Encontré estas joyas buscando entre mis cosas, eso fue en el 2004, el costo del viaje fue de mil pesos por personas e hicimos la ruta Constanza, pico Duarte, Jarabacoa.
Un espacio para compartir ideas, imágenes, propuestas, versos y la esperanza de un mundo mejor...
lunes, noviembre 21, 2016
Mapa de la ruta, Constanza, valle del Tetero, pico Duarte, Jarabacoa
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
domingo, noviembre 20, 2016
Eco fosforescente de luciérnagas danzando en la noche.
Crepita la luz
se arremolina
gira
y se enreda entre las copas de los arboles
dando paso a la oscuridad
que apuñala al sol
que agoniza dejando una aureola de sangre en el horizonte
cansados labriegos regresan de sus faenas
la noche los viste de oscuridad y rocío
cantan los grillos
un lirio duerme junto al camino real
croa el sapo
vienen silbando viejas canciones aprendidas de sus abuelos
eco fosforescente de luciérnagas danzando en la noche
una lechuza prehistórica bate sus alas de plata bajo la luz de una luna medieval
ruge el mar
con su lengua salobre lame el cielo estrellado del verano
hueco de luz
por donde se escapan los sueños de los labriegos
arrinconados en sus miserables bohíos de tabla de palma y yagua
por el camino real
el viento siempre se aleja sin decir adiós
perdido entre las mariposas de San Juan
para luego regresar en la lluvia cargado de pájaros y flores
abril estalla con la dulce violencia de los colores
cicatrizan las viejas heridas
la vida se renueva
en el bosque un galipote y una ciguapa danzan alegres
cuelga de la voz del tiempo
el eco acompasado de una tambora que todas las noches en los manieles
alegra las vidas de los negros cimarrones
se arremolina
gira
y se enreda entre las copas de los arboles
dando paso a la oscuridad
que apuñala al sol
que agoniza dejando una aureola de sangre en el horizonte
cansados labriegos regresan de sus faenas
la noche los viste de oscuridad y rocío
cantan los grillos
un lirio duerme junto al camino real
croa el sapo
vienen silbando viejas canciones aprendidas de sus abuelos
eco fosforescente de luciérnagas danzando en la noche
una lechuza prehistórica bate sus alas de plata bajo la luz de una luna medieval
ruge el mar
con su lengua salobre lame el cielo estrellado del verano
hueco de luz
por donde se escapan los sueños de los labriegos
arrinconados en sus miserables bohíos de tabla de palma y yagua
por el camino real
el viento siempre se aleja sin decir adiós
perdido entre las mariposas de San Juan
para luego regresar en la lluvia cargado de pájaros y flores
abril estalla con la dulce violencia de los colores
cicatrizan las viejas heridas
la vida se renueva
en el bosque un galipote y una ciguapa danzan alegres
cuelga de la voz del tiempo
el eco acompasado de una tambora que todas las noches en los manieles
alegra las vidas de los negros cimarrones
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
DE AZUA AL PICO DUARTE, NUESTRA VOZ SE LEVANTA PARA ALERTAR SOBRE EL CALENTAMIENTO GLOBAL.
DE AZUA AL PICO DUARTE, NUESTRA VOZ SE LEVANTA PARA ALERTAR SOBRE EL
CALENTAMIENTO GLOBAL.
Salimos
a las seis de la mañana del partido Nueva Alternativa con rumbo a Padre las
Casas a donde llegamos como a las diez y
media de la mañana, tomamos el camión que nos llevaría al pueblo del Tetero. El chofer nos llevó a
su casa en donde nos ofreció desayuno el cual no aceptamos porque ya habíamos
comido algo.
Desayunó,
partimos, y después de dar algunas
vueltas por el pueblo de Padre las Casas
lo que aprovechamos para comprar algunas
cosas, pusimos proa hacia el pueblo del Tetero, por una carretera polvorienta, llena
de precipicios y curvas, con un paisaje abrupto y desolador en algunas partes,
con pueblecitos miserables perdidos en un paisaje sobrecogedor y triste, en
donde las personas empobrecidas parecían vegetal en un presente abrumador, del Tetero partiríamos al otro día hacia el
Pico Duarte.
Llegamos
alrededor de las dos y media al Tetero y nos acomodamos en la casa de Nardo,
nuestro guía y amigo organizamos los bultos mientras Mártires y Sandy por un
lado preparaban la casa de campaña en la que dormirían y Engel y Luis la de
ellos y Canela la de él, mientras
Marisol hacía los preparativos para la comida, después de comer paseamos
por el pueblo y pudimos palpar la pobreza, nos dolió especialmente la situación
de miseria de los niños de aquel pueblo perdido en el olvido.
Compartimos
con la familia de Nardo y en la noche hicimos cuentos alrededor de la fogata
acompañados por algunos habitantes del pueblo, a la hora de dormir cada uno se
fue al lugar que le correspondía, Sandy y Mártires en su casa de campaña, Engel
y Luis en la de ellos y Canela por igual se fue a la de él, Ruddy y Rosa, en la casa de Nardo y Marisol,
Félix y Yo en la casa de un familiar de Nardo.
Muy
tempranito nos levantamos, nos preparamos, desayunamos y partimos antes del
amanecer hacia el valle del Tetero, bajo una leve llovizna que nos acompañó por
casi todo el camino, Nardo no fue con nosotros tenía otros asuntos y mando a July,
Francisco y Jaime con nosotros, pero nos acompañó un buen trecho y nos enseñó
el lugar donde se produce la electricidad que consume el pueblo.
El
paisaje no podía ser más hermoso, el aire fresco de a montaña, los altos y
frondosos pinos, el colorido de las flores silvestres, el canto de los pájaros
nos guiaba sin ninguna prisa por los caminos mojados hacia el placer de
compartir esta inolvidable experiencia, la de conquistar la cima más alta de
las Antillas, el Pico Duarte y un alertaaaa, que de vez en cuando retumbaba en la
distancia anunciando que La Brigada Cimarrona Sebastián Lemba desbrozaba esos
caminos rumbo a la cima más alta de las Antillas.
Atravesamos
Sabana Andrés, subimos el pico Loma Vieja, atravesamos Lo Fríos, subimos con
mucho esfuerzo el Pico Alto del Valle, nos deteníamos brevemente a tomar aire, tocamos
las nubes y comenzamos a descender hacia el valle del Tetero, por un camino
mojado por una llovizna eterna, que nos acompañaba en nuestro descenso, el lodo y las caídas permanentes retrasaron
nuestra llegada al valle, a donde llegamos pasada las tres de la tarde.
En
el valle del Tetero, perdimos un día por la lluvia, allí discutimos la
posibilidad de quedarnos y eso generó una gran discusión ya que los nuevos
querían salir a pesar de el lodo y la
lluvia y el alerta de los que llegaban de Compartición que nos decían que no se
podía seguir, que nos recomendaban quedarnos y partir al otro día. Así lo
hicimos, nos quedamos y los nuevos
disfrutaron de la belleza del valle del Tetero, se bañaron en la ballena
visitaron la piedra indígena y disfrutaron de un juego de pelota entre los
guías y los excursionistas, jugamos dominó, hicimos contactos con otros grupos
a los cuales explicamos los motivos de nuestras excursión, la que se encontraron interesante.
En
la noche hizo un frío terrible, algunos durmieron en sus casas de campaña y
otros nos acomodamos en la caseta, a las cuatro de la mañana me levanté y
desperté a todos, Marisol y Félix, prepararon el desayuno mientas los guías
iban al monte a buscar a las bestias y los otros desmontaban sus casas de
campañas, salimos con las linternas encendidas intentábamos ganar tiempo al
tiempo, no nos fuimos por el atajo, nos dijeron que estaba intransitable y dirigimos
nuestros pasos al cruce, al que llegamos agotados y enlodados, descansamos y emprendimos la subida hacia
agüita fría nuestra meta más cercana.
Fue
lenta y agotadora la subida, no obstante todos íbamos disfrutando del paisaje y
dejándolo plasmado en nuestras cámaras fotográficas, llegamos como a las dos de
la tarde a agüita fría, en donde merendamos y tomamos fotos del lugar en donde
nacen los ríos Yaque del Sur y Yaque del
Norte y luego emprendimos el descenso hacia la Comparticion , a la
que llegamos alrededor de la tres y cuarenta y cinco, decidimos por la hora que
sólo subirían al Pico Duarte los que no habían subido nunca y que se irían en los mulos, los demás nos quedaríamos
preparando la comida.
En
Comparticion haríamos la ceremonia del manifiesto en la noche, esperaríamos, al
grupo Eugenio Marcano que venía de Mata Grande, ya que con el grupo del colegio
de la Salle no
nos encontraríamos. Ya al caer la noche vi con alegría a Manuel Cuevas que llegaba sobre un mulo y
corrí a alcanzarlo y cuando se desmontó me dijo Domingo estoy mal, se apoyo en
mí y llamé a Marisol y a Félix lo dos médicos que nos acompañaban, con mucho
esfuerzo lo llevamos al interior del refugio y junto a otra doctora que se
encontraba allí, procedieron a darles los primeros auxilios, tenía el azúcar
baja, la presión alta y estaba deshidratado, ellos lograron estabilizarlo, los
doctores hicieron un buen trabajo, puedo decir sin temor a equivocarme que
Manuel Cuevas debe la vida a esos tres doctores que se encontraba en esos
momentos en la
Copartición.
Después
fueron llegando poco a poco los del grupo del Eugenio de Jesús marcano, Marisol
le hizo una sopa a Manuel y continuo con los preparativos de la comida, se hacía
tarde y los que llegaron del grupo de Manuel estaban preocupados por una parte
de ellos que se habían quedado rezagados, yo le decía que no se preocuparan que
el grupo nuestro que había ido al Pico Duarte, le darían una mano, que no lo
abandonarían y así fue, lo socorrieron y
les prestaron algunos focos para que se iluminaran por esos caminos sinuosos y
oscuros, los nuestros llegaron primero y dieron a noticia de que estaban bien y
que venían más atrás.
Llegaron
agotados, comieron y se acostaron de una vez, mientras seguían la atenciones a
Manuel Cuevas, que se recuperaba lentamente, la noche fue clara ya lejos de la
lluvia, el cielo esplendoroso de estrellas nos invitaba a compartir en la
fogata, pero había sido un día muy agitado, lleno de muchas emociones fuertes y
mañana debíamos prepararnos para partir y ver como bajaríamos a Manuel, quedamos
que la mula de monta nuestra lo llevaría hasta agüita fría y que de ahí en
adelante, se iría en la de ellos, hizo un frío infernal como siempre en
Compartición.
Nos
levantamos a las seis de la mañana, fue un amanecer esplendoroso y victorioso,
Manuel amaneció mucho mejor, desayunamos,
levantamos el campamento y
partimos a las ocho y algo de la mañana, subimos la
Vela en un ritual lento, pausado pero sostenido, nos trazamos
metas, la primera fue agüita fría, íbamos alegres y felices, habíamos alcanzado
la meta, ahora regresábamos a la
Ciénaga y de ahí al hogar dulce hogar, llegamos agotados a
agüita fría, merendamos y continuamos hacia el cruce nuestra segunda meta,
íbamos raudos, ahora sólo bajábamos, el camino no tenia tanto lodo como
pensábamos y el regreso renovaba
nuestras fuerzas, nos daba nuevos bríos, la alegría no nos cabía en el corazón,
llegamos al cruce sin darnos cuenta ahí nos encontramos con otros grupos, tomamos aire, esperamos a los que
venían rezagados y de ahí partimos hacia
los Tablones, de vez en cuando en la distancia retumbaba algún alertaaaa de nostalgia.
El
camino hacia los tablones estaba lleno de lodo,
no como en otra época, pero tenía y hacíamos apuestas de
quien se caería primero, avanzamos rápido por un bosque tupido y húmedo,
acariciados por una brisa agradable que mitigaba un poco el cansancio. De tanto
bajar uno se hastía y las rodillas se
aflojan y uno pide a gritos, una subida por favor, una subida, aunque
sea pequeña, de las lagunas a los tablones lo hicimos en un tiempo record y
llegamos a la caseta nueva de los
tablones a las dos de la tarde, de los tablones a la Ciénaga apuramos el paso y
llegamos antes de las cuatro de la tarde, al llegar a la Ciénaga miramos con
nostalgia el lugar en donde vivía Pedrito, el guía que nos acogía en su casa
cuando regresábamos por esa ruta y que tuvo que vender sus tierras a precio de
vaca muerta a un hijo de Gómez Díaz, Pedrito no sabe leer y le hicieron firmar
un documento que era una orden de desalojo y le dieron por sus tierras lo que a
ellos les dio las ganas, con Pedrito se impuso el poder de los Gómez Díaz. Cuando
el grupo zeta llegó ya los muchachos
estaban ubicados y Jaime nuestro atento guía nos llevó a donde su hija a
bañarnos, mientras algunos comían algo y Marisol y July bailaban acompasados
una bachata.
Coordinamos
con Manuel el regreso y nos sentamos a esperar la llegada de la guagua. Debemos
rendir un merecido tributo al trabajo de Jaime, July y Francisco, que más que
guías fueron y son nuestros compañeros y amigos, a ellos va nuestra gratitud
eterna, también debemos reconocer la amabilidad para con nosotros de los demás
guías, que a donde llegábamos nos miran con respeto y admiración y reconociendo
en nosotros el respeto y la disciplina que sentimos por ellos, por los demás
caminantes y por esos bosques, que han pasado a ser partes de nuestras vidas.
La
guagua llegó pasada las cinco de la tarde, nos montamos y emprendimos el
regreso, con la promesa del año que viene volver. Ahora tenemos algunas tareas
por delante, 1-Difundir el manifiesto.
2-Hacer una caminata, de Sabaneta, de Santiago Rodríguez, hasta Sabaneta, de San Juan, 3-La vigilia
mundial por el día de la Madre Tierra.
y 4-El operativo medico en el Tetero,
a todo esto les pondremos fecha en la reunión del treinta de enero próximo, en
la que discutiremos la próxima ruta, ya que tenemos tres propuestas, 1- hacer la ruta San Juan, Mata Grande.
2-Mata Grande, la Ciénaga.
3-Azua, el Valle del Tetero, la Ciénaga. En la reunión del treinta de enero nos pondremos de
acuerdo en la ruta que haremos, así compañeros de ruta, que hasta el treinta de
enero en donde compartiremos las fotos, las anécdotas y las experiencias del
viaje.
DOMINGO ACEVEDO
ENERO 2010
829 568 3544
Domingoacv2@gmail.com
www.brigadacimarronasebastianlemba.blogspot.com
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
La cuenta regresiva final: la hora del cero, la hora del 100%
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Amig@s:
Un año después de la firma del Acuerdo climático de París, el trato alcanzado por 197 países está en crisis. El planeta no sólo ha experimentado el año más cálido de la historia, sino que además los líderes de gobierno han seguido aprobando proyectos de combustibles fósiles que son incompatibles con sus compromisos con respecto al clima, y ahora el país más contaminante del mundo ha elegido a un presidente que cree que el cambio climático es una 'farsa'.
Políticos cínicos en todo el mundo ya están usando este hecho como una excusa para echar atrás sus compromisos con el clima y la democracia, y volver a la represión y la energía sucia.
Como personas de todos los continentes que hemos pasado nuestras vidas trabajando por la justicia social, la acción climática y un futuro mejor para todos, creemos que este es el momento de tener más ambición, no de volver atrás. Si el Presidente de los Estados Unidos quiere abandonar sus compromisos morales, diplomáticos y legales de detener el cambio climático -- una acción que iría en contra de la enorme mayoría de sus ciudadanos -- el resto del mundo debe incrementar el ritmo de la transición hacia energías que no provengan de los combustibles fósiles, para no caer en la cloaca de la negación y la inacción.
Este viernes, los países firmantes del acuerdo de París concluyeron su reunión en Marrakech, Marruecos, y han publicado una carta explicando sus planes de poner en marcha el acuerdo. No será suficiente. Más que sus palabras, necesitamos sus actos, que entre muchas otras cosas, deben incluir la inmediata detención de nuevos proyectos de carbón, petróleo y gas y la financiación de una transición justa hacia un futuro con energías 100% renovables para todos.
Pero también hay buenas noticias: 48 de los países en desarrollo más vulnerables al clima han declarado que su camino al desarrollo se centrará en un 100% de energías renovables, no en los combustibles fósiles del pasado. Este es el tipo de liderazgo que esperamos de todos los países, y la clase de ambición que necesitamos en todo el mundo.
La verdad es que el Acuerdo de París nunca dependió de quién sea el Presidente de los Estados Unidos. El acuerdo fue alcanzado sólo gracias al movimiento global que existe en todos los países, en todos los idiomas, entre seguidores de todas las religiones, todos juntos diciendo que este es el momento de actuar para detener la energía sucia y producir energía renovable que funcione para todos.
Sabemos que el verdadero liderazgo climático no pertenece a los líderes del mundo: depende del poder de la gente.También sabemos que Trump no puede tomar las decisiones industriales del resto del mundo. Su elección no puede ser una excusa para no actuar en otros lugares. Más bien lo contrario: un recordatorio, fuerte y dramático, de que el mundo no puede esperar. Necesitamos detener los nuevos proyectos de combustibles fósiles. Ahora.
La ambición de ese movimiento -- nuestro movimiento -- también debe crecer. Ni los intentos de limitar el espacio democrático ni los ataques a activistas nos silenciarán, como tampoco lo hará el cinismo de unas expectativas disminuidas. El único momento para actuar es -- y siempre será -- ahora.
Con esperanza,
Nico
Un año después de la firma del Acuerdo climático de París, el trato alcanzado por 197 países está en crisis. El planeta no sólo ha experimentado el año más cálido de la historia, sino que además los líderes de gobierno han seguido aprobando proyectos de combustibles fósiles que son incompatibles con sus compromisos con respecto al clima, y ahora el país más contaminante del mundo ha elegido a un presidente que cree que el cambio climático es una 'farsa'.
Políticos cínicos en todo el mundo ya están usando este hecho como una excusa para echar atrás sus compromisos con el clima y la democracia, y volver a la represión y la energía sucia.
Como personas de todos los continentes que hemos pasado nuestras vidas trabajando por la justicia social, la acción climática y un futuro mejor para todos, creemos que este es el momento de tener más ambición, no de volver atrás. Si el Presidente de los Estados Unidos quiere abandonar sus compromisos morales, diplomáticos y legales de detener el cambio climático -- una acción que iría en contra de la enorme mayoría de sus ciudadanos -- el resto del mundo debe incrementar el ritmo de la transición hacia energías que no provengan de los combustibles fósiles, para no caer en la cloaca de la negación y la inacción.
Este viernes, los países firmantes del acuerdo de París concluyeron su reunión en Marrakech, Marruecos, y han publicado una carta explicando sus planes de poner en marcha el acuerdo. No será suficiente. Más que sus palabras, necesitamos sus actos, que entre muchas otras cosas, deben incluir la inmediata detención de nuevos proyectos de carbón, petróleo y gas y la financiación de una transición justa hacia un futuro con energías 100% renovables para todos.
Pero también hay buenas noticias: 48 de los países en desarrollo más vulnerables al clima han declarado que su camino al desarrollo se centrará en un 100% de energías renovables, no en los combustibles fósiles del pasado. Este es el tipo de liderazgo que esperamos de todos los países, y la clase de ambición que necesitamos en todo el mundo.
Sabemos que el verdadero liderazgo climático no pertenece a los líderes del mundo: depende del poder de la gente.También sabemos que Trump no puede tomar las decisiones industriales del resto del mundo. Su elección no puede ser una excusa para no actuar en otros lugares. Más bien lo contrario: un recordatorio, fuerte y dramático, de que el mundo no puede esperar. Necesitamos detener los nuevos proyectos de combustibles fósiles. Ahora.
Con esperanza,
Nico
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
Una noche en Macutico.
Brigada Cimarrona Sebastián Lemba.
Ecológica, socia, progresista.
Pico Duarte 2017 san Juan Jarabacoa.
Una noche en
Macutico.
Anochece, un viento con alas tristes revolotea sobre la cabaña perdida
en la soledad distante de la cordillera central. Nosotros cansados de la larga
caminata que del Alto de la Rosa
hasta el Macutico hemos realizado, organizamos los equipajes, dentro del
refugio, mientras miramos de vez en cuando hacia el camino esperando ver llegar
a los compañeros que se quedaron rezagados en el valle infinito de nunca jamás,
alguien del grupo grita bien alto aleeertaaaaa, aleeertaaaaa, es el modo de
comunicarnos con los que vienen rezagados; ya que en estos parajes desolados el
viento multiplica la voz y retumba en la lejanía, sí el otro grupo nos escucha
responde de la misma manera, ahora sólo el silencio nos responde.
Este trayecto lo he hecho varias veces y sé que es difícil y agotador pero
hermoso y mágico, lo disfruto al máximo. Ya son las siete de la noche, hace
frío y empieza a oscurecer, nos sentimos preocupados por los compañeros que se
quedaron atrás, ya en la cocina un grupo prepara la comida, tenemos hambre no
hemos comido nada desde la mañana, sólo una merienda a las dos de la tarde, el
grupo ha sido fuerte, los muchachos no se han quejado, unos van rumbo al río a
buscar agua y los demás buscan leña para la fogata con uno de los guías.
Desde la ventana del refugio veo como los demás guías se alejan en la
oscuridad, llevan los animales a comer algo, no muy lejos de donde nos
encontramos hospedados.
Ya las primeras estrellas empiezan a coquetear en el cielo con la luna y
a lo lejos se oyen voces de alegría, y un aleeeertaaaaa esperanzador, es el
grupo que quedó rezagado que ha llegado al río, donde el equipo de agua llena
los galones para el uso de mañana, eso nos da más tranquilidad, ya estamos todos
juntos, ahora un baño cae bien y después a comer, más tarde la evaluación del
trayecto, el acostumbrado conversatorio, el chiste necesario y a dormir, la
caminata de mañana también es fuerte,
del Macutico, al Pico Duarte, a la Compartición
cualquiera deja el forro, ya que después de una larga caminata y bajar la loma
del Barraco, uno se encuentra con la pelona, que se muestra desafiante e
imponente ante la mirada incrédula del cansado caminante que hace esta travesía
por primera vez.
Son las ocho de la noche ya la fogata arde en una esquina del
campamento y la comida casi está. La neblina empieza a vestir de blanco el
valle, trae con ella el misterio ancestral de lo desconocido, nos acurrucamos
unos a otros junto a la fogata, el frío
es terrible, la noche parece absorbernos en sus misterios, en esta soledad nos sentimos tan
pequeños y desvalidos, tan poca cosa, que nos damos cuenta que en la infinita
vastedad del universo no somos nada y empezamos a buscar la compañía de algún
compañero (a) para sentirnos protegidos, alguien se atreve y hace algún cuento de
fantasmas o muertos y Cristian protesta y se escurre en la cocina.
La caseta del Macutico tiene tres habitaciones dos dormitorios y la
sala, en las cuales preparamos las frazadas y las bolsas de dormir, ya cada uno
tiene su espacio en donde pasará la noche que se perfila muy fría, en la cocina separada a unos cuantos metros del
refugio, los guías preparan un té de jengibre para el frío, la fogata arde
alegremente, ya se hizo la evaluación, del trayecto, y tratamos como siempre el
tema central de la actividad, junto a la fogata nos queremos más, nos sentimos hermanados,
nos acercamos tanto que sentimos el calor de la piel del compañero (a) que
tenemos al lado, sentimos la necesidad de protegernos unos a otros, en estas
caminatas crece el sentimiento de la solidaridad y se hacen relaciones que
perduran en el tiempo.
Los guías nos llaman para tomar el té de jengibre que es bueno para
ahuyentar a los duendes del frío, volvemos con ellos a la fogata y los
escuchamos contarnos mil historias de fantasía, sobre fantasmas, difuntos y
Ciguapas que a ellos les ha tocado vivir, en su largo trajinar por esas vastas
soledades de la cordillera central, ya es hora de dormir nos despedirnos, cada
uno se dirige al lugar donde pasará la noche, a veces sentimos temor es por eso
que buscamos la compañía secreta del que duerme a nuestro lado, yo me detengo
un rato entre la cocina y el refugio y miro al cielo al cual no le cabe una
estrellas más, tanta belleza es indescriptible, aquí se siente, se parpa la
presencia de Dios, es indescriptible la
sensación que siento en el Macutico, en donde el silencio aletea entre la
sombras y la neblina y espanta el canto
de las insectos nocturno y se queda entre nosotros hasta el amanecer y se hace
cómplice del frío que nos muerde la piel.
Yo siempre guardo la esperanza de volver a recorrer esos caminos
perdidos en la distante soledad del parque nacional José del Carmen Ramírez.
Nos acomodamos, me percato de que todos estén en el lugar que le
corresponde a cada uno y les recuerdo que mañana a las cinco de la mañana debemos
levantarnos para prepararnos para la jornada del día siguiente.
Esta narración es un homenaje a todos los que me han acompañados en
esta ruta, Sabaneta, (San Juan) la Ciénaga , (Jarabacoa)
Domingo Acevedo.
829 568 3544
Domingoacv2@gmail.com
www.brigaadcimarronasebastianlemba.blogspot.com
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
sábado, noviembre 19, 2016
La ruta la Ciénaga – la Ciénaga, Manabao, Jarabacoa.
Brigada Cimarrona Sebastián Lemba.
Ecológica, social, progresista.
La ruta la Ciénaga – la Ciénaga, Manabao, Jarabacoa.
De todas las rutas que suben al pico Duarte esta es la más frecuentada y la más corta con aproximadamente 23 kilómetros que hacen 46 de ida y vuelta y es la ruta que casi todo el mundo hace.
La Ciénaga (Boca de los Ríos) es un pequeño pueblecito perteneciente a la Vega ubicado en el municipio de Jarabacoa, esta está a 1100 metros sobre el nivel de mar.
Hay grupos pequeños de atletas que hacen esta ruta en un sólo día, otros la hacen en dos días, pero nosotros recomendamos hacerla de la siguiente manera: amanecer en la ciénaga al otro día partir hacia compartición, amaneciendo en ella y salir a la mañana siguiente al pico Duarte, amanecer nuevamente en compartición y tempranito al otro día bajar a la Ciénaga y regresar al punto de partida.
Amanecimos en la Ciénaga y tempranito después de desayunar partimos, poniéndonos como meta llegar a los tablones sin descansar. De la ciénaga hasta los tablones es un trayecto reconfortante de tan sólo cuatro kilómetros de bosque tupido y verde y pocas subidas, muchos viajeros se engañan porque creen que todo el camino es así de fácil pero es tan sólo el comienzo.
En la caseta de los tablones se hace un descanso breve y necesario para apreciar el paisaje comer algo si es necesario y sobre todo para tomar aliento para la dura jornada que nos espera de ahí en adelante hasta llegar a la Compartición.
De los tablones partimos hacia la Cotorra que está a 1720 metros sobre el nivel del mar. Aquí comienza las dificultades de la travesía ya que es un trayecto muy empinado y últimamente lleno de lodo y piedras que revienta al caminante que no se preparó para esta dura jornada.
De la cotorra después de un descanso para tomar aire partimos hacia la Laguna lugar este que lleva ese nombre porque hay una fuente de agua en donde es necesario abastecerse de este preciado líquido porque no hay hasta llegar a Agüita Fría.
De la laguna después de aprovisionarnos de agua y tomar aire salimos ya con algunos excursionistas extenuados por el cansancio hacia el cruce del tetero. Lleva ese nombre porque por ahí se va al valle del Tetero que es un lugar de impresionante belleza y muchos excursionista prefieren quedarse en él a subir al pico Duarte además se amanece en este hermoso valle cuándo se viene de Constanza y Azua.
El Cruce esta a 1740 metros sobre el nivel del mar a once kilómetros de la Ciénaga, a siete kilómetros de los tablones. Es aquí en donde los caminantes empezamos a sentir el peso de la fatiga
y empiezan las lamentaciones, pero indudablemente que este trayecto a pesar de lo agotador que es, es de una extraordinaria belleza que muchas veces los caminantes no la advierten por el agotamiento físico.
Mientras más uno sube nos damos cuenta de lo impresionante y hermosa que es nuestra cordillera Central madre de las aguas porque en ella nacen los ríos más importante de nuestro país.
Sé por experiencia que llegar hasta Agüita Fría para muchos caminantes se tornará casi imposible y se desesperan, hasta querer devolverse o volverse aves y salir volando de allí porque ya no soportan el cansancio, el agotamiento físico y muchas veces mental que es muy peligroso. El que alcanza Agüita Fría está a un paso de alcanzar la meta, llegar a la cima más alta del Caribe, el pico Duarte.
Agüita fría es un pequeño llano que está a 2600 metros sobre el nivel del mar y a cuatro kilómetros del cruce, con neblina, frío y vientos, donde está prohibido detenerse por mucho tiempo, además es un lugar emblemático por que en el nacen los dos ríos más importantes del país el yaque del sur y el Yaque del Norte. Después de llenar las cantimploras vacías y un breve receso, ponemos rumbo hacia la Compartición en donde pasaremos la noche. Es bueno decir que en este punto ya hace rato que el grupo va desperdigado, las personas se han ido agrupando de acuerdo al paso que llevan al caminar, es aquí en donde los guías y los que coordinan el grupo deben hacer su trabajo para que los excursionistas no se sienta solos y no pierdan el ánimo, la determinación de seguir a pesar del cansancio.
De Agüita Fría a la Compartición sólo hay cuatro kilómetros y se comienza a bajar, encontrándose muy pocas subidas que además no son tan empinadas, pero los caminantes vienen extenuados por el esfuerzo anterior y el trayecto se hace lento y tedioso, reconforta los espectaculares paisajes y las voces de ánimo de los compañeros que se encuentran en mejor estado físico.
La Compartición esta a 2450 metros sobre el nivel del mar y a diez y seis kilómetros de la Ciénaga. Ya en el refugio los caminantes se sienten más animados, con más fuerza para levantar el campamento y hacer las diligencias para preparar la comida y después sentarse alrededor de la hoguera a escuchar infinitas historias de ciguapas y galipotes que cuentan los guías, para después con el cerebro afiebrado por las historias escuchadas irse a dormir, ya que mañana hay que madrugar para empezar a caminar rumbo al pico Duarte con las primeras horas del amanecer.
El pico Duarte esta a 1087 metros sobre el nivel del mar, a siete kilómetros aproximadamente de Compartición y a veintitrés de la Ciénaga. Son siete kilómetros subiendo, es ahí DONDE terminamos de dar lo último que nos queda, es el último esfuerzo que nos lleva al vallecito de Lilís en donde nos detenemos para tomar aire y entonces retomar la marcha hasta alcanzar la cima más alta de las Antillas.
Llegar al techo del Caribe es haber alcanzado la meta propuesta, alcanzar el cielo, tocar las nubes y como es natural abrazos, risas, llanto y la foto obligatoria para regresar hacia después a Compartición en donde amanecemos, para al otro día bien tempranito emprender el camino de regreso, ya sin prisa.
Sé que la mayoría no volverán pero en algunos queda la ilusión de poder intentarlo nuevamente, esos son los valientes.
Domingo Acevedo.
Nov/16
829 568 3544
Domingoacv2@gmail.com
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
viernes, noviembre 18, 2016
La primera vez que subí al pico Duarte.
Brigada Cimarrona Sebastian Lemba.
Ecológica, social, progresista.
Pico Duarte 2017, San juan Jarabacoa.
La primera vez que subí al pico Duarte.
He subido muchas veces al Pico Duarte. La primera vez que subí, lo hice por San Juan, eso fue en enero del 1990 y desde entonces quedé enamorado de esos lugares de fantasía.
He hecho todas las rutas conocidas y otras las hemos unidos como fue irnos desde Constanza hasta San Juan, y de Azua hasta Mata Grande y sí me preguntan cual es la ruta que más me gusta, diré sin titubear, la de San Juan, La Ciénaga
En esta ruta, el primer trayecto va de Sabaneta al Alto de la Rosa , es una sola subida hasta el refugio del Alto de la Rosa en donde hay una torre de vigilancia y una terraza que sirve como mirador, desde donde se puede observar un paisaje espectacular, y desde la torre de vigilancia se domina una gran parte del parque, yo me atreví con otros compañeros a dormir una noche en esa torre del Alto de la Rosa.
Lo más impresionante de este trayecto es la presa de Sabaneta que en la medida que vamos subiendo, su vista se va haciendo más y más impresionante, hasta quedarse por siempre en el recuerdo de cada uno de nosotros.
El segundo trayecto va desde el Alto de la Rosa hasta el Macutico, es un trayecto interminable con una parada obligada en la piedra del Aguacate, en donde hay un arroyo de agua casi helada y donde necesariamente hay que darse un baño,
Después de la piedra del Aguacate se empieza a subir hasta una altura máxina de 2440 metros sobre el nivel del mar, cuando se empieza a descender en algún momento se divisa la caseta del Macutico como sí fuera un espejismo, una meta que en la distancia parece inalcanzable, pero a la que hay que llegar cueste lo que cueste, después de horas de subir y bajar, se llega a un valle interminable, que nosotros bautizamos, el Valle de Nunca Jamás, este es un valle de una belleza desoladora, en el cual nos ha tocado vivir experiencias inolvidables, después del valle, cruzamos un bosque de tupidos árboles, un puente hecho de troncos de árboles caídos, subimos una pequeña elevación de tierra y a pocos metros está la cabaña del Macutico.
Este es un lugar mágico, un valle de pajones y flores silvestres, donde se dan muy bajas temperaturas y donde uno se siente como perdido en medio de la nada, lejos de todo. Una noche mientras dormía sentí que alguien se acurrucaba a mi lado, era Loretta que se sintió tan sola, que sintió la necesidad de estar al lado de alguien, esa sensación de soledad la hemos sentido todos los que hemos dormido allí, en el Macutico y es indefinible, es como sentir el peso del silencio en el alma, es mirar alrededor y sentirnos desamparados, es sentir que el día se hace interminable, que la tarde te aplasta contra el horizonte, que la noche te absorbe en sus misterios y al otro día te vomita intacto.
Del Macutico, el trayecto es hasta la Compartición pasando por el valle de Lilís y el Pico Duarte. Este trayecto es de una belleza extraordinaria, lo más espectacular es cuando uno baja la loma del Barraco y aparece la Pelona inmensa, semejante a un cono, desafiante a la vista del caminante, subirla es agotador, coronar su cima es haber triunfado sobre el cansancio.
De la cima de la Pelona se llega al vallecito de Lilís, un descanso obligado antes de subir al Pico Duarte, de ahí a la cima más alta de las Antillas queda poco más de un kilómetro, que se hace con entusiasmo, ya en el Pico Duarte, las fotos necesarias y la satisfacción de haber cumplido con la meta que nos dimos, ahora el regreso, amanecer en compartición y al otro día temprano, hacia la Ciénaga en Manabao.
De la Compartición a la Ciénaga es un largo trayecto casi siempre bajando, se llega a Agüita, donde está el nacimiento del río Yaque del sur, es un lugar sumamente frío, en donde uno se abastece de agua, para seguir hasta el cruce, ahí está el camino que lleva hasta el Valle del Tetero, del cruce hasta los Tablones, últimamente en este trayecto el lodo dificulta la caminata, uno llega a los tablones con lodo hasta en las cejas, generalmente uno se detiene en los Tablones se quita un poco de lodo en el río y continua hasta la Ciénaga que es el destino final, en donde nos espera la guagua que nos llevará de regreso a la ciudad.
DOMINGO ACEVEDO
2009
Este es un homenaje a los guías que han viajado Con nosotros a Nardo y sus compañeros de Azua, a Vitico y Ramón, de Mata Grande, a Francisco y sus compañeros de Sabaneta, San Juan, a los de Constanza sus nombres lo olvidé pero el recuerdo de ellos lo llevo en el corazón, a Pedrito y sus hijos de la Cienaga Manabao.
Domingo Acevedo.
829 568 3544
Domingoacv2@gmail.com
www.brigadacimarronasebastianlemba.blogspot.com
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miércoles, noviembre 16, 2016
En el breve espacio que hay entre la tarde y la noche
En el breve espacio que hay entre la tarde y la noche, el bosque se queda densamente tranquilo. Por un instante la vida parece congelarse, para luego ebullir en el canto de los pájaros y los insectos del monte.
Las sombras se escurren lentamente por entre los flamboyanes dormidos vistiendo de tonalidades grises todo el paisaje.
Ya hace rato que el sol terminó de acurrucarse detrás de las montañas dejando en el horizonte un trémulo resplandor de colores que la noche ahoga.
Ya hace rato que el sol terminó de acurrucarse detrás de las montañas dejando en el horizonte un trémulo resplandor de colores que la noche ahoga.
Apresuro mis pasos por el camino, me embriago del dulce olor a clorofila. En el cielo no cabe una estrella más, que desde la más remota antigüedad forman increíbles constelaciones que recrean la imaginación.
Grandes luciérnagas iluminan el camino que después de un día agotador en el conuco me lleva de regreso al bohío.
Nov/16
Domingo Acevedo.
Domingo Acevedo.
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La voz herida del agua
La lluvia ha dejado un olor tembloso
de membranas mohosas en la tarde
de hojas disueltas en el viento
de pasos de ciguapas ahondándose
en la espesura del monte
de soles apagándose
en los brazos lejanos de la noche
de lunas cuajadas en el silencio húmedo del aire
donde flamean los sueños
en la voz herida del agua
Domingo Acevedo
Foto tomada de la red.
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Acuoso espejismo del bosque
Nació en primavera
de la metamorfosis del asombro
en las profundidades del río
entre algas y manatíes
cuando la luna nueva
improvisaba alboradas en el génesis efímero de la distancia
acuoso espejismo del bosque
destello sublime de la imaginación
danzarina solitaria que todas las noches bajo las ceibas se esfuma
Domingo Acevedo.
Foto tomada de la red.
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martes, noviembre 15, 2016
Bajo el gran árbol de la noche
Más allá de la miserable realidad de
nuestra existencia, nuestra alegría permanece intacta bajo los escombros
purpuras de los amaneceres efímeros del invierno tropical.
Nuestra rebeldía nos llevó a ser felices
en medio de tanto horror, nada nos detuvo, ni el peso de las cadenas, ni la
pobreza, ni el hambre, ni la lluvia eternizándose en el camino.
En las noches alrededor de la luna, en una
danza olvidábamos nuestras penas. El ritmo de las tamboras y el calor de las
hogueras nos emborrachaban de felicidad y nuestros cantos hacía florecer el
maíz y multiplicaba los panes en las manos del hambre.
Bajo el gran árbol de la noche, florecido
de constelaciones y estrellas, con fuego escribíamos nuestra historia en los
pergaminos del tiempo, lo tristemente felices que éramos en esa estación
donde aún fluye la sangre en el inminente trayecto de la aurora, por donde
todos los días, los fantasmas de Miche, Amantina y la abuela Mama tita se aleja
hacia la ciudad dejando sobre el rocío, retazos del alma evaporándose con el sol
de este amanecer que tejieron entre mis ojos las manos analfabetas y
tiernas de la tatarabuela, que se murió de ausencia en las habitaciones del
verano, esperando ver como en noviembre en la luna llena las planicies
del sur se llenan de unicornios.
Domingo Acevedo.
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Alegoría del llanto.
Atributo de sangre
alegoría del llanto
eco de voces enfermas
fugaz destello de mariposas en el preámbulo de la noche
fauno atrapado en la imaginación de un niño moribundo
cuerno de minotauro vencido por la ausencia
ciguapa embarazada por el ultimo galipote que habita a la sombra
del olvido
galope sombrío de unicornios en las infinitas praderas de la
utopía
caracol prisionero en su lentitud de querer alcanzar las estrellas
éxodo de centauros que sobrevivieron a la última batalla que
libraron contra los hombres
hacia los antiguos suburbios del crepúsculo
y sobre la ciudad corroída por el odio y la violencia
un ángel llora desconsolado por una humanidad derrotada en su
egoísmo
Domingo Acevedo
Fotos tomadas de la red.
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EL PICO DUARTE LA MAYOR ALTURA DE LAS ANTILLAS.
El Pico Duarte es la mayor altura de las islas que están diseminadas
por todo el mar Caribe, ubicado en la isla de Santo Domingo, en las Antillas Mayores tiene una
altura de 3,087 metros
sobre el nivel del mar, ubicado en los parques nacionales, José del Carmen Ramírez y Armando Bermúdez, es una atracción
turística por la diversidad de su flora y su fauna y por los espectaculares
paisajes que pueden observar los
caminantes mientras se van adentrando en el corazón de la cordillera Central además del
reto que conlleva hacer cualquiera de las cinco rutas que suben hasta el techo
del Caribe.
Todos los años entre finales de diciembre y por todo el mes de enero
cientos de caminantes nativos y extranjeros hacen las agotadoras travesías que
los llevarán por mágicos senderos hasta coronar la cima del Pico Duarte.
Hay cinco rutas distintas que llevan a los caminantes hasta la cima más
alta de las Antillas estas son: la
Cienaga en Jarabacoa, Mata Grande en Santiago, Azua partiendo
de la Laguna o
del pueblo del Tetero, la de Constanza que se puede comenzar en el mismo pueblo
de Constanza o en Los Cayetanos, y la de San Juan partiendo de Sabaneta, las
dos más populares son la de la
Cienaga en Jarabacoa y la de Mata Grande, en Santiago.
Todas las rutas son agotadoras por lo que hay que estar preparado
física y mentalmente para emprender cualquiera de las cinco rutas, es necesario
especificar que en cada punto de partida hay guías experimentados que por un
módico precio llevan a los caminantes a través de esas hermosas montañas cuyos paisajes
espectaculares cautivan a los caminantes
haciéndolos olvidar por momentos el cansancio, el hambre y la sed.
Recorrer esos caminos, ponernos en contacto con la naturaleza casi virgen,
dejar atrás todo lo que tiene que ver con la ciudad, caminar hasta el
agotamiento y en las noche bajo un cielo saturado de estrellas, sentarnos junto
a la fogata para ahuyentar el frío que nos cala los huesos es una experiencia
inolvidable, que aunque a veces cuando las caminatas se hacen interminables y
el agotamiento nos vence, decimos que jamás volveremos por esos lugares de
Dios, nada más falso porque desde que
nos montamos en la guagua de regreso a nuestro destino de origen, la nostalgia
nos sobrecoge el alma y va alimentando en nosotros el deseo del año que viene,
volver.
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir el arte y la esperanza de un mundo mejor.
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