viernes, julio 22, 2011

EL LAGO ENRIQUILLO ZONA DE DESASTRE POR EL CAMBIO CLIMATICO.

DECLARACIÓN PÚBLICA

La Comisión Ambiental del Colegio Dominicano de Periodistas, Gaia Tropical In. y Justicia Climática llaman al Presidente Leonel Fernández a declarar en Estado de Desastre las provincias Bahoruco e Independencia entorno a los lagos Enriquillo y Etang Sumatre o Azuey y el Estado de Emergencia para la única Reserva de la Biosfera de la República Dominicana compuesta por los Parques Nacionales Jaragua, Enriquillo y Bahoruco.

Le piden al Presidente Fernández, como presidente del Consejo Nacional para el Cambio Climático, responsable de elaborar la estrategia para enfrentar el fenómeno y establecer un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, declarar que el desastre causado en la región por el desbordamiento de ambos lagos, dadas las evidencias, es consecuencia de la anomalía climática antropogénica que ya ha causado miles de muertes y de refugiados ambientales en el país y el mundo.

Con esta declaración el Gobierno Dominicano también contribuirá a confirmar la gravedad del Cambio Climático para el Caribe ya que, según las previsiones científicas, para los estados insulares es catastrófico. Declarar que el desastre es consecuencia del Cambio Climático despeja la duda y la discusión de que el desbordamiento se trata, o de “circunstancias cíclicas”, o de la “falta de infraestructuras hidráulicas”, o de que “las existentes se han dañado”.

La declaración permitiría al país acceder a la ayuda internacional tanto de países desarrollados como de organismos internacionales; podría ser la primera acción del Consejo Nacional para el Cambio Climático de proponer al consenso público el urgente Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y de incorporar ese concepto al Plan Nacional Estratégico de Desarrollo.

Se trata de que el país aún no cuenta con un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y a causa de esa anomalía mundial unas 2 mil 400 familias de las provincias Independencia y Bahoruco han perdido su medio de vida porque 340 mil tareas de tierras agrícolas y ganaderas de la región están bajo agua hipersalina y todavía la discusión es sobre qué ha causado este desastre, mientras el Consejo no da visos de planes, ni de rescate, ni de adaptación que incluye el traslado de las comunidades a lugares más seguros, y solo habla de Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).

Que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales tome cartas en el asunto para que rinda un informe de la situación de los componentes bióticos y abióticos de la única Reserva de la Biosfera del país, entendiendo que ésta Reserva no es susceptible de intervención alguna ya que ésta categoría declarada por la UNESCO es un compromiso internacional asumido por el país.

Recordarle al ministro de Ambiente y demás autoridades que en el Lago Enriquillo inciden tres categorías de protección que son: la de Parque Nacional (1974), la de Reserva de la Biosfera (2002) y que es el único humedal de la Republica Dominicana reconocido por la Convención sobre Conservación de los Humedales (Ramsar 2002), por lo que todas las actividades que se hagan allí deben ser sobre la base del Desarrollo Sostenible.
Las comunidades afectadas no solo pierden su modo de producción sino que se convierten en comunidades en riesgo sanitario por la proliferación de las enfermedades causadas por vectores artrópodos chupadores de sangre como los mosquitos que se desarrollan en las aguas dulces próximas al lago. Entre estas enfermedades tenemos la Malaria y el Dengue así como el aumento del Cólera, pues el mercado binacional que se realiza en Jimaní se está haciendo dentro del agua.
Las comunidades locales ya están quedando aisladas por la pérdida de las vías de comunicación, pero eso no es todo, los habitantes de la región están destinados a perder sus heredades y a sufrir, dentro de la catástrofe, la alteración de su cultura que implica la pérdida de los sitios arqueológicos, sus cementerios y su memoria histórica comunitaria.

Por todo lo que precede pedimos al Presidente de la República que asuma desde su más alta investidura las funciones que le incumben como presidente del Consejo de Cambio Climático para que aplique de manera urgente el protocolo establecido.

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