Santo Domingo, 24 de abril de 2025 — Hoy, frente al Palacio Presidencial, un grupo de ultranacionalistas marchó cantando el “Himno a la Revolución Constitucionalista” para protestar contra la supuesta “haitianización” de la República Dominicana, mancillando la fecha sagrada del 24 de abril, cuando hace 60 años comenzó la Guerra de Abril de 1965.
Con atuendos que evocan las SS nazis y un discurso cargado de racismo y xenofobia, los manifestantes traicionaron el legado de los constitucionalistas, quienes lucharon contra toda injerencia extranjera por una patria inclusiva.
Aunque regularizar o deportar a migrantes ilegales es un tema legítimo de debate, mancillar el himno y la fecha de Abril para promover odio antihaitiano es una afrenta imperdonable.
La hipocresía de estos sectores, que en una marcha anterior lucieron gorras de Trump y banderas de Israel, revela que su “patriotismo” es selectivo y no una defensa genuina de la soberanía.
*Una Afrenta al Legado de 1965*
El “Himno a la Revolución Constitucionalista”, compuesto por Aníbal de Peña, y la fecha del 24 de abril son símbolos de la lucha de 1965, cuando dominicanos defendieron la democracia tras el golpe contra Juan Bosch y resistieron la invasión de 42,000 marines estadounidenses (TIME, 1965). Los constitucionalistas no solo combatieron el autoritarismo interno, sino toda forma de injerencia extranjera, soñando con una nación libre y justa para todos. Usar este himno y esta fecha para una marcha impregnada de odio, liderada por convocantes que visten como las SS nazis —símbolo de genocidio y supremacía racial— es una profanación que deshonra a los caídos.
La marcha, organizada por sectores de derecha, se centró en la narrativa de la “haitianización”, un término racista que perpetúa el mito de una invasión haitiana, ignorando la interdependencia económica entre ambos países (Nueva Sociedad, 2019). Este discurso, con raíces en la Masacre del Perejil de 1937, que mató a entre 9,000 y 20,000 haitianos, y en textos como La isla al revés de Balaguer, estigmatiza a los haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana.
Los tintes xenófobos y racistas de los convocantes, evidenciados por sus atuendos nazi-inspired, no tienen cabida en el espíritu de Abril, que abogaba por la justicia universal.
*Regularización vs. Odio: Dos Debates Distintos*
Es razonable discutir políticas migratorias, como la regularización o deportación de migrantes ilegales, en el marco del respeto a la ley y los derechos humanos. La migración haitiana, impulsada por la crisis humanitaria en Haití, requiere soluciones equilibradas que reconozcan la soberanía dominicana sin caer en la deshumanización. Sin embargo, este debate es completamente distinto a mancillar el himno y la fecha de Abril para promover un discurso de odio.
Los constitucionalistas no habrían respaldado una causa que excluye y demoniza a un pueblo vecino, especialmente cuando ellos mismos enfrentaron la opresión extranjera. La marcha de hoy no fue sobre política migratoria, sino sobre racismo disfrazado de patriotismo, liderado por figuras que evocan el autoritarismo nazi.
*La Hipocresía de un Patriotismo Selectivo*
Los héroes de 1965 lucharon contra toda injerencia extranjera, especialmente la de Estados Unidos, que ocupó la Dominicana en 1916-1924 y 1965 (NACLA, 2022). Sin embargo, los convocantes de esta marcha, que en un evento anterior lucieron gorras de “Make America Great Again” y banderas de Israel (X, 2024), muestran una contradicción alarmante. Apoyan a Donald Trump, presidente del país que aplastó la revolución de Abril, y a Israel, acusado por Amnistía Internacional de cometer genocidio en Gaza, con más de 44,000 palestinos muertos desde 2023 (Amnesty, 2025).
Este respaldo a potencias opresoras contrasta con su silencio ante injerencias directas en la soberanía dominicana, como la confiscación de un avión venezolano por el canciller norteamericano en 2022 o las presiones de Mike Pompeo sobre Danilo Medina en 2020 (El Confidencial, 2025).
Si estos manifestantes fueran patriotas como los constitucionalistas, condenarían toda intromisión extranjera, no solo la migración haitiana. Su enfoque unilateral, centrado en un grupo racializado, evidencia que su causa no es la soberanía, sino el racismo estructural, perpetuado por políticas como la Sentencia 168-13 de 2013, que desnacionalizó a miles de dominicanos de ascendencia haitiana, y las deportaciones masivas bajo Luis Abinader (Latin America Bureau, 2022).
*Un Llamado al Patriotismo Genuino*
La marcha de hoy, con sus vestimentas dizque militares, porque se creen paramilitares y su lider es admirador de Hitler, y su apropiación del himno y la fecha de Abril, no fue un acto de patriotismo, sino una burla al sacrificio de 1965.
Los constitucionalistas defendieron una patria para todos, sin distinción de raza o procedencia, y rechazaron toda forma de opresión. Un verdadero patriota abordaría la migración con humanidad, condenaría el genocidio en Gaza y rechazaría injerencias como las de Pompeo o el canciller norteamericano. Como afirmó el activista Narciso Isa Conde, el nacionalismo que divide es una herramienta para perpetuar el poder (2022).
La República Dominicana no se fortalecerá con xenofobia, sino honrando el legado de Abril: una nación inclusiva que lucha por la justicia universal.
*O se es patriota como los constitucionalistas, contra toda opresión, o se es un xenófobo racista.*