sábado, mayo 24, 2025

Bruce Lee.

La corrupción estatal.


‌La corrupción estatal ha marcado el rumbo de la sociedad dominicana en los últimos 60 años.
‌Los partidos sistémicos PRSC, PRD, PLD, PRM FP y sus partidos satélites, han hecho de la política y el clientelismo una forma rápida, cómoda y fraudulenta de hacer riquezas.
Para ellos no existe patria, su patria es el dinero, al diablo la dignidad, la honestidad y los principios, de todas maneras la sociedad no los condena, cada cuatro años andan detrás de los líderes de esos partidos corruptos y vende patria, que entregan nuestro destino y nuestra soberanía a las multinacionales extranjeras y criollas, arrastrando sus miserias y dejándose envilecer, por un pote de ron, un pica pollo o quinientos pesos.

‌Ignoran ellos que sino despertamos a tiempo y cambiamos el rumbo, en manos de esos políticos delincuentes y traidores, la patria peligra, que nuestro futuro como nación es incierto.
Domingo Acevedo.
‌Mayo/2025.



miércoles, mayo 21, 2025

Nueve años de eternidad (1961-1970)

 


 

Esta narración que pretende ser un poema trata de nuestro regreso a nuestras tierras después que fuimos desalojados por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en el 1959, después de su muerte en el 1961 volvimos a recuperar nuestro territorio, pero Balaguer nos desalojó nuevamente en el 1970 y ya nunca más pudimos volver a nuestra tierra, por eso el título nueve años de eternidad.

 

Hoy después de tanto tiempo nos queda la tristeza y la impotencia ante los abusos del estado y el no haber podido volver a la tierra que amamos tanto.

 

El regreso fue feliz

desenterramos nuestros sueños petrificados debajo de la tierra 

con nuestra alegría poblamos los espacios de la ausencia

y volvimos a correr por los caminos interminables del botao

a buscar mangos y aguacates en el fundo de la abuela Mama Tita

a levantarnos tempranito a buscar la leche donde el tío Juan de la Rosa

a buscar agua al hotel Embajador

volvimos a caminar por los senderos de los sueños

con el alma salpicada de lunas y estrellas

recuerdo las mañanitas frías

las horas memorables del rocío

nuestros viajes interminables hacia los amaneceres rosas de abril

las mariposas amarillas

el olor de las guayabas

mayo que tejía con sus hilos de plata los colores de la primavera

el relámpago

el rayo

el trueno

la lluvia

con diciembre llegaba la época del amor y la nostalgia

yo siempre me dejaba vencer por la melancolía

de esos días efímeros

adornados por las flores de pascua

el viento del norte que nos endulzaba el alma

con la tristeza de un siglo enlutecido por las guerras y el odio

mientras que en el cielo placido del invierno

la luna llena

amarilla y redonda

como una moneda

gastada entre mis ojos

la noche buena

la navidad

el año nuevo

el día de reyes

la prisa para que anocheciera

para irnos temprano a dormir

y poner debajo de la cama

la hierba de guinea para los camellos

el vaso de agua

la menta verde

el cigarrillo crema

y el papelito con los deseos

para los reyes magos

el desvelo

y al otro día

la decepción

debajo de la cama no había ningún juguete

los reyes no pudieron entrar

León asustó a los camellos con sus ladridos

y siguieron de largo 

nos quedaba la inocente tristeza

de no entender porque no teníamos

un juguete como los demás niños

porque ellos sí

y nosotros no

era tanta la impotencia

que no advertíamos

la tristeza de nuestros padres

que desesperados nos decían

no se apuren niños

la vieja Belén pasará

con algún juguete de lástima para ustedes

después de tanto tiempo

todo nos parece tan hermosamente triste

El camino real

por donde mi niñez aún se pierde en la sinuosidad del tiempo

buscando entre los recuerdos y la distancia

sobrevivir a la nostalgia

que después de más de un siglo

 de ausencia

nos hiere el alma

con los cuchillos tristes de la impotencia.

la Jefrat

Mata Hambre

el hotel Embajador

el campo de golf

el colegio Valentín Salinero

Maprica

Borronoso

La carretera de Caliche

La sub estación eléctrica de la avenida Rómulo Betancourt

entre la Francisco Soñé

con Defilló

recostada en la mata de flamboyán

que aún conserva bajo sus sombras

los recuerdos más lejanos de mi infancia

la vieja plantica

como la llamaban los habitantes de la Esperilla

es una referencia histórica

de aquella época en que la familia vivía unida

a la tierra en el amor y la solidaridad

la Esperilla

el camino real

el colmado de Birín

el almacén de Amarante

que estaba ubicado donde está hoy el BHD

en la Núñez de Cáceres con 27 de febrero

la pequeña escuela

el viejo maestros

que cuando Andrés Longo

se emborrachaba lo hacía huir

y tenía que dormir en el monte

doña Ericka

la esposa del embajador de Alemania en el país

que siempre nos agradeció aquel gesto de Pepe y Ñoño

que encontraron a sus dos hijos perdidos

en el campo de golf del hotel Embajador

y se lo entregaron sanos y salvos

las monjitas de la nunciatura

siempre tiernas y cariñosas

sor Refugio

sor Milagros

sor Inés

el seminario que estaba entre la avenida 27 de febrero

y la avenida Bolívar

donde hoy está la Pontificia Universidad

Católica Madre y Maestra

el padre Mancilla

los monaguillos

la misa

las catequistas

el catecismo

el bautizo

la primera comunión

hemos crecido tanto

que ya todo es desilusión

y nostalgia

los profesores

Rafael

Digna

Carmen

Eligio

Estervina

Héctor

María

que nos enseñaron de una forma

muy distinta a la que ya conocíamos

a leer

escribir

y contar

pero que no pudieron con su sabiduría

aunque lo intentaron

evitar que destruyeran el bosque

y con él

una parte importante de nuestras vidas

porque cada árbol

cada hoja

cada animal

cada ave

cada insecto

cada piedra

cada sendero

cada palmo de tierra

estaba íntimamente ligado a nuestra existencia

hoy

después de tantos años

sólo nos quedan los recuerdos de aquella época

resumida en nueve años de eternidad

los días fúnebres de la guerra de abril

el miedo

la tristeza

el desamparo

la muerte

el llanto

el luto

la rabia

la patria herida

el patriotismo

Bulo con sus borriquitos

repletos de sacos de carbón

perdiéndose en el olvido

el ensanche Quisqueya 

la calle 18

el colmado de Inoa

los Bajos

la tierra de doña María

la privada

por donde el sátrapa solemnemente

paseaba en silencio su crueldad

Cato

Celia

Ovidio

Chéche

La clínica de Zaiter

en donde las personas encontraban la calidez

de los afectos

de un médico dedicado a curar a los pobres

Bebe leche

Guancho

Enrique

Mariquita

José Pozo

Tatica Soler

Belen y Francisca las parteras que con sus manos maravillosas

hacían posible que la vida ya concebida por Dios

brotara del vientre de las madres abandonadas en el olvido

Elio

Billigo

Coquillo

Poche

Grillin

los Dendenes dueños de las madrugadas y el rocío

Esteban

Moncho

Lolita

Rosita

el viejo Magaleno

Genoveva

Isabel la mamá de Antonio

que en enero

después de reyes

para la vieja Belén

cruzaba el horizonte

regalando juguetes y ternura

a los niños pobres

Pepé el Loco

Cohete

Juanita Creta

Luis Vaquero

Mallen y Doble Tapa

heridos por los puñales de la tristeza y el desarraigo

todavía deambulan por las calles de la ciudad

buscando el origen de sus vidas perdidas

en los absurdos parajes de la miseria

Fermín

Fabio

Blanca Nieves

El friero

Miñimiñi

Julio que con sus manos de alfarero 

hacía panes de ternura 

que repartía en las madrugadas

a los fantasmas de la ciudad

para mitigar el hambre de toda la vida

Bertilia

Víctor Enrique

la tía Aurora

Aladino

todavía Diego y canina

todos los días

llegan tempranito a casa

con el olor del rocío pegado en la piel

a buscar un poco de café

para luego seguir su camino

hacia los conucos

en donde la primavera

florece en sus corazones

como evidencia

de que los días de hambre

quedaron en el olvido

Mangula

Folla

Minó

Juan Ballenilla

Papá Goyo

Piringo

El maestro ingles

desterrado de su país 

y condenado a vivir en esta tierra

en donde murió sin más gloria que el olvido

Juana su esposa

abandonada

y sola

con sus hijos

José Menkis

León

Julian

Fernelis

Raquel

Celsa

Rebeca

que por más que buscaron en su interior

no pudieron encontrar el camino de regreso a sus orígenes

y se quedaron en la isla

prisioneros del tiempo y la nostalgia

mirando tristemente

como la ausencia consume los sueños

La tía agustina

El tío Alberto

Doña Lola

Mamucha

Silvio el hijo de Minta

Chacho que lo curaba todo con sus botellas

hechas con hojas y raíces del bosque

Subendo

la tía Tatín

Juan de la Rosa

el abuelo Ismael

la vellonera de Andrés Longo

con aquellas canciones de Niní Cáfaro

eternizándose en las noches tristes de nuestra ausencia

Taína

Minimito

Guillermo

Juan Barriga

Ninito que todavía cabalga despacio

por el camino de los atardeceres

hacia donde la abuela Mamá Tita

lo espera con los brazos abiertos

Quiquita

Titín el barbero

Tiro

Domingota

mi madrina Zoila

la laguna de Manganagua

que atesoraba entre sus aguas el alegre chapoteo

de las tilapias y las jicoteas

Damiana la Patana

Mario el tuerto

Majenga

Pulía

el pley a dónde íbamos a tirar piedras a la luna

Popó Candela

Ramón Nolasco

Ramonita

Enrique Paniagua

Mandinga en su soledad

todavía camina triste por el camino real

hacia ninguna parte

Salvadora

Juanita Tiro

la tía Eufemia

Caquín el zapatero plebe remendón y borrachón

José Morocota

Eusebio

la vieja Tiesa

Altagracia y Mambo

que llegaron de no sabemos donde

a quedarse con nosotros para siempre

a compartir la ternura

y los sueños de la vida

resumidos en el amor a la tierra

Juan Caco de Yuca

Felimón

Chuchú

Vía

La pulpería de Zira

la mamá de Fafa Taveras

sus medios hermanos

Pipí

Tirso

y Pichón 

Ulises su esposo

que alguna vez nos paseó a todos en su vieja motoneta

por las calles de fantasía de la ciudad

alegre de más allá de la alborada

mi padrino Higüeyano

Chenchita

el tío Gugú

Palilo

Brito el policía amigo

que después de la guerra

en esa época oscura de terror y muerte

de los 12 años

cayó abatido

víctima de la violencia política

en una calle de Santo Domingo

Isidro el caballo

Fabrí

Cheo

Yoyo

Andresito el compadre de papá

que vivía en Hatillo

San Cristóbal

que se dejó morir de tristeza

cuando supo de la muerte de su hijo

a manos de no se sabe quien

Rosita

Flora

Pipí

Miche

Eduviges que cuando supo que tenía que irse

para siempre de sus tierras

se dejó morir atropellada por un vehículo

En la avenida 27 de Febrero

frente a Manganagua

María de los Ángeles

Felipe y Pimpa

Joaquín la Flecha

Josefita empeñada siempre

en esconder detrás de un disfraz varonil

sus atributos de mujer

Pichao

Guaroita

El tío Pichón

Blanco

el tío Vallejo

solitario y tierno

vagando por la tierra que lo olvida

con su saco llenos de sueños y ternura

tocando puertas que hace siglos la vida le cerró para siempre

el tío Rafael

Amantina

Felipito

Sergio

Enrique

Papo

a donde se fue Sesen 

a morir entre los recuerdos de la guerra patria

el olvido

y sus sueños inconclusos 

El Café

Herrera

El Palmar

Engombe

Bayona

Manoguayabo

Guajimia

Sus aguas rumorosas y cristalinas

en su lento camino hacia el río Jaina

todavía serpentea alegre en nuestros recuerdos

llena de peces

jaibas

y camarones

Helena

Juana

Toñita

Aura

Jovina

los edificios para maestros hechos por Balaguer

a final de la década del 1960

la Casa San Pablo

el Carol Morgan

el colmado de Elupina

la Rómulo Betancourt

sus luces de neón

nos embrujaron de tal manera

que no nos dimos cuenta que marcaban nuestro destino

el final de una época en que compartimos la vida y los sueños

abrazados al amor y la ternura

la felicidad de poder correr por el monte hasta alcanzar el cielo

las nubes

la luna

y las estrellas

cuando despertamos

de nosotros no quedaba nada

solo ruinas y tristezas

sobre los huesos calcinados y rotos del bosque

ya habían construido una ciudad

y nuestras huellas se diluyeron

entre la tristeza y la nostalgia del desarraigo

desde donde añoramos con dolor el tiempo vivido en la Esperilla

Gero

Nego

Pascuala

Yolanda

Altagracita

Juliana

aun repica en nuestra memoria

el ritmo frenético de las tamboras

que nos llaman del pasado

para que nos juntemos

en el presente

para que no se pierda en el tiempo

el legado de los abuelos

y para que no olvidemos tantas penas

y tantas alegrías

y amarremos nuestras lágrimas

y nuestras risas a los recuerdos

para hacer de ellos un motivo de vida

que en las noches alegres

cuando la luna brille

con todo su esplendor en el cielo

alrededor de la fogata

debajo de una ceiba

al son del repique de las tamboras

evoquemos en una danza

lo tristemente felices

que a pesar de todo

hemos sido

 

Domingo Acevedo.

 

 

 

 

martes, mayo 20, 2025

No solo ellos nos mintieron, hay muchos otros intelectuales en silencio complices con la maldad.

 



Carta abierta a Tony Rafúl y Andrés L. Mateo

Estimados Tony y Andrés:
No sé si ustedes dos me mintieron durante los años setenta cuando yo era un jovenzuelo hambriento de conocimientos y ustedes eran destacadas figuras del mundo de la literatura, la política partidaria y la militancia cultural en la República Dominicana. Lo cierto es que, en aquel entonces, les creí las efusivas formulaciones socioculturales y políticas que, desde los medios de comunicación radial, escrita y televisiva, ustedes articulaban para consumo público.
Fui parte activa de ese público al cual llegaban sus pronunciamientos y decidí seguirles el ejemplo asumiendo que sus preocupaciones socioculturales coincidían con el día a día que forjó la persona que soy hoy. Les creí aquellas elocuencias intelectuales sobre el internacionalismo y solidaridad entre los pueblos, sobre todo cuando elogiaban a Máximo Gómez, Gregorio Urbano Gilbert y Jacques Viau Renaud por sus hazañas de entrega a la lucha de pueblos hermanos.
Les creí las emotivas loas a “la raza inmortal”, sus efusivos párrafos y versos en honor a los héroes y heroínas de “abril del 65”. Les creí y entonces ahondé senderos en las descarnadas calles del país, convencido de que me hablaron desde lo más profundo de sus corazones y que no eran simple pose intelectual sus duras críticas a “los remanentes del trujillismo” y la caverna traga jóvenes “del balaguerismo”.
Sin embargo, hoy los veo sumergidos en un atroz silencio, atrapados en una mudez con sordina que me ha llevado a preguntarles públicamente ¿Me mintieron? ¿Fue falso el sudor de las caminatas y las arengas ante multitudes desnudas de esperanza? ¿Era de barro el mármol del discurso intelectual con que ustedes dos nos construyeron la pasión de creerles y remedar el canto de sus barricadas?
Estimados Tony y Andrés: Hoy que desde instituciones del Estado y privadas se atropellan los valores culturales y la humanidad de la negritud dominicana, ustedes dos optan por la ausencia y la mudez sociopolítica. Hoy que un coronel policial, actuando contra un grupo folclórico y supuestamente “cumpliendo órdenes superiores”, ejecuta la desfachatez de vulnerar los derechos ciudadanos de gente tan dominicana como él, ustedes dos se visten de distancia y no se dan por aludidos. Hoy que otro sujeto policial del Estado, también dizque “cumpliendo órdenes superiores”, decide convertirse en chacal al servicio del poder racista queriendo aplastar las expresiones ancestrales de la Cofradía del Espíritu Santo de Villa Mella, ustedes ni siquiera rompen con un ¡Coño! el cristal inmaculado de su silencio.
Estimados Tony y Andrés: Hermanos y hermanas de Jacques Viau Renaud están siendo reducidos a simples cosas sin valor, bagazos de carne huesos expuestos a la furia del troglodismo “patriótico” de quienes fusionan una foto de Duarte, Luperón y Trujillo en un arrebato de odio y prejuicio contra todo lo haitiano. Sin embargo, ustedes dos ni siquiera desdicen la maldición de la deshumanización de gente cuya mano de obra nos construye viviendas, carreteras, nos cosecha frutas y vegetales y nos sirve de empleomanía doméstica.
Ustedes dos saben mejor que yo que ese objeto sin valor en que algunos quieren convertir al haitiano, es la misma persona que, en 1843, se unió a Duarte y otros Trinitarios para destronar a Boyer y, desde el pueblo de San Cristóbal continuaron la lucha junto al patricio, regresando a Santo Domingo para alcanzar el objetivo final. Los dos no ignoran que parte de esa población persistió en preservar la abolición de la esclavitud en ambos lados de la isla. Ambos saben hasta la saciedad lo vital que fue el apoyo y participación del pueblo haitiano para que lográramos la Restauración contra la anexión a España en 1861.
Me consta que los dos son conocedores de la actuación gloriosa de un comando haitiano durante la gesta patria de abril de 1965 y que la sangre haitiana también humedece la ancestral cartografía de la ciudad intramuros en Santo Domingo. Todavía sudan las paredes de la Zona Colonial la gloriosa entrega solidaria de Jacques Viau Renaud y el comando haitiano que nos defendió junto a los constitucionalistas. En este abril, cumplió sesenta años su entrega a nuestra patria y ni siquiera así perforaron ustedes dos la membrana de su silencio, aunque fuera con un verso. No lo hicieron, sabiendo que el torrente de odio que amenaza con arrastrarnos hacia la matanza de 1937 ya también sacó el putrefacto hedor de su lengua “anticomunista”.
Sé que ustedes dos tienen muy claro que la maldición del odio y la xenofobia también hoy embarduna de miedo las frágiles esperanzas de las comunidades dominicanas que residimos fuera del país. Hacernos cómplices del atropello como política de Estado nos deja sin calidad moral para exigir respeto y protección a los derechos ciudadanos de nuestras comunidades en el exterior. También han de saber, si aún sienten empatía por el prójimo y aman la condición humana, que la glorificación de la barbarie nos obligará a vomitar la hiel, ha quedarnos sin alma y, al final, la nación no será más que un fétido escupitajo contra el sujeto deshumanizado que decimos no ser.
Estimados Tony y Andrés: Lo que vayan a decir o hacer, tienen que decirlo y hacerlo ahora. ¡Más luego será muy tarde! Si lo hacen ahora, podré todavía pensar que no me mintieron, que la fervorosa pasión de su discurso en los setenta no era simple mascarada o bufonería intelectual de gente que con el tiempo se acomoda mejor a los orgasmos del poder. ¡Urge que no se queden indiferentes, callados cual soldaditos de plomo hundidos en el pantano de la complicidad! Lo que está en juego es mil veces más importante que un simple cargo gubernamental en una estructura partidaria atrapada en la negación del legado de José Francisco Peña Gómez y su eterna relación con los grupos progresistas del país.
¡La urgencia no es partidaria, estimados Tony y Andrés, es sistémica! Estamos contra el tiempo. ¡No lo olviden! Ambos se desgargantaron repitiéndolo desde las citadinas tribunas y en las tertulias conspirativas de la clase media. Sonaban entonces tan convincentes y arrojados a darlo todo por una nación más justa y equitativa. Les creí en los setenta y les tomé el ejemplo, pero hoy me niego a clonar su silencio.
©️
Dió-genes Abréu
30 de abril de 2025
New York

Entre el ayer y el hoy, Shorinji Ryu Renshinkan,Rep.Dominicana, escuela Nordesa III, sensei Restituyo.

















 

“LAS ESCLAVAS USABAN MAPAS EN SUS TRENZAS PARA ESCAPAR”


¿Sabías que las trenzas eran utilizadas para ayudar a los esclavos a escapar de la esclavitud?
Los esclavos usaban trenzas para transferir información, crear mapas y transportar alimentos.
Como a los esclavos no se les permitía leer ni escribir, tenían que pasar información a través de sus trenzas.
También mantenían granos de arroz escondido en el pelo para evitar morir de hambre.
Se cree que se originó en Colombia, Sudamérica, donde a Benkos Bioho, a finales del siglo XVI, se le ocurrió la idea de que las mujeres crearan mapas y enviaran mensajes a través de sus trenzas. También fueron llamados “canerows” para representar los campos de caña de azúcar en los que trabajaban los esclavos.
Un estilo de trenzas curvas representaba los caminos que debían recorrer para escapar de sus dueños.
También en las trenzas guardaban oro y escondían semillas que les ayudaban a sobrevivir después de escapar. Además usarían las semillas para plantar cultivos una vez que quedaban libres.
Cornrows era la mejor estrategia para no despertar sospechas al dueño. Ya que él nunca se hubiera imaginado que los esclavos traían el mapa de la ruta de escape en el peinado.


Tomado de la red.

El legendario explorador noruego, Leonhard Seppala

 El legendario explorador noruego, Leonhard Seppala, sostiene a su perro principal, Togo. Seppala, un prominente músher, es más famoso por su papel en el Serum Run to Nome de 1925, a menudo referido como la "Gran carrera de la misericordia. "

En el invierno de 1925, un brote de difteria amenazó la ciudad aislada de Nome, Alaska. La única manera de entregar el suero salvador de vidas era a través de un relevo de equipos de trineo de perros, corriendo más de 674 millas de terreno duro y helado en condiciones traicioneras. Seppala, con su fiel perro principal Togo, jugó un papel crítico en este esfuerzo heroico.

Mientras Balto ganó fama por completar la última etapa, fue Togo quien llevó a Seppala en el tramo más largo y peligroso, cubriendo casi 260 millas a través de ventiscas y temperaturas bajo cero. Togo es recordado como el verdadero héroe del Suero Run, por su increíble resistencia, inteligencia y lealtad.

Esta fotografía celebra el vínculo irrompible entre Seppala y Togo, simbolizando la valentía tanto del hombre como del perro en una de las mayores misiones de rescate de la historia.
El crédito va para el propietario respectivo

Tomado deFacebook.

Flores del Tetero de Azua.




















































 

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