jueves, julio 24, 2025

 

Julia de Burgos

(Julia Constancia Burgos García; Carolina, Puerto Rico, 1914 - Nueva York, 1953) Poetisa puertorriqueña. Julia de Burgos se graduó de maestra normalista en la Universidad de Puerto Rico en 1933. En 1934 trabajó en la PRERA (Agencia para la Rehabilitación Económica de Puerto Rico, por sus siglas en inglés) en Comerío, como empleada de una estación de leche, lugar en que los niños de familias pobres recibían desayuno gratuito. Contrajo nupcias con Rubén Rodríguez Beauchamp en ese mismo año. En 1935, al cierre de la PRERA, ejerció por breve tiempo como maestra en un barrio de Naranjito.


Julia de Burgos

En esa época escribió su famoso poema Río Grande de Loíza. Durante ese año Julia de Burgos también conoció e hizo amistad con Luis Llorens TorresLuis Palés Matos y Evaristo Ribera Chevremont, entre otros poetas boricuas, y en 1936 publicó en una hoja suelta su poema Es nuestra la hora, con el que empezó a darse a conocer en el ambiente literario. En octubre de ese año pronunció el discurso La mujer ante el dolor de la Patria en la primera asamblea general del Frente Unido Pro Convención Constituyente, en el Ateneo Puertorriqueño. Escribió los dramas breves Llamita quiere ser mariposaPaisaje marinoLa parranda del sábado y Coplas jíbaras para ser cantadas.

En 1937 coinciden dos hechos significativos en la vida de Julia de Burgos: la ruptura de su matrimonio con Rubén Rodríguez Beauchamp y la edición privada de Poemas exactos a mí misma, que representa una de sus primeras manifestaciones líricas, cuyo paradero actualmente se desconoce. Al año siguiente conoció al médico y sociólogo Juan Isidro Jimenes Grullón, quien habría de convertirse en su más acrisolado amor.

Publicó además, en 1938, su obra Poema en veinte surcos y, en 1939, la Canción de la verdad sencilla, obra premiada por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Un año después viajó a Cuba, en donde conoció a múltiples intelectuales, entre ellos Juan MarinelloJuan Bosch, Raúl Roa y Manuel Luna. A partir de ese momento residió alternativamente en La Habana y Nueva York, dedicándose al periodismo y a la creación literaria.

El 18 de enero de 1940 llegó a la ciudad de Nueva York. A los quince días de su llegada concedió una entrevista al periódico La Prensa, que se publicó bajo el título "Julia de Burgos, poetisa puertorriqueña, en misión cultural en Estados Unidos". El 5 de abril de 1940 la Asociación de Periodistas y escritores Puertorriqueños rindió un homenaje público a Julia de Burgos y a Antonio Coll y Vidal en el Wadleigh High School Auditorium, en Nueva York.

En 1941 regresó a La Habana; en la universidad de la capital cubana se inscribió en cursos sobre variadas materias que despertaban su interés (griego, latín, francés, biología, antropología, sociología, psicología, higiene mental, didáctica). La relación con Juan Isidro Jimenes llegó a su final en 1942. Tras esa decepción amorosa, Julia de Burgos se estableció definitivamente en la ciudad de los rascacielos, en donde deambuló en busca de empleo. Durante algún tiempo trabajó como inspectora de óptica, empleada de un laboratorio químico, vendedora de lámparas, oficinista y costurera.

Julia de Burgos falleció en la ciudad de Nueva York, el 6 de julio de 1953. Todavía hoy su muerte sigue rodeada de misterio: fue encontrada inconsciente y sin identificación alguna entre la Calle 106 y la Quinta Avenida y falleció al ser trasladada al Hospital de Harlem. Ante la falta de identificación, su cuerpo fue enterrado en una tumba anónima; posteriormente sus restos serían trasladados a Puerto Rico y sepultados en el Cementerio de Carolina, el lugar más cercano posible al Río Grande de Loíza, que tanto la apasionó.

Póstumamente se publicaron El mar y tú y otros poemas (1954) y Yo misma fui mi ruta (1986). Bajo el título de Obra poética, el Instituto de Cultura Puertorriqueña recogió su lírica en 1961. Una muestra de sus versos figura en la Antología de la poesía cósmica puertorriqueña, publicada por Manuel de la Puebla en 2002, y en las grandes colecciones de poesía hispanoamericana, en las que suele ocupar una posición tan prominente como Alfonsina StorniJuana de IbarbourouGabriela Mistral y otras grandes poetisas del siglo XX.

La obra de Julia de Burgos se caracteriza por su singular fuerza expresiva; su apasionado romanticismo la llevó a desarrollar de una manera mística y metafísica temas como la naturaleza y el amor. La hondura y calidad de su producción poética, su extraordinaria capacidad para reflejar los problemas de la mujer de su tiempo, así como las excepcionales circunstancias que rodearon su vida y su muerte (envueltas en un halo de dolor, enajenación y desarraigo que la habían llevado a considerarse como una "desterrada de sí misma"), han hecho de ella una de las figuras más fascinantes no sólo de las letras puertorriqueñas de la primera mitad del siglo XX, sino de toda la literatura hispanoamericana contemporánea.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografia de Julia de Burgos» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/burgos_julia.htm [página consultada el 24 de julio de 2025].
















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Thomas Wiggins, conocido luego como Blind Tom

 




En 1849, en una plantación de Georgia, nació un niño que parecía destinado a ser olvidado por la historia. Thomas Wiggins, conocido luego como Blind Tom, vino al mundo en una época en la que ser ciego significaba ser considerado inútil en el cruel sistema esclavista del sur de Estados Unidos. Su vida comenzó con rechazo: no podía trabajar en los campos, así que su dueño contempló la posibilidad de deshacerse de él. Pero el destino tenía otros planes.
Desde temprana edad, Tom demostró una fascinación obsesiva por los sonidos. Mientras otros niños jugaban o trabajaban, él pasaba horas escuchando el viento en los árboles, el goteo de la lluvia o el crujir de las maderas de la casa. Cualquier ruido parecía atraparlo en un mundo propio.
Un día, cuando tenía cuatro años, Tom encontró un piano en la casa de su amo, James Bethune. Para sorpresa de todos, sin haber recibido una sola lección, se sentó y comenzó a tocar. Al principio, los sonidos eran caóticos, pero rápidamente empezó a imitar las melodías que escuchaba en la casa, con una precisión imposible para alguien que nunca había tocado un instrumento.
Bethune, al darse cuenta de que tenía entre sus manos un prodigio, decidió explotarlo. Lo entrenó con profesores de música y comenzó a llevarlo de gira, presentándolo como un fenómeno de la naturaleza. Con el tiempo, Tom fue llenando teatros en todo Estados Unidos y Europa. Podía escuchar cualquier pieza musical una sola vez y repetirla nota por nota, incluso piezas complejas de compositores como Beethoven o Chopin. Pero su talento iba más allá de la simple imitación: improvisaba, componía y le daba a la música un alma propia.
La gente acudía en masa a verlo. No solo porque era un virtuoso, sino porque su forma de tocar era visceral, como si la música hablara a través de él. Se dice que podía imitar con el piano cualquier sonido que escuchara, desde el trinar de los pájaros hasta el estruendo de una tormenta.
Sin embargo, su vida nunca fue completamente suya. A pesar de la fama y el dinero que generaba, nunca fue libre. Sus ganancias iban a parar a la familia Bethune, y Tom, con una mentalidad infantil debido a lo que hoy podría diagnosticarse como autismo, nunca entendió del todo la explotación a la que estaba sometido. Pasó su vida siendo trasladado de un lado a otro, tocando en escenarios deslumbrantes, pero sin tener control sobre su propio destino.
A medida que envejeció, la fama de Blind Tom fue decayendo, aunque su talento nunca menguó. Falleció en 1908, después de haber tocado para presidentes, músicos de renombre y miles de espectadores que quedaron maravillados con su don.
Hoy, su legado sigue vivo. Su historia inspiró a músicos como Elton John, quien compuso la canción The Ballad of Blind Tom en su honor. Y aunque su nombre no es tan recordado como el de otros genios musicales, su historia es un testimonio del poder del arte, la resiliencia y el misterio del talento humano.
Blind Tom no veía el mundo, pero lo escuchaba de una manera que nadie más podía. Y a través de su música, logró que otros también lo escucharan.
Fte Aspau

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