viernes, abril 04, 2025

La Guerra de Abril del 1965

 


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La Guerra de Abril del 1965 y su saldo de destrucción y muerte
Una escena de la Guerra de Abril de 1965, librada en Santo Domingo. Foto: AGN

Hace cincuenta y seis años, el 24 de abril de 1965, detonó en Santo Domingo la guerra civil dominicana del pasado siglo, agravada por la intervención de unas fuerzas militares estadounidenses.

Tras finalizar la conflagración, en septiembre del mismo año 1965, se instaló un gobierno provisional que organizó las elecciones luego ganadas por Joaquín Balaguer, quien empezó en el 1966 su régimen de doce años, con el respaldo de los Estados Unidos.

La guerra enfrentó al bando opuesto al retorno al poder del depuesto presidente Juan Bosch, encabezado por el general Elías Wessin y Wessin, y al que unía a los constitucionalistas, liderado por el coronel Francisco Alberto Caamaño.

Los constitucionalistas también reclamaban la destrucción del aparato militar trujillista, intacto después de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo en el 1961.

La contienda se produjo luego de que un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas derrocara al gobierno del Triunvirato, encabezado por Donald Read Cabral, y el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson ordenara el desembarco de 42, 000 marines en el país, para impedir la propagación del comunismo, asociada a la histórica toma del poder en Cuba, encabezada por Fidel Castro.

En su libro La guerra de abril de 1965, el escritor Tony Raful escribió que “la inmensa multitud era un espectáculo desbordante”.

“Millares de hombres, mujeres, niños y ancianos, corrían como locos por todo lo largo de la avenida Duarte, parecía una serpiente humana interminable. Semidesnudos, descalzos, con chancletas, con ropas interiores, marchaban disparadas hacia el escenario de la historia. Parecían enloquecidos reclamando el retorno de la Constitución del 63 y Juan Bosch, presidente”, destacó.

El poeta, ensayista y novelista también evocó que el entonces dirigente perredeísta José Francisco Peña Gómez anunció el derrocamiento del Triunvirato por Radio Comercial y llamó al pueblo a que se lanzara a las calles.

El día 25 de abril muchedumbres loaban en las calles el estallido de la revolución y en la tarde el doctor José Rafael Molina Ureña tomó posesión del Gobierno, como presidente provisional, en medio del caos.

Entonces, la televisión anunció que en las horas siguientes el profesor Juan Bosch volvería al país para reasumir la Presidencia.

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Infografía
Militares estadounidenses avanzan por una calle de Santo Domingo. Foto: AGN

La intervención de los Estados Unidos

El 28 de abril se produjo la segunda intervención de los Estados Unidos en la República Dominicana.

En nombre de la Junta Militar, Pedro Bartolomé Benoit había solicitado la injerencia norteamericana, bajo el argumento de que la revolución era comunista.

No obstante, ya las tropas norteamericanas desembarcaban por las playas de Haina. Para justificarse, el gobierno de Estados Unidos alegó que se buscaba evitar la instauración de otra Cuba, salvar vidas norteamericanas y propiciar una salida pacífica y un acuerdo entre las partes enfrentadas.

El historiador Bernardo Vega escribió que la primera solicitud para que enviaran tropas americanas la hizo Donald Reid Cabral al encargado de negocios norteamericano William (Bill) Connett.

“La embajada de los Estados Unidos se había puesto claramente de parte del general Wessin. Sus agregados militares estaban en San Isidro... enviando a la embajada partes de guerra y solicitudes de ayuda”, publicó Tad Szulc, entonces periodista de The New York Times, en su libro Diario de la Guerra de Abril del 1965.

“El embajador Tapley Bennett estaba convencido desde hacía mucho tiempo de que la influencia de (Juan) Bosch sería perniciosa para la República Dominicana y los miembros de la embajada compartían esa opinión...”, agregó Szulc.

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Infografía
El coronel Rafael Fernández Domínguez. Foto: AGN

Trágica muerte del coronel Fernández Domínguez

Si bien el liderazgo del frente constitucionalista lo mantuvo el coronel Francisco Alberto Caamaño, se ha reconocido el rol desempeñado por el coronel Rafael Fernández Domínguez, en la gestación del movimiento rebelde.

Después de integrarse al bando constitucionalista, Fernández Domínguez, designado ministro de Interior y Policía del gabinete del coronel Caamaño, ideó asaltar el Palacio Nacional.

El resultado fue trágico, pues Fernández Domínguez falleció en el ataque, donde también perecieron Juan Miguel Román, Ramón Tavárez, José Jiménez, Illio Capozzi y Miguelito López. Fueron heridos Amaury Germán, Euclides Morillo (quien murió después en el hospital Padre Billini) y otros.

Tad Szulc confirmó que el coronel Fernández Domínguez cayó el 19 de mayo de 1965 a causa del fuego extranjero.

El coronel Fernández Domínguez llegó al país tres días antes de su muerte, para buscar un arreglo al conflicto, conocido como Fórmula Guzmán, pero la iniciativa no progresó debido a que personas influyentes de Washington se oponían a que Antonio Guzmán Fernández ocupara la Presidencia.

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Infografía
El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, el profesor Juan Bosch y Héctor Aristy, tras el retorno del líder político a la República Dominicana, luego de finalizada la guerra.

Final de la guerra

La guerra finalizó luego de un intenso período de negociaciones con representantes del gobierno de Estados Unidos y la mediación de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fue firmada el Acta de Reconciliación el 31 de agosto de 1965, en la cual las partes se comprometían a terminar el conflicto que dejó entre 5, 000 y 8, 000 muertos, según las estimaciones.

Posteriormente, se formó el gobierno provisional, encabezado por Héctor García Godoy, quien se había comprometido a celebrar elecciones en un espacio de nueve meses, propiciar el retorno de los exiliados, decretar amnistía general para todos los participantes en la guerra, liberar a los detenidos y reintegrar a los militares constitucionalistas a los cuarteles.

García Godoy fue juramentado como presidente temporal en un acto realizado en el Palacio Nacional el 3 de septiembre de 1965. En la misma fecha, el coronel Caamaño renunció a la Presidencia en un acto multitudinario, efectuado en la Fortaleza Ozama.

“No pudimos vencer, pero tampoco fuimos vencidos. La verdad auspiciada por nuestra causa fue la mayor fuerza, el mayor aliento para resistir. ¡Y resistimos! Ese es nuestro triunfo, porque sin la tenaz resistencia que opusimos, hoy no pudiéramos ufanarnos de los objetivos logrados. Pero por encima de todo, hemos logrado una conquista inapreciable, de fecundas proyecciones futuras: la conciencia democrática. Conciencia contra el golpismo, contra la corrupción, contra el nepotismo, contra la explotación, contra el intervencionismo”, expresó Caamaño.

Mientras era vitoreado, el líder agregó: “Hemos conquistado conciencia de nuestro propio destino histórico. En suma, conciencia del pueblo en su fuerza, que si el 24 de abril le sirvió para derrotar a las oligarquías civil y ... militar, hoy nutrida por esta maravillosa experiencia y esta lucha asombrosa, le permitirá forjar, en la paz o en la guerra, su libertad y su independencia. ¡Despertó el pueblo, porque despertó su conciencia!''.

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Infografía
Vista del sepelio de Yolanda Guzmán, quien fue ejecutada durante la revolución del 1965.

Mujeres en la guerra de abril

Entre las mujeres destacadas en la revolución de abril se destacaron Emma Tavárez Justo, Sagrada Bujosa, Aniana Vargas, Piky Lora, Hildra Gautreau, Yolanda Guzmán, Somnia Vargas, Gladis Borrel, Cristina Díaz, Modesta Vargas y Teresa Espaillat y otras.

En la famosa batalla del puente Duarte sobresalió Gladis Borrel, considerada como una moderna “Juana Saltitopa”, ya que en plena ofensiva prestaba ayuda a los heridos, con la ropa cubierta de sangre.

“Cuando el capitán Bisonó cayó fulminado en combate (salpicando con su sangre a Montes Arache que estaba a su lado) fue Gladys Borrel quien lo llevó en sus brazos hasta una ambulancia de la Cruz Roja”, contó Tony Raful.

El autor también relató que Borrel “se arrastraba como una culebra” en la avenida Mella con Duarte, disparando su fusil Máuser contra las tropas norteamericanas. “Es levemente herida, llevada al hospital Padre Billini, de donde regresa dos horas después a integrarse al combate”, agregó.

En esos trágicos días de la guerra, la dominicana Yolanda Guzmán se convirtió en mártir. Fue capturada junto a Félix Fernando Taveras (Mario), del Movimiento 14 de Junio, Rafael García Vásquez, dirigente de base del PRD, el periodista Luis Reyes Acosta y un joven apodado El Chino, dirigente de la Juventud del Partido Revolucionario Dominicano.

El grupo fue apresado por una patrulla del ejército en la calle Pedro Livio Cedeño, en la parte alta de la ciudad, en los primeros días de la revolución. Luego, Guzmán y los demás fueron ejecutados en Villa Mella.

Nuevo Diario.

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Himno de la revolución de Abril 1965

ABRIL, 1965: UNA PRIMAVERA PARA EL MUNDO.

ABRIL DE 1965: LA GUERRA EN LA QUE ESTADOS UNIDOS PELEÓ CONTRA RD

jueves, abril 03, 2025

Rodeado por el Estado Islámico

martes, abril 01, 2025

El horizonte

 


El horizonte es un lugar lejano

donde mis pasos desandan su soledad

donde hay escombros de nubes

soles

y lunas

retazos de las noches más tristes del mundo

disperso por donde quiera

cristales de los días rotos por las guerras

niños muertos

con un olor a incienso entumecido en el viento

ciudades frías

y grises

con el olor nauseabundo del odio

incrustado en sus paredes.

Domingo Acevedo.

‌Abril/2025.



Tomada de la red.

Xi Jinping

Antes de convertirse en el líder más poderoso de China en décadas, Xi Jinping pasó por una dura prueba en su juventud que marcó su visión política.

En 1969, durante la Revolución Cultural, cuando su padre fue purgado del Partido Comunista, el joven Xi, de solo 15 años, fue enviado a Liangjiahe, un pequeño pueblo rural en la provincia de Shaanxi. Como parte de la política de "envío al campo" de Mao Zedong, los jóvenes de familias consideradas burguesas o contrarrevolucionarias debían aprender de los campesinos.
Xi pasó siete años en Liangjiahe viviendo en cuevas, realizando trabajo físico extenuante y experimentando la pobreza extrema. Sin embargo, en lugar de rendirse o intentar escapar de la vida rural, utilizó su tiempo en el pueblo para acercarse a la gente. Aprendió de los campesinos, construyó diques y hasta ayudó a instalar el primer biogás en la aldea para mejorar la vida de los residentes.
A pesar de haber intentado unirse al Partido Comunista en varias ocasiones y haber sido rechazado al menos siete veces debido a la situación de su padre, Xi perseveró. Finalmente, fue aceptado en 1974 y, poco a poco, comenzó su ascenso dentro del Partido.

Tomado de la red.

La revolución sigue siendo hoy una necesidad impostergable

 La revolución sigue siendo hoy una necesidad impostergable, más para librar a los pueblos de la ignorancia y la apatía en la que viven y se desarrollan, que de la burguesía que los oprime, los embrutece y los mata, los pueblos cultos, por su propia naturaleza son libres.

‌Domingo Acevedo.
‌Marzo/2025.



Para muchos cobardes y traidores

Para muchos cobardes y traidores en el país, hubiese sido más cómodo que Duarte y los Trinitarios no hubiesen llevado a cabo en el 1844, la difícil empresa de la liberación de la Rep. Dominicana y vivir hoy felices y tranquilos bajo el yugo de los haitianos.

‌Domingo Acevedo.
‌Marzo/2025.



La indiferencia y la complicidad de Luis Abinader y el PRM.

 La indiferencia y la complicidad de Luis Abinader y el PRM, ante la creciente problemática haitiana, pienso que en un futuro no muy lejano, va a devenir en conflictos que pondrán en peligro la estabilidad y la paz que con mucho esfuerzo ha construido la Rep. Dominicana.

‌Domingo Acevedo.
‌Abril/2025.



El dominicano no es racista.


‌No creo que los dominicanos tengamos un discurso de odio contra los haitianos, ni que seamos xenófobos, ni racistas, para mí eso es un chantaje de un sector pro haitiano que vive del tema en la República Dominicana y al que muchos hacen el coro intentando con esto hacernos sentir culpable de la desgracia del pueblo haitiano.
Debemos buscar las diferencias que separan a ambos pueblos por otro lado, como por ejemplo por las rivalidades históricas que han marcado las relaciones entre ambos países.

‌Nosotros nos independizamos de Haití y por lo tanto es natural que en muchos dominicanos exista un rechazo hacia todo lo que es haitiano, igual que ellos por la matanza de haitianos del 1937, estos eventos han determinado que las relaciones entre ambos pueblos no sean las mejores, ya que han estado marcadas por la rivalidad y la violencia, pero eso no quiere decir que no haya existido, ni exista la solidaridad y la fraternidad entre ambos pueblos.
Pienso que para bajar la tensión en la Rep. Dominicana, nuestro país debe promover sinceramente gestiones políticas y diplomaticas tendentes a buscar apoyo y financiamiento internacional para que Haití se encamine a resolver sus problemas internos y pueda estabilizarse.
Para que los Haitianos residentes de manera irregular en el país recuperen la confianza y regresen a su nación a construir el futuro que sueñan.

‌Los dominicanos debemos apostar y contribuir a las buenas relaciones entre las dos naciones y a que Haití se estabilice en lo político, lo social y lo económico ya que eso se traduciría en paz y tranquilidad para la Rep. Dominicana.

‌Debemos estar claros que somos dos naciones muy distintas una de otra, que estamos obligadas a convivir en un mismo territorio y el mejor camino para andar juntas, es el del entendimiento, la solidaridad y la paz.
‌Domingo Acevedo.
‌Abril/2025.





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