lunes, abril 20, 2015

Un niño.


Hay en mi voz
un niño hambriento y lleno de harapos
descalzo se aleja por entre los escombros del tiempo
va a escribir con sangre en las paredes de una lágrima
su nombre
fatigado se recuesta en el piso frío del crepúsculo 
cierra los ojos
sueña
sonríe
es feliz
ha muerto

Domingo Acevedo

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