lunes, marzo 11, 2019

Pueblos Originarios en Malvinas, una historia que condenaron al olvido



Utilizados primero para poblar y después para batallar, los pueblos originarios siguen persiguiendo 
ser visibilizados y respetados. Una deuda que parece no cancelarse jamás.
Colclusión.

Por Alejandro Maidana 
La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre. José Martí
Si bien se desconoce el número exacto, unos 100 ex combatientes que pelearon en la guerra de Malvinas provenían de los pueblos Qom, Wichi, Mocoví y Mapuche entre otros. Muchos de ellos aseguraron que no sabían que iban a una guerra y que fueron discriminados en las asistencias tras el conflicto bélico según un estudio de la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena (CCAIA).
Siempre en el ápice de la historia
La palabra hegemónica proveniente de la elite dominante primero, y la educación sarmientina después, se encargaron a lo largo del tiempo de escribir la historia oficial a su imagen y semejanza. Un derrotero en donde el indígena y el gaucho fueron combatidos por vagos, rebeldes y bárbaros.
Un camino pedregoso y sangriento para todos  aquellos que debieron soportar atropellos y vejámenes de todo tipo. La sangre derramada hasta estos días, encuentra a los primeros habitantes interpelando nuevamente al olvido, al silencio, a esa negación que busca invisibilizarlos una vez más, para seguir escribiendo con letras falaces, una historia que los tiene como actores principales de una obra con guión racista.
¿Los Yámanas fueron los descubridores de las islas?
Teorías con argumentos muy sólidos, abonan que uno de los posibles descubridores de las Islas Malvinas, fueron los Yámanas, aborígenes de origen nómade que vivían en la mitad sur de Tierra del Fuego. Una canoa construida con tronco de un árbol desconocido para esos arrabales, un perro-zorro (hoy extinto) denominado “guará”, una especia que evolucionó de los perros de los Yámanas, una punta de flecha, consolidan la idea de que esta tribu de América del Sur piso por primera vez las islas.

El recupero de la soberanía de Malvinas en 1833
Un navío de guerra norteamericano yace en las costas del lugar: es la fragata USS Lexington, una de las tantas que llevan el mismo nombre de aquella que en diciembre de 1831 destruyó casi por completo las defensas argentinas asentadas en Puerto Soledad, Islas Malvinas, cuando gobernaba don Luis Vernet.  Este había arribado el 10 de junio de 1829 para establecerse oficialmente en la Isla Soledad como Primer Comandante Político Militar bajo el pabellón argentino.  Sin el apoyo de Buenos Aires, nada pudo hacer ante las nuevas directivas, la bandera inglesa comenzaría a flamear en tierras malvineneses.
La historia volvería a cambiar, cuando la inesperada acción de un grupo de peones rurales encabezada por el gaucho Antonio Rivero. De los 13 gauchos que todavía vivían en las islas, un grupo de ocho de ellos se sublevó en desacuerdo con la situación, el 26 de agosto de 1833, seis meses después de la ocupación británica de las islas.  Su líder era Rivero, lo secundaban otros dos gauchos: Juan Brasido, y José María Luna; más cinco indios charrúas: Luciano Flores, Manuel Godoy, Felipe Salazar, Manuel González y Pascual Latorre.
La explotación y el maltrato se fusionaron para que estos dignos habitantes del territorio argentino llegados tiempo atrás a las islas, se complotaran y cambiaran el rumbo de los tiempos. Actuando por sorpresa, le dieron muerte al capataz y a otros 6, todos estos habían sido empleados por Luis Vernet, pero ya no respondían a él, sino a Inglaterra. Cuentan las crónicas, si bien no existe evidencia histórica, que la bandera argentina (en ese entonces azul y blanca) volvió a izarse.  El 9 de enero de 1834 la llegada de dos flotas inglesas con gran número de hombres, volvería a resignificar la historia, una vez más. Recién el 21 de enero de 1834 los británicos lograrían recuperar el control de Puerto Soledad, Rivero junto otros gauchos e indígenas, tuvieron que rendirse para no ser asesinados, fueron trasladados como prisioneros al Reino Unido. Si bien no existe exactitud en lo sucedido, pasado un tiempo no muy prolongado fueron trasladados a Montevideo y allí liberados.
Casi 150 años después, un regreso más de que desafortunado
El 2 de abril de 1982, tropas argentinas desembarcarían en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur ¿El propósito? Recuperar lo que siempre se consideró como propio, ese entrañable territorio austral.
Corrientes y Chaco fueron las dos provincias que más combatientes enviaron a la guerra de Malvinas, jóvenes reclutas que muchos de ellos no llegaban a los 18 años de edad. Tal como sucedió en las invasiones inglesas, y en los ejércitos de Belgrano, San Martín y Güemes, la sangre indígena derramada, buscó ser ocultada y silenciada.
Las culturas que habitan este territorio en el Sur hace más de 12 mil años y en el Gran Chaco entre 2500 y 5 mil, no pueden quedar en el olvido cuando se habla de soberanía y descolonización. Pero claro, no deberíamos olvidar que el Estado Nación argentino se levantó gracias a un genocidio escabroso de habitantes originarios de la Patagonia.
Resistir al olvido y al mismo Estado opresor
“Vimos con agrado que el gobierno anterior haya instalado una posición de soberanía sobre Malvinas en la comunidad indoamericana, logrando el apoyo total de los países de la Celac o la Unasur, pero, en nuestra opinión, le faltaba el componente de pueblos originarios”, diría Juan Chico, docente e historiador Qom.
“Los Qom del Chaco en la Guerra de Malvinas: Una Herida Abierta”, es el nombre del libro bilingüe que Juan Chico junto a su equipo de investigadores pudieron llevar a cabo. Un maravilloso trabajo de cinco años, un recorrido histórico desde el 1800 hasta la actualidad, enriquecido de testimonios de indígenas que estuvieron en el frente de batalla del conflicto bélico que dio cierre a la dictadura militar más cruenta de la Argentina.
“La presencia indígena es previa a la ocupación británica. Por eso queremos remarcar esto en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, que las Malvinas no sólo son argentinas, sino también indígenas”, enfatizó el historiador.
Varios fueron los pueblos que enviaron a sus hijos a batallar contra un ejército poderoso y despiadado. Uno de ellos es el Qom, que en la figura de Benito González encontró la voz de un relato tan triste como indignante.
“No nos habían dicho nada, llegamos a las islas y ahí nos enteramos de la guerra. Al principio nos reíamos porque no creíamos, pero así fue”, contó González.
Maltrato, racismo y hambre, tres pilares deleznables que marcaron su estadía, “recuerdo que en la primera casa que nos tocó revisar, estaban tomando un café con leche, no pude resistir el hambre y la tentación, tuve que robarme un pan casero. El cabo segundo me castigó, hubo muchos hermanos que fueron estaqueados y azotados. Los porteños nos decían “cabecitas negras”, “negros caqueros”, estamos acostumbrados a los maltratos a lo largo de la historia”.
Pasaron 30 años para que el barrio le diera importancia a la presencia de Benito González en la batalla de Malvinas. Sostiene con voz firme e impertérrita, que siempre fueron los pobres a los que mandaban primero al muere, por eso tanto Chaco como Corrientes perdieron a muchos coterráneos.
Eugenio Leiva también es un ex­ combatiente Qom, empoderado por los últimos reconocimientos y el apoyo de Juan Chico, no dudó en brindar su opinión al respecto, “me tocó pasarla muy mal gracias a nuestros jefes, nosotros teníamos enemigos en el frente, y enemigos en nuestro mismo frente. Nuestros propios jefes nos estaqueaban y azotaban con cintos, nos hacían desnudar a pesar de esas bajas temperaturas para que el sufrimiento sea más grande”, indicó Leiva, quién no tiene empacho de denunciar estos hechos aberrantes dignos de una miserable dictadura militar.
“Sueño con poder prender un vela, o llevar a una flor a mis camaradas caídos en Malvinas. Aún no he podido regresar, pero no quiero partir de esta tierra sin hacerlo.”, concluyó.
En agosto del 2013, se logró que la Cámara de Diputados del Chaco sancionara la ley 7.277 que reconoce en su artículo primero, el 26 de agosto como el “Día del Veterano y los caídos indígenas en la guerra de Malvinas”. Un homenaje a la revuelta del gaucho Antonio Rivero, quién en 1833, recupera, junto a un grupo de indígenas, el territorio de las Islas.
“El 80% de los veteranos indígenas, no tiene una vivienda digna. Cuando el 80% de los veteranos no indígenas, sí tienen viviendas dignas y sus hijos tienen acceso a puestos de trabajo”, concluyó Juan Chico.
Cabe destacar que un importante números de soldados de origen Mapuche también ofrecieron su vida por una soberanía que suele utilizarse como excusa para reprimirlos y criminalizarlos hasta estos días. La perversidad de la guerra, la hipocresía de un Estado que encuentra el eco necesario en su pueblo, no podrán alterar la historia escrita por los oprimidos, por los despojados.
Ellos siguen allí, su dignidad y entereza no los quiebra, sometidos, esclavizados, explotados y utilizados en los frentes de batalla más sangrientos, nuestros hermanos indígenas siguen clamando por visibilización y respeto para con su cultura. El Estado argentino sigue en deuda con los verdaderos dueños de estas tierras, las que siguen siendo saqueadas  a como dé lugar utilizando el termómetro del capital. Es menester luchar para que la memoria no permanezca incompleta.

viernes, marzo 08, 2019

¿Hasta cuándo creer que Guaidó existe?

jueves, marzo 07, 2019

Historia del Día de la mujer


El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se celebra en muchos países del mundo. Cuando 
las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias 
étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden 
contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, 
la justicia, la paz y el desarrollo.
El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia 
y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie 
de igualdad con el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra 
los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían 
"libertad, igualdad y fraternidad" marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo 
industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población 
e ideologías radicales.

Cronología

  • 1909: De conformidad con una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos 
  • de América el día 28 de febrero se celebró en todos los Estados Unidos el primer Día 
  • Nacional de la Mujer, que éstas siguieron celebrando el último domingo de febrero hasta 1913.
  • 1910    La Internacional Socialista, reunida en Copenhague,poder proclamó el Día de la Mujer, 
  • de carácter internacional como homenaje al movimiento en favor de los derechos 
  • de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. La propuesta 
  • fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. No se estableció una fecha fija para la celebración..
  • 1911   Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, 
  • el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) 
  • en Alemania,Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron 
  • más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto 
  • y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional 
  • y a la no discriminación laboral
  • 1913-1914   En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron 
  • en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer 
  • Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto 
  • de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente 
  • para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
  • 1917   Como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, 
  • las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse 
  • en huelga en demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad 
  • de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro 
  • días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió 
  • a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, 
  • según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia,o el 8 de marzo, según 
  • el calendario gregoriano utilizado en otros países.
  • 1975 Coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas celebraron 
  • el Día Internacional de la Mujer por primera vez, el 8 de marzo.
  • 1995 La Declaración y la Plataforma de Beijing, una hoja de ruta histórica firmada 
  • por 189 gobiernos hace 20 años, estableció la agenda para la materialización 
  • de los derechos de las mujeres.
  • 2014 La 58 Sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer 
  • (CSW58), la reunión anual de Estados para abordar cuestiones relativas a igualdad de género, 
  • se centró en los "Desafíos y logros en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo 
  • del Milenio para las mujeres y las niñas". Las entidades de las Naciones Unidas 
  • y las organizaciones no gubernamentales (ONG) acreditadas por ECOSOC 
  • debatieron sobre los avances realizados y los retos pendientes para cumplir los ocho 
  • Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La ONU y la Igualdad de Género

La Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, fue el primer acuerdo internacional 
para afirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres. Desde entonces, 
la ONU ha ayudado a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas 
y objetivos acordados internacionalmente para mejorar la condición de las mujeres en todo el mundo.
Con los años, la ONU y sus organismos técnicos han promovido la participación de las mujeres 
en condiciones de igualdad con los hombres en el logro del desarrollo sostenible, la paz, 
la seguridad y el pleno respeto de los derechos humanos. El empoderamiento 
de la mujer sigue siendo un elemento central de los esfuerzos de la Organización 
para hacer frente a los desafíos sociales, económicos y políticos en todo el mundo.

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