viernes, junio 27, 2014

LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO

LAGRIMA DEL OCASO

Soy memoria de la nada
lágrima del ocaso
gemido secreto del mar
soy del horizonte la mano que te aleja
soy del viento el canto que se queda
soy de la noche la herida que no cierra
soy de la humanidad la sangre que no cesa

AHÍ VA UN FUNERAL

La luz lleva sobre sus hombros un ataúd
llora el cielo
una hilera de madres petrificadas junto al camino
se tapan el rostro con las manos
herida de ausencia la brisa congeló en su vientre
el vuelo mineral de los sisontes
sonámbulos los árboles dicen adiós a nadie
en la distancia
los Ángeles danzan con las sombras
y un galopar incesante de trompetas
ilumina las habitaciones efímeras
que el tiempo deja en el aire al pasar

EL MAIZ

Collar vegetal de perlas amarillas
sobre el vestido verde
rizos de sol

SOBRE EL RIO

Mariposas color del viento
sobre el río la luna

ALBORADA DE HUMO

Escupitajo de silencio
alborada de humo esfumándose
detrás de los espejos distantes de la nada
luna devorada por los cocodrilos amarillos
del pantano nocturno
luz herida por la luz
anacahuita perenne
tamboras congeladas
en los sonidos azules del agua
lluvia de sal
volcán que eructa polvo
azufre
fuego
sobre la ciudadela de cristal de mis fantasmas
y desnuda una virgen permanece sentada
en el trono de ámbar de mi soledad 

CRISTAL DE AGUA

Cristal de agua
la luz se ha roto
un arco iris

HACE TIEMPO

Parece que aquí
todos murieron hace tiempo
solo queda un gran árbol
de cadáveres suspendidos en el aire

ES QUE DE PRONTO

Es que de pronto la sangre
absurda
irreverente
inoportuna
iluminó con su temblor repentino
al día renovado en el odio





ESPEJO DE AGUA

Lluvia de peces dorados en la memoria
mariposas que el viento deshoja
en los día grises
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al mar del olvido
espejo de agua donde una luna moribunda habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la luz
la pesada luz
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal
una princesa de jade galopa




LAS SOMBRAS DEL INSOMNIO

Salen de mi corazón
y se alejan hacia las brumas del insomnio
por donde se esfuman
dejando una aureola de sangre
en las manos del viento
sus pasos concéntricos
vienen de los oscuros laberintos
de un mundo que los ignora
y los arrincona contra las noches
salitreras del mar caribe
por donde deambulan sonámbulos
escondiéndose en su propia miseria
bosteza el mar
parpadea el viento  
languidece el sol
cantan los grillos
dueños de las noches y el dolor
con su tos y su hambre
sin mantas ni cobija
todas las noches
junto al mar se abrazan a la muerte


Ciudad de papel II

Ya es de noche
por  la avenida  Duarte
una oleada humana se escurre
entre los cristales de las tiendas y la fantasía del neón
en el parque Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada con los palomitos del malecón
que huelen cemento
atracadores y policías se confunden entre las sombras
y las luces de la zona colonial  
esperan a que sus victimas
atraviesen los límites de la inocencia
para atraparlos entre las redes de la locura y el miedo 
en Villa Juana y la Ciénaga
vendedores de crac y marihuana
ofertan sus productos al mejor postor
son las 3:00 A.M.
los jevitos de la Lincoln ebrios de cocaína y velocidad
se masturban a nombre de la madre
de la sociedad que los parió
y en la  París con José Martí
viejas prostitutas de algodón
hacen el amor a la soledad
a esa misma hora en la calle el Conde
frente a la catedral primada de América
un mendigo defeca en la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel la Católica
un fantasma lo observa
y se aleja llorando
es la ciudad
en el semáforo de la Sarasota  con Jiménez Moya
mendigos Haitianos se suicidan con sus cuchillos de miseria
y en la zona norte
precisamente en Capotillo
último reducto de la esperanza
la policía reprime a la población
que protesta contra el FMI
y Joselito muere asesinado
mientras que en Boca Chica
una turista Alemana se da un baño de sol y playa
el sueño de Hitler es ya historia
a su lado
un negro criollo duerme tranquilo







CIUDAD DE PAPEL

Ciudad que todos los días mira atónita al mar Caribe
que la fecunda de salitre
embrujo de luna llena bajo estatuas de bronce y cal
acantilado anfibio que muerde el horizonte
ciudad de papel roída por la lluvia
ciudad enclavada en un cateto de azúcar y sal
ciudad antigua y ambigua
ombligo de la noche
equidistante del sol y las estrellas
ciudad recién nacida  en su heroísmo
en un golfo de flechas y sangre
cuidad de asombros y mendigos
de niños podridos por la tuberculosis
y la modernidad
ciudad de prostitutas que a las 11:30 p.m.
en la Duarte con París se desvanecen en su hastío
y a esa misma hora en la bolita del mundo
un travesti hace el amor a la soledad
ciudad con sus náufragos de las 6:00 a.m.
frente al parque independencia
atrapados en su destino de transeúntes
ciudad
horizonte de luna llena más allá de la alborada
ladrido de perros azules
refugio de los niños que huelen cemento
y de los ancianos que beben berrón
todas las noches
entre la Caracas y la Ravelo
el parque Enriquillo los acoge en su agonía
la ciudad
temblor y congoja
vida y muerte en la zona norte
mientras que en  Capotillo
en la calle 6
los jóvenes se sublevan
y en la Albert Thomas con Ovando
un manifestante es acribillado
y detrás de las puertas del tiempo
mi voz no deja de sangrar
en la mirada ausente del viento
a esa misma hora en el parque Colón
un fantasma desnudo baila ga  ga
con la reina Isabel la Católica de España
la   ciudad
por sus calles de lágrimas
un niño limpiabotas  no vuelve a su casa
se quedó dormido en un rincón de la vida
su cuerpecito de azabache tierno
reposa tranquilo  en manos de la  eternidad
la ciudad
heroína de todas sus guerras
que amamantó en su pecho a todos sus héroes
y enterró en la primavera a todos sus muertos
ciudad de espanto y fantasmas
en la calle el Conde
Nicolás de Ovando se jacta de su sadismo
y a esa misma hora en Cuba
Hatuey es quemado en la hoguera
pero en Santo Domingo
Enriquillo y Sebastián Lemba
reivindican sus razas
pero por dios no digan a nadie
que Francis Drake  defecó  en la catedral
y usó como papel desechable
la partida de nacimiento de Cristóbal Colón
por eso es que nadie sabe con certeza
 el origen perverso de tan  intrépido navegante
y no olviden que la ciudad no es más
que un espejismo de neón líquido
que se desparrama  en la oscuridad





LAS CENIZAS DE MIS SUENOS

He venido a edificar sobre las cenizas de mis sueños
un monumento a la muerte
a la terrible muerte
a la que tiene mil ojos diseminado en el viento
la que me vigila desde mis adentros
la que se alimenta desde mi silencio
la que se muta en mis sentimientos
la que se prostituye con el tiempo
la humanamente inhumana muerte
la que seduce y no da tregua


OLA DE SAL

El tiempo se ha roto con tu ausencia
dejando un rastro de eternidad en mi voz
a veces la sensación de tu partida
levanta en mis ojos una ola de sal
que destruye las habitaciones del olvido
y todas las noches
la luz
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada 
donde los niños
con los dedos tiznados de ternura 
escriben tu nombre
Miguel

A Miguel Ángel Acevedo



CANTO A LA ETERNIDAD

El día llegó agotado de pelear contra el tiempo
Y se dejo caer sobre la tierra
recostó su cabeza sobre las altas montañas
Y sin prisa se durmió 
Despertó
cuando la tarde besó su frente con ternura
y se alejó cantando hacia la eternidad


ASPAS DE SOMBRAS

Abatida por la metralla
la noche se eterniza en la mirada
ausente de la muerte
campanarios heridos por el silencio oxidado
del invierno
carne desnuda en su púrpura inocencia
temblor y congoja en la selva
grito desolado
flores incineradas
aspas de sombras 
llora la sangre en  alas de la eternidad 
voz quebrada de quijote
muerte que da vida a la vida
vida que no termina con la muerte
cadáveres sonámbulos girando
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños
la esperanza aún retoña
en el acrisolado destello del rocío

A Raúl Reyes


MADE IN ISRAEL

un misil que debió estallar en Gaza
a travesó mi corazón
y se estrelló en el lado oscuro de mi memoria
donde un niño Palestino
jugaba con la luz de la alborada
cada pedacito de su cuerpo destrozado
salpica de sangre
la conciencia de un mundo
que indiferente ve pasar su  funeral





NUDO DE LAGRIMAS

Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo 
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran  mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós







RUGE LA LUZ

Tumulto de colores
la tarde se inunda de primavera
oleaje de mariposas amarillas
estrellándose contra imaginarios acantilados
en tu mirada el viento clarea el horizonte
con un olor a flores fosificado en el tiempo
en lo infinito el sol parece una moneda  perdida
ágata que se rompe en la mirada de un ángel
ruge la luz
al compás de los tambores del silencio
la noche hace su llegada triunfal


VESTIDA DE AZUL I

Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia  mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor


VESTIDA DE AZUL II


Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben la escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre




UN DIA DE OTOÑO

Nací junto al  resplandor azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles  eclipsados  noviembre
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer





EL ABISMO DE LOS SUEÑOS

De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana 
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños


HURACAN

Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe 
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor


ANGEL DE TERNURA

Ese  ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en  los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril



PIEDRA RESPLANDECIENTE

En medio de la noche
la muerte se riza el pelo
sentada sobre una piedra resplandeciente
se mira en el espejo del universo
en su infinita soledad nadie la consuela
ni siquiera el tiempo seca sus lagrimas
sólo la mira y sigue su rumbo hacia la eternidad



NO QUIERO

No quiero  habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda

antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de  sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
 AMANECE

Amanece
el sol deshoja la noche en la distancia
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino sombrío de unos pájaros de luto
iluminan el ambiente
un largo camino de sangre viene de la eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera al rocío de la esclavitud de la noche


JUNCOS AZULES


Ríos coagulados en las mejillas del viento
lámparas heridas por el sol
prostitutas dormidas en las efímeras
 habitaciones del viento
pupilas rotas  por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del  hambre
un niño 

MANOS INVISIBES
                                             I
Manos invisibles van taponando las heridas del horizonte
por donde se derrama la sangre luminosa de un cíclope herido
                                            II
La tarde lentamente va sepultando en un cementerio de sombras
los últimos residuos del sol
                                           III
En el preámbulo de la noche un niño llora


CEMENTERIO DE LUZ

El sol en la distancia  deshoja la noche
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino de unos pájaros de luto
ilumina  de sombras la mañana
un largo camino de sangre viene de la eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera de la esclavitud de la noche
al rocío


Pupilas rotas por el dolor

Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas  por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del  hambre
un niño 


LA VIEJA BELEN

Este domingo  de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas 
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes  en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre  la espinas y las luces
de enero 
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén



LOS DUENDES DEL ROCIO

Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y  asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores






RACIMO DE  LUZ

esa es mi voz
eco lejano de tamboras ahogándose
en la mirada ausente de la eternidad
madreselva que se enreda en la brisa
árbol nocturno de sonidos
barco de humo derritiéndose en la alborada
luna de papel hundiéndose en el mar
densa atmósfera de clorofila
caballo de azúcar cabalgando
sobre la arena luminosa del verano
estampa de sangre en las paredes del futuro
mi voz
eco de lágrimas salpicando las ciudades
heridas por la guerra
aroma desolado
campanas de agua
racimo de luz en el pozo de la muerte
grito  de guerra 
canto de amor
esa es mi voz



SIN MAS PREAMBULO

No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme





LLUVIA HORINZONTAL

Ya el verano empezó a vestir las tardes de otoño
En la distancia los colores danzan con las sombras
y huyen
impetuoso el viento galopa sobre la nada
paraíso invisible de alegres prostitutas
que danzan desnudas por las calles de asombro
de un mundo pervertido bajo el amarillo resplandor
del ocaso
lluvia horizontal de peces congelados en el tiempo
mariposas mordidas por las sombras
la ciudad duerme
puñales de hielo acechan en la noche
aúllan los perros
el otoño esta cerca



INCERTIDUMBRE

No podrán estos barrotes
ni  las solitarias
ni las torturas
doblegar mi rebeldía
en mi pecho ondea la bandera roja
de la libertad
pan
fusil 
Redención
cada golpe de muerte
cada latigazo
cada balde de agua  fría
en mi cuerpo desnudo
deja en el verdugo la incertidumbre
si con mi muerte
el sol no volverá a salir



CASCADA DE SUEÑOS


Cascada de sueños
arco iris de amor
días completos de lluvia
breves días de sol
en tus ojos hacen retoñar la primavera
caballos de gloria cabalgan en   tu memoria hacia la eternidad
en tus palabras la rabia y el olvido pelean hasta morir
y es la rebeldía
la que desde la puerta de una lágrimas dice adiós a la quimera
y en tu sonrisa quijotes de plata van sembrando de luz
los páramos distantes de la esperanza
en tu mirada un ángel de ternura amasa el barro estridente de la  vida
y es tu corazón un jardín donde la luna florece mariposas

Dedicado a Sharon

PUPILAS ROTAS

Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas  por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del  hambre
un niño 



RAYO DE ETERNIDAD

Nací junto al fuego azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y la mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles eclipsados de noviembre
emergían de las aguas cenagosas del amanecer

SIRENAS DE SAL

Malecón de eternidad que el mármol salobre de las olas oxida
mar perdido en el horizonte nebuloso de la historia
puertos abandonados en lo angares del olvido
barcos hundidos en un archipiélago de sangre
sirenas de sal
piratas tuertos del corazón
fantasmas devorados por el tiempo
látigo de azúcar en la espalda mutilada del futuro
murallas de arena
ciudad atrapada entre las luces  y  la nostalgia
siluetas aprisionada en los oscuros laberintos de las noches
y más allá de los sueños tres puertas siempre abiertas


HIJOS POSTUMOS DEL ROCIO

Mis padres
hijos póstumos del rocío
crecieron bajo el sombrío reflejo
del relámpago y la lluvia
cuando el trueno iluminaba de misterios
los ignotos rincones de los recuerdos
que se perdieron entre la sangre y las flores
de una primavera truncada por el peso
de las cadenas y los arcabuces 
allá
muy lejos en la memoria
una embarcación encalla entre los arrecifes
de los sueños
y bajo el resplandor de una luna de cal
nostálgicas tamboras  atan mi vida
a la nostalgia
es aquí donde mis padres
un hombre
y una mujer
ignorados leñadores
perdidos en el confín del monte 
diseñaron este traje de carne y hueso
que he llevado puesto por tanto tiempo

A mis padres Sergio Bautista
y Cosuelo Acevedo




ANGEL DE TERNURA

Ese  ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en  los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril







EVIDENCIA

Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda
los días

PAJAROS DE ORO

Esta tarde de invierno
pájaros de oro Petrificados en el viento
migran hacia los oscuros rincones del agua


LA QUIMERA

La quimera
herida por un rayo de eternidad
agoniza en brazos de un ángel

EL SOL

El sol
con sus dedos perfumados de clorofila y rocío
golpea las puertas en penumbra del amanecer



ANGEL DE TERNURA

Ese  ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en  los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril



PECES LUMINOSOS

Un río de peces luminosos inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno


SU NOMBRE ES EL OLVIDO

En un cementerio su nombre es el olvido
es el hambre que se parece tanto a ese niño
que toda las noches deambula sin rumbo
por todas las ciudades del mundo

EVIDENCIA  

Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda los días



DESPEDIDA

De los ojos del viento
caen lágrimas sobre el horizonte
y por el camino azul infinito de la tarde
un ángel con las alas rotas Se aleja

EL AROMA DE TU VOZ

el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos



ESA LUNA

Amo esa luna que en  tus ojos
No deja de cantar a la noche



QUETZAL DE CRISTAL

Roto por el tiempo
bajo el sol de la tarde
un quetzal

ES LA MUERTE

Un caballo alado
que en mis pupilas
huye de la lluvia
es la muerte



LA  BANDERA DEL ODIO

Ellos izaron en sus corazones la bandera del odio
con sus cuchillos hirieron la conciencia
del mundo
desde entonces cada gota de sangre en mis manos
es un niño que agoniza


VENDAVAL DE SANGRE

Por el camino hueco que todas las tardes
deja la brisa en el horizonte
un vendaval de sangre sepultó
en el útero de la noche la luz

PERROS ALADOS

Una jauría de perros invisibles
protegen el templo donde mi voz
desnuda como una virgen
habita

DETRÁS DE LA NOCHE

Detrás de la noche
un ojo ancestral
llora el dolor del mundo

EXCEPTO MI VOZ

Las llamas en el fuego envejecen
son cenizas disecadas en el viento
blanco perfil del humo
esqueleto dormido al filo del silencio
todo lo consume el fuego
todo
excepto mi voz

ESPEJO DE LA MUERTE

La luz cristalizada en una lágrima
Apuñaló la carne
bronca la sangre al tocar la tierra
se levanta es sí misma 
parpada frente al espejo de la muerte
se ruboriza
y luego regocijada y sin prisa
se aleja

LUNA DE OCTUBRE

Luna de octubre en las noches de febrero
con sus cuchillos de sal
apuñalan los fantasmas la noche
sangre en las manos del viento
pájaros de sombra
picotean los ojos vidriosos del tiempo
sí el tiempo llora
en sus lágrimas se ahoga la eternidad


 CASI

En el horizonte
casi ave
casi luna
el viento


LOS GRILLOS

Perfil sonoro de la noche
los grillos

LUNA CRECIENTE

Manchas de pecas
en el rostro de la noche
una sonrisa

EN EL VACIO

Duele  en la ausencia
la mirada del tiempo
en el vacío envejece

HAIKU

Brumas de insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío

BAJO LOS ECOMBROS DE MI SOLEDAD

Mi sueños quedaron sepultados
bajo los escombros de mi soledad

PAJAROS DE OTOÑO

Pájaros de otoño arrastran en su vuelo
los residuos minerales del sol
que se crispa en la distancia y se aleja
dejando en las manos vegetales del viento
el resplandor oscuro de la noche


TIERNO CORAZON

Lluvia del sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde
el corazón tierno de las nubes
anfibios sollozos perforando la noche
piedra de sacrificio
iluminada por la sangre de un sol ciego
virgen descorazonada
por los demonios de sus deseos
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la ausencia de la muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia por la guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi corazón


OJOS DE SAL

Aureola de sangre
ojos de  sal derritiéndose en la noche
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro sediento 
corazón de hombre cruel
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y temerosa
es la humanidad


ROJO AMARILLO

Te imagino
navegando a la deriva
entre la nebulosa marea de la antigua
ciudad de Edo
salpicada por las voces de los noctámbulos
transeúntes  del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan sin fin
alrededor  de las ultimas hogueras
que iluminan el verano
en noviembre
en lo más alto del monte Fuji el sol se crispa
y envejece 
y te imagino
bajo las sombras congeladas 
de los rascacielos de la parte alta de Tokio
diluyéndote a través de las tibias vidrieras
de las  tiendas
o mirando a través de los recuerdos
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando a través
de la ventana de tu apartamento  
en Osaka
como las sombras de la noche aletean
en la distancia y mueren
abril es un cerezo que florece en mi voz
cuando te nombro
es la hora del té
las calles de Asakusha
se perfuman con los colores rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en  el ambarino reflejo del neón 
y más allá de la pena
el sol se revuelca en sus cenizas
y resplandece en tu ojos 
mientras por el sendero de bambú
el musgo y el olvido crecen
en el estanque
una flor de loto ilumina la noche

Océano púrpura

Los días finales da abril
se fueron navegando en un océano púrpura
hasta naufragar en el supremo instante de la muerte



SOL DE VERANO

Atardece
el sol del verano se denuda y danza
seduce a las sombras y huye
por la ciudad perdida en la memoria
del tiempo
un niño con hambre se aleja

HAIKU

Brumas de insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío


El sol bosteza
amenaza con llover
un arco iris


En el estanque
ilumina la noche
una flor de loto


todas las tardes
un colibrí reaparece
de dónde viene


Sol tan distante
brisa de primavera
flores de abril

Prisionero de la brisa
un caballito del diablo
va tras la tarde

EN EL VACIO

Duele  en la ausencia
la mirada del tiempo
en el vacío envejece


LUNA CRECIENTE

Manchas de pecas
en el rostro de la noche
una sonrisa



COLOR DEL OTOÑO

La noche es un árbol que florece en el mar
sus ramas repentinamente concéntricas
humedecen con sus sombras 
todos los confines del universo
sus hojas
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la ciudad
que la quimera forró
de fosforescentes mariposas

EL TEMPLO DE JADE

Alados peces  persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas
delfines de colores
tiburones perdidos en un banco de coral
un océano de sueños
ofrezco a la mujer que tiene su trono
en el templo de jade

NOCHE POSTUMA

Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la nostalgia
raíz de agua luminosa
enredaderas de sombras
noche póstuma
hoguera celestial
enluta la primavera
la sangre de la luna herida por los siglos 

FLOTA LA LUZ

Flota la luz sobre la tenue oscuridad de la alborada
cantan los gallos
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos y bostezan
en el arado
los hombres reivindican la vida

MUDA DE SANGRE

Tan parecido a mí
un niño llora en mi conciencia
sus lágrimas 
cuchillos de sal  hieren mi voz
mudas de sangre
mis palabras pululan por la ciudad
iluminan de esperanza
los escondrijos de la muerte

EN EL ESPEJO DE LA VIDA

Ese niño
que en el espejo de la vida
llora su eternidad de hambre y miseria
tiene estampado en su mirada
mi nombre







Haikus

Espejo de oro
El sol tras las montañas
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte
por la ciudad perdida
pasos sin rumbos
11
Teje la lluvia
con sus hilos de plata
la primavera
12
Llega la noche
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche
suspira el sol
14
Está nevando
tiritan las estrellas
es el invierno
15
Luz amarilla
deslumbran la mañana
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos
En la noche perdido
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas
Canta el viento
19
Ya es invierno
con su vestido blanco
danza la noche
20
Luna de papel
sobre las noches del sur
un farol brilla




LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO

Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas  de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul  del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del  tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno.







LA INSIGNIFICANTE

Quiero dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran ciudad.

De esa tierra que en mi corazón es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo  iluminan los cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.

 En  nuestra forma simple de ver la vida no  advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía  en todo su esplendor, sus avenidas románticas con sus ventanales que todas las tardes daban al mar,  las luces que herían el corazón de las sombras con sus cuchillos color del oro viejo,  sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena atrapadas por la soledad,  sus escuálidos  hombres vestidos con los colores más estridendentes del arco iris,  sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición  atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella, donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos  de la fantasía, el mar Caribe  con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese mundo  y de nuevo volvíamos a nuestras tierras en donde la vida transcurría sin más  prisa que ir  a los conucos, andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima,  arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas,  de su largo viaje sin retorno hasta llegar  aquí,  de la crueldad del látigo en sus espaldas, de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad,  de sus anhelos por volver al África y  de sus raíces enterradas en estas tierras  que abonaron con  sudor y sangre , tierra, en que a pesar de todo, siempre serán extraños.

Al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos  por los caminos que  los grillos iluminaban con su canto,  gritando a viva  voz la  alegría de compartir en una danza la vida,  al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi hamaca,  hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la modernidad.







DETRÁS DEL ESPEJO

Detrás del espejo duerme un fantasma
en sus ojos la luz pelea contra las sombras
por eso es que  la habitación se ilumina  de mariposas
que traspasan las paredes de la noche
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños  al amanecer




 CASI

En el horizonte
casi ave
casi luna
el viento


LOS GRILLOS

Perfil sonoro de la noche
los grillos

LUNA CRECIENTE

Manchas de pecas
en el rostro de la noche
una sonrisa

EN EL VACIO

Duele  en la ausencia
la mirada del tiempo
en el vacío envejece

HAIKU

Brumas de insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío

BAJO LOS ECOMBROS DE MI SOLEDAD

Mi sueños quedaron sepultados
bajo los escombros de mi soledad

PAJAROS DE OTOÑO

Pájaros de otoño arrastran en su vuelo
los residuos minerales del sol
que se crispa en la distancia y se aleja
dejando en las manos vegetales del viento
el resplandor oscuro de la noche


TIERNO CORAZON

Lluvia del sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde
el corazón tierno de las nubes
anfibios sollozos perforando la noche
piedra de sacrificio
iluminada por la sangre de un sol ciego
virgen descorazonada
por los demonios de sus deseos
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la ausencia de la muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia por la guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi corazón


OJOS DE SAL

Aureola de sangre
ojos de  sal derritiéndose en la noche
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro sediento 
corazón de hombre cruel
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y temerosa
es la humanidad


ROJO AMARILLO

Te imagino
navegando a la deriva
entre la nebulosa marea de la antigua
ciudad de Edo
salpicada por las voces de los noctámbulos
transeúntes  del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan sin fin
alrededor  de las ultimas hogueras
que iluminan el verano
en noviembre
en lo más alto del monte Fuji el sol se crispa
y envejece 
y te imagino
bajo las sombras congeladas 
de los rascacielos de la parte alta de Tokio
diluyéndote a través de las tibias vidrieras
de las  tiendas
o mirando a través de los recuerdos
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando a través
de la ventana de tu apartamento  
en Osaka
como las sombras de la noche aletean
en la distancia y mueren
abril es un cerezo que florece en mi voz
cuando te nombro
es la hora del té
las calles de Asakusha
se perfuman con los colores rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en  el ambarino reflejo del neón 
y más allá de la pena
el sol se revuelca en sus cenizas
y resplandece en tu ojos 
mientras por el sendero de bambú
el musgo y el olvido crecen
en el estanque
una flor de loto ilumina la noche

Océano púrpura

Los días finales da abril
se fueron navegando en un océano púrpura
hasta naufragar en el supremo instante de la muerte



SOL DE VERANO

Atardece
el sol del verano se denuda y danza
seduce a las sombras y huye
por la ciudad perdida en la memoria
del tiempo
un niño con hambre se aleja

HAIKU

Brumas de insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío


El sol bosteza
amenaza con llover
un arco iris


En el estanque
ilumina la noche
una flor de loto


todas las tardes
un colibrí reaparece
de dónde viene


Sol tan distante
brisa de primavera
flores de abril

Prisionero de la brisa
un caballito del diablo
va tras la tarde

EN EL VACIO

Duele  en la ausencia
la mirada del tiempo
en el vacío envejece


LUNA CRECIENTE

Manchas de pecas
en el rostro de la noche
una sonrisa



COLOR DEL OTOÑO

La noche es un árbol que florece en el mar
sus ramas repentinamente concéntricas
humedecen con sus sombras 
todos los confines del universo
sus hojas
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la ciudad
que la quimera forró
de fosforescentes mariposas

EL TEMPLO DE JADE

Alados peces  persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas
delfines de colores
tiburones perdidos en un banco de coral
un océano de sueños
ofrezco a la mujer que tiene su trono
en el templo de jade

NOCHE POSTUMA

Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la nostalgia
raíz de agua luminosa
enredaderas de sombras
noche póstuma
hoguera celestial
enluta la primavera
la sangre de la luna herida por los siglos 

FLOTA LA LUZ

Flota la luz sobre la tenue oscuridad de la alborada
cantan los gallos
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos y bostezan
en el arado
los hombres reivindican la vida

MUDA DE SANGRE

Tan parecido a mí
un niño llora en mi conciencia
sus lágrimas 
cuchillos de sal  hieren mi voz
mudas de sangre
mis palabras pululan por la ciudad
iluminan de esperanza
los escondrijos de la muerte

EN EL ESPEJO DE LA VIDA

Ese niño
que en el espejo de la vida
llora su eternidad de hambre y miseria
tiene estampado en su mirada
mi nombre







Haikus

Espejo de oro
El sol tras las montañas
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte
por la ciudad perdida
pasos sin rumbos
11
Teje la lluvia
con sus hilos de plata
la primavera
12
Llega la noche
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche
suspira el sol
14
Está nevando
tiritan las estrellas
es el invierno
15
Luz amarilla
deslumbran la mañana
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos
En la noche perdido
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas
Canta el viento
19
Ya es invierno
con su vestido blanco
danza la noche
20
Luna de papel
sobre las noches del sur
un farol brilla




LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO

Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas  de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul  del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del  tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno.







LA INSIGNIFICANTE

Quiero dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran ciudad.

De esa tierra que en mi corazón es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo  iluminan los cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.

 En  nuestra forma simple de ver la vida no  advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía  en todo su esplendor, sus avenidas románticas con sus ventanales que todas las tardes daban al mar,  las luces que herían el corazón de las sombras con sus cuchillos color del oro viejo,  sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena atrapadas por la soledad,  sus escuálidos  hombres vestidos con los colores más estridendentes del arco iris,  sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición  atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella, donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos  de la fantasía, el mar Caribe  con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese mundo  y de nuevo volvíamos a nuestras tierras en donde la vida transcurría sin más  prisa que ir  a los conucos, andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima,  arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas,  de su largo viaje sin retorno hasta llegar  aquí,  de la crueldad del látigo en sus espaldas, de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad,  de sus anhelos por volver al África y  de sus raíces enterradas en estas tierras  que abonaron con  sudor y sangre , tierra, en que a pesar de todo, siempre serán extraños.

Al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos  por los caminos que  los grillos iluminaban con su canto,  gritando a viva  voz la  alegría de compartir en una danza la vida,  al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi hamaca,  hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la modernidad.







DETRÁS DEL ESPEJO

Detrás del espejo duerme un fantasma
en sus ojos la luz pelea contra las sombras
por eso es que  la habitación se ilumina  de mariposas
que traspasan las paredes de la noche
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños  al amanecer


 Domingo  Acevedo.






jueves, junio 26, 2014

El Tribunal Permanente de los Pueblos reclama en Ginebra responsabilidad jurídica para las transnacionales

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