martes, abril 10, 2012

Niños de la calle

ESTA NIÑEZ

Esta niñez presentida
en este siglo de espumas
y arena
sumergida
en su alegría de algas
y caracoles
con su risa de viento
y salitre
y la mirada
horizontalmente azul
y profunda
esta niñez de piel tibia
como las olas al atardecer
guarda en su alma
toda la dulzura del mar

A mis sobrinos

PIEL DE CENIZAS

He visto
los niños con su piel
de cenizas
diluirse en el viento
de los últimos atardeceres
del otoño remoto y frío
los niños tristes
tristes
como los días
golpeados por la pesada lluvia
de las horas inciertas
del invierno que se aproxima

A mis sobrinos

TENIAN FRIO

sentí llorar los niños al amanecer
tenían frío
sentí llorar a los niños al medio día
tenían hambre
sentí llorar a los niños en la tarde
estaban solos
sentí llorar los niños en la noche
morían de frío
hambre y soledad

NIÑOS

I

Niños hechos de arcilla y ternura
hechos de sonrisas y sueños
hechos de semen y rocío
niños que llenos de ilusiones
vagan perdidos
a través de las horas ensangrentadas
por las luces de un mañana
que no existe
de mis manos
una mancha púrpura
resbala hacia la noche
en que el silencio
amordaza las bocas hambrientas
de los pequeños fugitivos
que se escapan de esta vida
sin entender que la muerte
es un oscuro laberinto
de donde nadie nunca ha regresado
niños que vienen y van
hambrientos
desnudos
descalzos
andrajosos
con la mirada triste
y el corazón resentido
si sobreviven
serán el producto de una sociedad
que trituró su inocencia
y los condenó
a ser esclavos de sus sueños
niños que habitan
los profundos recintos
de los arrecifes del Mar Caribe
palomitos pequeños
prostitutas tiernas
ladronzuelos furtivos
qué será de ustedes
qué será de nosotros
limpia botas breves
pregoneros matinales
de un mundo que retrocede
dando tumbos
vendedores pequeños
que ofertan como mercancía
en los semáforos su dolor
a una sociedad
que en vez de ser receptiva
o por lo menos indiferente
les escupe sus caritas infantiles
y golpean sus caderas
y los maldicen
con su odio feroz
niños que habitan
el inmenso espacio de la miseria
donde el hambre es un demonio
que llena de rencores
sus corazones
y donde el llanto
es un largo camino de asfalto
y la alegría una utopía
de la gran ciudad
donde la violencia desgarra
el breve encanto de las mariposas
umbral marfilino
que revolotean en el umbral marfilino
de sus labios
niños
en una esquina en penumbra
de la gran ciudad
tropecé con ellos
olían cemento
en su inocencia
pretendían volar al cielo
para alcanzar las estrellas
y entre mis brazos
se durmieron trémulos
acurrucados en mi pecho
hambrientos de ternura y amor
balbuceando palabras
que no pude entender
y nunca más despertaron

Este poema está dedicado a todos los niños del mundo, que deambulan sin rumbo por las calles
NIÑOS

II

He visto
los niños harapientos
diluidos bajo la lluvia
y he sentido la lluvia
diluirse en el llanto
eterno del mundo
esquirlas del llanto
hieren mi alma
niños no me miren
que me hieren
mundo no sangres
no ves que me ahogo
en tu llanto

A los niños de San Simón
(Neiba)

NIÑOS

III

He visto con pena
como los niños tristes
escriben con sangre
su historia de hambre
sobre el papel amarillo
de sus tardes amargas
como dibujan con ternura
corazones púrpura en la pizarra
invisible del tiempo
como esconden en una sonrisa
su llanto de siglos
he visto con pena
como los niños tristes
mueren soñando
mientras construyen
con sus huesos inútiles
un canto
he visto con pena
como los niños tristes
buscan amor
en un mundo
donde el odio
es un estandarte
que la sociedad airada
levanta contra ellos

INOCENCIA

Solitarios los niños corren
a través del cristal roto
de la noche
hacia un horizonte de flores azules
pincelado más allá
de las constelaciones del sur
sus huellas se pierden
entre las nubes que flotan
sobre un archipiélago de sueños
a donde van a esconder
en las aguas mansas de un océano
sus sueños


PARA SOÑAR

Miradlos ahí
Pordioseros de la noche
Mendigando un poco de luna
para soñar con la fortuna
que le ha negado el mundo

A los niños de la calle

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