A propósito de un 23 de septiembre del 1990 siento reconocer
que mi vida naufragó despacio en ese océano de sueños que nos robó de los
mejores años los amigos y con ellos la alegría.
Buscando entre mis cosas viejas encontré
los mensajes queme enviaban los amigos
que me visitaban a la cárcel del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva cuando me
apresaron siendo guarda espalda de Ramón Almanzar algunos de dañaron
completamente otros están en muy mal estado y algunos se conservan y he querido
compartirlos con ustedes.
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas que me ata a tu recuerdo aquí estoy perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños en los resquicios de la nada goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino que lleva hasta mi casa desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida mientras sobre las grandes capitales del mundo el humo de las chimeneas bosteza su veneno es la luz un espejo donde el horizonte se mira y envejece y en las íntimas habitaciones del agua una sirena llora desconsolada su eternidad y desde la ventana principal de la alborada alguien que no conozco me dice adiós