Hoy, 13 de diciembre, se conmemora el aniversario del nacimiento en 1895 de Lucia Sánchez Saornil, una figura seminal cuya vida y obra encarnaron la lucha integral contra el capitalismo, el patriarcado y el fascismo. Nacida en la clase obrera de Madrid en España, trabajó como operadora telefónica e inicialmente se comprometió con la vanguardia literaria como poeta. Obligada por la generalizada homofobia y sexismo de la época, publicó su primer verso bajo un seudónimo masculino. Su trayectoria artística, sin embargo, pasó de la experimentación puramente estética a una herramienta para la articulación social, reflejando su compromiso político cada vez más profundo.
Este compromiso encontró su expresión organizada dentro de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Como militante, periodista y editor de publicaciones de la CNT como Solidaridad Obrera, Sánchez Saornil desarrolló y propagó una doctrina revolucionaria centrada en la acción directa, el antifascismo y la necesidad de una revolución social total para desmantelar las estructuras interrelacionadas del estado, el capital y la autoridad religiosa. Su trabajo teórico dentro del movimiento fue riguroso, pero fue su intervención crítica sobre la cuestión de la liberación de la mujer lo que cimentó su contribución más duradera.
En 1936, junto a las camaradas Mercedes Comaposada y Amparo Poch y Gascon, Sánchez Saornil cofundó la organización anarquista Mujeres Libres. Esta iniciativa representó un descanso decisivo, tanto de los movimientos feministas burgueses que ignoraron la explotación de clases como del frecuente conservadurismo de género dentro de la izquierda revolucionaria dominada por los hombres. La práctica de Mujeres Libres fue fundacional. Funciona en el análisis de que la liberación de la clase trabajadora es imposible sin la liberación simultánea de la mujer, y a la inversa, que la emancipación de la mujer requiere una lucha inmediata y directa contra la ideología patriarcal. Rechazó explícitamente la noción de que tal liberación podría diferirse a un hipotético futuro post revolucionario.
Mujeres Libres se centran en una doble estrategia conocida como concientizacion y capacitacion Su objetivo era combatir lo que llamó la "triple esclavitud" de las mujeres a la ignorancia, como productoras bajo capital, y la subyugación de género. A través de redes autónomas de escuelas, colectivos de cuidado infantil, programas de salud y formación técnica, se buscó preparar a las mujeres de clase trabajadora para ser protagonistas de la revolución social y la construcción de una nueva sociedad. Esta insistencia en la autonomía organizativa, manteniendo alianzas con la CNT y la Federacion Anarquista Iberica (FAI), fue un punto de tensión de principios. Desafió a los modelos organizativos prevalecientes del movimiento anarquista más amplio afirmando que la opresión específica de las mujeres requiere una forma específica y autodirigida de lucha.
Durante la Guerra Civil y Revolución Española, Sánchez Saornil estuvo profundamente involucrado en la movilización, trabajando para la oficina de Prensa y Propaganda de la CNT y más tarde para la Oficina de Prensa Extranjera de la República. Su activismo persistió incluso cuando la guerra se volvió contra las fuerzas antifascistas. Tras la victoria de los fascistas de Franco, sufrió un difícil exilio en Francia con su pareja, América Barroso, viviendo en la pobreza mientras continuaba con el trabajo clandestino para la CNT en el exilio hasta su muerte de cáncer en 1970.
El legado de Lucia Sánchez Saornil es uno de síntesis esencial. Ejemplificó una práctica revolucionaria que se negó a compartimentar o jerarquizar la lucha contra la explotación de clases, la opresión de género y la homofobia. Su trabajo con Mujeres Libres proporcionó un modelo concreto, basado en masas de organización feminista proletaria, basado en la acción directa, la ayuda mutua y la construcción de contrapoder desde abajo. Su perspectiva crítica sigue siendo muy relevante: cualquier proyecto socialista o anarquista que no integre centralmente la opresión específica y la actividad autónoma de las mujeres es fundamentalmente incompleto. Se arriesga a reproducir las mismas jerarquías que busca derrocar. La vida de Sánchez Saornil es una prueba de la necesidad y el poder de una lucha revolucionaria integrada.
Today in History: Celebrating Spanish Anarchist, Feminist and Poet Lucia Sanchez Saornil on the Anniversary of Her Birth
Today, 13 December, marks the anniversary of the birth in 1895 of Lucia Sanchez Saornil, a seminal figure whose life and work embodied the integrated struggle against capitalism, patriarchy, and fascism. Born into the working class of Madrid in Spain, she laboured as a telephone operator and initially engaged with the literary avant garde as a poet. Compelled by the pervasive homophobia and sexism of the era, she published her early verse under a male pseudonym. Her artistic trajectory, however, shifted from purely aesthetic experimentation towards a tool for social articulation, mirroring her deepening political commitment.
That commitment found its organised expression within the anarcho-syndicalist Confederacion Nacional del Trabajo (CNT). As a militant, journalist, and editor for CNT publications such as Solidaridad Obrera, Sanchez Saornil developed and propagated a revolutionary doctrine centred on direct action, anti-fascism, and the necessity of a total social revolution to dismantle the interlinked structures of the state, capital, and religious authority. Her theoretical work within the movement was rigorous, yet it was her critical intervention on the question of women's liberation that cemented her most lasting contribution.
In 1936, alongside comrades Mercedes Comaposada and Amparo Poch y Gascon, Sanchez Saornil co-founded the anarchist women's organisation Mujeres Libres (Free Women). This initiative represented a decisive break, both from bourgeois feminist movements that ignored class exploitation and from the frequent gender conservatism within the male dominated revolutionary left itself. The praxis of Mujeres Libres was foundational. It operated on the analysis that the liberation of the working class was impossible without the concurrent liberation of women, and conversely, that women's emancipation required an immediate, direct struggle against patriarchal ideology. It explicitly rejected the notion that such liberation could be deferred to a hypothetical post revolutionary future.
Mujeres Libres focused on a dual strategy known as concientizacion (consciousness raising) and capacitacion (empowerment). It aimed to combat what it termed women's "triple enslavement" to ignorance, as producers under capital, and to gender subjugation. Through autonomous networks of schools, childcare collectives, health programmes, and technical training, it sought to prepare working class women to be full protagonists in the social revolution and the construction of a new society. This insistence on organisational autonomy, while maintaining alliance with the CNT and the Federacion Anarquista Iberica (FAI), was a point of principled tension. It challenged the prevailing organisational models of the broader anarchist movement by asserting that the specific oppression of women necessitated a specific, self-directed form of struggle.
During the Spanish Civil War and Revolution, Sanchez Saornil was deeply engaged in the mobilisation, working for the CNT's Press and Propaganda office and later for the Republic's foreign press bureau. Her activism persisted even as the war turned against the anti-fascist forces. Following the victory of Franco's fascists, she endured a difficult exile in France with her partner, America Barroso, living in poverty while continuing clandestine work for the CNT in exile until her death from cancer in 1970.
The legacy of Lucia Sanchez Saornil is one of essential synthesis. She exemplified a revolutionary practice that refused to compartmentalise or hierarchise the fight against class exploitation, gender oppression, and homophobia. Her work with Mujeres Libres provided a concrete, mass based model of proletarian feminist organisation, grounded in direct action, mutual aid, and the building of counter-power from below. Her critical perspective remains acutely relevant: any socialist or anarchist project that fails to centrally integrate the specific oppression and autonomous self activity of women is fundamentally incomplete. It risks reproducing the very hierarchies it seeks to overthrow. Sanchez Saornil's life stands as a proof of the necessity and power of an integrated revolutionary struggle.
