sábado, julio 19, 2025

Analisis de la IA a 34 años despues.

 Este es un texto conmovedor y nostálgico escrito por Domingo Acevedo para Juanita Severino, en enero de 2023, 34 años después de que sus caminos se separaran. Aquí te presento un resumen y algunos puntos clave del mensaje:


Un reencuentro 34 años después: Memoria, Amistad y Lucha

El texto es una carta de Domingo Acevedo a Juanita Severino, escrita el viernes 13 de enero de 2023, para conmemorar su reencuentro después de 34 años. Domingo expresa su profunda emoción y gratitud por haber tenido la oportunidad de volver a ver a Juanita y rememorar el tiempo que compartieron, el cual, a pesar de las dificultades, fue hermoso para él.


El peso del tiempo y la memoria

Domingo confiesa que nunca olvidó a Juanita, pero siente que ella sí lo hizo, aludiendo a cómo el tiempo tiende a borrar los recuerdos que no son considerados importantes. Sin embargo, gracias a Víctor, lograron reunirse de nuevo, recordar anécdotas, reír, abrazarse y brindar por los viejos tiempos y los amigos de esa época.


Recuerdos intactos de una época de lucha

El autor aún conserva intactos los nombres y recuerdos de aquel período lleno de intensas emociones, luchas, conspiraciones, momentos festivos, ilusiones, amores y desilusiones, donde el peligro era una constante. Agradece a Víctor por el número de Juanita y a Nine por compartir la emoción del reencuentro. Resalta la amistad inquebrantable con Nine.

Domingo menciona que el vínculo que los unió a través de las monjitas belgas, Lidia y Manuela, y la lucha contra el desalojo, fue débil y se rompió con el tiempo. Recuerda a todas las personas que participaron en esa lucha contra el desalojo en la "franja de los kilómetros":

  • Fausto: Quien lo llevó a la casa de Lidia y Manuela.

  • Lidia y Manuela: Quienes trajeron a Juanita, Milagros, Matilde, Charo, Raquel y Altagracia al barrio para unirse a la lucha.

  • Neris, Tony, Víctor, Pachico, Nine, Lucas, Antonio y Kico.

  • Urbano: Quien los apoyó en secreto.


Consecuencias de la lucha y la vida

Lidia y Manuela se fueron a Nicaragua, Roberto Santana murió en combate en El Salvador, y Juanita y sus compañeras se quedaron hasta el final en la lucha contra el desalojo. Domingo evoca los encuentros en el escondite seguro al final del callejón, bajo el almendro, donde los sueños volaban con canciones, poemas y vino.

Lamenta la pérdida de Gaspar, Rafelo y Héctor a causa de la pandemia, pero sus recuerdos y el "sabor del vino, los espaguetis y los locrios de pica pica" de su mamá perduran.


La esencia de la amistad y la despedida

El autor reflexiona sobre las reuniones de Acaluvi y Copadeba, los sueños, los debates, las peleas y las reconciliaciones, los cumpleaños, las canciones de José Luis Perales, la luna llena y el vino, y cómo el tiempo los envolvió en la "fría neblina del olvido". Afirma que no deben sentirse culpables, ya que los amigos van y vienen, y solo los verdaderos permanecen.

Menciona que ha mantenido el vínculo con Fausto a través de la poesía y la lucha por un mundo más justo, y que siempre está en contacto con Lucas, Nine y Pachico. Con Neris y Tony, los encuentros han sido esporádicos, y con Víctor se ve anualmente. Subraya que, a diferencia de ellos, Juanita y sus amigas "se fueron y fue para siempre", aunque Víctor y Milagros se casaron y tuvieron hijos.

Domingo confiesa a Juanita que, a pesar de todo el tiempo y los momentos compartidos, nunca pensó que su nombre sería borrado de su memoria. Finalmente, expresa que vivirá plenamente hasta el fin de sus días, fiel a sus amigos y a los sueños compartidos, y que el recuerdo de Milagros, una luna llena, una copa de vino y una canción de José Luis Perales permanecerá en lo más profundo de su alma.


34 años después

La vida no nos dará para volver a encontrarnos 34 años después, por eso hoy, viernes 13 de enero del 2023, ha sido un día memorable e irrepetible para mí.

 Debo agradecer a Dios por haberme dado vida para volver a encontrarte y rememorar el tiempo que pasamos juntos y que para mí, a pesar de los pesares fue hermoso.

Yo nunca te olvide, pero tú a mí sí, ya habías olvidado que Domingo Acevedo existía y es, que el tiempo no pasa en balde y los humanos tendemos a atesorar aquellas cosas que son importantes para nosotros, las otras, las vamos guardando en un lugar de la memoria cercana al olvido y poco a poco el tiempo se va encargando de borrar esos recuerdos que no son importantes.

Quizás este no fue nuestro caso y 34 años después gracias a Víctor, nos volvimos a juntar, volvimos a recordar las viejas anécdotas, a sonreír, y abrazarnos, y a brindar por los viejos tiempos, a rememorar los nombres de los amigos y las amigas de esa época.

Aun guardo intacto los nombres y los recuerdos de aquel tiempo lleno de intensas emociones, de luchas y conspiraciones, de momentos festivos, de ilusiones, amores y a veces algunas desilusiones, en donde el peligro muchas veces estuvo presente.

Debo agradecer nuevamente a Víctor que me dio tu número telefónico y a Nine con el que compartí la emoción de encontrarte.

Nine y yo nos mantenemos siempre en contacto, para nosotros la amistad nos ha hermanado en el tiempo.

Pero parece que el lazo que nos unió a través de las monjitas belgas, Lidia y Manuela y la lucha contra el desalojo fue muy débil y no sabemos qué día se rompió.

Yo, aún recuerdo los nombres de todos, Fausto, que fue el que me llevo a la casa, de Lidia y Manuela, quienes las trajeron a ustedes al barrio, a ti,  a Milagros, a Matilde, a Charo, a Raquel y a Altagracia, para que nos acompañaran en ese proceso de lucha que no solo se vivía en el barrio, sino en toda la franja de los kilómetros contra el desalojo, recuerdo también a Neris, a Tony, a Víctor, a Pachico, a Nine a Lucas,a Antonio y a kico, entre otros, quienes también eran  parte de ese proceso que se vivía en la zona, Urbano que siempre en secreto nos apoyó.

Al final Lidia y Manuela se fueron a Nicaragua, Roberto Santana, aquel joven de Herrera al que se le hizo la despedida en la casa, murió en combate en el salvador y ustedes se quedaron acompañándonos en la lucha contra el desalojo hasta el final.

Recuerdo los encuentros en casa, al final del callejón, que era nuestro escondite seguro, a donde la policía no podía llegar, allí debajo de aquel almendro florecido de lunas y estrellas, donde los sueños se dejaban volar acompasados por las canciones, los poemas y una copa de vino.

Ya Gaspar, Rafelo y Hector no están para que sus canciones nos arrullen la vida, se los llevó la pandemia, pero quedan los recuerdos que el tiempo no ha podido borrar, nos queda en la memoria el sabor del vino, los espaguetis y los locrios de pica pica, hechos por mama.

Las reuniones, Acaluvi, Copadeba, los sueños, la lucha, el parque Mirador, los encuentros en la casa de ustedes, los debates, los pleitos, las discusiones y al final los abrazos y las disculpas, los cumpleaños en mi casa, José Luis Perales, la luna llena, una copa de vino, el desencuentro, y el tiempo que nos envolvió en la fría neblina del olvido.

No debemos sentirnos culpable de nada, al final los amigos vienen y van y solo permanecen los verdaderos, los demás se van diluyendo en el tiempo.

De esa época, Fausto y yo hemos mantenido el vínculo a través de la poesía y ese afán de luchar por construir un mundo más justo, equitativo y solidario, es raro el día que no nos comunicamos.

Con Lucas, Nine y Pachico, siempre hemos mantenido ese contacto permanente de solidaridad y amistad sincera, con Neris y Tony, nos hemos visto de manera esporádica, con Víctor me encuentro todos los años en el encuentro de los Sieteros por siempre, sin embargo, ustedes se fueron y fue para siempre, aunque Víctor y Milagros se casaron y tuvieron hijos.

El desalojo termino separándonos físicamente, aunque algunos a pesar del tiempo, la distancia y las diferencias nos mantenemos unidos espiritualmente, aunque debo confesarte Juanita, que nunca pensé, por todo el tiempo y los momentos alegres y tristes que compartimos, que el tiempo borraría mi nombre de tu memoria. 

Yo, estoy consciente de que un día también me iré para siempre de este mundo, de esta vida que he vivido a plenitud y me llevaré todo lo vivido a la tumba, hasta que eso suceda estaré por aquí, siendo el mismo que siempre he sido, recordando y siendo fiel a los amigos con los que he compartido los sueños y la vida.

Allá, en lo más profundo de mi alma está el recuerdo de Milagros, una luna llena, una copa de vino y una canción de José Luis Perales.

Domingo Acevedo.

A Juanita Severino.

Enero/2023





19 de Julio: Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, Legado de Dignidad Nacional

 

19 de Julio: Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, Legado de Dignidad Nacional

El 19 de julio de 1979 es una fecha que marcó un antes y un después en la historia de Nicaragua, ese día el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) logró la victoria definitiva sobre la dictadura somocista, tras años de lucha y resistencia popular. Este acontecimiento no solo significó el derrocamiento de un régimen opresor que gobernó con violencia y corrupción durante más de cuatro décadas, sino que abrió el camino hacia una nueva etapa de dignidad, justicia social y protagonismo popular.

La Revolución Popular Sandinista fue el resultado de un proceso largo, nutrido por las luchas del pueblo nicaragüense y la inspiración de líderes como Augusto C. Sandino, cuyo pensamiento antiimperialista y defensa de la soberanía nacional se convirtieron en estandarte de la causa revolucionaria, el FSLN, fundado en 1961, asumió esa herencia histórica con el objetivo de construir una Nicaragua libre, justa e inclusiva.

Una Revolución Forjada por el Pueblo

Tras intensos años de insurrección armada, organización popular, alianzas multisectoriales y un creciente rechazo nacional al régimen de Anastasio Somoza Debayle, el pueblo logró tomar el control del país. El 19 de julio de 1979, columnas guerrilleras y civiles de todo el país entraron victoriosas a Managua. Ese día, la Plaza de la Revolución se llenó de júbilo, banderas rojinegras y esperanza, la dictadura había caído, y nacía una nueva Nicaragua.

La Revolución Sandinista impulsó profundas transformaciones sociales: una reforma agraria para restituir la tierra al campesinado, campañas masivas de alfabetización que redujeron el analfabetismo de forma histórica, un sistema de salud y educación gratuitos, y una política exterior soberana y solidaria. También promovió la participación de la juventud, las mujeres, los trabajadores y los pueblos originarios en los procesos de toma de decisiones.

A 46 años de ese triunfo histórico, el legado del 19 de julio sigue vivo en el corazón del pueblo nicaragüense, la Revolución no fue un momento aislado, sino el inicio de una lucha constante por la justicia social, la dignidad y la paz. Hoy, con la guía del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, dirigido por los copresidente Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo Nicaragua continúa avanzando en rutas de progresos, en vivir en paz y tranquilidad.

El 19 de julio no solo se conmemora, se vive. Se recuerda como un acto de memoria colectiva, de lucha permanente y de unidad nacional, es el día en que el pueblo nicaragüense decidió tomar en sus manos su destino.

Análisis de la IA del texto, nací en la esperilla.

 



Nací en la Esperilla, junto al camino real en una casita de yagua con piso de tierra.

Nací en la Esperilla,  junto al camino real en una casita de yagua con piso de tierra bajo el cielo parpadeante de un amanecer salpicado por el rocío del otoño e impregnado por el olor reciente y vegetal de los hornos que ardían a fuego lento más allá de los límites de la aurora

Fueron las manos luminosas de Belén las que con asombro me sacaron del vientre florecido de mi madre,  las que lavaron mi piel recién hecha y me vistieron de ternura y me depositaron junto a la hoguera anaranjada del amanecer para que  el frío de los inviernos remotos no salpicara de escarcha mi alma para que mi piel siempre tibia no se derritiera en las noches dejando un rastro invisible de mariposas muertas en la epidermis arrugada del tiempo

Domingo Acevedo.



El texto que me proporcionó es una descripción poética y emotiva del nacimiento de Domingo Acevedo. No es una narración fáctica o un relato lineal de eventos, sino una exploración sensorial y metafórica de ese momento trascendental.

Aquí hay un análisis de sus elementos clave:

  • Imágenes sensoriales y atmósfera: El autor utiliza un lenguaje muy rico en imágenes que apelan a los sentidos. Se mencionan la "casita de yagua con piso de tierra", el "cielo parpadeante de un amanecer salpicado por el rocío del otoño", el "olor reciente y vegetal de los hornos", y la "hoguera anaranjada del amanecer". Esto crea una atmósfera vívida, casi pictórica, y transporta al lector al lugar y momento exactos del nacimiento.

  • Metáforas y personificación: El texto está salpicado de figuras retóricas que le dan profundidad y belleza. Ejemplos incluyen el "vientre florecido de mi madre", "las manos luminosas de Belén", y la idea de que el frío no "salpicara de escarcha mi alma" o que la piel no "se derritiera en las noches dejando un rastro invisible de mariposas muertas en la epidermis arrugada del tiempo". Estas metáforas elevan la descripción más allá de lo literal.

  • Énfasis en la conexión con la naturaleza y el entorno: El nacimiento se presenta intrínsecamente ligado al paisaje circundante: la Esperilla, el camino real, el rocío, el olor a horno. Esto sugiere una profunda conexión entre el individuo y su lugar de origen.

  • Tono íntimo y reflexivo: El lenguaje empleado denota una profunda introspección y un recuerdo cariñoso del momento. Es un relato personal que busca capturar la esencia emocional del nacimiento, no solo los hechos.

  • Simbolismo:

    • "Casita de yagua con piso de tierra": Simboliza humildad, sencillez y una conexión directa con la tierra y las raíces.

    • "Amanecer": Representa un nuevo comienzo, esperanza y el inicio de la vida.

    • "Belén": Su nombre, evocando el lugar de nacimiento de Jesús, puede sugerir una figura protectora y maternal, casi sagrada, que asiste en el alumbramiento.

    • "Hoguera anaranjada del amanecer": Ofrece calor, protección y vida. La idea de que el frío no "salpicara de escarcha mi alma" es una imagen poderosa de cómo se busca proteger la esencia vital del recién nacido.

    • "Mariposas muertas en la epidermis arrugada del tiempo": Es una imagen melancólica y reflexiva sobre la fragilidad de la existencia y el paso del tiempo.

En resumen, el texto es una prosa poética que narra un nacimiento no como un evento biológico, sino como una experiencia mística y sensorial, profundamente arraigada en el entorno natural y cargada de simbolismo sobre la vida, el tiempo y las raíces. Es un fragmento que aporta una gran riqueza al perfil biográfico de Domingo Acevedo, mostrando no solo dónde nació, sino cómo lo percibió y lo recuerda.

Es que la sangre tiene ese olor a muerte que se pega en la conciencia

 

Es que la sangre tiene ese olor a muerte que se pega en la conciencia y nos hace sentir culpables de todas las muertes que en el planeta han dejado las guerras, de hecho, directa o indirectamente todos somos culpables, porque en definitiva es la humanidad la que no ha querido vivir en paz.


Domingo Acevedo.




Foto tomada de la red.
 


Archivo del blog