viernes, mayo 22, 2015

Heridas de ausencia.

Un centauro.
Con una herida en el corazón
postrado ante el olvido
agoniza un centauro
en sus ojos anegados de eternidad
una luz se apaga
Domingo Acevedo.


Un enjambre de perros azules
Hay pasos ahondándose en la espesura de la incertidumbre
y más allá de la inexactitud del tiempo
un enjambre de perros azules arañan la noche

La luna lo sabe
Este camino que se pierde entre mis ojos
no lleva a ninguna parte
la luna lo sabe
por eso todas las tardes se entretiene a jugar en el horizonte
con las golondrinas

Heridas de ausencia
Estas dos palomas que huyen de mis ojos
heridas por la ausencia
sin ninguna oportunidad de regresar del olvido
se diluyen en la inmensidad del tiempo

En este viaje hacia el olvido

En este viaje hacia el olvido
atrapado en propia soledad
he llorado tantas veces mi vida
que no se si de verdad vivo o muero


He acumulado tanto dolor en mis recuerdos
que en mis ojos hay una herida que no cierra
Mayo/12

Hay un niño herido en mi voz
Mayo/12

Ya no se a donde voy
me he perdido en los laberintos
de la incertidumbre
buscando una salida para escapar
a tantos recuerdos
mayo/12

Estas dos lágrimas que ruedan por mi rostro
Arrastran consigo todo espeso amargo de mi edad
mayo/12

Aquí
arrinconado contra los últimos vestigios del tiempo
la vida se desvanece en la nada
mayo/12

La tarde llegó silenciosa
enterró sus cuchillos de sal en mi memoria
y se alejo cantando

Mis huellas vienen de ninguna parte

Mis huellas vienen de ninguna parte y se pierden en una ciudad donde la soledad y el olvido se adueñan de todas las cosas.
Todos estos años en caminado en circulo alrededor de la nada sin darme cuenta lo rápido que se han ido todos años, llevándose con ellos parte de mi vida.


Esta mañana me he mirado al espejo y me he visto tan desamparado que lloré imperturbable mi desdicha se ser humano.
Domingo Acevedo
8/7/12

No había nubes enjauladas en el cielo.
No había nubes enjauladas en el cielo
ni pájaros prisioneros en el viento
ni árboles enclavados en la tierra
ni mares encerrados en el horizonte
sólo estaban mis ojos agonizando eternamente
en el camino real
8/7/12
Domingo Acevedo
















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