viernes, abril 14, 2017

Nosotros no nacimos para ser felices, ni para estar alegres, ni tristes,

Nosotros no nacimos para ser felices, ni para estar alegres, ni tristes, nosotros nacimos para forjar con nuestro sacrificio un sistema de justicia, solidaridad y equidad.

Entonces compañeros olvidémonos de esas pequeñas distracciones y en donde quiera que estemos, en cualquier parte del planeta por remota que esta sea sigamos adelante con nuestros afanes por construir un mundo solidario equitativo y justo, para eso nacimos, entonces las demás cosas vendrán por añadidura.

Abril/17

Domingo Acevedo.  


“La Mano Divina” el Sistema Secreto de Rusia que Evita un Conflicto Mundial

jueves, abril 13, 2017

Libia, sepultada en el crimen y el silencio

 Derechos humanos, Mundo 27 Diciembre, 2016 Higinio Polo


No sabemos cuántas personas han muerto en Libia hoy a consecuencia de la brutal intervención de la OTAN en 2011. Algunas fuentes hablan de unos treinta mil muertos; otras, aumentan esa cifra. Por su parte, la Cruz Roja calcula unos ciento veinte mil muertos, pero no hay duda de que esa guerra que inició la OTAN ha destruido el país y arrojado a sus seis millones de habitantes a una pesadilla siniestra.

En marzo próximo se cumplirán seis años del inicio de la matanza: desde buques y aviones, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña lanzaron un diluvio de bombas y de misiles de crucero. Justificaron la guerra y la matanza con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que sólo hablaba de utilizar las “medidas necesarias” para proteger a la población civil que “estuviera amenazada”, y que autorizó una zona de exclusión aérea, pero no la invasión del país.

No había autorización alguna para iniciar una intervención militar, ni mucho menos un ataque para
derrocar el gobierno del país. China y Rusia, así como la India y Alemania, se abstuvieron en aquella votación del Consejo de Seguridad, y, posteriormente, a la vista de la guerra impuesta, tanto Moscú como Pekín denunciaron la abusiva interpretación que habían hecho Washington, sus aliados europeos y la OTAN de la resolución del Consejo. Sudáfrica, que también había votado a favor de la resolución, denunció después el uso desmesurado del acuerdo para forzar un “cambio de régimen y la ocupación militar del país”.

Fue tal la hipocresía de Washington, Londres y París, que sus aviones llegaron a bombardear a la población civil en Bengasi y Misrata, entre otras ciudades libias, matando a centenares de personas, pese a que supuestamente intervenían en su defensa. Previamente, las “fuerzas rebeldes” fueron entrenadas por instructores militares norteamericanos y de otros países de la OTAN, al tiempo que les facilitaron armamento sofisticado e información, y el Departamento de Estado norteamericano trabajó para crear un Consejo Nacional de Transición para imponerlo como nuevo gobierno tras la derrota de Gadafi. De hecho, desde antes del inicio de la agresión militar, comandos militares británicos y norteamericanos (en operaciones aprobadas por Cameron y Obama, violando la legalidad internacional) se habían infiltrado en Libia y llevaban a cabo acciones de sabotaje y asesinatos selectivos. Los militares occidentales llegaron al extremo de utilizar vestimenta similar a los milicianos del bando rebelde, para camuflar su intervención ante las instituciones internacionales: eran militares de la OTAN, pero nunca reconocieron su condición, y adiestraron a los rebeldes y lucharon junto a ellos.

Durante los meses del verano de 2011, la OTAN lanzó miles de misiones de combate, y envió comandos de “operaciones especiales” para reforzar los ataques de los rebeldes armados y apoyados por la alianza occidental. El 20 de octubre, sin fuerzas para resistir, Gadafi huyó de Sirte y su convoy fue atacado por aviones norteamericanos y franceses, y, finalmente, fue detenido por fuerzas rebeldes, ayudadas por esos “comandos de operaciones especiales” norteamericanos. Después, lo asesinaron a sangre fría. Cinco días antes del asesinato de Gadafi, el primer ministro británico, Cameron, y el presidente francés, Sarkozy, volaron a Libia, a la zona controlada por los rebeldes, mientras los equipos de la CIA norteamericana trabajaban para localizar a Gadafi y asesinarlo. Su muerte fue celebrada por Obama, Cameron y Sarkozy.

Violando la resolución de la ONU, utilizando de nuevo la guerra como instrumento de su política exterior, Estados Unidos y sus aliados consiguieron sus propósitos. Los bombardeos de la OTAN destruyeron aeropuertos, infraestructuras y puertos del país, centros oficiales, cuarteles, carreteras, y centenares de miles de personas fueron forzadas a huir, según estimaciones de la ONU, convirtiéndose en refugiados en su propia tierra. Las reservas y recursos del país en el extranjero fueron intervenidos por los gobiernos occidentales. Hoy, la economía del país es apenas una tercera parte de lo que era antes de la intervención de la OTAN en 2011. Después, estalló la lucha de banderías entre los distintos grupos armados (como ocurrió en Afganistán tras el triunfo de los “señores de la guerra” apoyados también por Estados Unidos); llegó el caos al país, la devastación, los milicianos fanáticos y bandidos armados que se apoderaron de todo. Libia pasó a ser una pesadilla, donde los secuestros, los centros de tortura clandestinos, los asesinatos, las violaciones de mujeres, se han apoderado de la vida cotidiana en el infierno; y donde faltan hasta alimentos y medicinas, hasta el punto de que en muchas ciudades, como en Bengasi, los habitantes se ven obligados a comer alimentos podridos y ratas.

A ese paisaje del infierno, se une la destrucción de centros públicos, de plazas, parques y lugares donde la población acudía antes de la guerra; se añade el robo de propiedades, los fusilamientos y decapitaciones públicas organizadas por los grupos yihadistas, que han pasado a ser moneda común de la nueva Libia hoy. Fuentes independientes hablan de centenares de personas, tal vez miles, decapitadas por los destacamentos armados de
fanáticos milicianos religiosos. Grupos salafistas y yihadistas siguen controlando importantes áreas del territorio, y, aunque Washington intentó levantar un decorado democrático, en las elecciones de junio de 2014, sobre un censo de tres millones y medio de personas, apenas votó el 18 % de la población. Muchas ciudades han quedado convertidas en ruinas, y las minas antipersona son un peligro mortal para los supervivientes.


Varios centenares de grupos armados, enfrentados entre sí, pugnan por el control del territorio y de la riqueza del país, junto a las mafias que trafican con personas, que condenan a trabajos forzados a emigrantes, que matan con total impunidad, mientras dos gobiernos y dos “parlamentos”, en Trípoli y en Tobruk, (éste, apoyado entonces por la OTAN), intentaban derrotar al adversario y obtener el reconocimiento exterior. Para salir del caos, los gobiernos occidentales impulsaron el llamado “gobierno de unidad nacional”, que se creó en Marruecos en diciembre de 2015, presidido por Fayez al-Sarraj, aunque sigue sin establecer su autoridad en todo el país, e incluso es incapaz de controlar Trípoli, donde existen varias decenas de milicias armadas cuya agenda se centra en apoderarse del petróleo para exportarlo, en extorsionar a la población, a los inmigrantes y a traficar con personas. En otras importantes ciudades libias, como Sirte,

Misrata, Tobruk, ocurre lo mismo. A su vez, el general Jalifa Haftar controla ahora Tobruk, con ayuda militar y financiera de Egipto y Emiratos Árabes Unidos. Haftar es un militar libio que, tras romper con Gadafi, fue trasladado por la CIA a Estados Unidos, en los años noventa, para posteriormente, encabezar la milicia armada que financió la agencia norteamericana. A ellos hay que añadir las fuerzas controladas por Daesh, el autodenominado Estado Islámico, que cuenta con importantes connivencias en las monarquías del golfo Pérsico.

En ese caos infernal, Washington sigue enviando “grupos de operaciones especiales” (como el que llegó en diciembre de 2015 a la base militar de Al-Watiya, en el distrito de An Nuqat al Khams, junto a la frontera tunecina, comando que fue bloqueado por grupos armados y obligado después a salir del país), y utiliza su aviación para bombardear a milicias que no son de su agrado, mientras apoya al gobierno de Fayez al-Sarraj, aunque sigue contando con la baza de Haftar, viejo empleado de la CIA.

En la práctica, las distintas milicias se bloquean entre sí, y el caos es tal que no existe un bando capaz de imponerse a los demás. Estados Unidos intenta estabilizar la situación, a través del gobierno de Fayez al-Sarraj, aunque no desdeñaría apoyar a un gobierno de Haftar si consiguiera imponerse en la mayor parte del país: quiere contar con un gobierno cliente que asegure sus intereses, y el Departamento de Estado es capaz de hacer presentable a cualquier gobierno de bandidos.
Estados Unidos y sus aliados europeos (Gran Bretaña, Francia) responsables de la tragedia del país, están interesados en cuestiones
diferentes: Bruselas intenta contener la llegada de emigrantes desde Libia hoy en día, que algunas fuentes calculan en 150.000 anuales, asunto que preocupa especialmente a Alemania; Washington pretende controlar a Daesh (con quien contemporiza en Siria, donde, de facto, es visto como un aliado en la guerra para derribar al gobierno de Damasco), desactivar los centenares de milicias, y recuperar la producción de petróleo. A su vez, el enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, intenta, sin fortuna, mediar en el caos.

Mientras tanto, las televisiones y la gran prensa internacional dejaron hace tiempo de mostrar interés por Libia hoy, siguiendo un guion utilizado muchas veces con éxito. Libia, convertida en un estado fallido, con presencia de Daesh (que acaba de perder Sirte), donde todos los grupos y milicias cometen crímenes de guerra ante la indiferencia occidental, es hoy un país del que ninguna potencia de la OTAN se hace responsable, aunque la tercera parte de la población necesite ayuda alimentaria urgente, aunque los libios tengan que comer ratas y beber aguas pestilentes, aunque se vean obligados a contemplar constantes asesinatos y decapitaciones, aunque allí la vida no valga nada, y las cancillerías sean conscientes de que los libios han sido condenados a vivir en un infierno.

lunes, abril 10, 2017

La estatua de la libertad aturdida por las burradas de Trump.


Tomadas de la red.

Por qué RUSIA no derribó los misiles de USA en Siria

Trump nos coloca al borde del abismo.

Donald Trump con sus actuaciones coloca a la humanidad al borde del abismo, con una persona demente como presidente de una de las naciones más poderosas del planeta hay que prepararse para lo inevitable

Domingo Acevedo.

Abril/17


Rusia prepara su Ejército para una Catástrofe y advierte al Mundo Entero.

sábado, abril 08, 2017

Al ver las atrocidades cometidas alrededor de todo el mundo por Occidente

Al ver las atrocidades cometidas alrededor de todo el mundo por Occidente y muy especialmente por los Norte Americanos,  dudo que los hombres y las mujeres que dirigen la política imperialista del planeta,  tengan algo de humanidad en sus corazones. Sobre sus conciencias cargan el peso  de cientos de miles de personas asesinadas en Irak, Afganistán, Libia, siria, Yermen, Somalia, etc.

Además de los miles y miles de personas sin hogares condenadas a vivir refugiadas en esos países, golpeadas por el hambre las enfermedades y las inclemencias del clima, entre otros graves problemas.

Ante estos actos colectivos de inhumanidad que desbordan nuestra sensibilidad hay que unir esfuerzos alrededor de todo el mundo para presionar a esos países a respetar el derecho de los pueblos más débiles a su auto determinación, al derecho que tienen a dirimir sus diferencias sin la intervención de fuerzas foráneas.

Si nos quedamos con los brazos cruzados, sino levantamos nuestras voces por la paz, por la libertad y la autodeterminación, nos hacemos cómplices de toda esa barbarie cometida por el mundo supuestamente civilizado.   

Domingo Acevedo.
Abril/17


 Foto tomada de la red.


viernes, abril 07, 2017

Por los niños de Siria.

Escenario de sangre.

Escenario de sangre
pasos apresurados en la espesura de la noche
tratando de alcanzar la apacible lejanía
de los días perdidos  del verano
niños que deambulan entre los cubículos de la soledad y el hambre
ángeles vestidos con los hilos del llanto
multitud de ojos heridos por la ausencia
niña que huye entre las bombas hacia los inútiles brazos de la muerte
milicianos atrapados en un laberinto de sueños
por el sonido incesante de las ametralladoras
cuerpos decapitados
hedor de cadáveres rindiendo su último tributo al sol
ciudad destruida
madres enlutesidas buscando entre los escombros
trozos de olvido

Enero/15
Domingo Acevedo


Dedicado desde lo más profundo de mi corazón a los refugiados Sirios, por ellos nadie llora y el mundo calla su dolor.









A esta hora en París empiezan a encenderse las luces,  pero por estos niños el mundo no llora.

Fotos tomadas de las redes.

Yo optaré por no entrar al barrio mientras este siga tomado por el ejército y la policía


El Km8 sigue tomado por la guardia y la policía y me sentiría feliz si esas medidas de verdad resolvieran el problema de la delincuencia y el narcotráfico en el barrio y el país, pero sé que no es así, que son medidas temporales, que no resolverán nada y que por el contrario son molestosas e irritantes porque los tipos esos con uniformes que están regados por todo el barrio y en las entradas se creen que todo el que entra y sale de barrio es delincuente y no tienen el más mínimo gesto de cortesía a la hora de detenerte para requisarte.
Carecen de relaciones humanas para tratar con cortesía a los civiles que por desgracia tenemos que salir a las calles a ganarnos el pan de todos los días, esos pendejos se creen que el uniforme y el fusil que portan les dan el derecho de vejar a todo el que les dé la gana.
Yo optaré por no entrar al barrio mientras este siga tomado por el ejército y la policía, ya que la lucha que estos libran contra la delincuencia parecería que se basa en hacerle la vida imposible a las personas serias y trabajadoras.
He dicho muchas veces que la delincuencia no disminuirá con medidas temporales y superficiales, que hay que atacar ese mal que corroe la sociedad dominicana en sus raíces, hay que ver el problema de la pobreza y la marginalidad, la falta de oportunidades de los jóvenes en los barrios, el consumo de drogas narcóticas, la complicidad de las autoridades en todos sus estamentos con los delincuentes y sobre todo acabar con la impunidad y la corrupción estatal.
Se necesita un sistema político en donde se aplique la ley y la justicia con equidad y en donde los dominicanos tengamos un techo, comida, salud, estudio, trabajo un sistema político en donde se respete nuestra dignidad como seres humanos libres.

Domingo Acevedo.
Abril/17

¿Es el gas el motivo de la guerra siria?


La guerra en Siria continúa. Pero apenas sabemos algo más. Las cifras de víctimas, aunque los medios y los organismos internacionales sigan haciendo un extenso uso de ellas, son manipuladas por unos y otros. La imparcialidad y la seriedad de algunas organizaciones que aportaban este tipo de información, como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, han sido sólidamente cuestionadas. En todo caso, lo que sí sabemos es que el país están siendo arrasado, las víctimas son elevadas, así como el número de refugiados, y la sociedad civil está quedando sepultada bajo los escombros.
En esta situación, las tensiones entre Turquía y Siria, motivadas por unos obuses sirios que cayeron en territorio turco, primero, y por la escalada de hostilidades turcas después (aviones civiles sirios interceptados, ataques contra suelo sirio y desplazamiento de tropas a la frontera), echa más leña al fuego. El gobierno turco ha expresado en varias ocasiones su deseo de atacar a Siria y ha pedido, infructuosamente hasta ahora, el apoyo de la OTAN y de las potencias occidentales en una intervención militar.
Occidente parece que apuesta por una “guerra de desgaste”, pero no es cierto que esté asistiendo de forma pasiva al desarrollo de los acontecimientos. Además de las sanciones económicas contra Siria, Occidente está participando activamente en la guerra contra el régimen de Bachar Asad.
Según el geógrafo y experto en cuestiones geopolíticas Manlio Dinucci, “las imágenes de los edificios de Damasco y Alepo, devastados por poderosos explosivos, no deja lugar a dudas de que no fue obra de simples rebeldes, sino de soldados profesionales infiltrados”. Dinucci recuerda que, según el Daily Star, “unos 200 especialistas de un escuadrón de elite del SAS británico (Servicio Especial Aéreo) han estado operando desde hace meses dentro de Siria, junto a unidades estadounidenses y francesas”. Dinucci sigue explicando que “las tropas de choque están compuestas de grupos islamistas armados (hasta ayer etiquetados como ‘terroristas’ por Washington) procedentes de Afganistán, Bosnia, Chechenia, Libia y otros países”. El Guardian, por su parte, ha informado que en el grupo de Abu Omar Al-Chechen las órdenes se dan en árabe, pero luego son traducidas al checheno, el tayik, el turco, un dialecto saudí, el urdu, el francés y otras lenguas.
Con pasaportes falsos, los combatientes se han reunido en las provincias turcas de Adana y Hatay, fronterizas con Siria, donde la CIA, según Dinucci, ha establecido centros militares de entrenamiento. Las armas vienen principalmente de Arabia Saudí y Catar que, como en el caso de Libia, también han enviado fuerzas especiales. Siempre según Dinucci, el comando de operaciones está localizado a bordo de barcos de la OTAN en el puerto de Alexandretta. Mientras tanto, en el monte Cassioum, en la frontera con Siria, la OTAN ha creado una nueva base de espionaje electrónico, además de la base de radares de Kisecik y la base aérea de Incirlik, todas ellas en territorio turco.
En Estambul se ha creado un centro de propaganda, donde disidentes sirios formados por el Departamento de Estado de EEUU fabrican noticias y vídeos que son difundidos por canales de satélite.
Con todo esto, puede decirse que Occidente y Turquía ya están en guerra con Siria.
Pero Dinucci sostiene que el objetivo principal de esta guerra no es derribar a Asad para sustituirle por un régimen de derechos humanos.
En julio de 2011, Siria, Irán e Irak firmaron un acuerdo para construir un gasoducto que, en 2016, debería comunicar el campo iraní de Pars —el más grande del mundo— con Siria y, a través de ella, con el Mediterráneo. Siria, donde se ha descubierto otro gran yacimiento cerca de Homs, podría convertirse en un centro de corredores de suministros energéticos alternativos a los que atraviesan Turquía y siguen rutas controladas por compañías estadounidenses y europeas.
“Esta es la razón —afirma Dinucci— por la que quieren atacar y ocupar Siria”. Y añade que los 129 parlamentarios turcos que se han opuesto a una guerra contra Siria y las miles de personas que se han manifestado en contra de la “intervención imperialista en Siria” saben que esta es la razón de fondo del cerco a Siria.
Fuente: Syria: NATO sets its sights on gas pipeline, de Manlio Dinucci.
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DEL FACEBOOK DE ANDRES L. MATEO

DEL FACEBOOK DE ANDRES L. MATEO

Danilo Medina pedía en forma prepotente que lo imputaran: !Impútenme, !Impútenme!- retaba-
Bueno, ya lo imputaron.
Mónica Moura y Joao Santana, en la delación premiada a que se sometieron en Brasil, han afirmado que ODEBRECHT sí financió la campaña del 2012 de Danilo Medina. Y por si fuera poco, el financista del "Departamento de operaciones estructuradas" (oficina que hacía circular los sobornos de ODEBRECHT y pagaba las campañas electorales), señor Fernando Migliccio Silva ha dicho también que el dinero de ODEBRECHT pagó la campaña de Danilo Medina. Antes lo había imputado Gilberto Silva, afirmando también que ODEBRECHT financió a Danilo Medina.
Ya no es sospecha, rumor o infamia política. Danilo Medina es el artífice de la corrupción. Y quienes lo han imputado antes trabajaron junto a él, planificaron sus campañas, le dieron dinero marcado de la corrupción y lo pusieron de forma ilegítima en el gobierno. Además de que manejaba el presupuesto a su antojo, contaba también con la corrupción de ODEBRECHT. Estamos pues, ante un gobierno corrupto,ilegítimo.
!Usted no quería que lo imputaran!
!Lo imputaron, corrupto!

miércoles, abril 05, 2017

HIMNO CONSTITUCIONALISTA

HIMNO NACIONA DE LA REPUBLICA DOMINICANA COMPLETO.wmv

Mis narraciones.

Ahora que el olvido llega


Ahora que el olvido llega y se lleva los recuerdos, quiero rendir un tributo permanente a: Tatín, Mamá Tita, Agustina, Aurora, doña Lola, Eufemia y a las demás mujeres que con su amor forjaron nuestros sueños en aquel tiempo donde vivir era tan difícil para los pobres y muy especialmente a las parteras que con sus manos fecundas nos sacaron del vientre de nuestras madres y nos mostraron el mundo

También a los hombres que como Juan de la Rosa, el abuelo Ismael, el tío Alberto, Ovidio y el tío Rafael entre otros, fueron guardianes celosos de nuestra raza.

Domingo Acevedo

                            Horizonte de pájaros fugaces.

Se nubla el horizonte de fugaces pájaros que esconden sus nidos detrás de los cristales de la tarde.
Planean en un cielo crispado de nubes y sombras, heridos por los rayos de un sol que agoniza en los brazos de la noche.
Por el camino real Ninito, con todo el peso de la noche sobre su espalda, cabalga despacio hacia donde la abuela Mamá, Tita lo espera con los brazos abiertos.
Feb. 2012

Domingo Acevedo.
Un monumento a la pobreza

Es prima noche, por el camino las sombras cabalgan en el viento hacia los infinitos espacios del tiempo perdido tratando de alcanzar un horizonte de luz. 

en el cielo, el destello de las estrellas se agolpa en nuestras miradas prisioneras por la grandeza de un universo en expansión, mientras que en el monte los grillos elevan una sinfonía al infinito  y junto al camino real una casita techada con tabla de palma, cobijada con yagua y con el piso de tierra, apenas iluminada por una lamparita de gas, se erige como un monumento a la pobreza, en ella una familia malvive todos los días su cotidianidad de hambre y miseria.

Domingo Acevedo.
Enero/13

Desde donde vivo


Desde donde vivo puedo ver el mar distante levantarse más allá del muelle, lamiendo con su lengua azul el horizonte. A veces el viento del sur nos trae residuos de olas resecas por el sol, plumas de pelícanos gigantes, huesos de peces invisibles y restos de barcos hundidos por los años.


El río Haina parte el muelle en dos partes iguales, el muelle que permanece iluminado más allá de la oscuridad de los barrios haineros. De vez en cuando una bengala ilumina la noche o un disparo largo de fusil estremece el viento y ahuyenta a los polizones y a los ladrones de furtivos de mercancías barata.

Cuando desde mi ventana veo a los barcos anclados tan lejos de los sueños, siento pena de los marineros prisioneros del salitre y la distancia, que sueñan con hermosas sirenas que les roban el corazón para esclavizarlos en su mundo submarino de calamares fantásticos, caballitos tiernos de mar y peces de colores.

Feb/12

A esta hora el camino real.

El camino real a esta hora esta desierto, una brisa caliente levanta nubes de polvo que se pierden entre los matorrales resecos.

Es medio día, en julio el verano achicharra todo el monte y la primavera es un vestigio lejano de flores y mariposas derretido en el recuerdo de los abuelos que debajo de una mata de mango dormitan en el efímero esplendor de los sueños.
Enero 2012



A ninguna parte he ido todo este tiempo de vivir

A ninguna parte he ido todo este tiempo de vivir. He caminado sin rumbo por los caminos de la vida, he vivido una vida que no es mía, que es ajena, que le pertenece a otros, he cargado sobre mis hombros sueños y dolores ajenos.

Hoy me he quitado la máscara que he llevado puesta por tanto tiempo y he ido al espejo a mirarme tal cual soy y no me conozco, no soy yo, mi rostro es el rostro de todos, soy el pueblo, soy la vida, la esperanza.

Soy ese niño que muere cada tres segundos de hambre, soy esa mujer crucificada en la  más absoluta pobreza, soy ese hombre que después de un día de andar por la ciudad buscando una esperanza, vuelve a su casa con las manos vacías, soy ese anciano abandonado a su suerte, soy el mendigo de la calle, soy la muchedumbre acorralada por las guerras y el hambre, yo soy el dolor, soy la vida, soy la esperanza última.
Enero 2012




Bajo el gran árbol de la noche



Más allá de la miserable realidad de nuestra existencia, nuestra alegría permanece intacta  bajo los escombros purpuras de los amaneceres efímeros  del invierno tropical.

Nuestra rebeldía nos llevó a ser felices en medio de tanto horror, nada nos detuvo, ni el peso de las cadenas, ni la pobreza, ni el hambre, ni la lluvia eternizándose en el camino.

En las noches alrededor de la luna, en una danza olvidábamos nuestras penas. El ritmo de las tamboras y el calor de las hogueras nos emborrachaban de felicidad y nuestros cantos hacían florecer el maíz y multiplicaba los panes en las manos del hambre.

Bajo el gran árbol de la noche, florecido de constelaciones y estrellas, con fuego escribíamos nuestra historia en los pergaminos del tiempo, lo tristemente felices que éramos en  esa estación donde aún fluye la sangre en el inminente trayecto de la aurora, por donde todos los días, los fantasmas de Miche, Amantina y la abuela Mama tita se aleja hacia la ciudad dejando sobre el rocío, retazos del alma evaporándose con el sol de este amanecer que tejieron  entre mis ojos las manos analfabetas y tiernas de la tatarabuela, que se murió de ausencia en las habitaciones del verano, esperando ver como en noviembre en la luna llena  las planicies del sur se  llenan de unicornios.

Domingo Acevedo.
Feb/14



Mis huellas vienen de ninguna parte

Mis huellas vienen de ninguna parte y se pierden en una ciudad donde la soledad y el olvido se adueñan de todas las cosas.

Todos estos tiempo en caminado en círculo alrededor de la nada sin darme cuenta lo rápido que se han ido todos estos años, llevándose con ellos parte de mi vida.

Esta mañana me he mirado al espejo y me he visto tan desamparado que lloré imperturbable mi desdicha de ser humano.

EL RASTRO DE UN LÁGRIMA.

He seguido el camino de una lágrima dibujada en el rostro del atardecer, ya oscurece, esperamos a Felipe y a Ñoñó que fueron a pescar tilapias a la laguna de Manganagua, ha sido duro el día en el largo trajinar del hambre, la sequía  destruyó toda la cosecha, el monte achicharrado por el sol de julio, resplandece con las primeras estrellas y nuestras miradas se pierden entre las sombras del anochecer, a ver si vemos aparecer a nuestros hermanos    por el camino real.
Nos preocupa su tardanza, además el hambre ya hace estragos en nuestros estómagos, en la cocina mamá mantiene el fuego encendido, papá aun no regresa del monte, anda cortando la leña para mañana preparar el horno, han sido largos todos estos días de hambre, no hay maquey, ni yambí,  el monte está desolado,  con esta prolongada sequía, hasta las aves se han ido a otros lugares.
Desde aquí puedo ver el fuego de la cocina de Popó Candela, Negra su esposa debe estar haciendo la cena. Imagino a Miguela jugando con las sombras de la noche, más allá de las anacahuitas gemelas,  bajo los limoncillos florecidos de eternidad de la tía Tatín. El orgullo nos impide ir a pedir  un poco de comida a las casas ajenas, preferimos morirnos de hambre, inmerso en nuestra soledad. Desde aquí escuchamos las canciones tristes de la vellonera del negocio de Andrés Longo, cierro los ojos y se me humedecen los ojos de estrellas.
No sabemos que horas es, pero presentimos la presencia cercana de nuestros hermanos, oteamos el horizonte, el viento nos trae su olor mezclado con el olor de los pescados, suspiramos tranquilos, ya podemos sentir sus pasos certeros en la oscuridad, silban, para decirnos que ya llegaron, viene felices, cargados de tilipias y jicoteas. En medio del patio nos abrazamos bajo el cielo infinito de estrellas, mamá sale y también los abraza, nos preparamos debajo de la mata de javey, para quitarles las escamas a los pescados, ellos apartan un poco para llevarlos a sus casas, son muchos no nos lo comeremos todos esta noche. Papá llega, sudoroso, con toda la oscuridad de la noche pegada en la piel, deja a Julia, libre, que se acerca hasta donde nosotros estamos, rebuzna y sacude la cabeza, es su manera de decirnos, yo también estoy aquí, León ladra alegre, juguetea, salta,  nos lame las piernas y luego se acomoda en el suelo junto a nosotros.
Después de limpiar los pescados, buscamos un lugar en el patio donde encender una fogata y nos sentamos alrededor de ella, ya mamá hierve los pescados, hace un cardo con sal, ajo y orégano, no hay nada más, pero será suficiente por el día de hoy. Reímos, contamos historias, entonamos canciones ancestrales, León nos mira con asombro y Julia descansa hasta que mi padre la lleve al lugar donde pasa la noche, cerca de la casa debajo de la mata de café cimarrón, ella y León son parte de la familia, después de comer, Felipe, se irá  dormir con la tía Aurora y Ñonó, se irá a donde la tía Amantina, ella  lo crió desde muy pequeño. Más allá de la alambrada los grillos cantan incesante a las estrella.
Entre mis ojos cabe todo el universo, la noche huele a bosque seco, a luna llena y caldo de pescado, busco el calor de mis dos hermanos mayores, me siento entre  los dos y los miro con orgullo, ellos son  buenos pescadores y mejores cazadores,  un día seré como ellos y podré ir por el monte y  llegar más allá de los limites ancestrales y cazar la quimera, para entregarle a mis padres la felicidad eterna.
Mamá nos llama, es hora de comer, entramos a la casa, en la sala la llama de la lamparita jumeadora danza al compás del viento, por momentos parece que se apagará, para luego renacer de sus cenizas como un ave fénix,  está sabroso el caldo, sólo que la tilapias tienen muchas espinas hay que comerlas con sumo cuidado para que no se quede una en la garganta, es una pena que no apareció un coco para cocinarla, nos quedan algunas tilapias para mañana y tres sabrosas  jicoteas, para los días siguientes, así que podremos invitar a otros vecinos  a compartir  nuestra comida.
Manuel, mí pequeño y solitario amigo hace rato se fue, tal vez con hambre, imagino que vive allá, muy lejos, donde se ve aquella lucecita distante, él nunca ha querido llevarme a su casa.
Ya comimos, es hora de dormir, Felipe y Ñonó se despiden entre abrazos y sueños y me dicen que mañana temprano me llevarán con ellos a las distantes regiones del norte, a cazar, que me prepare, que pasarán a las seis de la mañana por mí, me voy a la cama feliz, el corazón no me cabe en el pecho, mañana por fin  podré ir cazar.
Nosotros conocemos y amamos cada palmo de nuestra tierra, amamos al viento, las nubes, las aves, los árboles, los animales, las mariposas, la lluvia, la primavera que hace florecer al bosque,  cada camino tiene un  horizonte  que termina en nuestros sueños y en definitiva, nuestro amor por la madre tierra, es el amor por la vida, es el amor a Dios que lo ha creado todo tan perfecto.
Para mí lo más importante es que se acerca el día en que podré atravesar los límites ancestrales del monte y atrapar a la quimera, para entregarles a mis padres la felicidad eterna.  
Mientras cierro los ojos, escucho los tambores lejanos que invitan para mañana en la noche, a bailar en el patio de la abuela Mamá Tita, la danza de la lluvia para conjurar la sequía.


El centauro


Recuerdo con pena, como hace ya más de quinientos años de la llegada del hombre blanco a estas tierras, que las compartíamos diversas criaturas del bosque en paz.

Ellos después de construir rústicos poblados que después se fueron convirtiendo en hermosas ciudades, en su inmenso egoísmo, no se conformaron con la tierra que tenían  y se fueron adueñando poco a poco y a la fuerza de todos los territorios de más allá del horizonte, donde habitábamos nosotros en,  no valió que resistiéramos, los caminos se fueron tiñendo con la sangre de las creaturas  de bosque, todo el que se opuso fue aniquilado.

Yo el último sobreviviente de aquellas batallas, el heroico y solitario guerrero de las sombras, el que no pudo ser vencido por la crueldad del hombre blanco, el que no cayó en sus engaños y trampas, el más temido y odiado, derrotado por el cansancio y la modernidad, no me quedó más que disfrazarme de humano para poder sobrevivir a la crueldad del hombre. Cuanto me costó adaptarme a sus defectos, y miserias, a su injusticia, a su inhumanidad.

Hoy que el tiempo ha pasado, envejecido en mi soledad casi eterna, arrastrando el dolor del extermino ya no puedo, no tengo fuerzas para seguir escondiendo por más tiempo lo que soy, es por eso que he decidido tirarme de este precipicio hacia la libertad.



Sueños perdidos en los conucos.

Son las seis de la tarde, detrás de la casa papá prepara su montura. Julia es una burra que nos ha acompañado en un gran trecho de nuestras vidas, ha estado ahí, en las buenas y en las malas, sobre su lomo nos ha llevado por todos los confines de esta tierra y más allá, a la ciudad en donde no hay espacio para los humildes labradores que llenos de harapos por sus calles inhóspitas venden sus sueños perdidos en los conucos y  por las que pregonan  a viva voz: verduuuras, yuuuca, aguaaaaacates, maaaaangos marchanta llevo carbooon, venga marchanta que llevo huevos criollos, para después de vender nuestros productos por miserables monedas, perdernos nuevamente en el monte con todos nuestros sueños a cuesta.

Ya la montura está lista, León juguetea entre nuestras piernas alegre, salta, ladra, mientras Julia nos mira con toda su ternura resumida en sus ojos tristes. No me acuerdo cuando llegó a casa pero la recuerdo de toda la vida, desde siempre, desde que tengo uso de razón.

Estamos detrás de la casa, bajo la mata de capá, mi madre, mi hermano Juancito, y yo, Felipe y Ñonó no sé por dónde andan. Ya mí padre está preparado al lado de Julia, se despide con un gesto de la mano y se monta, yo corro y me aferro con ternura a una de sus piernas y luego me alejo para ver como él, mi padre, se aleja por el camino en sombras a un lugar perdido en el monte, León  va tras él ladrando y saltando alegre, nosotros nos quedamos parados en medio de la noche hasta que ellos se pierden en la oscuridad.


Allá en un claro del monte mi padre tiene un horno hecho de troncos secos para hacer carbón vegetal, para luego venderlo en la ciudad. Tiene que cuidarlo, por eso es que amanece todas las noches vigilándolo para que no se incendie  porque sino en vez de carbón sólo encontrará cenizas.

En la carbonera, a la intemperie dormirá sobre algunos sacos de cabuya que lo cubrirán del frío de la noche y los mosquitos, acompañado de los grillos y las estrellas, las lechuzas y los murciélagos. A su lado León gruñirá a los fantasmas que rondan la soledad de la noche en el monte, él y Julia no desampararán a mi padre por nada del mundo, estarán siempre a su lado protegiéndolo de toda maldad escondida entre el silencio nocturno y la oscuridad.

Mañana tempranito, antes que salga el sol, mi madre, Juancito y yo iremos a encontrarnos con mi padre, les llevaremos un poco de café y algo de comer ya a  esa hora el carbón estará listo para llenar cuatro o cincos sacos para acomodarlos en el lomo de Julia y regresar a la casa, para de inmediato mi padre tomar el camino hacia la ciudad y venderlo a algún comerciante para traernos de comer para unos cuantos días.



HOY QUE GUANCHO NO ESTA.

Guancho fue uno de los pocos seres humanos con las que compartí retazos de mí vida, no fuimos niños de escuela. Nuestra infancia estaba diseminada por todo el monte, entre los conucos y los potreros, entre la maleza y los árboles perdidos bajo el sol ondulante de la primavera, entre los maizales dorados de mayo y los pastos de la tierra encantada donde, el tío Juan y el tío Alberto, peregrinos del alba, apacentaban  sus vacas.

Nuestra infancia todos los días se perdía por los infinitos senderos que recorríamos descalzos  detrás de la quimera, ensimismados en las historias que nos contaban  los abuelos que prisioneros de una gloria ya perdida en el ocaso de sus vidas todavía viven atrapados en sus sueños.

Hoy que guancho no está, lo recuerdo porque él siempre quiso estar a mi lado, compartir mi soledad  y mi tristeza, esa tristeza que él nunca entendió y que me acompañaría por el resto de mi vida. Recuerdo que recorrer el monte era nuestra única obsesión, trepar por  los árboles hasta alcanzar las nubes, hacernos invisibles entre las hojas y el viento y perseguir a los viajeros  hasta más allá de los límites de nuestras tierras, jugar con las mariposas y los pájaros y después de perseguir inútilmente a los fantasmas de nuestros abuelos por los infinitos senderos de la fantasía, tendernos boca arriba sobre el pasto a soñar con la felicidad, que la abuela Mamá tita nos decía que estaba más allá del horizonte y que nunca, por más buscamos entre  la fantasía y los sueños la  pudimos encontrar para regresarla a la aldea.
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Domingo Acevedo.


Ya son más de las cuatro de la tarde, el sol empieza a acrisolar el horizonte con sus rayos que se van atenuando con el paso de las horas  vistiendo de colores las nubes que raudas se alejan, huyendo de las sombras.

Por el camino los labriegos regresan de sus conucos, sobre sus hombros cargan el peso amargo de la pobreza. La tierra con esta larga sequia es poco lo que da.

Regresan cansados con sus azadas al hombro, sus machetes en el cinto, con sus sombreros de paja, las camisas sudadas, los pantalones remangados y los pies descalzos.
Julio es un mes árido donde el calor que se eterniza más allá de las noches parece quemarlo todo, hasta los sueños.

Ya hace un rato que el tío Juan de la Rosa y el tío Alberto regresaron de más allá de las lejanas praderas del rocío, se alejaron tanto hacia el oeste buscando pastos que cruzaron las claras aguas de la cañada de Guajimía y llegaron a Manoguayabo, en donde el ganado comió hasta hartarse y después abrevó en las aguas del rio Haina.

Son más de las siete  de la noche imagino que ya el abuelo Ismael llegó a su casa, en el km7 de la carretera Sánchez, llevó a Julia donde pasa la noche, se dio un baño, cenó y luego como todas las noches se sentó bajo los limoncillos florecidos de sobras y estrellas, junto  a Mimina, su esposa a ver como se alejan por la carretera Sánchez los pocos carros que pasan rumbo a Haina o San Cristóbal.

En la esperilla, los hombres después de darse un baño y comer algo se van juntando poco a poco en la pulpería de Andrés Longo a tomarse un trago, escuchar canciones en la vellonera y contarse viejas historias repetidas y carcomidas por el tiempo en donde olvidan lo amargo de sus vidas.

Es extraño pero Manuel hoy no ha dado señales de vida no se por donde andará mi solitario amigo. 

Hace un rato la tía Eufemia que venía de Manganagua, pasó por casa a saludar a mamá y siguió su camino hacia Borronoso, en donde vive con su familia.
Nosotros como es costumbre nos juntamos en el rancho de la abuela Mamá Tita, en el encontramos a  Ninito que hace un rato  llegó y mientras los adultos conversan en la enramada, nosotros correteamos por el patio, hacemos piruetas, danzamos  y nos hacemos dueños de la noche y construimos con la inocencia los sueños que nos permitirán sobrevivir a la vorágine del hambre.


Domingo Acevedo.



Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita,  haciendo chola de Guayiga.

Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita,  haciendo chola de Guayiga,  para mitigar el hambre de toda la vida, atrás ha quedado la  primavera, el verano se adueñó de todo el paisaje. Julio está lleno de malos presagios, hasta las gallinas han muertos en esta agria sequía.

Cada año que pasa el sol desata su ira con más fuerza sobre el bosque, sólo las hormigas han sobrevivido a la inclemencia del tiempo,  los ancianos dormitan debajo de una mata de mango, tratando de escapar del sopor del medio día.

La brisa caliente se desenreda entre los arbustos achicharrados, levanta nubes de  polvo en el patio, se arremolina, parece danzar y luego se aleja por el camino real,  más allá de los últimos bohíos del pueblo.

Domingo Acevedo.
He querido y no he podido resumir en mis palabras toda la tristeza de mis ancestros, todo el dolor que hemos acumulados en estos siglos de ausencia y exilio, en que hemos vividos marginados en el dolor de la pobreza, no ha bastado haber resistido tanto tiempo, al final nos ha vencido la nostalgia, aquí, en estas tierras hemos sepultado nuestras esperanzas, ya no regresaremos a nuestros orígenes, tristemente nos hemos resignado a morir aquí, tan lejos del calor de la aurora.
Domingo Acevedo.
Junio/15

LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO

Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas  de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul  del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del  tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno. 




Me he quedado azorado ante el paisaje que tengo esta  tarde ante mis ojos: el mar asoma en la distancia por encima del muelle, entre los arboles dispersos en la distancia y las aves  marinas que rondan el cielo.
Los niños juegan a  lo lejos, saltan, corren, vocean, ríen, en la infinita felicidad de su niñez. Un racimo de rulo, el primo olvidado del plátano, se recorta contra los alambres de cobre del tendido eléctrico de alta tensión y los techos de cinc de las casas, una doña en una silla parece dormitar, agobiada por el sopor de la cuaresma,  mientras el viento con su andar pausado recorre los rincones del barrio y se aleja. Hay cayenas florecidas en los jardines  improvisados  de las casas miserables del barrio.
Ahora los niños regresan de la escuela con su algarabía y su inocencia dispersa por las calles polvorientas que se van perdiendo entre las sombras de la tarde que languidece, dejando paso a la oscuridad de la noche que se adueña de los rincones más inverosímiles  del barrio.

Domingo Acevedo.


Marzo/14

Feliz día del periodista.

Tomada de la red.

Ángel naturaleza.

Tomada de la red.

sábado, abril 01, 2017

Graficas de la pasada marcha verde en Santiago.

Gráficas de la marcha celebrada el pasado domingo 26 de marzo en Santiago de los 30 Caballeros en protesta contra la corrupción y la impunidad que impera en la República Dominicana 







Tomadas de la red.

Las divas en El Soberano con sus distintivos verdes.




Fotos tomadas de la red.

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