y todo nuestro rencor
se reduce al silencio de unas lágrimas
secretas y breves
que surgen de nuestros pechos
hechas un grito desgarrador y sordo
que estremece los cimientos de la multitud
envuelta en su gris melancolía de lluvias
y nostalgias
que perfora el alma de cenizas
de las golondrinas de plata
que todas las tardes
sueñan con ser estrellas
de las noches cálidas
de un verano incierto
quiero que me recuerdes
hoy más que nunca
OH amor
en que para siempre
me he quedado solo
perdido entre las brumas
de esta tarde abismal
por cuya oquedad
la multitud se escapa
del tiempo que oxida sus sueños
que la dispersa
que la arrincona contra la nada
la multitud que aun clama y grita
por los que se han ido
por los que ya no volverán
y sus gritos de siempre
se pierden entre la brizna
de la noche eterna
de un tiempo amargo
donde el terror
redujo nuestra existencia
a la clandestinidad del exilio y la muerte
Dedicado a todos los mártires
de Septiembre
Domingo Acevedo.
ESTUPOR
después del estupor
nos queda la terrible sensación de la ausencia
y un hondo vacío nos llena
y la soledad nos atrapa
en su irreal maraña de silencio y angustia
y la alegría desde entonces
nos sabe amarga
y en medio de la pena
el recuerdo de los amigos
que partieron a destiempo
nos sobrecoge el alma
y nos deja en la boca
el sabor a sangre de la tristeza
por los que partieron con prisa y sin querer
por Mármol
que fue el constructor
infatigable de sueños
el eterno y solidario militante
el combatiente
el hombre
el amigo
leal
y humilde
abnegado
y justo
lo recuerdo
en medio de los gases lacrimógenos
y el fuego de los neumáticos
en medio de las banderas multicolores
entre los estudiantes sudorosos
y las consignas airadas
en medio de todo
siento que retorna en el viento
que germina en la lluvia
y se multiplica entre las flores
sabéis
Mármol
tiene de la noche
la estatura de las estrellas
por Ayanes
que fue siempre díscolo
romántico y fraterno
siempre presto al sacrificio
a dar lo mejor de él en la lucha
por la redención del pueblo
Ayanes
siempre vivirá entre los sueños
de la multitud que ama
y construye con tesón
el futuro cierto de la patria
por Pedro
el militante puro y simple
que nos dejó su sonrisa fresca
su tierna alegría
su ejemplo
sus sueños
un volveré impreso en la noche eterna
de un septiembre envenenado y maldito
que nos arrebató de las manos
a los amigos que no olvidaremos nunca
sé Pedro
que allá entre los sueños y la alegría
entre las mariposas y las flores
duermen ustedes apacibles
esperando que nosotros
construyamos con su ejemplo
la nueva patria
donde ustedes dejarán de ser
simples mártires de la pequeña burguesía
afiches olvidados en paredes húmedas
un recuerdo doloroso en el tiempo
y se convertirán entonces
en luz
esperanza
amor
y libertad
Este poema está dedicado a mis compañeros de la UNER, a Pedro, Ayanes y Eduardo, caídos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana.
Domingo Acevedo.
VIEJO ROBLE
Sé que te levantas
de la sangre todos los días
que germinas
que creces
que vives
que los pájaros cantan
tu alegría de guitarra
y la brisa guarda
tu historia de soldado
pero sabes viejo roble
aún el viento
no logra detener el tiempo
que avanza inexorable
hacía el olvido
mas yo sigo caminando hacia ti
con mis manos
llenas de flores rojas y azules
para enterrar en tu alma la primavera
para que tu mirada quieta
se llene de pájaros y colores
de mariposas y distancias
sabes Mármol
tu ausencia remota
nos entristece y nos duele
por eso te busco incesante
entre las ruinas de la sangre
que manchó de angustia
el rostro alegre
de las horas de septiembre
entre las sombras líquidas
de mis sueños cotidianos
que corren libres y transparentes
sobre la superficie sedienta
de las montañas lejanas
allí te busco
donde sé que habitas
en el apacible eco
de los que sólo han tenido
como voz su silencio
en el ruido de átomo deshecho
por la incertidumbre de la muerte
bajo la tierra te busco
en ella
los que te aman tanto
sembraron tu cuerpo
como quien siembra un árbol
para que germine la esperanza
para que no muera la alegría
y cuando te encuentre viejo amigo
pondré en tu frente
una estrella reluciente y amarilla
para que la luz planetaria
de tu sonrisa
no se apague nunca
para que el marfil
de tus dientes muerda el alba
para que tu rostro sea un espejo puro
y cristalino
donde el hombre pueblo
se pueda mirar a sí mismo
y entienda que en el presente
hay que construir el futuro
a golpe de sacrificios dolor y sangre