Por Jon Kokura.
El año pasado, por esta fecha, en una ceremonia, el primer ministro japonés dio un discurso conmemorativo por el genocidio de Hiroshima y Nagasaki ante Joe Biden.
En ningún momento el mandatario nipón dijo que fue Estados Unidos el que les arrojó las bombas atómicas. Ojalá este año los japoneses, sumisos y serviles, recuperen la memoria y tengan la dignidad, por respeto a las víctimas, de señalar al victimario.
Algún habitante de Hiroshima miró al cielo aquella mañana de agosto 6 de 1945 y exclamó; "Hoy será un hermoso día de cielos despejados". Sin saber que en esas palabras estaba una horrible sentencia de muerte de él y todos sus vecinos.
El avión que transportaba la bomba nuclear tenía una orden, arrojar la bomba en la primera ciudad con cielos despejados para no errar el blanco.
"Enola Gay" así bautizó a su bombardero B-52 el comandante terrorista Paul Tibbets, en "honor" a su madre.
Enola, (Magnolia en lengua sioux) tenía 52 años en 1945 y jamás perdonó a su hijo que le hubiera puesto su nombre al avión del infierno.
La bomba nuclear fue nombrada "Little Boy" (niño pequeño) y fue metida en el vientre de un avión con nombre de mujer. El "sentido del humor" de los genocidas es siempre misógino y perverso.
A las 8:15 de la mañana "Little Boy" fue soltada al centro de Hiroshima. Pesaba 40 mil kilos. Era tan pesada que cuando se desprendió del avión, el B-52 saltó hacia arriba como impulsado por un resorte.
Los creadores de la bomba; Robert Oppenheimer, Félix Bloch, Hans Bethe, Robert Serber, Emil Konopinski y Edward Teller, todos de religión judía, programaron a "Little Boy" para estallar a 600 metros de altura y así causar el mayor número de muertes posible.
Hiroshima fue un infierno, cientos de miles de seres humanos se derritieron como pedacitos de grasa en una sartén al rojo vivo.
Abajo el horror.
Arriba, en el "Enola Gay" la tripulación de 12 terroristas yankees festejaron como bestias. El hongo nuclear de color azul, violeta, rojo y anaranjado hasta les pareció hermoso.
Es falso que uno de los tripulantes haya exclamado "¡Dios mío, que hemos hecho!" Todo fue euforia y está grabado, audios que Estados Unidos jamás dará a conocer.
Japón estaba vencido. Los yankees les arrojaron dos bombas atómicas como un siniestro mensaje a los rusos. (exURSS) y el mensaje era este; "Ustedes comunistas, derrotaron a Hitler y tienen el ejército más poderoso del mundo, nosotros tenemos la bomba atómica y la podemos lanzar en cualquier lugar del planeta, cuando se nos dé la gana".
Por eso hicieron un infierno a la apacible Hiroshima un lunes 6 de agosto y tres días después a su hermana Nagasaki.
Ojalá los japoneses recuperen la memoria... fueron los yankees.
Alguna vez el gran Diego Armando Maradona dijo; "No me dejan entrar en Japón porque consumí drogas, pero sí dejan entrar a los yankees que les arrojaron dos bombas atómicas".