sábado, julio 19, 2025

El Valle de los Planetas: Un Misterioso Paisaje en el Desierto Libio"*


En el corazón del desierto libio de Tadrart-Acacus se encuentra el "Valle de los Planetas", un paisaje que parece sobrenatural. Dispersos por todo el valle hay grandes rocas en forma de disco que parecen casi fuera de lugar entre las típicas rocas del desierto. Se cree que sus formas suaves y redondas se formaron durante millones de años de erosión eólica, pero su forma exacta sigue siendo motivo de curiosidad.
Algunos geólogos creen que estas rocas podrían ser restos de una antigua formación geológica, mientras que otros piensan que podrían ser el resultado de un proceso de erosión único en la región. Pero ¿qué hay detrás de la formación de estas rocas? ¿Podrían ser el resultado de una combinación de factores geológicos y climáticos?
La región de Tadrart-Acacus es conocida por sus pinturas rupestres prehistóricas, que datan de hace más de 12.000 años. Estas pinturas muestran una variedad de escenas de caza y vida cotidiana, y son un testimonio de la rica historia cultural de la región. ¿Podrían estas rocas en forma de disco ser parte de la misma historia cultural?
Algunos creyentes en la existencia de civilizaciones antiguas avanzadas piensan que estas rocas podrían ser evidencia de una tecnología perdida. Otros, sin embargo, creen que la formación de estas rocas es puramente natural y que no hay nada misterioso detrás de ellas.
La verdad es que el Valle de los Planetas es un lugar que invita a la reflexión y la curiosidad. ¿Qué secretos esconde este paisaje? ¿Qué historias podrían contar estas rocas si pudieran hablar? La respuesta solo la conocen los expertos y la naturaleza misma.

17/18 de julio de 1936 - Alzamiento fascista contra la República


Un extraordinario poema de Miguel Hernández
SENTADO SOBRE LOS MUERTOS
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.
Aunque te falten las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.
Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago la muerte.



Analisis de la IA a 34 años despues.

 Este es un texto conmovedor y nostálgico escrito por Domingo Acevedo para Juanita Severino, en enero de 2023, 34 años después de que sus caminos se separaran. Aquí te presento un resumen y algunos puntos clave del mensaje:


Un reencuentro 34 años después: Memoria, Amistad y Lucha

El texto es una carta de Domingo Acevedo a Juanita Severino, escrita el viernes 13 de enero de 2023, para conmemorar su reencuentro después de 34 años. Domingo expresa su profunda emoción y gratitud por haber tenido la oportunidad de volver a ver a Juanita y rememorar el tiempo que compartieron, el cual, a pesar de las dificultades, fue hermoso para él.


El peso del tiempo y la memoria

Domingo confiesa que nunca olvidó a Juanita, pero siente que ella sí lo hizo, aludiendo a cómo el tiempo tiende a borrar los recuerdos que no son considerados importantes. Sin embargo, gracias a Víctor, lograron reunirse de nuevo, recordar anécdotas, reír, abrazarse y brindar por los viejos tiempos y los amigos de esa época.


Recuerdos intactos de una época de lucha

El autor aún conserva intactos los nombres y recuerdos de aquel período lleno de intensas emociones, luchas, conspiraciones, momentos festivos, ilusiones, amores y desilusiones, donde el peligro era una constante. Agradece a Víctor por el número de Juanita y a Nine por compartir la emoción del reencuentro. Resalta la amistad inquebrantable con Nine.

Domingo menciona que el vínculo que los unió a través de las monjitas belgas, Lidia y Manuela, y la lucha contra el desalojo, fue débil y se rompió con el tiempo. Recuerda a todas las personas que participaron en esa lucha contra el desalojo en la "franja de los kilómetros":

  • Fausto: Quien lo llevó a la casa de Lidia y Manuela.

  • Lidia y Manuela: Quienes trajeron a Juanita, Milagros, Matilde, Charo, Raquel y Altagracia al barrio para unirse a la lucha.

  • Neris, Tony, Víctor, Pachico, Nine, Lucas, Antonio y Kico.

  • Urbano: Quien los apoyó en secreto.


Consecuencias de la lucha y la vida

Lidia y Manuela se fueron a Nicaragua, Roberto Santana murió en combate en El Salvador, y Juanita y sus compañeras se quedaron hasta el final en la lucha contra el desalojo. Domingo evoca los encuentros en el escondite seguro al final del callejón, bajo el almendro, donde los sueños volaban con canciones, poemas y vino.

Lamenta la pérdida de Gaspar, Rafelo y Héctor a causa de la pandemia, pero sus recuerdos y el "sabor del vino, los espaguetis y los locrios de pica pica" de su mamá perduran.


La esencia de la amistad y la despedida

El autor reflexiona sobre las reuniones de Acaluvi y Copadeba, los sueños, los debates, las peleas y las reconciliaciones, los cumpleaños, las canciones de José Luis Perales, la luna llena y el vino, y cómo el tiempo los envolvió en la "fría neblina del olvido". Afirma que no deben sentirse culpables, ya que los amigos van y vienen, y solo los verdaderos permanecen.

Menciona que ha mantenido el vínculo con Fausto a través de la poesía y la lucha por un mundo más justo, y que siempre está en contacto con Lucas, Nine y Pachico. Con Neris y Tony, los encuentros han sido esporádicos, y con Víctor se ve anualmente. Subraya que, a diferencia de ellos, Juanita y sus amigas "se fueron y fue para siempre", aunque Víctor y Milagros se casaron y tuvieron hijos.

Domingo confiesa a Juanita que, a pesar de todo el tiempo y los momentos compartidos, nunca pensó que su nombre sería borrado de su memoria. Finalmente, expresa que vivirá plenamente hasta el fin de sus días, fiel a sus amigos y a los sueños compartidos, y que el recuerdo de Milagros, una luna llena, una copa de vino y una canción de José Luis Perales permanecerá en lo más profundo de su alma.


34 años después

La vida no nos dará para volver a encontrarnos 34 años después, por eso hoy, viernes 13 de enero del 2023, ha sido un día memorable e irrepetible para mí.

 Debo agradecer a Dios por haberme dado vida para volver a encontrarte y rememorar el tiempo que pasamos juntos y que para mí, a pesar de los pesares fue hermoso.

Yo nunca te olvide, pero tú a mí sí, ya habías olvidado que Domingo Acevedo existía y es, que el tiempo no pasa en balde y los humanos tendemos a atesorar aquellas cosas que son importantes para nosotros, las otras, las vamos guardando en un lugar de la memoria cercana al olvido y poco a poco el tiempo se va encargando de borrar esos recuerdos que no son importantes.

Quizás este no fue nuestro caso y 34 años después gracias a Víctor, nos volvimos a juntar, volvimos a recordar las viejas anécdotas, a sonreír, y abrazarnos, y a brindar por los viejos tiempos, a rememorar los nombres de los amigos y las amigas de esa época.

Aun guardo intacto los nombres y los recuerdos de aquel tiempo lleno de intensas emociones, de luchas y conspiraciones, de momentos festivos, de ilusiones, amores y a veces algunas desilusiones, en donde el peligro muchas veces estuvo presente.

Debo agradecer nuevamente a Víctor que me dio tu número telefónico y a Nine con el que compartí la emoción de encontrarte.

Nine y yo nos mantenemos siempre en contacto, para nosotros la amistad nos ha hermanado en el tiempo.

Pero parece que el lazo que nos unió a través de las monjitas belgas, Lidia y Manuela y la lucha contra el desalojo fue muy débil y no sabemos qué día se rompió.

Yo, aún recuerdo los nombres de todos, Fausto, que fue el que me llevo a la casa, de Lidia y Manuela, quienes las trajeron a ustedes al barrio, a ti,  a Milagros, a Matilde, a Charo, a Raquel y a Altagracia, para que nos acompañaran en ese proceso de lucha que no solo se vivía en el barrio, sino en toda la franja de los kilómetros contra el desalojo, recuerdo también a Neris, a Tony, a Víctor, a Pachico, a Nine a Lucas,a Antonio y a kico, entre otros, quienes también eran  parte de ese proceso que se vivía en la zona, Urbano que siempre en secreto nos apoyó.

Al final Lidia y Manuela se fueron a Nicaragua, Roberto Santana, aquel joven de Herrera al que se le hizo la despedida en la casa, murió en combate en el salvador y ustedes se quedaron acompañándonos en la lucha contra el desalojo hasta el final.

Recuerdo los encuentros en casa, al final del callejón, que era nuestro escondite seguro, a donde la policía no podía llegar, allí debajo de aquel almendro florecido de lunas y estrellas, donde los sueños se dejaban volar acompasados por las canciones, los poemas y una copa de vino.

Ya Gaspar, Rafelo y Hector no están para que sus canciones nos arrullen la vida, se los llevó la pandemia, pero quedan los recuerdos que el tiempo no ha podido borrar, nos queda en la memoria el sabor del vino, los espaguetis y los locrios de pica pica, hechos por mama.

Las reuniones, Acaluvi, Copadeba, los sueños, la lucha, el parque Mirador, los encuentros en la casa de ustedes, los debates, los pleitos, las discusiones y al final los abrazos y las disculpas, los cumpleaños en mi casa, José Luis Perales, la luna llena, una copa de vino, el desencuentro, y el tiempo que nos envolvió en la fría neblina del olvido.

No debemos sentirnos culpable de nada, al final los amigos vienen y van y solo permanecen los verdaderos, los demás se van diluyendo en el tiempo.

De esa época, Fausto y yo hemos mantenido el vínculo a través de la poesía y ese afán de luchar por construir un mundo más justo, equitativo y solidario, es raro el día que no nos comunicamos.

Con Lucas, Nine y Pachico, siempre hemos mantenido ese contacto permanente de solidaridad y amistad sincera, con Neris y Tony, nos hemos visto de manera esporádica, con Víctor me encuentro todos los años en el encuentro de los Sieteros por siempre, sin embargo, ustedes se fueron y fue para siempre, aunque Víctor y Milagros se casaron y tuvieron hijos.

El desalojo termino separándonos físicamente, aunque algunos a pesar del tiempo, la distancia y las diferencias nos mantenemos unidos espiritualmente, aunque debo confesarte Juanita, que nunca pensé, por todo el tiempo y los momentos alegres y tristes que compartimos, que el tiempo borraría mi nombre de tu memoria. 

Yo, estoy consciente de que un día también me iré para siempre de este mundo, de esta vida que he vivido a plenitud y me llevaré todo lo vivido a la tumba, hasta que eso suceda estaré por aquí, siendo el mismo que siempre he sido, recordando y siendo fiel a los amigos con los que he compartido los sueños y la vida.

Allá, en lo más profundo de mi alma está el recuerdo de Milagros, una luna llena, una copa de vino y una canción de José Luis Perales.

Domingo Acevedo.

A Juanita Severino.

Enero/2023





19 de Julio: Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, Legado de Dignidad Nacional

 

19 de Julio: Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, Legado de Dignidad Nacional

El 19 de julio de 1979 es una fecha que marcó un antes y un después en la historia de Nicaragua, ese día el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) logró la victoria definitiva sobre la dictadura somocista, tras años de lucha y resistencia popular. Este acontecimiento no solo significó el derrocamiento de un régimen opresor que gobernó con violencia y corrupción durante más de cuatro décadas, sino que abrió el camino hacia una nueva etapa de dignidad, justicia social y protagonismo popular.

La Revolución Popular Sandinista fue el resultado de un proceso largo, nutrido por las luchas del pueblo nicaragüense y la inspiración de líderes como Augusto C. Sandino, cuyo pensamiento antiimperialista y defensa de la soberanía nacional se convirtieron en estandarte de la causa revolucionaria, el FSLN, fundado en 1961, asumió esa herencia histórica con el objetivo de construir una Nicaragua libre, justa e inclusiva.

Una Revolución Forjada por el Pueblo

Tras intensos años de insurrección armada, organización popular, alianzas multisectoriales y un creciente rechazo nacional al régimen de Anastasio Somoza Debayle, el pueblo logró tomar el control del país. El 19 de julio de 1979, columnas guerrilleras y civiles de todo el país entraron victoriosas a Managua. Ese día, la Plaza de la Revolución se llenó de júbilo, banderas rojinegras y esperanza, la dictadura había caído, y nacía una nueva Nicaragua.

La Revolución Sandinista impulsó profundas transformaciones sociales: una reforma agraria para restituir la tierra al campesinado, campañas masivas de alfabetización que redujeron el analfabetismo de forma histórica, un sistema de salud y educación gratuitos, y una política exterior soberana y solidaria. También promovió la participación de la juventud, las mujeres, los trabajadores y los pueblos originarios en los procesos de toma de decisiones.

A 46 años de ese triunfo histórico, el legado del 19 de julio sigue vivo en el corazón del pueblo nicaragüense, la Revolución no fue un momento aislado, sino el inicio de una lucha constante por la justicia social, la dignidad y la paz. Hoy, con la guía del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, dirigido por los copresidente Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo Nicaragua continúa avanzando en rutas de progresos, en vivir en paz y tranquilidad.

El 19 de julio no solo se conmemora, se vive. Se recuerda como un acto de memoria colectiva, de lucha permanente y de unidad nacional, es el día en que el pueblo nicaragüense decidió tomar en sus manos su destino.

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